15 de abril de 2024

PROPUESTA ANTICORRUPCIÓN DE SHEINBAUM

 

Por: Octavio Díaz García de León


   A principios de abril la candidata presidencial por MORENA, Claudia Sheinbaum, presentó su propuesta anticorrupción. Lo hizo rodeada por el equipo que preparó la propuesta, encabezado por Javier Corral y el cual incluye personas conocedoras de los temas.

   Existen algunos paralelismos entre Corral y Barrio, primer Secretario de la Contraloría con Fox: ambos son chihuahuenses y ex gobernadores de su estado, y a los dos se les encargó el tema de cómo combatir la corrupción.  Esperemos que, de ganar Sheinbaum y ser Corral el encargado,  el paralelismo no se dé como en el caso de Barrio, cuando el presidente Fox metió freno en algunas de las iniciativas anticorrupción y terminó por destituirlo a medio sexenio.  

   Al nuevo responsable de combatir la corrupción le tocará investigar y, de ser procedente, sancionar los innumerables casos que se han descubierto en la presente Administración, los cuales incluyen asuntos que involucran a la familia del presidente López Obrador y a varios de sus allegados, de tal forma que este sexenio pinta peor en materia de corrupción que el de Peña Nieto. Tan solo el desfalco a Segalmex rebasa por mucho cualquier caso de corrupción de sexenios anteriores. La pregunta es si tendrá los arrestos y el apoyo necesario para hacerlo.

   En cuanto a la propuesta anticorrupción de Sheinbaum hay aspectos positivos y carencias. Por lo pronto, ya ni siquiera menciona al Sistema Nacional Anticorrupción que demostró su inutilidad y al que quizá le dé sepultura. Tampoco menciona una posible desaparición del INAI,  institución a la que tanto ha combatido el presidente López Obrador.  

   La propuesta abarca temas ya conocidos tales como digitalización de trámites, mejorar contrataciones públicas,  mejorar coordinación entre órdenes de gobierno, favorecer las licitaciones públicas, registrar socios de empresas licitantes como beneficiarios finales, combatir a empresas fantasma y de fachada, hacer delito la simulación en contrataciones públicas, entre otras.

   Entre las carencias de la propuesta se puede mencionar el que no se le dé prioridad al servicio profesional de carrera; el que no se le dé un apoyo decidido a la transparencia; y el insistir en combatir a la corrupción por la vía administrativa en lugar de la penal. Tampoco se define cual será el papel de los órganos internos de control,  entre muchas otras.

   Como novedades se pueden mencionar: el revisar el sistema de fe pública y transparentar y promover la integridad de los notarios públicos; el aumentar el plazo de prescripción de las faltas administrativas; el eliminar las exclusiones a la aplicación de la ley de adquisiciones; y el someter a los responsables de adquisiciones a controles de confianza, entre otras. 

   Comentaré aquí tres aspectos de la propuesta de Sheinbaum:  

    1.    Agencia Federal Anticorrupción. A diferencia del Sistema Nacional Anticorrupción que no tiene capacidad operativa, esta Agencia estaría especializada en combatir la corrupción desde el punto de vista administrativo,  con herramientas para investigar y perseguir este tipo de faltas administrativas. Para crear esta Agencia se continuaría desmantelando a la Secretaria de la Función Pública, quitándole funciones, al trasladar a la Agencia la capacidad de investigar faltas administrativas graves. Esta Agencia a su vez turnaría los expedientes al Tribunal Federal de Justicia Administrativa para su substanciación, resolución y en su caso, sanción.

     2.    Secretaria de la Función Pública. Al quitársele las funciones de investigar faltas administrativas graves,  se quedaría con el control interno del gobierno federal, de su desarrollo administrativo y continuaría con la investigación y sanción, en su caso, de faltas administrativas no graves. Esto último plantea que muy pocos servidores públicos se podrían trasladar a la Agencia. También continuaría a cargo de nombrar titulares de Unidades de Administración y Finanzas (Antes oficiales mayores) en el gobierno federal, con el consecuente conflicto de interés.  También se contemplan modificaciones a la Ley General de Responsabilidades Administrativas.

       3.    Delitos de Corrupción. Se propone desarrollar un modelo nacional para investigar delitos de corrupción, respaldado por una Ley General para Investigar y Sancionar Delitos por Hechos de Corrupción. Esta ley ahondaría en la tipificación de conductas delictivas que actualmente quedan impunes. Además,  se fortalecerían fiscalías y tribunales anticorrupción y se haría responsables penalmente a las empresas. Algo muy importante es que se propone el desarrollo de un sistema de inteligencia anticorrupción, herramienta clave para combatirla.

    Pero lo fundamental no es si la propuesta de la candidata Sheinbaum es buena o mala,  sino que, en caso de llegar al poder, saber si verdaderamente combatirá la corrupción de este sexenio. Esto no podremos saberlo por ahora.

    Sabemos que la candidata Sheinbaum no ha dicho que combatirá la corrupción de la actual Administración e incluso ha salido a defender a algunos de los actores. Es así como, sin voluntad política, las mejores propuestas fracasan. Por ello, la alternancia de los partidos en el poder es una buena forma de combatir a la corrupción.      


1 de abril de 2024

LA LEY DE LA SELVA

 Por: Octavio Díaz García de León


   Hace unos días, la niña Camila de 8 años fue asesinada en Taxco,  supuestamente por una amiga de su mamá que la había invitado a una alberca en su casa. A la madre de la niña se le hizo creer inicialmente que había sido secuestrada, dado que le exigían dinero por su liberación, pero muy pronto, con ayuda de los vecinos que tenían cámaras alrededor de la casa a la que fue invitada la menor, se pudo constatar que la niña había llegado feliz a la casa de la amiga y salió de ella sin vida en una bolsa negra. Aparentemente murió por estrangulamiento y el cuerpo fue arrojado en una carretera cercana. Pronto localizaron el cadáver y la indignación de la familia, vecinos y amigos creció de manera desmedida.

