Por: Octavio Díaz García de León
La idea:
Una de las infraestructuras clave para el futuro son las comunicaciones inalámbricas
de quinta generación (5G) y en ella están invirtiendo los países que desean
incorporarse a la cuarta revolución industrial. Si bien México tiene grandes
carencias de infraestructura tradicional, debería desplegar esta tecnología lo más
pronto posible.
La pandemia nos ha enseñado que las necesidades de
infraestructura pueden cambiar súbitamente. El traslado de personas se colapsó,
mientras que la demanda de transporte de mercancías a domicilio explotó. Este
fenómeno se podrá revertir en parte, pero aspectos como el trabajo desde casa, llegaron
para quedarse. Con ello, disminuirá la necesidad de transporte de personas en
las ciudades e impulsará la demanda por accesos a internet de alta velocidad y
confiablidad.
El gobierno federal está invirtiendo en proyectos
de infraestructura que fueron muy importantes en siglos anteriores y que para
apoyar el desarrollo económico en el mundo de la cuarta revolución industrial
han pasado a segundo término. Lo cual no quiere decir que no se requiera tener
buenas carreteras, puertos, aeropuertos y vías férreas pues, sin esta
infraestructura, ni siquiera industrias de la vieja generación tendremos.
Pero invertir en un Tren Maya para mover turistas o
un aeropuerto que no está pensado para el movimiento de mercancías, no es lo más adecuado. El tren transístmico
podría ser bueno, pero hubiera sido mucho mejor un canal interoceánico, proyecto que data
del siglo XVI y que Porfirio Díaz intentó llevar a cabo en el XIX.
Por cierto, no hay que perder de vista la
importancia de la generación de energía eléctrica. Prácticamente nada puede funcionar
sin generación de electricidad confiable, barata y accesible a todos.
Con la cuarta revolución
industrial se requiere una infraestructura de alta tecnología, las
telecomunicaciones, de las cuales se prevé un crecimiento exponencial para
interconectar a personas y dispositivos. Para acceder a esta revolución
industrial, será necesario desplegar la tecnología 5G.
Las comunicaciones inalámbricas recibieron un
empuje dramático a fines de los años setenta con la introducción de la
tecnología celular que permite el reúso del espectro radioeléctrico. Con ello se
amplió exponencialmente la capacidad de dar servicio telefónico inalámbrico.
Hoy en México existen más de 127 millones de aparatos celulares, a 33 años de
su introducción.
La tecnología de telecomunicaciones inalámbricas ha
evolucionado de tal forma que ya están por arrancar las redes de quinta
generación o 5G. La evolución ha sido tal que la necesidad de comunicar a las
personas por medio de voz ha pasado a un segundo plano mientras que se ha
disparado la demanda de la transmisión de datos para una infinidad de
aplicaciones. Estas comunicaciones permiten a las personas acceder a video,
bases de datos, teleconferencias, juegos, metaversos y muchas otras
aplicaciones que requieren comunicaciones de muy alta velocidad, capacidad y
confiabilidad.
De acuerdo con el libro “5G Para el Mundo
Conectado” esta tecnología impactará en la manera como viajamos y
experimentamos nuestro medio ambiente; la forma como controlamos ambientes
remotos; y la forma como producimos bienes y servicios.
En el pasado, el principal impulsor de la industria de la movilidad
fue el conectar a las personas. En el futuro próximo, será el conectar a todas
las personas y todas las cosas al mismo tiempo. Uno de los más grandes usuarios
de estas redes será la interconexión masiva de aparatos, desde
electrodomésticos y monitores médicos hasta robots industriales y vehículos (Se
espera que 125 millones de vehículos estén conectados para el 2022). Para ello,
la 5G jugará un papel primordial en interconectar
cosas y personas en las siguientes áreas:
Salud: Medicina bioelectrónica, sistemas personales
de salud, telemedicina, ambulancias conectadas con Realidad Virtual y Aumentada,
etc.
Manufactura: Control remoto de dispositivos y robots,
comunicaciones máquina a máquina, diseño basado en Realidad Virtual y Aumentada,
etc.
Entretenimiento: Experiencia
inmersiva, experiencia en estadios, producción de películas y canciones en diferentes
locaciones, etc.
Automotiva: Infoentretenimiento, enlace de vehículos en carreteras,
vehículos autónomos, actualizaciones de mapas de alta definición, mantenimiento
remoto y actualización de software, etc.
Electricidad: Control y
monitoreo de redes, conexión de parques eólicos, carga inteligente de vehículos,
etc.
Agricultura: Conexión de sensores y maquinaria agrícola, control
de vehículos aéreos no tripulados (Drones), etc.
Seguridad pública: Detección de amenazas,
reconocimiento facial, drones, etc.
Recientemente se licitó espectro radioeléctrico en
Estados Unidos y Brasil para el despliegue de la tecnología 5G y otros países
ya van muy avanzados. En México el IFETEL ha propiciado el
uso de espectro para la utilización de la 5G y tiene ya una convocatoria para integrar
el Comité Técnico en esta materia.
Por su
parte, las grandes empresas de
telecomunicaciones están ya haciendo pruebas con esta tecnología. Ojalá que
encuentren un ambiente de negocios y regulatorio propicio para la introducción
de esta infraestructura del futuro, sin
la cual, estaremos limitados a tener
industrias obsoletas.
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