21 de octubre de 2011

LA CRISIS FINANCIERA MUNDIAL


Las burbujas financieras no son nuevas. Cada cierto número de años ocurren. Los precios de bienes o instrumentos financieros crecen espectacularmente y luego se desploman, empobreciendo a muchos. La más reciente, ocasionada por el alza en los precios de los bienes raíces en Estados Unidos reventó  en 2008. La abundancia de crédito y el descuido para otorgarlo originaron el problema. Esto se fue complicando debido a la creación, uno encima de otro, de más y más instrumentos financieros respaldados en el valor de esos bienes raíces: dinero que creó dinero, con poca relación con los bienes tangibles que se suponía los respaldaban.

La falacia de origen fue la creencia que los bienes raíces son una inversión segura y cuyo valor siempre crece. Las viudas, dicen,  invierten en eso,  viven de sus rentas y va creciendo el valor de sus inmuebles. Muchas personas en todo el mundo, no sólo las viudas, aspiran a ser ese tipo de inversionista. El problema es que los banqueros y financieros sofisticados que deberían saber mejor, también lo creyeron. Les prestaron a personas que no podían pagar los créditos, al fin que en el peor de los casos se podían quedar con los inmuebles que estaban dados en garantía y los cuales podrían vender para recuperar su dinero. Luego surgieron otros agentes financieros que estuvieron dispuestos a comprarles a los bancos esos créditos, para transformarlos en bonos hipotecarios y venderlos a otras personas. Como estaban garantizados con inmuebles, las agencias calificadores de crédito consideraron que tenían muy bajo riesgo. Pero no paró allí: se crearon aún más instrumentos financieros derivados de los bonos hipotecarios y se inventaron unos “seguros”  para garantizar el pago de estas deudas. Círculo completo para crear una pirámide de instrumentos financieros entrelazados. Había dinero para prestar y prisa para hacerlo. El auge del crédito   elevó los precios de los bienes raíces a valores artificialmente altos. Cuando dejaron de pagar los que pidieron prestado, se acabó el crédito y el resto de las personas dejaron de comprar inmuebles; el precio de estos se vino abajo y con ello desaparecieron las garantías de los bancos y la capacidad de recuperar su dinero. Bastó que a esta  enorme pirámide de naipes financiera se le quitara la base para que todo se derrumbara: la creencia de que los bienes raíces nunca bajarían de precio resultó falsa.

Al colapsarse el sistema financiero de Estados Unidos el gobierno de este país hubo de rescatarlo con un costo inicial de 700 mil millones de dólares. La crisis financiera no sólo afectó a Estados Unidos sino al resto del mundo. Unos países porque poseían estos instrumentos financieros americanos y otros porque con la caída de los mercados financieros se vino una recesión muy grave en todo el mundo. Algunos gobiernos, gastaron más de la cuenta para impulsar a sus economías y en otros casos se vieron en la necesidad de rescatar a sus propios bancos.

El exceso de deuda en  los países ha creado una grave secuela a la crisis de 2008. Ahora no sólo existe el peligro de que grandes bancos se declaren insolventes sino países enteros. Algo similar a lo que ocurrió en Latinoamérica en los ochentas, o como el caso de México en 1995. Allí está, por ejemplo Islandia, país con 300,000 habitantes. En el 2001 decidieron desregular sus bancos, y de ser un país cuya economía estaba orientada a la pesca, se volvieron financieros. Había crédito para todos los islandeses, quienes empezaron a gastar de manera extravagante. Para sostener esta bonanza los bancos islandeses pedían prestado o recibían depósitos del extranjero. La burbuja revienta cuando los que pidieron prestado ya no pueden pagar sus deudas; los bancos islandeses se vuelven insolventes y así fue como la deuda del país ascendió a más de 6 veces el valor de su PIB. También está el caso de Grecia que ha acaparado las noticias recientemente. Tiene una deuda originada por el gasto excesivo de su gobierno la cual asciende a 356.5 mil millones de euros que equivalen al 161% de su PIB. En 2011 se estima tendrá un déficit fiscal del 9.3%. Todo ello ha llevado a que Grecia financie su enorme déficit con deuda, pero al ser de tal magnitud se ha vuelto impagable. Ahora nadie quiere adquirir deuda del gobierno griego aunque pague 26% de interés.

Vemos como la crisis actual en los países europeos, Estados Unidos y Japón proviene en unos casos del exceso de gasto público para sostener sus burocracias como en Grecia, Portugal, España e Italia. Otros por haber rescatado a sus bancos como en Irlanda quienes prestaron irresponsablemente e impulsaron burbujas inmobiliarias. Todos ellos, como fichas de dominó,  temen que al caer uno en insolvencia, el resto de los países se precipitará  también y vendrá un caos mayúsculo.

Las finanzas y sus instrumentos han hecho posible el desarrollo económico del mundo. Pero su mal uso también ocasiona  grandes males como los que estamos viviendo. La gente ha empezado a protestar en todo el mundo contra los financieros y los gobiernos incapaces y pareciera que lo peor está todavía por llegar.
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