    Hay unas pocas imágenes de las cámaras que grabaron la llegada alegre y la salida sin vida de la niña. Luego corrieron abundantes imágenes en redes sociales de como una turba linchó a los tres presuntos secuestradores de la niña. La probable homicida resultó muerta. Los otros dos, sus hijos,  están graves.

    Todo ello ante unos policías que se limitaron a contemplar la escena, intentando llevarse, sin muchas ganas, a los agredidos. Los policías fueron incapaces de contener a la turba enardecida. Tampoco se les ocurrió llevar a un hospital a los atacados, que habían quedado en muy mal estado. En un video se observa cómo los policías bajan del vehículo policial a la mujer golpeada, como si fuera un costal, sin ninguna consideración al estado en el que se encontraba.

    Llama la atención el grado de violencia en ambos acontecimientos. El asesinato de Camila refleja una brutalidad y carencia total de valores por parte de los presuntos infanticidas (dado que no hubo investigación y juicio, no se tiene la certeza). De igual forma,  su  linchamiento fue de un salvajismo desmedido.

  En medio de todos estos acontecimientos lamentables sobresale una incapacidad, y en ocasiones, ausencia total por parte de las autoridades municipales y estatales, lo cual confirma que tanto el Estado de Guerrero como varios municipios de esa entidad,  tales como Taxco, Acapulco, Iguala y Chilpancingo, entre otros, tienen gobiernos fallidos. Lo que impera en Guerrero es la ley de la selva.

   ¿Qué está produciendo en México este fenómeno? ¿Qué hemos hecho tan mal como sociedad que ha producido a estos personajes deleznables? Parte de la respuesta es la ausencia de estado de derecho,  lo cual permite la impunidad y, por lo tanto, el que se comentan delitos sin temor. Otra parte es la descomposición moral de la sociedad, la deshumanización y la falta de empatía, derivados del fracaso educativo y familiar.

   También influye el que sectores de la sociedad deliberadamente promueven el salvajismo. Por ejemplo,  la delincuencia organizada tiene métodos de reclutamiento y formación que logran deshumanizar a los sicarios desde muy pequeños. Los enseñan a cometer todo tipo de atrocidades que luego exhiben en redes sociales. A los sicarios que se resisten simplemente los eliminan. ¿Será que esta descomposición ya permeó a otros sectores de la sociedad? Probablemente, porque ante la impunidad, cualquier comportamiento se vale.

   El fenómeno no es nuevo. Se ha dado en otros países donde personas normales e incluso con altos niveles educativos, fueron capaces de cometer los peores crímenes. Por ejemplo,  en los regímenes totalitarios de Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot, Pinochet, Videla y un largo etcétera. Sin compasión ni vestigios de humanidad,  los esbirros de estos gobiernos fueron capaces de cometer los peores crímenes. Estos regímenes crearon condiciones que permitieron que la violencia llegara a grados extremos.     

  En México, estas condiciones perversas se están fortaleciendo gracias a gobiernos fallidos y la ausencia de estado de derecho. Por ello, las expresiones de violencia están creciendo.  No solo son los más de 180 mil asesinatos que van en este sexenio; los más de 100 mil desaparecidos durante varios sexenios; y la violencia en calles y carreteras por incidentes de tránsito, robos y extorsiones.

  También la violencia contra la población debida a las malas políticas gubernamentales en materia de salud que causaron más de 800 mil muertos en la pandemia, el dejar sin vacunas a niños,  sin medicinas a los enfermos y sin tratamientos contra el cáncer, etc., ocurridas por negligencia o incapacidad de las autoridades. Por otra parte, también está la violencia cotidiana en los hogares, la cual produce feminicidios e infanticidios.

   Es tiempo de reflexionar cómo podemos transitar a un país libre de violencia, empezando por los hogares y luego en círculos concéntricos por el resto de los estratos de la sociedad. Debemos construir una sociedad que recupere la compasión y elegir gobiernos que ayuden a recobrar esa humanidad perdida, para que lo sucedido en Taxco no se convierta en un acontecimiento cotidiano.  

 

18 de marzo de 2024

EL DÍA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES

                                                                                  Por: Octavio Díaz García de León

Advertencia: Este es un relato de ficción.

     El lunes 3 de junio de 2024, el Presidente se asomó al balcón central de Palacio Nacional. No había dormido casi nada y estaba por salir a su conferencia matutina para anunciar el triunfo de la candidata oficial. Contemplando al Zócalo, recordó sus luchas pasadas.

    En 1991, para protestar por las elecciones que perdió su partido en tres municipios de su estado natal; en 1994 para protestar por haber perdido la elección a la gubernatura de su estado por un margen de 19% del voto, en medio de irregularidades; en 2006, la más dolorosa quizá, su derrota en las elecciones presidenciales por un margen muy pequeño, en la que alegó, sin pruebas sólidas, que hubo fraude.

    Evocó cómo en ese 2006 no estuvo dispuesto a que le arrebataran el triunfo que él pensaba haber obtenido. Bloqueó durante meses Paseo de la Reforma; se autoproclamó Presidente; nombró un gabinete alterno; sus huestes estuvieron a punto de impedir por la fuerza,  la toma de posesión en la Cámara de Diputados del nuevo Presidente. Luego, continuó su peregrinaje por todo el país, para nuevamente ser candidato a la presidencia en 2012. Volvió a perder, pero sería la última vez.

