21 de junio de 2019

POLÍTICA NACIONAL ANTICORRUPCIÓN




Por: Octavio Díaz García de León.

    La idea: Después de una gran consulta ciudadana y de un enorme trabajo  integrando estudios y diversas opiniones, se formuló una propuesta de Política Nacional Anticorrupción. Una contribución valiosa a la ya larga lista de estudios y propuestas sobre combate a la corrupción. Sin embargo, el reto sigue estando en producir resultados y no está claro si esta política los dará.

     El Comité de Participación Ciudadana junto con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA)  publicó una propuesta de Política Nacional Anticorrupción que consta de  185 páginas (https://cpc.org.mx/?page_id=13916), la cual  incluyó una consulta ciudadana a 14,079 personas, 64 entrevistas a profundidad a expertos y ocho foros regionales.

     Del diagnóstico que se presenta en dicho documento se desprende que hay altos niveles de impunidad, persistencia de amplios márgenes de discrecionalidad en el servicio público, débil involucramiento de la sociedad en el control de la corrupción y distorsión de la relación gobierno-sociedad que propicia el uso de corrupción como norma de relación.

    A partir de estos fenómenos se plantean cuatro grandes ejes que atienden estos problemas y se proponen 60 prioridades para atenderlos.

    Una radiografía del documento nos arroja que de las 185 páginas de la propuesta, un 15.6% se dedicó a la introducción, metodología y referencias, un 63.2% se dedicó al diagnóstico, un 16.2% a describir la política y solo un 4.3% del documento  a lo que yo creo es el meollo del problema: a  la implementación, seguimiento y evaluación de la política. Quizás esto último  sea el verdadero reto, suponiendo que la política sea la adecuada.

    Pero la política propuesta tiene algunas deficiencias. Empezando porque es desafortunado que fueran 60 prioridades,  lo cual  impide distinguir aquellas que son más importantes pues no todas  tienen la misma relevancia.   

    Hizo falta también conocer cuál es el impacto que cada una de estas prioridades tendrán en reducir la corrupción y entender cuál es la relación causa - efecto entre las prioridades propuestas y el abatimiento de la corrupción.

     En ese sentido, no está claro cuál podría ser el impacto en reducir la corrupción de algunas prioridades; por ejemplo: generar un catálogo nacional de programas sociales; formar una coalición de empresas íntegras; fortalecer el papel de los Comités de Participación Ciudadana en los procesos de comunicación a ciudadanos y otros actores acerca de su rol e importancia en el combate a la corrupción; fomentar procesos de colaboración interinstitucional entre el SNA y el sistema educativo en materia de formación cívica, ética, integridad y derechos humanos; promover la generación de criterios mínimos para la elaboración y aplicación de políticas de recursos humanos por parte de los entes públicos, etc.

    Las sesenta prioridades podrían parecer  un catálogo de buenas intenciones sobre una diversidad de temas a los que se intenta conectar con el combate a la corrupción.

     El documento quizás pudo ser más sencillo. Tener a lo mejor cinco prioridades en lugar de 60. Identificando aquellas acciones que más impacto tienen en el combate a la corrupción con una relación causa – efecto demostrada por las experiencias internacionales y locales.

   Por otra parte, entre las  prioridades no está, por ejemplo, el revisar y modificar la Ley General de Responsabilidades Administrativas cuyas deficiencias propician la impunidad y dificultan de manera directa el combate a la corrupción. 

    ¿Qué va a pasar ahora con este documento? Se presentará ante el Comité Coordinador del SNA. De ser aprobado, el reto estará en llevar a cabo las 60 prioridades lo cual representará un gran esfuerzo institucional con el riesgo de que  podrían diluirse con las tareas cotidianas de las instituciones del SNA.

    Por lo pronto, con la nueva administración federal se empiezan a ver los primeros resultados de combate a la corrupción en casos emblemáticos, tales como la compra  de la Planta de Agronitrogenados y Fertinal por parte de PEMEX, las complicidades de funcionarios de PEMEX en el robo de combustibles y otros casos que se están investigando.

    Es interesante ver que las instituciones encargadas del combate a la corrupción, la Secretaría de la Función Pública, la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República junto con la Fiscalía Anticorrupción están trabajando en estos casos con mucha coordinación sin pasar por los mecanismos del Sistema Nacional Anticorrupción.

    ¿Implica esto que quizá el SNA ya no es necesario? Habrá que ver qué sucede con la Política Anticorrupción propuesta y con el propio SNA. Por lo pronto lo importante es que se vean  resultados tangibles en el combate a la corrupción.

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NO PUBLICACIÓN DE ARTÍCULO

Mis lectores en Aguascalientes habrán notado que no se publicó mi columna la semana pasada con el artículo de las tiendas OXXO,  debido a las políticas editoriales del Heraldo de Aguascalientes.

No cabe duda que da para la reflexión las actividades de esta cadena empresarial tan poderosa y cuyo impacto a la sociedad también tiene su lado negativo. Estos efectos son materia de reflexión para todos y deberían serlo para los directivos y accionistas de Grupo FEMSA.

Aquí en mi Blog encuentran dicho artículo.


7 de junio de 2019

¿TIENDAS CONVENIENTES O PERNICIOSAS?


LA SILLA ROTA

Por: Octavio Díaz García de León.

La idea: Pareciera que las tiendas OXXO se encuentran por todas partes.  Tiendas de conveniencia que ofrecen productos básicos tales como  refrescos, cervezas, café y alimentos de consumo rápido. Su proliferación ha venido con algunas críticas, por ejemplo, por desplazar a la tradicional miscelánea de barrio. OXXO representa una estrategia empresarial exitosa a la cual quizá le haga falta una  dosis de responsabilidad social.

