26 de abril de 2024

CIUDAD EN RIESGO

  

Por: Octavio Díaz García de León   

     La contaminación del agua en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México es una más de las señales de alarma sobre la inviabilidad de esta ciudad. Las autoridades no han podido explicar el origen de la contaminación y se tardaron mucho en controlar el fenómeno que afecta a decenas de miles de habitantes de dicha alcaldía. Los vecinos cerraron vialidades importantes en protesta lo cual solo fue una pequeña muestra de lo que pudo ocurrir de haber continuado el problema.

    Pero esta zona de la ciudad no solo padece el problema del agua contaminada sino también el fenómeno de los microsismos que tienen sus epicentros en la zona de Mixcoac y que afectan principalmente a las alcaldías Álvaro Obregón y Benito Juárez.

    La Ciudad de México se asienta en una zona volcánica. El más reciente volcán, el Xitle, hizo erupción hace apenas dos mil años, que en términos geológicos no es nada. Por ello,  los riesgos asociados a sismos y actividad volcánica están muy presentes. Afortunadamente parece que los microsismos no tienen naturaleza volcánica y tienen que ver más bien con una falla,  pero no hay certeza al respecto.  Por otra parte, el riesgo de macro sismos es una realidad que puede cobrar muchas vidas en esta ciudad,  como ya hemos visto. 

    Otra señal de alarma es la falta de agua que padece la zona metropolitana de la Ciudad de México y que también puede hacer crisis pronto. Las imágenes de la presa de Valle de Bravo secándose, son impactantes y reflejan el agotamiento del sistema Cutzamala. Ante una temporada larga de sequía, el suministro de agua a la Ciudad de México se ve seriamente afectado.  

    La falta de inversión en la red de distribución de agua, por donde se fuga una gran parte de ella, la falta de plantas de tratamiento de aguas residuales y la falta de inversión en nuevas fuentes de agua para la ciudad son prueba de la falta de interés o incapacidad de las autoridades.

   Otra señal alarmante y prueba del mal gobierno que ha sufrido la ciudad por décadas es el abandono y consecuente deterioro que ha sufrido el Metro, otrora orgullo de la ciudad y que hoy se está deshaciendo, con grave riesgo para los 5 millones de usuarios diarios que transporta y que ya se manifestó trágicamente con la caída de la línea 12 del Metro, la cual costó la vida a 27 personas y 80 resultaron lesionadas.

    El resto del transporte público es lamentable, el cual incluye peseros carcachas, taxis deteriorados, monopolios que afectan a usuarios en el aeropuerto de la ciudad,  un sistema de microbuses destartalados y el Metrobús que ya también está saturado.

   En cuanto al tráfico vehicular, el tiempo que se pierde en embotellamientos es excesivo. A esto se le agrega el crecimiento explosivo de motocicletas, debido a que un importante segmento de la población el cual no se puede comparar un auto, ni le sirve el transporte público, recurre a este peligroso medio de transporte que constantemente causa graves accidentes.

   El colapso de los sistema de salud en todo el país también se reflejan en la Ciudad de México. Basta recordar lo que ocurrió durante la pandemia,  cuando ocurrieron escenas dantescas y un número excesivo de muertes evitables. Peor aún, fue el papel de las autoridades charlatanas que se pusieron a experimentar con la población, distribuyendo irresponsablemente Ivermectina,  cuando no había un solo dato científico serio que apoyara el uso de este desparasitador para curar el COVID. Desafortunadamente el sistema de salud de la ciudad sigue en crisis como el del resto del país.

     Ni que hablar de la seguridad y la corrupción que permea por toda la ciudad.

    A principios de sexenio, el presidente López Obrador dijo que se iban a sacar a dependencias y entidades del gobierno federal de la Ciudad de México. Recuerdo que la SEP instaló oficinas para su secretario en Puebla;  el IMSS,  a cargo de Germán Martínez,  ubicó un edificio histórico en Morelia;  y me parece que el secretario de Salud despacha en Acapulco, aunque no sé si siga allí después del huracán Otis.  

    Esta prometida descentralización que podía haber sido una buena idea si se hubiera hecho como en el caso exitoso del INEGI,  resultó una más de las promesas incumplidas por el presidente López Obrador y acerca de lo cual no hubo una explicación. Hubiera estado bien que la presidencia se hubiera trasladado a Tabasco y no al Palacio Nacional, símbolo del centralismo que aqueja a nuestro país.

    Ahora que hay cambios de gobierno, ojalá los próximos responsables tengan entre sus prioridades rescatar a la Ciudad de México del caos y los riesgos en que se encuentra,  retomen  la posibilidad de descentralizar oficinas fuera de la ciudad y que la iniciativa privada haga lo mismo.  