     La noche del 2 al 3 de junio había estado muy agitada. En las primeras horas de la madrugada, los resultados del PREP daban ya una ventaja importante a la candidata presidencial de la oposición. Entre un 3% y un 5% de votos más que la candidata oficial.  

     La presidenta del INE recibió una llamada de Palacio Nacional a las 2 de la mañana. A las 2.30 a.m. se suspendió la publicación del PREP aduciendo fallas técnicas por cortes en el suministro eléctrico de la CFE, empresa dirigida por el Lic. Bartlett. “Se cayó el sistema” fue la explicación escueta. De nada sirvió la inconformidad de algunos de los Consejeros Electorales.

     A las 7 a.m. ambas candidatas se declararon ganadoras. La candidata de la oposición reclamaba airadamente la caída del PREP y su equipo empezó a publicar copias de las actas de casillas donde se podía apreciar la ventaja que ya señalaba el PREP antes de dejar de funcionar.

     Para el miércoles 5, el conteo de las actas seguía arrojando una ventaja para la candidata opositora pero llovían las impugnaciones de las casillas donde había ganado esta. La oposición levantaba cada vez mas la voz y las protestas se hacían más numerosas y masivas.

     Pero el Presidente no estaba dispuesto a dejar que la oposición regresara al poder que con tanto esfuerzo había logrado conquistar. El resultado de la votación era lo de menos. Seguramente, como en ocasiones anteriores, la oposición había hecho fraude.

     Esto, a pesar de que había ejercido toda la fuerza del Estado a su alcance,  utilizando el reparto de dinero a través de los programas sociales para comprar votos; mediante las alianzas con la delincuencia organizada para financiar la campaña del partido oficial y forzar el voto a favor de la candidata oficial en amplias zonas del país; operando a través de todos los gobernadores del bloque oficial; y apoyándose en su cercanía con algunos funcionarios clave de las autoridades electorales. El presidente se asomó al Zócalo una vez más y pensó: “no nos sacarán de aquí”.

    En las siguientes semanas,  entre protestas de la oposición y movilizaciones de las dos candidatas,  la presión para forzar a las autoridades electorales a dar un fallo favorable al partido oficial dio fruto. La candidata oficial fue declarada presidenta electa.

    Unos días antes de entregar la banda presidencial, el Presidente saliente le avisó a la nueva Presidenta que pensaba quedarse en sus habitaciones de Palacio Nacional hasta que “se calmaran las aguas”,  para seguirla apoyando en todo momento. La nueva Presidenta tuvo entonces que buscar a donde iba a vivir. 

    La operación extralegal para forzar el triunfo de la candidata oficial se aplicó también a las elecciones del Congreso y a las locales,  donde el partido oficial tampoco había obtenido mayoría de votos. Fue así como este partido obtuvo la mayoría absoluta en las Cámaras,  gubernaturas y demás puestos de elección popular. Como en los viejos tiempos del PRI, había regresado el carro completo, sin importar el resultado de la votación.  

    Así llegó el primero de octubre entre numerosas protestas, con las Cámaras, el Zócalo y el Palacio Nacional resguardados por el Ejército y la Marina. Se llevó a cabo la transmisión de poder sin que la oposición pudiera hacer gran cosa más que abandonar el recinto de la Cámara de Diputados. Habían quedado tan pocos diputados y senadores de la oposición, que su ausencia no se notó mucho.

    El día después de la toma de posesión, se encontraba la nueva Presidenta en el despacho presidencial contemplando dubitativamente la banda presidencial y el escritorio histórico que estaba ante ella. Sin anunciarse, el expresidente entró al despacho, se acomodó en la silla de enfrente y le dijo: “Felicidades. Ahora a gobernar. Pero no te preocupes, aquí estaré todo el tiempo para decirte lo que hay que hacer. Lo primero, es anunciar que todos los proyectos de mi sexenio continuarán hasta su terminación.“

    A continuación, el expresidente le entregó una relación de las reformas constitucionales que se requerían y una lista de personas que había que nombrar en la nueva administración. Luego, le dio una larga lección de historia recordando el prolongado gobierno de Juárez y cómo Cárdenas se había equivocado al no apoyar a Mújica. La nueva Presidenta lo escuchó pensativa, cabizbaja, y tomó nota sin decir casi nada.

    Afuera, los ciudadanos reclamaban fraude en las principales ciudades del país, ese emblemático 2 de octubre, cuando se recordaban los excesos del autoritarismo de Díaz Ordaz y el PRI en 1968.  

    Terminada la reunión el expresidente se fue a gozar de los murales de Diego Rivera y pasó un momento a lo que habían sido las habitaciones de Benito Juárez. Probablemente él también moriría en Palacio Nacional cuando le llegase su tiempo. Pero regresar a su rancho, eso no.  

19 de febrero de 2024

VIOLENCIA INCONTENIBLE

 

Por: Octavio Díaz García de León

     Hace unos días los obispos de la Iglesia Católica en el estado de Guerrero se reunieron con los cabecillas de los grupos criminales que tienen asolado este estado. Los obispos querían que cesara la violencia o, por lo menos, como decía uno de ellos en un noticiario matutino, que los asesinatos no ocurran en las ciudades. Mejor que ocurran en el campo, lejos de las miradas de la gente. La conferencia Iglesia-Narco fracasó, porque la lógica de los grupos delincuenciales no es la civilizatoria, sino la de la barbarie.

