19 de febrero de 2024

VIOLENCIA INCONTENIBLE

 

Por: Octavio Díaz García de León

     Hace unos días los obispos de la Iglesia Católica en el estado de Guerrero se reunieron con los cabecillas de los grupos criminales que tienen asolado este estado. Los obispos querían que cesara la violencia o, por lo menos, como decía uno de ellos en un noticiario matutino, que los asesinatos no ocurran en las ciudades. Mejor que ocurran en el campo, lejos de las miradas de la gente. La conferencia Iglesia-Narco fracasó, porque la lógica de los grupos delincuenciales no es la civilizatoria, sino la de la barbarie.

    Bukele así lo entendió: respondió a la barbarie con la misma medicina y le dio resultado. El Salvador era uno de los países más violentos del orbe y ahora es uno de los más pacíficos; lo logró en cinco años. Se puede contrastar con la estrategia de abrazos, no balazos,  en un mismo período de cinco años que se llevó a cabo en México, para ver cuál funcionó mejor.

    Bukele decidió combatir a las bandas criminales dejando de lado el respeto a los derechos humanos y le dio resultado. Con este éxito y su talante antidemocrático, El Salvador seguramente lo tendrá como dictador las próximas décadas. La población reconoce en las urnas cuando hay un gobernante que resuelve sus problemas, aunque en este caso, el precio sea darle el poder a un autócrata.

    Si llegara un Bukele a gobernarnos, cosa que no va a ocurrir, quizá no sabría a quien recurrir para enfrentar a los más de 170,000 delincuentes que se han estimado que trabajan para el crimen organizado. El Ejército y la Marina Armada han sido desviados de su función principal de proveer seguridad,  para ocuparlos en otro tipo de actividades.

    La Guardia Nacional, una rama del Ejército, tampoco ha podido, o no la han dejado, reducir la violencia ni acotar el poder de los grupos criminales. Las policías estatales, con algunas excepciones, no tienen capacidad para enfrentarlos y las policías municipales suelen estar cooptadas por el crimen organizado. Además, el enemigo está en casa pues la corrupción permea en los cuerpos de seguridad.

    La violencia en México está relacionada con la avalancha de fentanilo que está recibiendo Estados Unidos y que le provocó más de 110 mil muertes en 2023. Por ello algunos congresistas americanos han propuesto que las fuerzas armadas de ese país tomen en sus manos el combate a los narcotraficantes directamente en México.

    Esto podría ser una solución, pero tampoco va a ocurrir. Los gobiernos de Estados Unidos no son tan radicales como para tomar una medida tan extrema. Sobre todo cuando dependen de México para frenar la inmigración ilegal a su país.

    La situación es muy delicada ante las elecciones que se avecinan en nuestro país. La disputa por la nación la están perdiendo las instituciones del Estado mexicano ya que los delincuentes pueden imponer a sus candidatos,  tal y como ocurrió en diversas regiones del país en las elecciones de 2021, o como ha ocurrido en estados como Guerrero y Michoacán desde hace muchos años. Estos grupos están tan entrelazados con los políticos locales que ya no es posible distinguirlos.

    ¿Querrá la próxima presidente enfrentar y resolver el problema? Tendrá que ser muy creativa. Se habla de usar Inteligencia; de quitarle reclutas al narco mediante desarrollo social; de fortalecer policías; de coordinarse mejor. Por cierto, no he escuchado que combatir la corrupción sea una prioridad y sin ello no se podrá resolver el problema. Pero todo esto ya se ha intentado sin éxito.

    ¿Cuál podrá ser la mejor estrategia? ¿Qué la presidente negocie con los capos como intentaron hacerlo los obispos? ¿Contratará un ejército de mercenarios bien entrenados como los que combatieron en Irak? ¿Pedirá a los americanos que ataquen a los narcos con drones y misiles? ¿Solicitará a Bukele asesoría para combatir a la delincuencia?¿Construirá varias decenas de cárceles de alta capacidad para alojar a centenas de miles de delincuentes? ¿Se olvidará de los derechos humanos y regresará a la política de “mátalos en caliente” para erradicar a los bandidos como en tiempos de Porfirio Díaz (que por cierto sí funcionó)?

  La nueva presidente y su gabinete tendrán que usar imaginación, talento y fuerza. No veo como una estrategia de apapacho a los criminales pueda tener éxito, a menos que se quiera rendir la plaza. Lo que es indudable es que llegando, deberán tratar de resolver el problema en muy corto tiempo antes de que sea demasiado tarde.

   Por lo pronto, dado que no se tienen muchas herramientas para evitar que la delincuencia organizada se apodere de puestos públicos a través de las elecciones que se avecinan, tendrá que estar preparada para erradicar a la narco política del país para evitar que México se convierta en un Estado fallido o Narcoestado.


