24 de octubre de 2012

LECUMBERRI: EL ARCHIVO DE LA NACIÓN


 

      El Palacio de Lecumberri dejó de ser cárcel para convertirse en sede del Archivo General de la Nación (AGN) a partir de 1982. La torre central de vigilancia se derribó para construir en su lugar un domo de grandes dimensiones. Las galerías de celdas se techaron y todo quedó cerrado. Las celdas se usaron para dar albergue a documentos y los edificios accesorios se convirtieron en talleres de restauración. Se agregaron nuevos espacios y en los últimos años se ha venido remodelando y agregando nuevas instalaciones.
 

      El origen del AGN se remonta a los tiempos de la Colonia, cuando por iniciativa del Segundo Conde de Revillagigedo se establece formalmente en 1792 el Archivo General de la Nueva España, a unos pocos años de la creación del Archivo General de Indias en  España. En 1823 Don Lucas Alamán, ministro de Relaciones Exteriores e Interiores,  gracias  a su interés por la historia y con el propósito de poner orden en el acervo documental del gobierno de México, crea el Archivo General y Público de la Nación. Después de innumerables vicisitudes a través de los años, el AGN finalmente se establece en el antiguo Palacio de Lecumberri en donde se encuentra  desde entonces.

 
      El AGN contiene documentos del quehacer gubernamental de nuestro país desde la época de la Colonia y  documentos de interés histórico. Por ejemplo, la Galería Uno contiene el archivo de lo que fue la Dirección Federal de Seguridad (DFS), el cual fue abierto al público por  una decisión histórica del Presidente Fox. El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) que resguardaba dicho archivo lo entregó al AGN en 2002 con documentos  que van desde la creación de la DFS en 1947 hasta  el año de 1985. Además en la Galería 2  se encuentran los archivos de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DIP). El CISEN surgió en 1989 de la consolidación de la DFS y la DIP.  Hay que recordar que la DFS actuó como policía política de los regímenes en turno y resulta muy interesante consultar los expedientes tan minuciosos que fue creando de los opositores al régimen, incluyendo  activistas y todo tipo de  líderes sociales.  Allí se encuentran los expedientes de personajes  tales como el Premio Nobel Octavio Paz y su primera esposa Helena Garro también escritora.  La DFS documentaba, por ejemplo, los viajes de cualquier persona a Cuba; recordemos que se vivía la Guerra Fría en ese entonces y había una estrecha colaboración con los servicios de inteligencia americanos. La riqueza de dichos expedientes permite a los investigadores reconstruir importantes episodios de la  historia reciente de México, por ejemplo, la historia del secuestro y asesinato del empresario regiomontano Eugenio Garza Sada a manos de la Liga 23 de Septiembre en el año de 1973.

      En la Galería Cuatro se encuentran los archivos de instituciones coloniales, entre ellas los de la Inquisición. Allí están los expedientes de los procesos que se les seguían a los acusados. Tuve oportunidad de ver el expediente de una mujer perdidamente enamorada de un sacerdote. El expediente  contiene las cartas de amor que la mujer le enviaba con frecuencia. Parece ser que el sacerdote consideró conveniente avisarle al Santo Oficio pues pensaba que la mujer querría embrujarlo y hacerle caer en sus redes. En el expediente se anexan objetos diversos. En este caso se puede encontrar una muñeca de la época que se presumía usaba la mujer como parte de sus embrujos. Este y otros expedientes de la Inquisición dan materia para escribir novelas, pero también documentan como eran esos procesos y las creencias y supersticiones que las envolvían.

 
     En otra Galería se encuentra la bóveda de seguridad del AGN. Allí están  ejemplares de las Constituciones de nuestro país firmados en original por los diputados que la promulgaron. Se encuentra también un ejemplar impreso muy rústicamente de la Constitución de Apatzingán firmado por Don José María Morelos y que se descubrió recientemente  en medio de un expediente de la época. Y hablando de este héroe de la independencia, allí está un breviario con escritos de San Agustín que el Cura Morelos llevaba el día de su fusilamiento. En las primeras páginas de dicho libro se encuentra escrito que se recogió ese y otras pertenencias suyas para entregárselas a sus deudos. Otros tesoros son por ejemplo el original del Acta de Independencia de nuestro país firmado entre otros por Agustín de Iturbide el 28 de septiembre de 1821. Este ejemplar fue adquirido por el Emperador Maximiliano y tiene su sello en la parte de atrás. Otros tesoros por ejemplo son cartas de Don Benito Juárez a su esposa y un documento contable escrito y firmado por Sor Juana Inés de la Cruz. También existe una colección de planos de terrenos comunales de inicios de la época colonial pintados con técnicas prehispánicas y con leyendas en español, en donde se documentaba la  propiedad de terrenos. Inclusive hoy en día estos documentos  son consultados por indígenas y campesinos. Les recomiendo mucho que exploren las riquezas del AGN en donde se encuentra documentada gran parte de nuestra historia, allí en el Palacio de Lecumberri en la ciudad de México.