    Bukele así lo entendió: respondió a la barbarie con la misma medicina y le dio resultado. El Salvador era uno de los países más violentos del orbe y ahora es uno de los más pacíficos; lo logró en cinco años. Se puede contrastar con la estrategia de abrazos, no balazos,  en un mismo período de cinco años que se llevó a cabo en México, para ver cuál funcionó mejor.

    Bukele decidió combatir a las bandas criminales dejando de lado el respeto a los derechos humanos y le dio resultado. Con este éxito y su talante antidemocrático, El Salvador seguramente lo tendrá como dictador las próximas décadas. La población reconoce en las urnas cuando hay un gobernante que resuelve sus problemas, aunque en este caso, el precio sea darle el poder a un autócrata.

    Si llegara un Bukele a gobernarnos, cosa que no va a ocurrir, quizá no sabría a quien recurrir para enfrentar a los más de 170,000 delincuentes que se han estimado que trabajan para el crimen organizado. El Ejército y la Marina Armada han sido desviados de su función principal de proveer seguridad,  para ocuparlos en otro tipo de actividades.

    La Guardia Nacional, una rama del Ejército, tampoco ha podido, o no la han dejado, reducir la violencia ni acotar el poder de los grupos criminales. Las policías estatales, con algunas excepciones, no tienen capacidad para enfrentarlos y las policías municipales suelen estar cooptadas por el crimen organizado. Además, el enemigo está en casa pues la corrupción permea en los cuerpos de seguridad.

    La violencia en México está relacionada con la avalancha de fentanilo que está recibiendo Estados Unidos y que le provocó más de 110 mil muertes en 2023. Por ello algunos congresistas americanos han propuesto que las fuerzas armadas de ese país tomen en sus manos el combate a los narcotraficantes directamente en México.

    Esto podría ser una solución, pero tampoco va a ocurrir. Los gobiernos de Estados Unidos no son tan radicales como para tomar una medida tan extrema. Sobre todo cuando dependen de México para frenar la inmigración ilegal a su país.

    La situación es muy delicada ante las elecciones que se avecinan en nuestro país. La disputa por la nación la están perdiendo las instituciones del Estado mexicano ya que los delincuentes pueden imponer a sus candidatos,  tal y como ocurrió en diversas regiones del país en las elecciones de 2021, o como ha ocurrido en estados como Guerrero y Michoacán desde hace muchos años. Estos grupos están tan entrelazados con los políticos locales que ya no es posible distinguirlos.

    ¿Querrá la próxima presidente enfrentar y resolver el problema? Tendrá que ser muy creativa. Se habla de usar Inteligencia; de quitarle reclutas al narco mediante desarrollo social; de fortalecer policías; de coordinarse mejor. Por cierto, no he escuchado que combatir la corrupción sea una prioridad y sin ello no se podrá resolver el problema. Pero todo esto ya se ha intentado sin éxito.

    ¿Cuál podrá ser la mejor estrategia? ¿Qué la presidente negocie con los capos como intentaron hacerlo los obispos? ¿Contratará un ejército de mercenarios bien entrenados como los que combatieron en Irak? ¿Pedirá a los americanos que ataquen a los narcos con drones y misiles? ¿Solicitará a Bukele asesoría para combatir a la delincuencia?¿Construirá varias decenas de cárceles de alta capacidad para alojar a centenas de miles de delincuentes? ¿Se olvidará de los derechos humanos y regresará a la política de “mátalos en caliente” para erradicar a los bandidos como en tiempos de Porfirio Díaz (que por cierto sí funcionó)?

  La nueva presidente y su gabinete tendrán que usar imaginación, talento y fuerza. No veo como una estrategia de apapacho a los criminales pueda tener éxito, a menos que se quiera rendir la plaza. Lo que es indudable es que llegando, deberán tratar de resolver el problema en muy corto tiempo antes de que sea demasiado tarde.

   Por lo pronto, dado que no se tienen muchas herramientas para evitar que la delincuencia organizada se apodere de puestos públicos a través de las elecciones que se avecinan, tendrá que estar preparada para erradicar a la narco política del país para evitar que México se convierta en un Estado fallido o Narcoestado.


4 de febrero de 2024

MEJORAR LA VIDA DE TODOS

  

Por: Octavio Díaz García de León

Para Gabriel Zaid

     La humanidad tiene la posibilidad de resolver casi la totalidad de los problemas del mundo, gracias a los avances tecnológicos. Entre ellos, la capacidad de alimentar, proveer casa y vestir a todos; proveer atención médica de alta calidad para cada ser humano; dar suficiente educación para proporcionar una vida intelectual madura; erradicar la guerra; dar suficiente libertad a cada individuo para minimizar restricciones ilegítimas que le impidan disfrutarla; y tener energías limpias que satisfagan la demanda de toda la población. Esto lo dice C. West Churchman el gran experto en análisis de sistemas, en su libro ya clásico, “El Enfoque de Sistemas”.

    Él se pregunta, ¿por qué no los hemos resuelto? ¿qué lo impide? Dice que el problema es que todos estos aspectos se traslapan,  están interrelacionados y presentan por ello, una alta complejidad. No estamos organizados de una manera adecuada para resolverlos.

    Esto lo podemos ver con claridad en México. Tenemos recursos, tecnología,  infraestructura; lo que nos haga falta lo podemos conseguir en el mercado mundial. Pero ha faltado el talento, el know-how y la organización para resolver los problemas de nuestro país.

    Ningún gobierno ha estado a la altura del reto y tampoco la sociedad ha tenido la capacidad para hacerlo. La tarea de dirigir al país se le ha delegado a los partidos políticos, que saben acceder al poder, pero en general, no han sabido gobernar para mejorar la vida de la población. Hace falta tener un gobierno con altura de miras, capacidad intelectual, conocimientos para resolver problemas y con capacidad de ejecución.