 

15 de abril de 2024

PROPUESTA ANTICORRUPCIÓN DE SHEINBAUM

 

Por: Octavio Díaz García de León


   A principios de abril la candidata presidencial por MORENA, Claudia Sheinbaum, presentó su propuesta anticorrupción. Lo hizo rodeada por el equipo que preparó la propuesta, encabezado por Javier Corral y el cual incluye personas conocedoras de los temas.

   Existen algunos paralelismos entre Corral y Barrio, primer Secretario de la Contraloría con Fox: ambos son chihuahuenses y ex gobernadores de su estado, y a los dos se les encargó el tema de cómo combatir la corrupción.  Esperemos que, de ganar Sheinbaum y ser Corral el encargado,  el paralelismo no se dé como en el caso de Barrio, cuando este prefirió buscar la presidencia de México, renunciando a la Secretaría de la Contraloría a medio sexenio.  

   Al nuevo responsable de combatir la corrupción le tocará investigar y, de ser procedente, sancionar los innumerables casos que se han descubierto en la presente Administración, los cuales incluyen asuntos que involucran a la familia del presidente López Obrador y a varios de sus allegados, de tal forma que este sexenio pinta peor en materia de corrupción que el de Peña Nieto. Tan solo el desfalco a Segalmex rebasa por mucho cualquier caso de corrupción de sexenios anteriores. La pregunta es si tendrá los arrestos y el apoyo necesario para hacerlo.

   En cuanto a la propuesta anticorrupción de Sheinbaum hay aspectos positivos y carencias. Por lo pronto, ya ni siquiera menciona al Sistema Nacional Anticorrupción que demostró su inutilidad y al que quizá le dé sepultura. Tampoco menciona una posible desaparición del INAI,  institución a la que tanto ha combatido el presidente López Obrador.  

   La propuesta abarca temas ya conocidos tales como digitalización de trámites, mejorar contrataciones públicas,  mejorar coordinación entre órdenes de gobierno, favorecer las licitaciones públicas, registrar socios de empresas licitantes como beneficiarios finales, combatir a empresas fantasma y de fachada, hacer delito la simulación en contrataciones públicas, entre otras.

   Entre las carencias de la propuesta se puede mencionar el que no se le dé prioridad al servicio profesional de carrera; el que no se le dé un apoyo decidido a la transparencia; y el insistir en combatir a la corrupción por la vía administrativa en lugar de la penal. Tampoco se define cual será el papel de los órganos internos de control,  entre muchas otras.

   Como novedades se pueden mencionar: el revisar el sistema de fe pública y transparentar y promover la integridad de los notarios públicos; el aumentar el plazo de prescripción de las faltas administrativas; el eliminar las exclusiones a la aplicación de la ley de adquisiciones; y el someter a los responsables de adquisiciones a controles de confianza, entre otras. 

   Comentaré aquí tres aspectos de la propuesta de Sheinbaum:  

    1.    Agencia Federal Anticorrupción. A diferencia del Sistema Nacional Anticorrupción que no tiene capacidad operativa, esta Agencia estaría especializada en combatir la corrupción desde el punto de vista administrativo,  con herramientas para investigar y perseguir este tipo de faltas administrativas. Para crear esta Agencia se continuaría desmantelando a la Secretaria de la Función Pública, quitándole funciones, al trasladar a la Agencia la capacidad de investigar faltas administrativas graves. Esta Agencia a su vez turnaría los expedientes al Tribunal Federal de Justicia Administrativa para su substanciación, resolución y en su caso, sanción.

     2.    Secretaria de la Función Pública. Al quitársele las funciones de investigar faltas administrativas graves,  se quedaría con el control interno del gobierno federal, de su desarrollo administrativo y continuaría con la investigación y sanción, en su caso, de faltas administrativas no graves. Esto último plantea que muy pocos servidores públicos se podrían trasladar a la Agencia. También continuaría a cargo de nombrar titulares de Unidades de Administración y Finanzas (Antes oficiales mayores) en el gobierno federal, con el consecuente conflicto de interés.  También se contemplan modificaciones a la Ley General de Responsabilidades Administrativas.

       3.    Delitos de Corrupción. Se propone desarrollar un modelo nacional para investigar delitos de corrupción, respaldado por una Ley General para Investigar y Sancionar Delitos por Hechos de Corrupción. Esta ley ahondaría en la tipificación de conductas delictivas que actualmente quedan impunes. Además,  se fortalecerían fiscalías y tribunales anticorrupción y se haría responsables penalmente a las empresas. Algo muy importante es que se propone el desarrollo de un sistema de inteligencia anticorrupción, herramienta clave para combatirla.

    Pero lo fundamental no es si la propuesta de la candidata Sheinbaum es buena o mala,  sino que, en caso de llegar al poder, saber si verdaderamente combatirá la corrupción de este sexenio. Esto no podremos saberlo por ahora.

    Sabemos que la candidata Sheinbaum no ha dicho que combatirá la corrupción de la actual Administración e incluso ha salido a defender a algunos de los actores. Es así como, sin voluntad política, las mejores propuestas fracasan. Por ello, la alternancia de los partidos en el poder es una buena forma de combatir a la corrupción.      