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18 de octubre de 2012

LECUMBERRI: LA CÁRCEL MODELO




     El Palacio de Lecumberri, construido a fines del siglo XIX e inaugurado en septiembre de 1900 por  el Presidente Porfirio Díaz,  fue una de las cárceles más avanzadas de su tiempo. Su arquitectura está basada en el concepto de panóptico propuesto por el inglés Jeremy Bentham en 1791 y puesta en práctica por primera vez en Estados Unidos y Francia a principios del siglo XIX.  Bajo  este concepto cada preso estaba aislado de los demás y en observación permanente por los guardias. Se pasa así de calabozos oscuros y aglomerados a un concepto de aislamiento con vigilancia constante y el cual  requiere pocos vigilantes.

      El Palacio de Lecumberri está formado por un edificio al frente que alberga al gobierno de la cárcel y siete galerías de celdas con dos pisos, construidas en forma de estrella convergiendo al centro a una torre de vigilancia. Desde esa torre se podían ver las puertas de todas las celdas de la prisión porque las galerías están construidas en dos  líneas que convergen ligeramente  hacia el fondo. Tenía 804 celdas, cocina, talleres, servicio médico y panadería. Originalmente cada celda albergaba a un solo preso. La celda tenía dos ventanas, una mirando hacia el exterior y otra hacia la torre con lo cual estaba muy bien ventilada, tenía una cama y un sanitario. Este original WC no tenía palancas ni cadenas para remover los desperdicios, para evitar que los presos las usaran para otros propósitos,  sino que un sistema automático limpiaba todos los baños de la prisión cada cierto tiempo. Tenía además dos patios de ejercicio al aire libre en donde los presos realizaban sus ejercicios en una celda aislada. El aislamiento era parte muy importante de este concepto de  cárcel modelo.

     La prisión como castigo es una innovación del siglo XIX. Antes de eso, como menciona  Michel Foucault  en su libro “Vigilar y Castigar”,  los castigos eran de otro tipo. En Francia en 1670 eran por orden de importancia: “La muerte, el tormento…, las galeras…, el látigo, la retractación pública, el destierro”. Más aún, menciona 13 tipos de pena de  muerte todas sumamente crueles. Hacia el siglo XIX  se van erradicando los castigos corporales hasta  predominar  la prisión como  pena. 

     Esta tendencia alcanza a nuestro país y así es que se construye la cárcel de Lecumberri  y que sustituye a la  cárcel de Belén que tenía calabozos oscuros y presos hacinados. Con el pasar de los años, Lecumberri se fue deteriorando debido al  hacinamiento, la corrupción, la arbitrariedad de las autoridades y la falta de interés en los presos, lo cual  le llevó a ganarse una triste fama. El crecimiento en la población de presos contribuyó a su deterioro llegando a tener hasta 3800.

      En este lugar hubo muchos presos famosos: presos políticos como Francisco Villa y Heberto Castillo. También estuvieron allí los líderes del 68, los líderes comunistas, los líderes del movimiento ferrocarrilero, el muralista David Alfaro Siqueiros quien dejó allí  unos paneles pintados como escenografía para una obra de teatro y el escritor  José Revueltas que escribió la novela “El Apando” que así se llamaba la celda de castigo en esta prisión. Por cierto muchos de ellos fueron acusados del delito de disolución social el cual estuvo vigente de 1941 a 1970 y que fue usado por los regímenes en turno para encarcelar a sus opositores. También estuvieron presos allí asesinos famosos como Goyo Cárdenas, universitario y asesino serial  de mujeres.

