En un artículo anterior hacía yo diez propuestas para alcanzar una mejor sociedad mundial. Diversos autores han hecho sus propias listas o han escrito extensos libros tratando de ver como podríamos tener un mundo mejor: algunos con una visión optimista y otras con previsiones sobre el futuro desesperanzador y lleno de pesimismo. Después de escribir mi artículo encontré una lista propuesta por Karl Popper para alcanzar un mundo mejor:
1. Más libertad, controlada por la responsabilidad.
2. Lograr la paz mundial y evitar la proliferación de armas nucleares.
3. Luchar contra la pobreza. Con la tecnología existente es posible desaparecer la pobreza en el mundo.
4. Luchar contra la explosión demográfica. Los problemas del medio ambiente, el analfabetismo y la pobreza están conectados con la explosión demográfica. Es importante evitar que nazcan hijos no deseados por que allí está el origen de la violencia.
5. Educar para la no violencia.
6. Dominio y limitación de la burocracia.
Mis propuestas tienen coincidencias con las de Popper y lo atribuyo a que para las personas preocupadas por la humanidad los temas no son muy diferentes.
En esta ocasión quisiera abordar el tema de las armas. Si bien Popper se refería a las bombas atómicas con las que fácilmente se puede acabar a la humanidad, en mi propuesta me refiero a cualquier tipo de arma: siendo que el único propósito que tienen las armas es matar a seres humanos o destruir sus propiedades, su fabricación debería prohibirse de manera general y sin excepción. Antes las armas tenían el propósito de defender a las personas de animales salvajes o usarlas para la cacería, pero en nuestra sociedad moderna esto ya no es necesario y se puede atender por otros medios. También es cierto que las fuerzas policiales necesitan algún tipo de arma para defenderse de criminales extremadamente violentos, pero para eso se han inventado armas no letales que permiten controlar a ese tipo de personas.
Siendo así y partiendo de la premisa de que hay que acabar con todo aquello que le produzca daño deliberado al ser humano, ¿Qué justificación puede haber para fabricar armas de cualquier tipo? Ninguna.
El asunto no es sencillo. Empezando porque es un gran negocio. El gasto mundial en armamento equivale al 2.5% del PIB mundial, o sea alrededor de 1.4 billones de dólares, mas o menos dos veces el PIB de México. Estados Unidos produce el 45 % del valor del armamento mundial. Le siguen Gran Bretaña y China con el 5% respectivamente, Francia y Japón con el 4%, Alemania, Rusia, Arabia Saudí e Italia con un 3%, e India y Corea del Sur con un 2%. Las empresas que más armamento venden son las americanas Boeing y Lockheed Martin seguida por la británica BAE Systems que entre las tres tienen ventas por 84,000 millones de dólares al año por este concepto. En materia de armas nucleares ocho países cuentan con 10,200 armas de este tipo en operación y 25,000 más inactivas. Sobra decir que bastan unas pocas de estas armas para destruir al mundo. Existen también otras armas de destrucción masiva como son las armas químicas y las armas biológicas, capaces de destruir a millones de personas de una manera muy eficaz y que son relativamente fáciles de fabricar.
Para usar las armas se requieren guerras. Tan sólo en 2007 se reportaron 14 conflictos armados importantes en el mundo y 61 operaciones de pacificación. A esto le podemos sumar la violencia de la delincuencia organizada que en países como el nuestro alcanzan dimensiones ya similares al de algunos países en guerra. No tengo el dato de los muertos y heridos que produjeron estos conflictos o la cuantificación de los daños materiales asociados pero no es difícil suponer que son cuentas muy elevadas.
Si la humanidad quiere alcanzar niveles superiores de bienestar deberá empezar por acabar con la fabricación de armas y el negocio respectivo. Los grandes países productores como Estados Unidos deberían transformar su economía para hacerla una economía a favor del Hombre, no para destruirlo. El gran sueño de muchos es que con el fin de la guerra fría el gasto en armamento se reduciría dramáticamente y toda esa tecnología se encaminaría para generar bienestar. Pero por ejemplo, Estados Unidos ha sido incapaz de hacerlo y para continuar su producción de armamento, han inventado ahora la guerra contra el terrorismo y las guerras en el medio oriente para asegurar el suministro de petróleo.
No es difícil ver que si todo el gasto en armamento se encaminara a acabar con la pobreza, el nivel de vida de todo el mundo aumentaría de manera dramática, especialmente en el continente africano, pero también al interior de muchos países en desarrollo como el nuestro. Además al no existir armas, se evitará todo el daño que producen, que también tiene un costo no sólo en vidas sino también económico muy relevante.
Mi propuesta es sencilla: hay que prohibir la fabricación de armas de todo tipo. Usar ese talento y esos recursos para mejorar la calidad de vida del Hombre. ¿Es utópico? No lo creo si todos estamos de acuerdo en la premisa básica: hay que acabar con todo lo que dañe al ser humano de manera deliberada.
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