    El talento existe en México, aunque esté diezmado por la emigración, no solo de buenos trabajadores, sino de profesionales de todas las ramas que prefieren buscar oportunidades en el extranjero. Por otra parte, para las personas preparadas que se quedan en México, trabajar en gobierno ya no es atractivo.

    El empobrecimiento de los gobiernos se inició en la Ciudad de México a partir de 1997, cuando la oposición empezó a gobernar. Este esquema de desmantelamiento del gobierno bajo el pretexto de la austeridad, que en el gobierno federal se inició con Fox y se profundizó con López Obrador, ha ahuyentado al mejor talento del gobierno,  al reducir sueldos y ofrecer condiciones de trabajo precarias, a la vez que se han abierto las puertas de la corrupción al quedarse funcionarios con capacidades limitadas y sin vocación de servicio público.

   La pérdida de capital humano en el gobierno ha sido devastador y se puede observar en este sexenio en las grandes carencias que existen en materia de educación; el desastre del sistema de salud que ya ha causado más de un millón de muertos; la violencia y la inseguridad que han provocado más de 170 mil asesinatos en este sexenio; el desperdicio absurdo de recursos en proyectos faraónicos sin futuro; la destrucción del medio ambiente con el tren Maya y por el uso de energías sucias; el lamentable manejo de la infraestructura de comunicaciones tal como la cancelación del nuevo aeropuerto de la ciudad de México y su sustitución con un aeropuerto sin uso y sin futuro; el abandono al campo; el fracaso en el combate a la corrupción; entre muchos otros aspectos de la vida pública.

   Revertir la destrucción del talento en áreas de gobierno tomará años y requerirá políticas de recursos humanos de vanguardia. No solo mejorar sustancialmente sueldos y prestaciones, sino modificar procesos de trabajo para que las instituciones den resultados.  Se tendrá que desplazar a los recomendados que han llegado a poblar los puestos de todo el gobierno,  cada vez con menos talento, vocación o capacidad y detener una corrupción creciente y sin freno.

   La próxima presidenta de México hereda un país que tiene todo el potencial para resolver sus problemas. Está por verse si podrá siquiera detener el proceso de deterioro. Una candidata dice que, como ingeniera, sabe cómo resolver problemas y que puede hacerlo con los de México;  la otra dice que continuará con lo que se ha venido haciendo este sexenio, lo cual apunta a empeorar la situación. Ambas están por recibir un país en crisis y debemos ayudar a quien quede de presidenta, a sacar adelante al país.

   El Prof. Churchman creía que con la ingeniería de sistemas se podían resolver los complejos problemas que enfrenta la humanidad. Desafortunadamente no veo en el panorama nacional a expertos proponiendo soluciones. Solo se escuchan propuestas que son más de lo mismo, sin imaginación, ni técnica.   

    Yo creo que sí se pueden resolver los problemas de México. Ojalá tengamos los liderazgos que lo logren. Se lo debemos a quienes están pensando huir a países que funcionan bien, pero sobre todo,  a los que no tienen posibilidades de salir del país, pero que sí tienen derecho a vivir mejor. 

22 de enero de 2024

CORRUPCIÓN EN AUGE

 

Por: Octavio Díaz García de León


     Con frecuencia escucho a personas que se quejan de la corrupción que existe en el gobierno. Pero también noto un tono de resignación,  por lo que personas normalmente honorables,  prefieren convivir con ella dando mordidas para agilizar trámites, no pagar multas, hacer cosas que no permiten las normas o para obtener favores de funcionarios de gobierno, entre muchas otras formas de corrupción.

   Siempre hay un mecanismo de justificación: “me sale más barato”, “pierdo menos tiempo”, “no puedo hacer nada al respecto”, “ si no pago me van a perjudicar”, “de nada sirve denunciar”, “todo sigue igual y no castigan a los corruptos”. El argumento suele ser en el fondo: “ellos son los malos, no yo”. Pero la realidad es que se necesitan dos partes para que haya corrupción: el que la ofrece y el que la recibe y del lado del que la ofrece, hay muchos cómplices en los procesos de corrupción.

   Hay formas de corrupción que más bien son extorsiones, como las que realizan los policías o la Guardia Nacional cuando detienen a conductores y transportistas para exigirles dinero, aún si todo está en regla. En esto se distinguen poco de la delincuencia organizada que cobra derecho de piso, por ejemplo. De hecho, compiten con ella.

   Por otra parte, tenemos a la gran corrupción la cual es enormemente dañina porque no solo los montos involucrados son mucho mayores, sino la afectación al bien público se multiplica. Un tren o un metro mal hecho,  o un sistema de salud que no funciona, causa muertes.

   Pero esta corrupción se oculta mejor, pues para descubrirla se requieren investigaciones especiales de lavado de dinero, auditorías forenses y otro tipo de herramientas que solo están al alcance del propio gobierno, ya sea través de la Secretaría de la Función Pública, de la Unidad de Inteligencia Financiera o a través de la Auditoría Superior de la Federación. Cuando estas instancias no funcionan o su libertad de acción se ve coartada, la gran corrupción prolifera.

    Recientemente se han dado a conocer reportajes que implican a la familia del presidente López Obrador en actos de corrupción y tráfico de influencias. También se han publicado recientemente varios casos de posibles actos de corrupción que involucran a altos funcionarios del gobierno.  

    Llama la atención que ante estos reportajes y notas periodísticas, las instancias de fiscalización e investigación correspondientes, tales como la Fiscalía General de la República a través de la Fiscalía Anticorrupción o la Secretaria de la Función Pública,  no hayan manifestado públicamente que se investigará estas denuncias.

