17 de marzo de 2012

EL RESURGIMIENTO DE CHINA



 

     Ahora que China está surgiendo de nuevo como una potencia mundial es necesario  entender qué  papel  pretende jugar este país en el mundo. De acuerdo con cifras  de la CIA (Central de Inteligencia de Estados Unidos), China es la segunda economía más grande del mundo, después de E.U. Su Producto Interno Bruto (PIB) es 6.8 veces más grande que el de México. Sin embargo, aún es  relativamente pobre. Con una población de 1,343 millones de personas es el  más poblado del mundo y sus ingresos per cápita ascienden a tan sólo $8,400 dólares al año. En comparación,  E.U. tiene un ingreso per cápita de $48,100 dólares y México de $15,100 dólares anuales.

     Pero el fenómeno chino es  extraordinario por sus circunstancias tan especiales. Es uno de los cuatro países comunistas que quedan en el mundo, pero su economía ha dejado de ser centralmente planificada y está mucho mas orientada a prácticas de mercado. Su sistema político es totalitario dominado por un  partido, con muy poca tolerancia a la disidencia y a la libertad de expresión. Su economía ha crecido a ritmos de  10% anual promedio en los últimos treinta años, lo que ha permitido que se haya multiplicado diez veces en ese período.

       Gracias a este crecimiento extraordinario, China ha vuelto a ser una gran potencia mundial. Y digo vuelto a ser, porque durante siglos tuvo un desarrollo económico y cultural muy superior al resto del mundo. Con excepción de los siglos XIX y XX, cuando emerge dolorosamente del aislamiento en que vivía, este país sufrió ataques de las potencias coloniales, la caída de su régimen milenario  monárquico, la invasión japonesa y la implantación de una dura dictadura comunista.  En este período China perdió su estatus de potencia mundial, se empobreció lastimosamente y millones de personas perdieron la vida a manos de invasores o a causa de sus luchas internas.

     Recientemente el Dr. Henry Kissinger, ex Secretario de Estado de Estados Unidos publicó un libro titulado “On China” (“Acerca de China”) en donde hace un recuento de la historia reciente de China a partir de los acontecimientos que llevaron a la Guerra del Opio, a mediados del siglo XIX, hasta nuestros días. Kissinger se convierte en el factótum de esa relación desde 1972 cuando E.U. y China restablecen relaciones por lo que  describe desde una posición privilegiada la evolución de la relación entre ambos países. China parte de una tradición que consideraba que el país y su monarca se ubicaban en el centro del mundo y el resto de las naciones y mortales debían rendirles pleitesía. Aspecto que era posible por su aislamiento y lejanía. Pero su régimen se derrumba cuando es invadido por potencias militarmente más poderosas que le arrebatan territorios y concesiones comerciales. Lograda su independencia y puesta en el camino de una transformación asombrosa, China se replantea cual deberá ser ahora su papel en el mundo. Este avance ha sido posible gracias a instituciones milenarias, tales como los mandarines, su clase dirigente, quienes primero se convirtieron en fervientes comunistas y ahora  en  gerentes de una eficiente China S.A.

     El Dr. Kissinger estudia y practica la diplomacia basado en la tradición europea conocida como “Real-Política” que parte de dos principios: los intereses del Estado justifican cualesquier  medios para lograrlos y la estabilidad internacional se logra a través del balance del poder que impide haya una potencia dominante.  Por ello  manifiesta  preocupación por lo que va a hacer China con su nuevo poder económico, tecnológico y militar. Compara el surgimiento de China como potencia en el Siglo XXI, potencialmente desequilibrante del orden mundial, con  el surgimiento de Alemania como potencia a mediados del Siglo XIX, con la cual se rompió el equilibrio que se había logrado en Europa en 1815 y que al final llevó a la primera guerra mundial.

      Para contrarrestar esta visión pesimista y que podría hacer suponer que China va en la vía de un enfrentamiento militar con los Estados Unidos, el Dr. Kissinger propone en un artículo publicado en la revista Foreign Affairs este año, que “el conflicto es una opción, no una necesidad” y que a través de la búsqueda de valores e intereses comunes se puede lograr la coexistencia pacífica de ambas potencias. Está por verse si verdaderamente China usará su nuevo poder económico y militar para disputar la primacía a Estados Unidos o escoge el camino que los líderes chinos han reiterado en el discurso,  de que no tienen ambiciones hegemónicas. Por lo pronto con su nuevo poderío, China ha iniciado un rearmamento y lo que es más preocupante, un fortalecimiento de sus capacidades ciber-militares que podrían ser aún mas amenazadoras que una intervención militar.

     México necesita hacer un análisis de lo que implica el surgimiento de China como una nueva potencia mundial, cómo afectará a nuestros intereses y cómo actuará Estados Unidos para proteger los suyos. Por lo pronto nuestro país ha sentido los efectos de una competencia comercial desleal por parte de China, que ha afectado sectores industriales  como el textil. También existe un aumento de la inmigración ilegal de ese país al nuestro y del tráfico de drogas y sus precursores químicos. Finalmente, ¿de qué lado estaremos en caso de una confrontación entre estos dos gigantes?

Bibliografía:

"On China". Henry Kissinger. The Penguin Press. New York. 2011.
"A World Restored: Metternich, Castlereagh, and the Problem of Peace: 1812-22". Houghton Mifflin Company. Boston. 1982.
"The Future of U.S.-Chinese Relations. Conflict Is a Choice. Not a Necessity". Henry A. Kissinger. Foreign Affairs. March-April 2012.



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