21 de febrero de 2023

UNOPS: EL FRACASO DE LAS COMPRAS

 

Por: Octavio Díaz García de León

    El sistema de salud de México ha sufrido un deterioro más acentuado a partir de 2018,  el cual ha causado centenares de miles de muertes derivadas de la pandemia y de la falta de atención de enfermos con cáncer, entre otros padecimientos,  así como millones más de personas que han carecido de atención médica adecuada.

   Entre las acciones que han resultado dañinas al sistema de salud pública e incluso han afectado también al sector privado, están: el desmantelamiento del sistema de abastecimiento de medicinas, vacunas e insumos médicos  y el fracaso para sustituirlo; la desaparición del seguro popular y su fallida sustitución con el INSABI por lo que se ha tenido que recurrir a un ya muy saturado IMSS, con el consecuente deterioro en la  calidad de sus servicios; el manejo anticientífico y con negligencia de la pandemia de Covid-19, lo cual ocasionó la muerte de más de 800 mil personas;  la saturación de los servicios públicos de salud; y la falta de recursos para atender las necesidades actuales de atención médica y vacunas de diversos tipos, entre otras.

   El desabasto de medicinas ha sido documentado en el libro La Tragedia del Desabasto de Xavier Tello y el pésimo manejo de la pandemia en los libros de la Dra. Ximénez Fyvie. Como decía un conocido articulista en una reunión privada reciente, sorprende que los responsables de la salud pública en México, con un alto grado de preparación científica, hayan renunciado a aplicar sus conocimientos y hayan caído en la tentación sicofante, sin importar el costo en vidas humanas y la salud de millones de personas.

    En relación al grave problema de desabasto, hace unos días la Suprema Corte de Justicia de la Nación no pudo determinar la  inconstitucionalidad de la reforma que se hizo a la Ley de Adquisiciones con la cual se permitía contratar instituciones intergubernamentales, tales como la UNOPS.

    La UNOPS es un organismo de las Naciones Unidas cuyo fin es ayudar a países muy subdesarrollados que no tienen capacidades, por ejemplo, para hacer compras de medicinas, que de ninguna manera es el caso de México.  

  El argumento de los senadores que presentaron la acción de inconstitucionalidad era que dicha reforma violentaba al Art. 134 de la Constitución, en donde se pide que el Estado obtenga las mejores condiciones para sus adquisiciones.  Esta reforma a la Ley de Adquisiciones tuvo el único propósito de poder contratar a la UNOPS,  para que en las compras que manejara este organismo no se tuviera que aplicar la Ley de Adquisiciones y, por lo tanto,  estuviera exenta de lograr las mejores condiciones para el Estado Mexicano en sus procesos de adquisición. Al día siguiente de la aprobación de la reforma a la Ley de Adquisiciones, se firmó un convenio con la UNOPS.

    Como lo expresé en un artículo anterior, la contratación de la UNOPS resultó demasiado cara; más cara que todo el presupuesto anual de la Secretaría de la Función Pública; fue ineficaz y disfuncional pues esta pequeña oficina de Naciones Unidas no tenía las capacidades ni experiencia para realizar adquisiciones tan grandes, ni la logística para distribuir las medicinas. La UNOPS no está exenta de corrupción como se ha documentado; opera en la opacidad pues no está sujeta a las leyes de transparencia de nuestro país;  no rinde cuentas pues ningún organismo fiscalizador del gobierno mexicano puede revisar su actuación; y no se concursó su contratación para ver si existían otras agencias intergubernamentales más capaces.

   Si la Suprema Corte solo pudo reunir 7 de los 8 votos necesarios para declarar la inconstitucionalidad, esperamos que una legislatura más razonable pueda modificar la Ley en el futuro, ya que quedó demostrado el fracaso de usar un organismo intergubernamental para las adquisiciones de medicinas con el consecuente  daño ocasionado al sector salud.

   Ante la crisis del desabasto de insumos médicos, el Estado Mexicano deberá obtener mejores precios, entregas completas y a tiempo. También es necesario reforzar la fiscalización de las compras del gobierno, en especial porque recientemente ha habido fallas en el sistema CompraNet y existen indicios de que las fallas han sido para manipular el sistema, descalificar proveedores y asignar contratos a modo.

    Es muy importante que la vigilancia, rendición de cuentas y fiscalización de los procesos de contratación se incrementen ante el aumento en las adjudicaciones directas, la discrecionalidad que se está dando al invocar de manera excesiva y sin justificación, razones de seguridad nacional para ocultar información de las compras y las fallas en CompraNet, que se pueden prestar a opacidad y actos de corrupción.