   Tampoco observamos una instrucción presidencial para que se investiguen estos reportajes por las instancias mencionadas,  para ver si tienen méritos las denuncias y las supuestas pruebas. Lo que hay es una gran ausencia de acciones por parte de las autoridades encargadas de combatir la corrupción en torno a estas revelaciones o, por lo menos, un gran silencio en torno a ellas. Ni que decir del Sistema Nacional Anticorrupción que tampoco se ha pronunciado al respecto y con lo cual se manifiesta una vez más, su falta de eficacia.

    En contraste, recuerdo el caso de la "Casa Blanca de las Lomas" en donde el presidente Peña salió a disculparse y a ordenar una investigación al Secretario de la Función Pública para dilucidar si existió conflicto de interés en la adquisición de dicha mansión.   Como era de esperarse, dado el propio conflicto de interés que había en que un subordinado investigara al presidente y no una instancia independiente, la investigación acabó exonerando al presidente Peña y su esposa.

   Pero por lo menos hubo investigación y los resultados de esta se pusieron a disposición de todo el público a través de internet, aunque ya no están disponibles. Estas revelaciones detuvieron la construcción del tren a Querétaro y la ex primera dama tuvo que deshacerse de esa casa.

    Finalmente es importante señalar la participación de empresarios en estos actos de corrupción. En chats y conversaciones diversas me percato que algunos de ellos están contentos con esta administración porque les están dando negocios, algunos de ellos de manera ilícita.

   Estos empresarios no tienen escrúpulo alguno en participar en actos de corrupción, pues lo ven como algo natural, como el costo de hacer negocios con el gobierno y no se paran a pensar en que violan la ley y en el daño que le hacen al país. Los gobernantes corruptos saben que a los empresarios con los que hacen negocios no les interesa el país, sino enriquecerse, y se aprovechan de ello.  

    Urge retomar el combate a la corrupción de manera decidida para evitar el enorme daño que ésta le causa al país. Esperemos que sea una prioridad para la próxima presidente y ojalá los empresarios que hacen negocios mediante la corrupción, tomen conciencia del daño que le hacen al país, para que dejen de ser cómplices en estos procesos.

8 de enero de 2024

TENER O NO TENER HIJOS

 

Por: Octavio Díaz García de León


   Llama la atención que los jóvenes en edad de tener hijos ya no quieren tenerlos. Prefieren adoptar mascotas tales como perros o gatos,  con los cuales han venido a sustituir a los hijos.

    Desde el principio de la humanidad los hijos se dieron en las peores condiciones de higiene y salud para las madres y para los niños. Sobrevivían unos pocos y en la mayor parte de los casos, al crecer,  se convertían en un instrumento utilitario como ayudantes y fuerza de trabajo para los padres. En muchas ocasiones, su llegada era temida por las madres y no siempre eran deseados.

   La invención de los anticonceptivos vino a dar la posibilidad de regular el número de hijos, su espaciamiento, e inclusive la posibilidad de no tenerlos,  sin necesidad de recurrir a la castidad y otros métodos menos eficaces. Puso además la decisión de embarazarse o no, en manos de las mujeres a quienes, por ello, se les dio la libertad de decidir ser madres o no.  

    Ante estas posibilidades, las mujeres pudieron incorporarse de forma masiva a la fuerza de trabajo y realizar proyectos personales más allá de la maternidad. Esto propició el que se fuera reduciendo el número de hijos por pareja, originando la inversión de la pirámide poblacional y ocasionando que haya más viejos que jóvenes.     

   Hay otros aspectos que han favorecido esta tendencia:  Económicos:  La dificultad para tener vivienda propia que albergue una familia; el costo de la educación, salud y el mantenimiento de los hijos por lo menos durante 20 años (llegan a ser más años) . Falta de tiempo: No existe una infraestructura de calidad que ayude a cuidar a los hijos auxiliando a los padres. Otras responsabilidades: Los jóvenes también se han visto forzados a hacerse responsables de adultos mayores, cada vez más longevos,  los cuales también carecen de infraestructura adecuada para sus cuidados. Personales: la falta de vocación parental; la pérdida de libertad para viajar, salir y divertirse; la imposibilidad para lograr proyectos de vida propios por atender a los hijos.

   También está la duda existencial propia de nuestra época secular. Si la vida no tiene propósito; si cada uno debe buscarse una razón de ser; si cada persona debe ser como Sísifo subiendo una roca a la montaña para al día siguiente volver a hacer lo mismo todos los días de su vida, con trabajos monótonos que no traen satisfacción o que solo sirven para generar ingresos para gastarlos en productos que no compran la felicidad, ¿qué perspectiva se le puede ofrecer a un hijo en un mundo así, que carece de sentido y que suele traer más sinsabores que dichas?

    Es así como tener hijos ya no es una decisión fácil. No todos los jóvenes están dispuestos a sacrificar tiempo, dinero y esfuerzo por el proyecto de vida de los hijos, el cual además, les debe ser ajeno,  pues se les debe criar para hacerlos adultos independientes, que realicen su propio proyecto de vida y no el de los padres.

   Tener hijos es pues un propósito bastante altruista, de largo plazo y además,  incierto. No se sabe qué tipo de dificultades acarreará la vida de los hijos a los padres. Todo esto lo observan los jóvenes en el entorno en el que fueron criados y si las condiciones para su propio crecimiento no fueron las mejores, seguramente también influirá en su decisión de no repetir malas experiencias.