     Hoy en día, pese a la construcción de nuevas cárceles federales, las prisiones en México tienen condiciones similares a los que en su peor momento tuvo Lecumberri.  Si lo que se pretende es el reducir la criminalidad, las cárceles han fracasado. Peor aún, se han convertido en universidades del crimen en donde se entrena a delincuentes que cada vez se vuelven peores.  Foucault documenta las deficiencias que ya se presentaban en Francia alrededor de 1830 en las prisiones y de su fracaso para reducir la criminalidad. Dice que es notable que  desde hace casi 200 años “la proclamación del fracaso de la prisión haya sido siempre acompañada de su mantenimiento”. En México no tenemos mejores respuestas.  La teoría dice que las prisiones deben ser centros de readaptación social pero no tenemos ningún indicador que nos diga si ese objetivo se cumple. Más bien tenemos todos los indicios en contrario. Quienes pasan por allí adquieren tal resentimiento contra la sociedad que salen a delinquir una vez en libertad con conocimientos y relaciones criminales que los vuelven más temibles.

      Es tiempo de buscar otras alternativas al encierro de delincuentes. Está por ejemplo la castración química a los violadores; la prisión domiciliaria con pulseras electrónicas. También es necesario  mejorar los sistemas de impartición de justicia para que solo vayan presos los delincuentes peligrosos. Quizá a la manera de lo que menciona la novela “Naranja Mecánica” del escritor inglés Anthony Burguess,  se deberían buscar mecanismos de modificación de la conducta que impidan la reincidencia a los delincuentes.  Por lo que respecta al Palacio de Lecumberri, en 1976 finalmente se cierra la penitenciaría y a partir de 1982  alberga al Archivo General de la Nación.

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1. Ver una entrada anterior en este mismo Blog. "Castigar o Readaptar a los Criminales" de julio de 2011.
2. "Castigar y Vigilar" de Michel Foucault.
3. "Clockwork Orange" de Anthony Burguess.
4. La página del Archivo General de la Nación y entradas en Wikipedia.


Es posible que los penalistas y que se dedican a estos temas hayan visto el problema de la falta de resultados que da la prisión. Lo que valdría la pena es buscar otras alternativas si partimos de la premisa de que lo que se quiere no es castigar al delincuente sino evitar que vuelva a delinquir y se reinserte a la sociedad. Creo que la visión predominante es que debe ser un castigo. También que tenga un efecto disuasivo en los delincuentes potenciales.

8 de octubre de 2012

¿REGRESA A GOBERNAR EL PRI?




      El candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Lic. Peña Nieto,  ganador en las pasadas elecciones presidenciales, toma posesión de su cargo el primero de diciembre después de dos Presidentes del  Partido Acción Nacional (PAN). Decir que gobernó el PAN estos doce años quizá sea excesivo ya que ambos Presidentes gobernaron no sólo con militantes de ese partido. Destacados militantes y simpatizantes del PRI y otros funcionarios sin filiación partidista tuvieron participación muy relevante en ambos gobiernos. Por eso es relativo decir que el PRI regresa a gobernar. Creo que nunca se fue.


      Hay que recordar que en este periodo de doce años el PRI gobernó  la mayor parte de los estados y tuvo mayoría en casi todas las legislaturas del Congreso Federal y de los congresos estatales. Por lo que respecta al Partido de la Revolución Democrática (PRD) está formado en su gran mayoría por ex militantes del PRI. En los gobiernos locales del  PRD y entre sus miembros del Congreso participan destacados ex priistas.


      Los gobiernos federales del PAN echaron mano de  funcionarios  sin importar su militancia u origen partidista. Además, estos funcionarios nunca tuvieron que negar su no militancia en el PAN.  En el mejor de los casos  fueron discretos respecto a su militancia en el PRI y en ocasiones expresaron  sus antipatías al PAN.


       Con el Presidente Fox,  dos terceras partes de su gabinete inicial no tenía filiación con el PAN esto es once secretarios y el Procurador (Doce de dieciocho) no eran militantes de este Partido.  Asimismo con el Presidente Calderón, un poco más de la tercera parte de su gabinete inicial, seis secretarios y el Procurador no eran  militantes del PAN. En ambos casos incluyo a los dos secretarios militares que por sus tareas no tienen filiación partidista.


