31 de enero de 2021

UNA TRAGEDIA ANUNCIADA

 

Para las víctimas del COVID-19

Por: Octavio Díaz García de León.

     La idea: Desde que inició la pandemia del Covid-19 hubo señales ominosas de que a nuestro país no le iría bien. Un año y casi 400 mil muertos después, las sospechas se confirman. Pero lo peor no ha pasado aún. ¿Qué no será posible que como sociedad seamos capaces de responder mejor a esta tragedia ante lo que aún falta por venir?

     Para saber si se está haciendo algo bien, la manera más sencilla de comprobarlo es ver los resultados. El número de muertos por Covid-19 que en unas semanas más alcanzará el medio millón y el decrecimiento tan pronunciado de la economía (PIB= -8.5% en 2020) nos muestran que los resultados del combate a la pandemia han sido pésimos.

    Si desde el principio se hubiera decidido minimizar el número de fallecidos y mantener la economía funcionando, las acciones a realizar hubieran sido muy diferentes a las que se llevaron a cabo y que aún se siguen aplicando.

    En países con estrategias exitosas de contención, los gobiernos se fijaron como objetivo el reducir el número de contagiados para con ello, reducir el número de personas que necesitaban atención hospitalaria y, por lo tanto, el número de decesos, evitando, además, el cierre de actividades económicas.  

    En estos países se logró contener la pandemia con medidas drásticas pero selectivas de aislamiento, con aplicación masiva de pruebas, con seguimiento y aislamiento de contagiados, etc... Aquí se escatimaron esas medidas, incluso las más sencillas, como el uso de cubrebocas.

    De acuerdo con el reciente libro de la Dra. Laurie Ann Ximénez-Fyvie “Un Daño Irreparable”, (https://www.planetadelibros.com.mx/autor/laurie-ann-ximenez-fyvie/000054490 ) la estrategia en nuestro país no fue reducir contagios sino buscar una inmunidad de “rebaño” sin vacunas, es decir, propiciando que se enferme el mayor número posible de personas para alcanzar “inmunidad” de esa manera.

    Dado que no hay medicinas que curen el Covid-19, esta estrategia forzosamente tendría como daño colateral millones de muertes de acuerdo con las cifras de letalidad de la enfermedad y millones de sobrevivientes tendrían secuelas de por vida.

    Además, esta estrategia tampoco considera que cada muerto, cada enfermo, cada sobreviviente que tendrá que luchar con secuelas el resto de su vida, representa una tragedia de carácter personal para los enfermos y sus familias, lo cual ocasiona un daño moral enorme.  

    Los errores y acciones mal intencionadas en el manejo de la pandemia las exhibe la Dra. Ximénez en su libro. Algunas de ellas son: a) No se aplicaron medidas de contención.  b) las cifras no son confiables. Existe un enorme subregistro por falta de pruebas y otros factores. c) Las autoridades han mandado mensajes contradictorios. d) No hay medicinas ni oxígeno suficiente. e) Los trabajadores de la salud no tienen protección adecuada lo que ha ocasionado que en México sea el país donde más personal de salud ha fallecido. f) Se ha producido una crisis económica sin precedentes recientes, que ha exacerbado la pandemia al tener que salir a trabajar las personas, quienes se ven en el dilema de comer o arriesgarse a contraer la enfermedad, etc.…

    No todo ha sido negativo. Tenemos, por ejemplo, la actuación heroica del personal de hospitales públicos y privados, de innumerables doctores que en su consulta particular han ayudado a sus pacientes, de camilleros y operadores de ambulancias y de todos aquellos quienes han estado en la primera línea de atención a enfermos sin protección ni insumos adecuados. O bien, el enorme esfuerzo de cientos de miles de familias que atienden sin ayuda de las instituciones de salud, a sus enfermos, batallando para conseguir oxígeno y medicinas, peleando por una cama de hospital, suplicando por servicios funerarios y hasta por actas de defunción.

    También la actuación de algunos gobernadores, como la jefe de gobierno de la CDMX que, aunque tarde y tibiamente, han tratado de tomar medidas más eficaces que las que ha dictado el gobierno federal. Asimismo, la labor de la Secretaría de Relaciones Exteriores para conseguir ventiladores, insumos básicos y, recientemente, vacunas. Falta que la adquisición y distribución de las vacunas por parte del sector salud se materialice y sea eficaz, aunque ya se empezaron a ver muchas carencias y prioridades distorsionadas en su aplicación.

    La sociedad debe participar, desde evitando aglomeraciones en lugares cerrados, usar siempre el cubrebocas, impulsar que se quiten las trabas para que el sector privado, a través de sus hospitales y recursos apoyen la lucha contra la enfermedad, hasta pedir que se cambie la estrategia de atención a la pandemia, la cual ha traído un daño colateral enorme en vidas humanas y sufrimiento.  

    Ante gobiernos que se han visto rebasados, la sociedad debe movilizarse para tomar el control de la atención a la pandemia y tratar de detener la peor tragedia, medida en número de muertes, que ha sucedido en nuestro país en los últimos cien años.

_______________________________________________________________

http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/                   Twitter: @octaviodiazg

17 de enero de 2021

SOCIEDAD VIRAL

 

Para Gabriel, una víctima más del virus

Por: Octavio Díaz García de León.