    Sin embargo, considero que la experiencia de formar una familia es un proyecto que vale la pena y acarrea muchísimas satisfacciones. Por ejemplo,  la satisfacción emocional de una relación padre-hijo; el conservar las tradiciones y valores familiares; el continuar el legado familiar; el disfrutar la compañía que proporcionan los hijos; el tener  apoyo y compañía en la vejez; el satisfacer el instinto biológico de reproducirse;  el formar una familia como una forma de aprender nuevas capacidades y adquirir una perspectiva sobre la vida más completa; el formar hijos para que aporten positivamente a la sociedad; el amor incondicional padres-hijos que es algo profundo e irreemplazable; o sencillamente por el  simple gusto de tener hijos como una forma de orgullo, satisfacción y autorrealización.

    Lo que hace falta es la infraestructura de apoyo para que los proyectos de vida de los jóvenes padres no se frustren por tener hijos. Por ejemplo,  proporcionar ayuda económica; dar infraestructura para cuidados de los niños fuera del hogar; otorgar tiempo libre para atenderlos; dar capacitación para educar a los hijos y no llegar como unos improvisados a la paternidad.

    El Estado tiene una gran tarea para apoyar a los padres en estos aspectos y la sociedad tiene pendiente la tarea de darles razones a las jóvenes parejas para tener hijos: que vean el lado positivo y tengan los apoyos necesarios para que los prefieran a sus mascotas, pero siempre, respetando su decisión.  

9 de diciembre de 2023

ESPIONAJE TELEFÓNICO


Por: Octavio Díaz García de León

 

    En mi artículo anterior en esta columna mencioné la existencia del malware de intervención telefónica llamado Pegasus, desarrollado por la empresa israelita NSO. Este programa permite espiar a través de teléfonos celulares, sin que la persona atacada se entere, con el cual se puede tener acceso a toda la información que está en el aparato y escuchar y leer todas sus comunicaciones.

    Además, permite tener acceso al micrófono para escuchar lo que ocurre en el entorno del teléfono y a las cámaras del aparato para observar lo que estas captan, sin importar si está el aparato apagado.  Con este malware, el smartphone se convierte en uno de los aparatos de espionaje más poderosos que se han desarrollado.

   De acuerdo con notas publicadas en el periódico Reforma y Animal Político, en días recientes ha sido llevado a juicio un empleado de una filial de la empresa Grupo KBH propiedad de dos personas de origen israelita, la cual,  bajo contrato con autoridades del gobierno mexicano, en el sexenio de Peña Nieto intervino con Pegasus a periodistas como Carlos Loret de Mola, Carmen Aristegui y  empresarios destacados como Germán Larrea, Carlos Slim y directivos de Televisa.

   Un testigo protegido que proporcionó esta información dijo que la lista de los objetivos de espionaje contenía 1,500 teléfonos, pertenecientes a personajes relevantes de la vida nacional. Las intervenciones las realizaba esta empresa por   del entonces Secretario de Gobernación y del entonces Director General del CISEN.

   Según el libro Pegasus recién publicado y escrito por quienes encabezan a la organización Forbidden Stories, quienes dirigieron a un consorcio de periodistas  de todo el mundo para investigar el uso ilegal de Pegasus, revela como recibieron una lista de 50,000 teléfonos intervenidos, de los cuales 15,000 números eran de México, haciendo a nuestro país el usuario más grande del mundo de Pegasus durante el sexenio de Peña Nieto. 

   De acuerdo con notas del New York Times,  Pegasus continúa siendo utilizado de forma exclusiva por los militares mexicanos y ahora ellos  son el usuario más grande a nivel mundial, de este malware. Entre las personas espiadas en esta administración se encuentran defensores de derechos humanos, periodistas, funcionarios, etc.  El gobierno de México ha pagado 60 millones de dólares por usarlo.

    Seguramente Pegasus ha sido adquirido mediante las partidas presupuestales, dedicadas a gastos de seguridad nacional, las cuales en el sexenio de Peña crecieron significativamente, ya que entre 2013 y 2018 ascendieron a 65 mil millones de pesos, de los cuales 14 mil millones fueron ejercidos por el CISEN, cifra que representó el 45% de su presupuesto.

   Estas partidas se manejan con un alto grado de secrecía y carecen de una rendición de cuentas adecuada.  Actualmente buena parte de este dinero se utiliza para pagar bonos extraordinarios a funcionarios que se supone corren riesgos, aunque revisando la lista, para muchos de ellos es solo un sobresueldo que no se justifica.

    Este malware es de gran utilidad para combatir a la delincuencia organizada, a funcionarios y empresarios corruptos y a otros malhechores.  Pero que sea utilizado para espiar a ciudadanos inocentes representa una falla en la operación de la inteligencia gubernamental, al estarse violando leyes y con ello, amenazar a nuestro régimen democrático.

    Por ello, requiere que haya supervisión y vigilancia independiente sobre su uso, para evitar espiar a personas sin vínculos criminales o que se pretenda utilizar esta información para poner en riesgo vidas o someter a presiones y amenazas a personas que pueden ser molestas para el régimen en turno.  

   Sería conveniente una revisión a la Ley de Seguridad Nacional ya que actualmente la única instancia que puede solicitar intervenciones de comunicaciones es el Centro Nacional de Inteligencia, antes CISEN, y darle un sustento legal adecuado a las actividades de espionaje que legítimamente realiza el gobierno federal.

    Es conveniente, a la vez, que haya un estricto control de las importaciones tanto de hardware como de software para el espionaje,  las cuales deben ser tratadas con las restricciones propias de armas ofensivas de uso militar, pues ya se vio que la empresa israelita NSO operó libremente en México vendiendo este malware a gobiernos estatales y empresas privadas.   