4 de febrero de 2024

MEJORAR LA VIDA DE TODOS

  

Por: Octavio Díaz García de León

Para Gabriel Zaid

     La humanidad tiene la posibilidad de resolver casi la totalidad de los problemas del mundo, gracias a los avances tecnológicos. Entre ellos, la capacidad de alimentar, proveer casa y vestir a todos; proveer atención médica de alta calidad para cada ser humano; dar suficiente educación para proporcionar una vida intelectual madura; erradicar la guerra; dar suficiente libertad a cada individuo para minimizar restricciones ilegítimas que le impidan disfrutarla; y tener energías limpias que satisfagan la demanda de toda la población. Esto lo dice C. West Churchman el gran experto en análisis de sistemas, en su libro ya clásico, “El Enfoque de Sistemas”.

    Él se pregunta, ¿por qué no los hemos resuelto? ¿qué lo impide? Dice que el problema es que todos estos aspectos se traslapan,  están interrelacionados y presentan por ello, una alta complejidad. No estamos organizados de una manera adecuada para resolverlos.

    Esto lo podemos ver con claridad en México. Tenemos recursos, tecnología,  infraestructura; lo que nos haga falta lo podemos conseguir en el mercado mundial. Pero ha faltado el talento, el know-how y la organización para resolver los problemas de nuestro país.

    Ningún gobierno ha estado a la altura del reto y tampoco la sociedad ha tenido la capacidad para hacerlo. La tarea de dirigir al país se le ha delegado a los partidos políticos, que saben acceder al poder, pero en general, no han sabido gobernar para mejorar la vida de la población. Hace falta tener un gobierno con altura de miras, capacidad intelectual, conocimientos para resolver problemas y con capacidad de ejecución.

    El talento existe en México, aunque esté diezmado por la emigración, no solo de buenos trabajadores, sino de profesionales de todas las ramas que prefieren buscar oportunidades en el extranjero. Por otra parte, para las personas preparadas que se quedan en México, trabajar en gobierno ya no es atractivo.

    El empobrecimiento de los gobiernos se inició en la Ciudad de México a partir de 1997, cuando la oposición empezó a gobernar. Este esquema de desmantelamiento del gobierno bajo el pretexto de la austeridad, que en el gobierno federal se inició con Fox y se profundizó con López Obrador, ha ahuyentado al mejor talento del gobierno,  al reducir sueldos y ofrecer condiciones de trabajo precarias, a la vez que se han abierto las puertas de la corrupción al quedarse funcionarios con capacidades limitadas y sin vocación de servicio público.

   La pérdida de capital humano en el gobierno ha sido devastador y se puede observar en este sexenio en las grandes carencias que existen en materia de educación; el desastre del sistema de salud que ya ha causado más de un millón de muertos; la violencia y la inseguridad que han provocado más de 170 mil asesinatos en este sexenio; el desperdicio absurdo de recursos en proyectos faraónicos sin futuro; la destrucción del medio ambiente con el tren Maya y por el uso de energías sucias; el lamentable manejo de la infraestructura de comunicaciones tal como la cancelación del nuevo aeropuerto de la ciudad de México y su sustitución con un aeropuerto sin uso y sin futuro; el abandono al campo; el fracaso en el combate a la corrupción; entre muchos otros aspectos de la vida pública.

   Revertir la destrucción del talento en áreas de gobierno tomará años y requerirá políticas de recursos humanos de vanguardia. No solo mejorar sustancialmente sueldos y prestaciones, sino modificar procesos de trabajo para que las instituciones den resultados.  Se tendrá que desplazar a los recomendados que han llegado a poblar los puestos de todo el gobierno,  cada vez con menos talento, vocación o capacidad y detener una corrupción creciente y sin freno.

   La próxima presidenta de México hereda un país que tiene todo el potencial para resolver sus problemas. Está por verse si podrá siquiera detener el proceso de deterioro. Una candidata dice que, como ingeniera, sabe cómo resolver problemas y que puede hacerlo con los de México;  la otra dice que continuará con lo que se ha venido haciendo este sexenio, lo cual apunta a empeorar la situación. Ambas están por recibir un país en crisis y debemos ayudar a quien quede de presidenta, a sacar adelante al país.

   El Prof. Churchman creía que con la ingeniería de sistemas se podían resolver los complejos problemas que enfrenta la humanidad. Desafortunadamente no veo en el panorama nacional a expertos proponiendo soluciones. Solo se escuchan propuestas que son más de lo mismo, sin imaginación, ni técnica.   

    Yo creo que sí se pueden resolver los problemas de México. Ojalá tengamos los liderazgos que lo logren. Se lo debemos a quienes están pensando huir a países que funcionan bien, pero sobre todo,  a los que no tienen posibilidades de salir del país, pero que sí tienen derecho a vivir mejor.