1 de abril de 2024

LA LEY DE LA SELVA

 Por: Octavio Díaz García de León


   Hace unos días, la niña Camila de 8 años fue asesinada en Taxco,  supuestamente por una amiga de su mamá que la había invitado a una alberca en su casa. A la madre de la niña se le hizo creer inicialmente que había sido secuestrada, dado que le exigían dinero por su liberación, pero muy pronto, con ayuda de los vecinos que tenían cámaras alrededor de la casa a la que fue invitada la menor, se pudo constatar que la niña había llegado feliz a la casa de la amiga y salió de ella sin vida en una bolsa negra. Aparentemente murió por estrangulamiento y el cuerpo fue arrojado en una carretera cercana. Pronto localizaron el cadáver y la indignación de la familia, vecinos y amigos creció de manera desmedida.

    Hay unas pocas imágenes de las cámaras que grabaron la llegada alegre y la salida sin vida de la niña. Luego corrieron abundantes imágenes en redes sociales de como una turba linchó a los tres presuntos secuestradores de la niña. La probable homicida resultó muerta. Los otros dos, sus hijos,  están graves.

    Todo ello ante unos policías que se limitaron a contemplar la escena, intentando llevarse, sin muchas ganas, a los agredidos. Los policías fueron incapaces de contener a la turba enardecida. Tampoco se les ocurrió llevar a un hospital a los atacados, que habían quedado en muy mal estado. En un video se observa cómo los policías bajan del vehículo policial a la mujer golpeada, como si fuera un costal, sin ninguna consideración al estado en el que se encontraba.

    Llama la atención el grado de violencia en ambos acontecimientos. El asesinato de Camila refleja una brutalidad y carencia total de valores por parte de los presuntos infanticidas (dado que no hubo investigación y juicio, no se tiene la certeza). De igual forma,  su  linchamiento fue de un salvajismo desmedido.

  En medio de todos estos acontecimientos lamentables sobresale una incapacidad, y en ocasiones, ausencia total por parte de las autoridades municipales y estatales, lo cual confirma que tanto el Estado de Guerrero como varios municipios de esa entidad,  tales como Taxco, Acapulco, Iguala y Chilpancingo, entre otros, tienen gobiernos fallidos. Lo que impera en Guerrero es la ley de la selva.

   ¿Qué está produciendo en México este fenómeno? ¿Qué hemos hecho tan mal como sociedad que ha producido a estos personajes deleznables? Parte de la respuesta es la ausencia de estado de derecho,  lo cual permite la impunidad y, por lo tanto, el que se comentan delitos sin temor. Otra parte es la descomposición moral de la sociedad, la deshumanización y la falta de empatía, derivados del fracaso educativo y familiar.

   También influye el que sectores de la sociedad deliberadamente promueven el salvajismo. Por ejemplo,  la delincuencia organizada tiene métodos de reclutamiento y formación que logran deshumanizar a los sicarios desde muy pequeños. Los enseñan a cometer todo tipo de atrocidades que luego exhiben en redes sociales. A los sicarios que se resisten simplemente los eliminan. ¿Será que esta descomposición ya permeó a otros sectores de la sociedad? Probablemente, porque ante la impunidad, cualquier comportamiento se vale.

   El fenómeno no es nuevo. Se ha dado en otros países donde personas normales e incluso con altos niveles educativos, fueron capaces de cometer los peores crímenes. Por ejemplo,  en los regímenes totalitarios de Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot, Pinochet, Videla y un largo etcétera. Sin compasión ni vestigios de humanidad,  los esbirros de estos gobiernos fueron capaces de cometer los peores crímenes. Estos regímenes crearon condiciones que permitieron que la violencia llegara a grados extremos.     

  En México, estas condiciones perversas se están fortaleciendo gracias a gobiernos fallidos y la ausencia de estado de derecho. Por ello, las expresiones de violencia están creciendo.  No solo son los más de 180 mil asesinatos que van en este sexenio; los más de 100 mil desaparecidos durante varios sexenios; y la violencia en calles y carreteras por incidentes de tránsito, robos y extorsiones.

  También la violencia contra la población debida a las malas políticas gubernamentales en materia de salud que causaron más de 800 mil muertos en la pandemia, el dejar sin vacunas a niños,  sin medicinas a los enfermos y sin tratamientos contra el cáncer, etc., ocurridas por negligencia o incapacidad de las autoridades. Por otra parte, también está la violencia cotidiana en los hogares, la cual produce feminicidios e infanticidios.

   Es tiempo de reflexionar cómo podemos transitar a un país libre de violencia, empezando por los hogares y luego en círculos concéntricos por el resto de los estratos de la sociedad. Debemos construir una sociedad que recupere la compasión y elegir gobiernos que ayuden a recobrar esa humanidad perdida, para que lo sucedido en Taxco no se convierta en un acontecimiento cotidiano.