Mis regalos de navidad fueron una lectora de libros electrónicos: la Kindle de Amazon y un reproductor de música digital: un iPod de Apple. Ambos me confirman que estamos en una nueva era de la música y del libro.
La transmisión y conservación de la música se desarrolló con la notación musical. Posiblemente a partir del siglo XVII es cuando se acelera su divulgación jugando un papel fundamental la notación musical y la imprenta, ya que las personas que no podían escuchar un concierto o escuchar en vivo una ejecución, tenían acceso a una partitura, aunque ello también requería que supieran tocar un instrumento para poder escucharla. Cuando se inventó el fonógrafo a fines del siglo XIX se dio un salto cualitativo enorme. Ahora las melodías no solo se podían divulgar en partituras, sino que los sonidos se podían transportar y escuchar donde fuese. El disco de pasta permitió así la expansión de la música y la convirtió en una gran industria. A principios de los años ochentas, cuando aparece el disco compacto, se da otro gran salto evolutivo. La calidad del sonido es muy superior a la de los discos de pasta, debido a que la información musical ya no se guardaba de manera analógica sino digital: códigos de ceros y unos que se almacenan por medios ópticos y son leídos por un láser. Con la llegada de Internet la música se difunde en archivos de computadora que fluyen por la red. El disco compacto (CD) con álbumes de música grabados, empieza a desaparecer. Los reproductores de MP3 y especialmente el iPod han venido a sustituir a los CD´s. Un iPod puede contener hoy en día más de 1,500 álbumes en un espacio equivalente a una cajetilla de cigarros con la mitad de espesor. Equivalente a unas 1,500 horas de música o sea, mas de 2 meses de reproducción ininterrumpida. Antes tomaba muchos años coleccionar una discoteca de 1,500 álbumes y el espacio que ocupaban estos discos era muy grande, sin considerar la inversión que se tenía que hacer. Ahora es muy sencillo adquirir música y el costo ha disminuido.
Lo mismo está sucediendo con los libros. Si bien los libros existen desde la remota antigüedad el medio para conservar los textos ha ido cambiando poco. De las tablillas de arcilla se pasó al papiro y luego al papel desde hace milenios. El primer salto cualitativo se dio con la invención de la imprenta la cual permitió multiplicar el número de ejemplares de los libros. El siguiente salto cualitativo en la divulgación de textos se dio con el advenimiento de las computadoras y la Internet. Hoy en día el desarrollo de la tecnología de tinta electrónica, la conexión a altas velocidades vía la red celular y el éxito de compañías como Amazon han puesto ya a nuestra disposición un aparato que puede competir con ventaja contra el libro impreso. Entre ellos por ejemplo el Kindle quien ofrece una conexión vía celular sin costo, para quienes desean comprar un libro electrónico en Amazon. La versión mas avanzada del Kindle, que además funciona perfectamente en Aguascalientes y la mayor parte de México, no es mas grande que un cuaderno tamaño carta y pesa lo que un libro de ese tamaño; puede almacenar 3000 libros que si fuesen de papel pesarían alrededor de una tonelada y ocuparían unos 100 metros lineales de estantes en una biblioteca. Como en el caso del iPod las ventajas de estos aparatos contra las medios de almacenamiento anteriores (El disco o el libro) son tan grandes que pronto van a transformar radicalmente el mundo de las librerías y las bibliotecas. La posibilidad de divulgar música o libros y ponerlos al alcance de todos como nunca antes en la historia, seguramente impulsarán la divulgación de las ideas y la cultura. Hoy en día para tener una biblioteca de millones de ejemplares no es necesario un edificio de miles de metros cuadrados. Basta tener una computadora a la mano y una conexión a Internet. Así para tener una discoteca o biblioteca privada que además son totalmente portátiles, bastan estos dos pequeños aparatos y dan la posibilidad de acumular libros y álbumes de música en unos pocos meses, siendo realmente la limitante el costo y no la disponibilidad. Lo que antes tomaba decenas de años en formar ahora se puede hacer muy rápido.
Ahora la pregunta es si se va a contar con el tiempo para escuchar tanta música o leer tantos libros. Por ejemplo, si escucháramos una hora diaria de música tardaríamos 4 años en escuchar el contenido del iPod. O si leyéramos dos libros por semana tardaríamos 30 años en leer el contenido del Kindle. El costo de libros y discos ha bajado un poco utilizando estos aparatos pero la compra se ha vuelto notablemente más fácil y rápida. Ya no es necesario acudir a una librería o una discoteca, las cuales por muy grandes que sean, nunca van a tener tanto material como las tiendas electrónicas. Amazon por ejemplo ofrece más de 300,000 libros para su Kindle. Además adquirir el libro tarda menos de un minuto.
Las posibilidades de estas tecnologías son inmensas. En México, en lugar de entregarles un paquete de libros gratuitos cada año a los estudiantes de primaria, se les podría entregar un lector electrónico de libros que contuviese no solo los libros de texto sino una biblioteca con todos los clásicos, una enciclopedia como la Británica, diccionarios, las pinturas de los grandes maestros, las películas clásicas, etc., en un pequeño aparato fácilmente manejable y transportable y de precio mas accesible que el costo de un paquete de libros de texto. Ese mismo aparato podría servir hasta la Universidad. Con algo de imaginación y voluntad las posibilidades de estas tecnologías son amplísimas en nuestro sistema educativo y por lo pronto ya están transformando nuestras bibliotecas y discotecas privadas.
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