    Es de esperarse que, dada la mala experiencia, ya no se vuelva a contratar a la UNOPS. Falta ver si habrá consecuencias para los responsables de la mala decisión de contratarla.

 

 

6 de febrero de 2023

ESTADOS UNIDOS NO ES LA SALVACIÓN

 

Por: Octavio Díaz García de León

    Los problemas que enfrenta México en seguridad pública, servicios de salud, economía, educación y las amenazas a su democracia, entre otros,  son de tal magnitud que algunas personas tienen la esperanza de que los Estados Unidos  intervengan en México para evitar que la situación del país se deteriore más.  

   Pero esto no va a ocurrir. Al contrario, si bien a Estados Unidos no le conviene que haya en México una revolución o desórdenes que les afecten en su propio territorio,  les conviene tener un vecino débil.

   El que haya malos gobiernos en México le beneficia a los Estados Unidos.  A los países les interesa proteger su seguridad nacional y entre más débil sea una nación   vecina, menos va a tener que preocuparse por tener un rival que pueda competir con ellos o amenace militarmente su territorio. 

   México nunca ha sido una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos o, por lo menos, no un riesgo serio. Cuando así lo han considerado, nuestros vecinos no han dudado en invadir nuestro país. No solo para despojarlo de la mitad del territorio cuando Texas decidió unirse a los Estados Unidos, sino también para perseguir a Pancho Villa cuando atacó el pequeño pueblo de Columbus, o cuando enviaron cañoneros para tomar el puerto de Veracruz, o cuando conspiraron con Huerta para derrocar y asesinar a Madero o para mantener operaciones clandestinas de la DEA, la CIA y otras agencias que trabajan de manera permanente en nuestro país.

    Kissinger decía que Estados Unidos no tiene amigos sino intereses y en el caso de México esto es muy claro. Pero esto se refiere a la relación entre gobiernos, ya que los vínculos entre personas son más estrechos, debido a los once millones de mexicanos que viven en Estados Unidos o al millón de americanos que viven en nuestro territorio.  

    Al gobierno de Estados Unidos le interesa tener una relación entre gobiernos en la que pueda impulsar su agenda para cuidar sus intereses aprovechando la debilidad de nuestro país. Por ejemplo, en el tema de la migración indocumentada,  Trump se ha jactado de como dobló al gobierno de  México para que nuestro país aceptara movilizar 28,397 soldados para evitar que los migrantes que vienen de Centro, Sudamérica y el Caribe, crucen a su país. Dicho gobierno también ha pedido la cabeza de algún capo de la droga tal como El Chapo o su hijo y el gobierno de México ha hecho la tarea.

    Los políticos americanos usan el tema migratorio con fines electorales, al decir que los inmigrantes indocumentados representan un peligro para su país,  pero de manera privada saben del beneficio que representa la mano de obra barata. Esta ambivalencia se repite en el tema de las drogas, ya que no pueden detener la enorme demanda de estas o en el tráfico de armas que les genera grandes beneficios, por lo que los esfuerzos para erradicar estos problemas son siempre insuficientes pues, o están rebasados o no les conviene resolverlos.

    Existen otro tipo de presiones por parte de Estados Unidos que pueden ser benéficas para los mexicanos, tales como exigir el uso de energías renovables, las cuales el gobierno de México ha relegado en favor de energías más caras y contaminantes; o bien en evitar que México prohíba importar granos transgénicos, medida que podría ser de graves consecuencias para los mexicanos.

    Un gobierno más eficaz, fuerte y estable en México y que fuera aliado de los Estados Unidos,  podría ayudar a resolver problemas comunes de los dos países. Pero esa fortaleza estaría condicionada a que México no fuera nunca un rival serio de su vecino del norte, sino solo un socio confiable.

   Por otra parte, en general,  los americanos no se enteran ni les interesa lo que pasa en México, así como los mexicanos tampoco están enterados de lo que pasa en Guatemala o Belice. Los vecinos del sur no son tema ni para ellos ni para nosotros.

    Lo mejor para los Estados Unidos es tener de vecino un país que no sea su rival y que sea un socio más débil,  ya sea estable y confiable o al que se le pueda doblegar fácilmente.  Lo que los mexicanos decidamos hacer para autoinfligirnos daño eligiendo gobiernos corruptos o incompetentes solo juega a su favor y en contra de nuestro país. Ellos no vendrán a rescatarnos de lo que hagamos mal, como no lo han hecho con Cuba, Nicaragua o Venezuela.

   El destino de México está en manos de los mexicanos y no habrá intervención divina ni de un país extranjero que venga a arreglar sus problemas. Tendremos que hacerlo solos,  enfrentando con decisión a la delincuencia, la corrupción y eligiendo gobiernos competentes que resuelvan los problemas de la población.