     La idea: Vivimos en un mundo expuesto a los virus. No solo nos destruyen virus biológicos que a veces se diseminan como pandemias, sino una serie de fenómenos que se han vuelto virales afectan al cuerpo social. Si somos capaces de detener la infección de algunos virus biológicos, deberíamos también tener remedios para detener otro tipo de virus destructivos.

 De acuerdo con la Dra. Phoebe Lostroh ( https://www.barnesandnoble.com/w/molecular-and-cellular-biology-of-viruses-phoebe-lostroh/1133676975 )    el origen de la palabra virus viene del latín y su significado es veneno. Los virus biológicos son entes infecciosos mucho más sencillos que las células que infectan y por sí mismos no están vivos, pero son el mayor número de entes biológicos en la Tierra. Se estima que existen diez veces más virus que células en el planeta.

     Los virus se distinguen por cuatro factores 1. Son parásitos intracelulares que tienen una etapa infecciosa extracelular; en esta última etapa se les llama viriones. 2. Producen una proteína capsómero que cubre y protege el núcleo del virión. 3. Se reproducen, no por crecer más grandes y dividiéndose como lo hacen las células, sino ensamblando nuevos viriones. 4. Tienen la capacidad de evolucionar.

    El aumento de población, las condiciones de vida en donde cada vez hay más aglomeraciones humanas y el cambio climático, han acelerado la aparición de nuevos virus que infectan a la población y se pueden esparcir rápidamente.

    Paradójicamente el mecanismo de sobrevivencia del virus está basado en que son parásitos malignos que destruyen a las células que invaden.  Por eso necesitan encontrar más cuerpos y más células para seguirse reproduciendo porque van destruyendo las que invaden. A diferencia de otros parásitos que pueden ser benignos e incluso ayudar al cuerpo humano, los virus son simplemente destructivos.

   Adicionalmente a los virus biológicos tenemos también los virus sociales e informáticos, entendidos como parásitos que crecen exponencialmente y se diseminan con eficacia gracias a la interacción entre personas y mediante la interconectividad de dispositivos informáticos de todo tipo.

    Estas infecciones pueden causar daños al patrimonio de las personas, propiciar actos delictivos o incitar a actuar contra el orden establecido.  En cuanto a la infraestructura de telecomunicaciones e informática, los daños causados por este tipo de virus también pueden ser cuantiosos e incluso afectar a la seguridad nacional. Algunos ejemplos de fenómenos virales destructivos pueden ser: 

1.   Delincuencia. Los delincuentes son parásitos que viven del trabajo honesto de los demás y que, al emplear la violencia, asesinan a decenas de miles de personas cada año. Se reproducen ante la falta de un Estado fuerte e invaden diferentes aspectos de la vida social descomponiéndola y destruyéndola.

    2.    Corrupción. Los corruptos son otro tipo de parásitos que se aprovechan de sus puestos para beneficiarse personalmente; proliferan en todas partes y estratos sociales, ante la falta de medidas anticorrupción eficaces, destruyendo las funciones de gobierno.

   3.   Desinformación. Las redes sociales facilitan la diseminación de desinformación mediante noticias falsas, memes, insultos e imágenes manipuladas lo cual permite la expansión de información falsa con gran capacidad de destrucción, manipulación y engaño. Utilizan teléfonos inteligentes y otros dispositivos de alta conectividad. 

   4.   Virus cibernéticos. Son parásitos informáticos capaces de robar información, alterarla o destruirla. Mediante ataques cibernéticos basados en virus, han sido capaces de destruir en Irán centrales nucleares y en otros casos inutilizar instalaciones estratégicas en otros países. En las computadoras son capaces de robar información bancaria, identidades, extraer información sensible y destruir por completo bases de datos. 

   5.     Negocios virales. En el mundo empresarial se usan a veces esquemas virales del tipo multinivel para vender productos. Si bien no siempre son dañinos, estos esquemas en ocasiones se prestan a fraudes mediante esquemas piramidales de estafa, en donde se atraen incautos y al multiplicarse el número de víctimas es cuando se colapsan, a similitud de los virus biológicos que cuando agotan las células que pueden destruir, matan a las personas. 

  6.  Contaminación. El crecimiento exponencial de la población y con ello, del consumo de productos y energía con recursos no renovables, generan desperdicios y gases venenosos que han contribuido a la destrucción del medio ambiente y al calentamiento global.

     En esta época en que los virus de diversos tipos amenazan a nuestra sociedad, debemos desarrollar vacunas y antivirales, pero primero debemos tomar conciencia de su capacidad destructiva para actuar en consecuencia. Aquellos fenómenos virales que dejemos crecer sin control pueden destruir a la sociedad.

    Por lo pronto hay que aplaudir la capacidad de desarrollo de vacunas para el virus del COVID-19 en tan corto tiempo. Eso podrá salvar a millones de personas. También la cibernética ha sido muy exitosa en contener ataques virales a los sistemas informáticos, aunque todos los días hay personas trabajando en generar destrucción en este ámbito. Ojalá encontremos la forma de combatir a los virus sociales que también destruyen a la sociedad.

________________________________________________________________

http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/                   Twitter: @octaviodiazg