31 de enero de 2022

INFRAESTRUCTURA PARA EL FUTURO

 

Por: Octavio Díaz García de León

 

   La idea:  Una de las infraestructuras clave para el futuro son las comunicaciones inalámbricas de quinta generación (5G) y en ella están invirtiendo los países que desean incorporarse a la cuarta revolución industrial. Si bien México tiene grandes carencias de infraestructura tradicional, debería desplegar esta tecnología lo más pronto posible.

    La pandemia nos ha enseñado que las necesidades de infraestructura pueden cambiar súbitamente. El traslado de personas se colapsó, mientras que la demanda de transporte de mercancías a domicilio explotó. Este fenómeno se podrá revertir en parte,  pero aspectos como el trabajo desde casa, llegaron para quedarse. Con ello, disminuirá la necesidad de transporte de personas en las ciudades e impulsará la demanda por accesos a internet de alta velocidad y confiablidad.

    El gobierno federal está invirtiendo en proyectos de infraestructura que fueron muy importantes en siglos anteriores y que para apoyar el desarrollo económico en el mundo de la cuarta revolución industrial han pasado a segundo término. Lo cual no quiere decir que no se requiera tener buenas carreteras, puertos, aeropuertos y vías férreas pues, sin esta infraestructura, ni siquiera industrias de la vieja generación tendremos.

    Pero invertir en un Tren Maya para mover turistas o un aeropuerto que no está pensado para el movimiento de mercancías,  no es lo más adecuado. El tren transístmico podría ser bueno, pero hubiera sido mucho mejor un canal interoceánico, proyecto que data del siglo XVI y que Porfirio Díaz intentó llevar a cabo en el XIX.

   Por cierto, no hay que perder de vista la importancia de la generación de energía eléctrica. Prácticamente nada puede funcionar sin generación de electricidad confiable, barata y accesible a todos.

  Con la cuarta revolución industrial se requiere una infraestructura de alta tecnología, las telecomunicaciones, de las cuales se prevé un crecimiento exponencial para interconectar a personas y dispositivos. Para acceder a esta revolución industrial, será necesario desplegar la tecnología 5G.

   Las comunicaciones inalámbricas recibieron un empuje dramático a fines de los años setenta con la introducción de la tecnología celular que permite el reúso del espectro radioeléctrico. Con ello se amplió exponencialmente la capacidad de dar servicio telefónico inalámbrico. Hoy en México existen más de 127 millones de aparatos celulares, a 33 años de su introducción.

   La tecnología de telecomunicaciones inalámbricas ha evolucionado de tal forma que ya están por arrancar las redes de quinta generación o 5G. La evolución ha sido tal que la necesidad de comunicar a las personas por medio de voz ha pasado a un segundo plano mientras que se ha disparado la demanda de la transmisión de datos para una infinidad de aplicaciones. Estas comunicaciones permiten a las personas acceder a video, bases de datos, teleconferencias, juegos, metaversos y muchas otras aplicaciones que requieren comunicaciones de muy alta velocidad, capacidad y confiabilidad.

   De acuerdo con el libro “5G Para el Mundo Conectado” esta tecnología impactará en la manera como viajamos y experimentamos nuestro medio ambiente; la forma como controlamos ambientes remotos; y la forma como producimos bienes y servicios.

   En el pasado,  el principal impulsor de la industria de la movilidad fue el conectar a las personas. En el futuro próximo, será el conectar a todas las personas y todas las cosas al mismo tiempo. Uno de los más grandes usuarios de estas redes será la interconexión masiva de aparatos, desde electrodomésticos y monitores médicos hasta robots industriales y vehículos (Se espera que 125 millones de vehículos estén conectados para el 2022). Para ello,  la 5G jugará un papel primordial en interconectar cosas y personas en las siguientes áreas:

 Salud: Medicina bioelectrónica, sistemas personales de salud, telemedicina, ambulancias conectadas con Realidad Virtual y Aumentada, etc.

Manufactura: Control remoto de dispositivos y robots, comunicaciones máquina a máquina, diseño basado en Realidad Virtual y Aumentada, etc.

Entretenimiento: Experiencia inmersiva, experiencia en estadios, producción de películas y canciones en diferentes locaciones, etc.

Automotiva: Infoentretenimiento, enlace de vehículos en carreteras, vehículos autónomos, actualizaciones de mapas de alta definición, mantenimiento remoto y actualización de software, etc.

Electricidad: Control y monitoreo de redes, conexión de parques eólicos, carga inteligente de vehículos, etc.

Agricultura: Conexión de sensores y maquinaria agrícola, control de vehículos aéreos no tripulados (Drones), etc.

Seguridad pública: Detección de amenazas, reconocimiento facial, drones, etc.

   Recientemente se licitó espectro radioeléctrico en Estados Unidos y Brasil para el despliegue de la tecnología 5G y otros países ya van muy avanzados. En México el  IFETEL ha propiciado el uso de espectro para la utilización de la 5G y tiene ya una convocatoria para integrar el Comité Técnico en esta materia.