    También se requiere una mayor supervisión y limitación a los gastos de las partidas de seguridad nacional, ya que como se vio, los gastos al amparo de estas partidas en el sexenio de Peña Nieto se convirtieron en la nueva partida secreta del presidente o de los secretarios que la ejercieron y, más recientemente,  en pretexto para pagar importantes sobresueldos.

   Es conveniente que el gobierno use estas herramientas de espionaje de grado militar para combatir a la delincuencia pero, a su vez, debe existir una regulación estricta que impida su uso para violar los derechos humanos de personas inocentes. 

26 de noviembre de 2023

DEPENDER DE TELÉFONOS INTELIGENTES

 

Por: Octavio Díaz García de León

    El teléfono, patentado por Alexander Graham Bell en 1876, fue un gran avance técnico. La posibilidad de comunicarse a distancia entre dos personas amplió las posibilidades de actuación de los seres humanos. Sin embargo, al estar conectados los teléfonos mediante cables,  hacía imposible su movilidad.  

    En la década de los cincuenta del siglo pasado surgieron los primeros teléfonos inalámbricos. Eran aparatos difíciles de transportar y solo podían funcionar unos pocos al mismo tiempo. No fue hasta finales de los años setenta que se desarrolló la tecnología celular, con la cual se puede reutilizar el espectro radio eléctrico y elevar la capacidad de la red, casi sin límites. 

   Los teléfonos móviles pasaron de ser toscos y muy caros hasta alcanzar tamaños de bolsillo y precios accesibles. Pero su uso estaba limitado a hacer llamadas de voz y mandar algo de texto. La introducción del iPhone de Apple en 2007 ocasionó una revolución en el mundo de la tecnología personal. Esto, aunado a la evolución de la tecnología celular, la cual ya va en la quinta generación (5G), y la liberación de nuevas frecuencias, permitió la explosión del mercado de telefonía móvil en todo el mundo. En México hay 97 celulares por cada 100 personas,  similar al resto del mundo.

   Son tales las capacidades del celular “inteligente”, que la dependencia de estos se ha vuelto preocupante. Por ejemplo el acceso a servicios bancarios.  Desde el celular se manejan ahorros, pagos, transferencias, cobros y se sustituyen los pagos con tarjetas o en efectivo. 

    Estos celulares han sustituido a las cámaras fotográficas y de video. Los álbumes fotográficos pueden residir en estos aparatos o en la “nube”. Se puede acceder a toda la música grabada comercialmente; a películas, series documentales y cualquier material audiovisual; sintonizar la televisión o el radio; recibir y enviar correos;  leer un libro, periódico o revista; ver la hora, el clima, recibir alertas sísmicas, etc.

    Para abordar un avión, entrar a un espectáculo o a cualquier lugar que antes requería un boleto físico, ahora basta con presentar un código generado en el teléfono. También se puede solicitar un viaje en carro de alquiler; un cuarto de hotel o un alojamiento vía servicios como Airbnb. Con las redes sociales se posibilita la comunicación con grandes auditorios.

   También se puede vigilar el estado de salud personal, el ejercicio realizado, observar los signos vitales y compartir esto con el médico en tiempo real. Además, en caso de emergencia,  se realizan llamadas automáticas de auxilio y se puede localizar a una persona extraviada, mediante su celular.

    Se usan para conducir un vehículo mediante un mapa electrónico que guía al conductor en tempo real,  con información de embotellamientos y ofreciendo rutas alternativas.  Existen millones de servicios y aplicaciones a las que se puede acceder a través de un teléfono “inteligente”.

  Todo esto va creando una riesgosa dependencia del aparato y los servicios que provee, de lo cual somos poco conscientes,  hasta que perdemos el aparato.

   Si a eso agregamos que gracias a programas de espionaje como el malware Pegasus, del que las autoridades de México son el usuario más grande del mundo (El gobierno de México cuenta con alrededor de 15,000 licencias para intervenir teléfonos), el panorama se puede volver distópico.

   El malware de Pegasus permite a quien interviene el teléfono, sin que la persona atacada se entere,  tener acceso a toda la información que está en este, tal como fotos, direcciones, agenda, mensajes o correos y puede escuchar o leer cualquier tipo de comunicación. También otorga acceso al micrófono, a la cámara y a la ubicación en tiempo real, no importando si está encendido el teléfono o no. Para el espía se convierte en la mejor herramienta para conocer toda la vida e información del espiado. 

   En teoría,  solo los gobiernos pueden tener acceso a estas licencias para combatir a delincuentes,  pero en México no es un consuelo, porque si bien se sabe que se espía a malhechores, con gran frecuencia se usa para espiar a periodistas, opositores, altos funcionarios y otros objetivos de interés para el gobierno. Las autoridades solo deberían usar estas herramientas por razones legalmente válidas y dejar de espiar a opositores y personajes incómodos. 

    Ser tan dependientes de los teléfonos “inteligentes”, por útiles y avanzados que sean todos los servicios que ofrecen,  es preocupante. Especialmente cuando de ellos pueden depender salud, finanzas, seguridad y vida privada de los usuarios. El hecho de que toda esa información y actividad pueda ser extraída y usada en perjuicio de las personas,  es un ataque a la privacidad y al estado de derecho.  

    Es oportuno valorar hasta donde se está dispuesto a depender de estos aparatos considerando los riesgos que implica su uso. En todo caso, se deben tomar medidas para evitar una dependencia excesiva de ellos; para no exponer la privacidad,  la seguridad física y la financiera;  y evitar que gobiernos los usen de forma ilegal.