Crecí en lo que
se conocía como “Colonia Americana” de
una de las fundiciones de la American Smelting and Refining Company (ASARCO).
Por eso cuando llegué a Aguascalientes, grata fue mi sorpresa al saber que en esta
ciudad hubo una Fundición de ASARCO y de la que aún se podían encontrar vestigios.
Desafortunadamente es muy poco lo que queda de esta planta que en su época fue
de enormes dimensiones y es una lástima que no se haya conservado algo más de
aquella enorme operación que marcó el arranque de la industrialización de
nuestra ciudad.
La planta de
ASARCO en Aguascalientes inició operaciones en julio de 1895 y se llamó Gran
Fundición Central Mexicana y efectivamente era una de las más grandes
operaciones en su tipo en el país. Constaba de una planta concentradora de
mineral, una fundición de plomo y una fundición de cobre. En conjunto tenía una
capacidad de refinación de 30,000 toneladas al mes, les daba empleo a mil
personas y producía plomo, cobre, plata
y oro. Si bien la producción de estos dos últimos metales no era el objeto
principal de la Fundición, eran un importante subproducto.
Fue la familia
Guggenheim la que construyó esta y otras
fundiciones en el país y compró numerosas minas, negociando concesiones y
facilidades con el gobierno del presidente Porfirio Díaz. Más tarde en 1899 se crea
la ASARCO en Estados Unidos la cual en
1901 pasa al control de la familia Guggenheim, pasando así las propiedades
mineras y metalúrgicas de esta familia a ser parte de la ASARCO. Esta compañía continuaría operaciones en México hasta 1978.
Primero pasó por un proceso de mexicanización en 1965 cuando Don Jorge Larrea
de Grupo México compra el 51% de la ASARCO y se convierte en ASARCO Mexicana y
luego ese mismo grupo adquiere todas las acciones convirtiéndose en
Industrial Minera México en los años setentas. En 1999 la otrora poderosa ASARCO
fue comprada a nivel mundial por el propio Grupo México, ahora comandado por el
hijo de Don Jorge, Germán Larrea. La emblemática empresa americana ahora es
propiedad de una empresa mexicana.
Regresando al
asunto de los vestigios de la Fundición, hay que recordar que el establecimiento de la planta incluía la
construcción de casas para sus directivos e ingenieros en aquella época seguramente
americanos y por separado para sus trabajadores mexicanos como ocurrió en otras
plantas y minas de ASARCO que me tocó
conocer. No sé qué pasaría en el caso de
la de Aguascalientes ya que sólo he encontrado un par de casas que parece
fueron construidas con ese propósito y que
seguramente ocuparon altos directivos de la planta. Lo digo porque el estilo arquitectónico de las casas
es parecido a aquellas en las que yo
crecí en la planta de ASARCO. Las encuentran sobre Venustiano Carranza entre
Mariano Matamoros y José F. Elizondo, a unos pocos pasos del Jardín San Marcos.
Una de ellas la ocupa el Restaurant La Rúa
y la otra una casa particular. Ustedes podrán distinguir de inmediato la
arquitectura tan diferente al resto de las casas que la rodean. Aunque están en
un solo nivel, este se encuentra elevado como un metro sobre la calle por lo que
se advierte que cuenta con un sótano. También se puede observar un ático en la
parte superior y los techos de dos aguas de lámina, más típicos de regiones
donde cae nieve. Las casas no dan de inmediato a la calle sino que tienen un
pequeño jardín al frente, cuentan con espacio a los lados para cochera o jardín
y unas escaleras conducen al “porch” o portal. Ambas cuentan
con chimenea y lo que pude observar en el restaurant son los pisos de madera muy
parecidos a los que me tocó conocer. Otra hipótesis es que esas casas hayan
sido para ingenieros ferrocarrileros americanos. La Colonia Ferronales, construida para los ingenieros americanos que trabajaban en
el taller de ferrocarriles, tiene todas las características de las construcciones
americanas, pero podrán observar que esas
casas son bastante diferentes a las dos
casas de Venustiano Carranza. Me parece más certero pensar que estas últimas fueron
casas para directivos de la Fundición de ASARCO. Me gustaría saber si alguno de ustedes conoce
la historia para que la comparta.
Por lo que
respecta a otros vestigios de la Fundición están un par de edificios que fueron
oficinas y hoy son una tienda de materiales y el despacho de conocido
arquitecto. A la vuelta de estos edificios todavía pude advertir restos de lo
que parecía la barda de la planta. También está lo que resta de una de las
chimeneas en Segundo Anillo, junto al
complejo de cines de Cinépolis y atravesando esta calle están los restos de lo
que fue el grasero de la planta. Es una pena
que se haya cerrado la Fundición de ASARCO en 1925. Estos inversionistas
introdujeron novedosos conceptos de responsabilidad social tales como
proporcionar escuelas, clubes, cines, campos deportivos, casas y otras facilidades para los
trabajadores de las plantas y minas. Hoy en día los
inversionistas que llegan a nuestra ciudad se preocupan menos por estos
aspectos de bienestar para sus trabajadores. Valdría la pena que retomaran tan
buenas prácticas, ahora que está llegando tanta inversión extranjera a
Aguascalientes.
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