   Por su parte,  las grandes empresas de telecomunicaciones están ya haciendo pruebas con esta tecnología. Ojalá que encuentren un ambiente de negocios y regulatorio propicio para la introducción de esta infraestructura del futuro,  sin la cual,  estaremos limitados a tener industrias obsoletas.

17 de enero de 2022

PÍLDORAS ANTICORRUPCIÓN

 


                                          “Los hombres creen ser libres, puesto que son conscientes de sus                                                              voliciones  y de su apetito, pero no piensan ni en sueños,  que                                                                         causas los disponen   a apetecer y querer,  porque las ignoran.”

Baruch de Spinoza

Por: Octavio Díaz García de León

Para mi hermano Gabriel, in memoriam.


    La idea:  Los avances en el conocimiento de las bases biológicas de la conducta nos permiten entender que los comportamientos humanos, más que dirigidos por la razón, están determinados por un complejo sistema fisiológico. No está lejano el día en que la corrupción sea explicada por los mecanismos biológicos de esas conductas y entonces quizá su solución se encuentre con tratamientos médicos que las eviten.  

    En su interesante libro, “ Leyes, Neuronas y Hormonas . Por qué la biología nos obligará a redefinir el Derecho“, Gerardo Laveaga plantea que los avances en los conocimientos de la biología de la conducta, la cual  “está determinada por procesos bioquímicos y estructuras genéticas que pueden alterarse con el medio ambiente”, nos llevarán a que los delitos, entre ellos la corrupción, en el futuro deberán ser abordadas como un problema de salud pública.

    Entonces el Derecho quizá se transforme en una rama de las neurociencias cuyos remedios para evitar la transgresión de las normas no sean castigos, sino tratamientos médicos. ¿Arribaremos al Mundo Feliz que describió Huxley?

    La explicación de la biología de la conducta,  de acuerdo con Laveaga,  pasa por las neurociencias que estudian al cerebro. Este órgano cuenta con 100,000 millones de neuronas que constituyen una red para comunicarse y dar instrucciones al cuerpo. Se activa mediante neurotransmisores que juegan un papel primordial en determinar la conducta de las personas.

    También intervienen órganos como la amígdala, que maneja las emociones;  la corteza prefrontal que maneja a la razón o inteligencia; el hipocampo que está asociado a la memoria; el núcleo accumbens, asociado a las emociones positivas; el intestino grueso que produce sustancias cuya carencia conduce a la depresión.

  Pero la conducta también está determinada por el funcionamiento de la conciencia; por la herencia genética; por la psicología evolutiva que ha desarrollado emociones que han permitido sobrevivir a los humanos a lo largo de millones de años;  y  por la epigenética que describe como el medio ambiente afecta nuestra conducta.

 El autor plantea más preguntas que respuestas ante estos nuevos descubrimientos científicos,  pues dada la complejidad de los mecanismos fisiológicos que determinan la conducta y lo que aún falta por conocer de ellos, es muy pronto para decir que la libertad y el libre albedrío no existen.

   Pero es importante tomar en cuenta que las conductas obedecen a estos procesos biológicos. Quizá llegue el día en que se puedan anticipar conductas antisociales y atrapar a los malhechores antes de que cometan sus delitos, como lo planteó Philip K. Dick en su cuento “Sentencia Previa“, o someter a los delincuentes a tratamientos médicos orientados a modificar su conducta para reinsertarlos en la sociedad y de paso hacer innecesario los castigos,  como lo describe Anthony Burgess en su novela “La Naranja Mecánica”,  la cual Stanley Kubrick llevó a la pantalla de manera magistral.

   Este enfoque biológico hacia la determinación de las conductas requiere también replantear el combate a la corrupción, la cual no se ha podido erradicar por las vías tradicionales.  Sería conveniente descubrir el gen de la corrupción (Si es que existe) para identificar y quizás aislar y vigilar a los individuos que lo posean y evitar darles cargos desde donde ejerzan su propensión a la corrupción.

   O bien,  identificar los neurotransmisores, hormonas y bacterias que estén afectando el comportamiento de esos individuos y que los llevan a cometer actos de corrupción, para entonces ponerlos bajo vigilancia médica y darles los fármacos necesarios para compensar sus carencias químicas y modificar sus comportamientos. De hecho,  ya existen investigaciones en este sentido en donde al problema de la corrupción se le da un enfoque biológico. Por ejemplo:

 1. Neural Basis of Corruption in Power Holders

2.Nueroscience: A new Model for Anticorruption Policies?

3.The Cognitive Psychology of Corruption

   Pero este enfoque también planteará cuestiones muy importantes de derechos humanos: ¿Se debe obligar a los que tengan estas propensiones antisociales a recibir a la fuerza estos tratamientos? ¿Qué pasaría si estas herramientas caen en manos de gobiernos totalitarios y para mantener a la sociedad bajo su control usen la farmacología para someter a las personas? ¿O si se utiliza la modificación genética para engendrar personas dóciles?  

   Los filósofos también deberán resolver si existe o no la libertad para tomar decisiones o si nuestros procesos biológicos determinan nuestros comportamientos y,  entonces, ¿hasta donde llega la responsabilidad de cada uno?