Las tiendas OXXO forman parte de la empresa regiomontana FEMSA y de su división FEMSA Comercio. Según el informe del primer trimestre de dicha empresa, suman ya 18,233 tiendas; en un año abrieron 1,416 nuevas tiendas (4 diarias); cuentan con casi 130 mil colaboradores y atienden a cerca de 13 millones de clientes diariamente.

Son buen negocio. Las tiendas OXXO le generaron a la empresa FEMSA ingresos por $159,712 millones de pesos, utilidad de operación de $14,135 millones de pesos (8.8%) y un flujo bruto de operación de $19,346 millones de pesos (12.1%) en 2018,  ocupando solo el 12% de los activos de la empresa.  (https://femsa.gcs-web.com/static-files/4780ef52-1850-40bd-ac57-56077cf9814a)

Estas tiendas iniciaron como un canal de ventas más  para desplazar los  refrescos y cervezas de FEMSA. Con el tiempo, son ya mucho más que eso. Ofrecen un promedio de 3,200 artículos por tienda.

También se han convertido en una especie de bancos alternativos al recibir gran cantidad de pagos de servicios, pagos de tarjetas de crédito, transferencias electrónicas de dinero, entre otros servicios financieros. Asimismo,  ofrecen  venta de tiempo aire para celulares, boletos de autobús y hasta boletos de avión.

Debido a sus horarios de servicio extendidos, en muchos casos las 24 horas los 7 días de la semana, han atraído a un gran número de consumidores. Gracias también  al buen aspecto e iluminación de las tiendas, a su ubicación conveniente y que en la mayoría de los casos cuentan con  estacionamiento.

Sin duda detrás de este caso de éxito empresarial hay una estrategia competitiva muy eficaz. Hace años tuve oportunidad de tomar un curso de estrategia competitiva en Harvard con el gurú del tema,  Michael Porter,  donde  analizamos el caso de Walmart.

Porter propone tres grandes estrategias competitivas genéricas: Liderazgo en costos, diferenciación y enfoque. Claramente Walmart tiene una estrategia de liderazgo en costos y OXXO parece que también.

Walmart inicialmente se estableció en pequeños poblados de Estados Unidos en donde desplazó a las tiendas de abarrotes locales  ofreciendo  precios bajos. Esta competencia fue letal para estas empresas familiares, las cuales acabaron cerrando.

Esto hizo que Walmart se quedara con pequeños monopolios en estos mercados, lo que le permitió subir precios y aumentar sus márgenes de ganancia. Como parte de su estrategia, también tiene una política de salarios bajos a sus empleados.

Algo similar hace OXXO. En los barrios donde se establece,  desplaza a las tiendas de barrio, a las misceláneas, operadas por pequeños empresarios y va creando pequeños monopolios al quedarse sin competencia cercana.

Otro aspecto de la estrategia de OXXO es que la mayoría de sus colaboradores  no son empleados de FEMSA. Son comisionistas quienes se encargan de administrar las tiendas a cambio de una comisión sobre las ventas y ellos contratan y pagan al personal que allí trabaja, asumiendo la responsabilidad patronal para efectos laborales.

 Estos trabajadores suelen tener prestaciones y salarios mínimos, ya que el reducido porcentaje de comisión que FEMSA otorga a los comisionistas no les da margen para pagarles mejor.

Como modelo de negocios suena atractivo, pero el costo social puede ser importante en tres aspectos (https://www.forbes.com.mx/femsa-comercio-sigue-sin-poder-reproducir-el-exito-de-oxxo/):

  1.    Desplazan a las tiendas familiares de barrio, obligando a los pequeños empresarios que no pueden competir con ellos, a cerrar sus tiendas.

  2.    Los trabajadores de las tiendas, quienes no son empleados de FEMSA, ganan poco, tienen  prestaciones mínimas y malas condiciones de trabajo, tales como horarios nocturnos en los  que no siempre se les paga conforme  a la Ley.  

  3.    No ponen objeciones en la ubicación de algunos locales en zonas residenciales donde no está permitido instalarlas por restricciones en el uso de suelo, obteniendo los permisos quizás a base de corrupción.

Esta estrategia de negocios está lejos del espíritu de los empresarios regiomontanos fundadores de FEMSA y sus antecesoras,  quienes a lo largo del siglo XX dieron ejemplo de lo que es ser un buen patrón a la vez que empresarios exitosos, otorgándoles muchos beneficios sociales a sus trabajadores, incluso antes de que estos fueran obligatorios, siendo sus empresas, modelo de responsabilidad social.

Por otra parte, también los empresarios regiomontanos han sido promotores de la libre empresa, sabiendo que es la iniciativa privada  la que mueve la economía del país, pero su estrategia competitiva destruye empresas en lugar de crearlas.  

Si bien su estrategia sigue la lógica de la libre competencia, esta se vuelve muy desigual cuando un gigante como FEMSA compite contra pequeñas empresas familiares de barrio.  

Ojalá que en su estrategia de negocios,  FEMSA retomara el espíritu de sus fundadores, ofreciendo mejores condiciones de trabajo a sus colaboradores (Que no son sus empleados),  en darles alternativas de sobrevivencia a los pequeños empresarios que desplaza, en lugar de destruirlos y en no tolerar actos de corrupción en la obtención de permisos de uso de suelo. Seguramente lo podrían hacer sin dejar de ser una empresa rentable.



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