     En el siguiente nivel, el de subsecretarios y oficiales mayores,  en la Administración del Presidente Fox se dio el caso de que en casi todas las secretarías,   por lo menos uno de estos funcionarios no fuera del PAN. En Hacienda, donde el Secretario era destacado miembro del PRI,  todo el equipo de primer nivel era de filiación priista o independientes. En la Administración del Presidente Calderón hubo  menos casos pero no dejó de darse el fenómeno. Por ejemplo, hoy en día en la Secretaría de Gobernación tres de los cinco subsecretarios no son panistas. Otro ejemplo es que casi toda la estructura de Seguridad Pública y Nacional ha estado  a cargo de funcionarios no panistas en estos doce años. Algunos nombres ilustran esto: El Lic. Medina Mora fue director del CISEN, Secretario de Seguridad Pública, Procurador General y hoy Embajador en Gran Bretaña; el Ing. García Luna, quien fue  alto funcionario del CISEN, fue Director fundador de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y hoy es Secretario de Seguridad Pública; la Lic. Marisela Morales, con larga trayectoria en la PGR y actual Procuradora; el Lic. Valdés Castellanos  ex director del CISEN; y los secretarios de Defensa y el de Marina. Ninguno de ellos con militancia en el PAN; algunos con claras simpatías por el PRI. Con excepción de los Secretarios de Gobernación, no fueron los panistas quienes dirigieron la política de seguridad pública de la Administración del Presidente Calderón.


     Para los puestos del siguiente nivel, jefes de unidad y directores generales, ocurrió un fenómeno similar. Si bien hubo más funcionarios del PAN en este nivel, muchos otros provenían del PRI y mantuvieron simpatía por ese partido. Por lo que respecta a los niveles inferiores de la burocracia, allí los cambios fueron menores. A través del Servicio Profesional de Carrera se incorporaron funcionarios sin filiación partidista y los que ya estaban de sexenios anteriores mantuvieron su simpatía por el PRI;  en cuanto a los  sindicalizados, se quedó el personal que venía de las administraciones del PRI, si bien las simpatías de este grupo podrían estar más cercanas al PRD.


      En el caso de organismos descentralizados nada mas hay que recordar que en estos doce años Pemex nunca tuvo un director general militante del PAN y sí un destacado priista, como lo es el Lic. Jesús Reyes Heroles. En la CFE ocurrió algo parecido: el Lic. Alfredo Elías Ayub, fue nombrado director general por el Presidente Zedillo en 1999 y dejó su cargo en marzo del 2011. Caso similar se dio en Infonavit y en menor grado en la  Lotería Nacional.


      Los gobiernos del PAN fueron muy incluyentes y se echó mano de destacados funcionarios conocedores de los temas a su cargo y sin importar su filiación partidista. Pero en estos doce años, también se formaron importantes expertos en administración pública federal provenientes de este partido. Allí tenemos el caso del primer y único  Secretario de Hacienda panista, Ernesto Cordero, que condujo con tino los asuntos de esta compleja Secretaría. ¿Tendrá el gobierno del Presidente Peña la misma actitud que tuvieron los gobiernos del PAN hacia personas que cuenten con el perfil adecuado para seguir en el gobierno aunque no sean militantes del PRI? ¿Aprovecharán la experiencia de tantos funcionarios no panistas, muchos de ellos priistas de toda la vida, que colaboraron en los gobiernos del PAN? Las respuestas se darán a partir del primero de diciembre.

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Comentarios: Los presidentes emanados del PAN decidieron gobernar de una manera profesional. Esto se notó mas en el sexenio del presidente Fox cuando incluso la selección de secretarios y otros funcionarios de alto nivel se hicieron en base a reclutamientos realizados por "headhunters". El mensaje de gran inclusión se notó. Con el Presidente Calderón a pesar de ser un militante desde muy joven del PAN, su gobierno incluyó a destacados miembros de otros partidos. Si a eso le sumamos que el PRI gobernó la mayor parte de los estados y los congresos creo que los priistas siguieron teniendo participaciones destacadas. Así pues el regereso de un Presidente priista no quiere decir que cambiarán mucho las caras en el gobierno. por ejemplo en el área de seguridad pública, seguramente quedarán varios de los que ya han tenido puestos de relvancia en estos dos sexenios. Igual en Hacienda, Salud, Comunicaciones y PEMEX entre otros.