   La ciencia, aplicada para el bien de todos,  podrá llegar a erradicar esas conductas antisociales,  como la corrupción,  en donde han fracasado las vías tradicionales. Entonces, habrá que olvidarse del Derecho y para prevenir el delito se requerirán nuevas instituciones con un énfasis en salud pública.    

 

3 de enero de 2022

TRAUMAS NACIONALES

 

Por: Octavio Díaz García de León



   La idea:  Cada nación tiene sus propios traumas nacionales. Aun después de muchos años de que ocurrieron ciertos hechos vergonzosos para una nación, persisten en el inconsciente colectivo esos acontecimientos pasados que siguen determinando comportamientos de dirigentes y ciudadanos, aunque ya no tengan sentido en un contexto actual. Es tiempo de superarlos.

   No existe una psicología de las naciones porque ésta se aplica solo a los individuos,  pero ello no ha impedido que diversos pensadores hayan intentado psicoanalizar o tratar de definir el carácter de una nación.  En México se han escrito libros que lo intentaron tales como el Laberinto de la Soledad de Octavio Paz;  La Raza Cósmica de José Vasconcelos; Fenomenología del Relajo de Jorge Portilla;  El Perfil del Hombre y la Cultura en México de Samuel Ramos, entre otros.

   Pero es difícil definir un perfil psicológico que abarque a los 127 millones de mexicanos porque quizás haya más diferencias que coincidencias. Pero en esa enorme masa de personas fluyen corrientes transversales que son un denominador común,  las cuales permiten distinguirnos de los habitantes de otras naciones no solo desde el punto de vista cultural sino también por los mitos y traumas nacionales. 

  Sucede también en otros países y esos traumas generan reacciones importantes hoy en día. En Alemania aún subsiste el asombro y horror ante las atrocidades realizadas por los nazis. No solo tienen un impresionante museo del holocausto en Berlín, sino muchas de sus acciones y políticas aún están guiadas por tratar de quitarse el estigma del genocidio que cometieron y las barbaridades que realizaron durante la segunda guerra mundial.

    En Israel pervive el mismo trauma, pero en otro sentido. ¿Cómo es posible que millones de judíos fueran llevados a la muerte de manera dócil y voluntaria? No hubo oposición a los designios de los nazis. Como reacción, Israel se convirtió en un estado militarmente poderoso,  capaz de prevalecer ante vecinos hostiles.  Contra la sumisión que llevó a la muerte a seis millones de judíos sin resistencia, ahora el pueblo judío se levanta con una fuerza que impedirá que esa historia se repita.  

    Estados Unidos tiene los suyos: la derrota que sufrió en Vietnam (trauma para los franceses también); su historia esclavista; su ambivalencia entre ser una democracia y un imperio,  etc.…  El pasado esclavista y el apartheid que oprimió al sur de Estados Unidos hasta los años sesenta del siglo pasado, sigue dirigiendo políticas públicas y ocasionando frecuentes reacciones violentas.

    México tiene su buena dosis de traumas también.

  Una supuesta conquista salvaje realizada por los españoles y un pasado indígena idílico ha generado una política anti hispánica que,  500 años después de los hechos, resulta lamentable.

    La lucha entre centralismo y federalismo la sigue ganando el centralismo.

   El trauma de la pérdida de la mitad de nuestro territorio a manos de los Estados Unidos sigue haciendo sombra para tener una buena relación con ese país a pesar de los tratados de libre comercio y los 174 años de distancia.

    La lucha entre Iglesia y Estado que dividió al país (Guerra de Reforma y Guerra Cristera) sigue latente y no se han cicatrizado las heridas en algunas regiones del país.

   Setenta años de una dictadura de partido encabezada por una élite depredadora, amparada en el supuesto legado de la Revolución, siempre queriendo regresar por sus fueros.

   La pobreza añeja y la imposibilidad de generar riqueza para todos han propiciado un estado asistencialista y clientelar que no logra superar a la pobreza, en lugar de enfocarse a impulsar el desarrollo económico.

   Pero a algunos políticos les favorece el mantener vivos esos traumas porque generan resentimiento, lo cual, a su vez, genera ira y deseos de venganza que se encausan hacia el pasado en lugar de que se dirijan hacia el presente.   

   Los hechos vergonzosos del pasado también son un gran distractor. Es mejor recordar lo que ocurrió hace muchos años que mirar los hechos vergonzosos del presente: una pandemia mal manejada que lleva más de medio millón de muertos;  la inseguridad que se traduce en un número récord de asesinatos; la caída de nuestra economía; la inflación; el aumento de la pobreza; la destrucción del sistema de salud; etc.

   ¿Cuándo dejaremos de buscar en el pasado la explicación a los males del presente,  superar los traumas nacionales, dejarlos descansar en paz y pensar en el futuro, en las próximas generaciones, para que estas crezcan con una conciencia sin tabúes y traumas, con conciencia de ganadores, para que empujen al país hacia la libertad y la prosperidad?

    Espero que el 2022 inicie la superación de esos traumas y para cada uno de ustedes que me hacen el favor de leerme y no se dejan abrumar por los traumas nacionales, sea un año de libertades, logros y salud.