24 de septiembre de 2014

HERRAMIENTAS PARA COMBATIR LA CORRUPCIÓN


POR: OCTAVIO DÍAZ GARCÍA DE LEÓN
 @octaviodiazg

     Los comentarios del presidente Peña Nieto respecto a si la corrupción era un problema cultural de los mexicanos, desataron mucha polémica y todavía sigue. En ésta columna publiqué hace pocas semanas lo que opino al respecto. Más recientemente plumas tan destacadas como la del Dr. Macario Schettino (El Financiero), Roger Bartra y Alejandro Faya (Reforma) por mencionar algunos, han escrito sobre el tema. Creo que está más que demostrado que la corrupción es un cáncer que impide el desarrollo de nuestro país y,  más allá de analizar las causas y discutir si es un problema de instituciones o de costumbres, lo que siempre ha estado disponible son herramientas para combatirla. Por ello urge que se retomen algunas de ellas y se apliquen de inmediato.  

     Es importante insistir en que el Senado designe ya al Fiscal Anti Corrupción adscrito a la Procuraduría General de la República y  que el Congreso promulgue la  reforma que cree la Comisión Nacional Anticorrupción. Pero no es todo lo que se puede hacer para combatir la corrupción. Algunas de las herramientas que están disponibles  se pueden reforzar o echar a andar de inmediato. Entre ellas se pueden mencionar:

1.    Transparencia. No basta que se tenga el derecho de acceder a la información pública gubernamental, es necesario que más personas e instituciones académicas se dediquen a analizar dicha información para detectar posibles actos de corrupción y  den a conocer sus hallazgos.

2.    Servicio Profesional de Carrera. Una de las ventajas del servicio civil  que  contempla la Ley federal respectiva es que los funcionarios públicos al tener certidumbre en la continuidad de sus trabajos, evitan caer en actos de corrupción. No necesitan practicar el “Año de Hidalgo” ni “robar poquito”  para asegurar su futuro pues la continuidad en sus trabajos les da certeza. Esta Ley no ha sido del agrado de los altos mandos de las dependencias federales por lo que suele haber designaciones tramposas. Es importante que se cumpla la Ley a cabalidad para crear un verdadero servicio profesional de carrera.

3.    Testigos sociales. Toda gran licitación requiere de la participación de testigos sociales quienes ayudan a dar fe de la transparencia de los procesos y su apego a la Ley. Es lamentable que en un caso reciente se haya intentado intimidar a un testigo social.

4.    Trámites automatizados. Entre menos personas intervengan en la realización de trámites, menos oportunidades existirán de que haya actos de corrupción. Es urgente  tener más trámites digitales que de ventanilla.

5.    Desregulación. Los trámites, permisos, concesiones, entre otros, se prestan a la discrecionalidad, a la opacidad y por tanto, a la corrupción. Por ello es importante que haya los menos trámites posibles. Desde que hace falta simplificar o eliminar los trámites que se requieren para abrir empresas  que solo fomentan la informalidad y detienen a la economía, hasta los trámites para obtener  concesiones en materia de hidrocarburos y electricidad.

6.    Denuncia social. La denuncia siempre ha sido una herramienta útil  para combatir actos de corrupción. Las denuncias bien encausadas que aporten elementos de tiempo, lugar y modo son fuente muy importante para instaurar   procesos sólidos contra funcionarios corruptos. Hay que propiciar que los ciudadanos denuncien cuando encuentren prácticas de corrupción.

7.    Usuario simulado. Estos operativos son grandes auxiliares para detectar actos de corrupción. Valdría la pena impulsar la realización de estos operativos.

8.    Campañas en medios. En el sexenio del presidente Fox se llevaron a cabo tareas de difusión entre la sociedad para concientizarlos acerca de   lo perjudicial que son los actos de corrupción a través de campañas como  la de los “Cine minutos contra la corrupción”, el concurso para niños “Adiós a las Trampas”, cursos universitarios contra la corrupción, etc. Se pueden retomar estos esfuerzos.

9.     Programas institucionales de combate a la corrupción. A través de la  desaparecida “Comisión Intersecretarial para la Transparencia y el Combate a la Corrupción en la Administración Pública Federal”, se logró que cada institución del gobierno federal (240)  tuviera sus programas de combate a la corrupción y sus resultados se presentaban ante el Presidente y el gabinete ampliado. Eran programas de carácter preventivo que permitían focalizar los esfuerzos en las áreas más proclives a corrupción con el apoyo de los titulares de las entidades y dependencias. Se podría revivir una Comisión similar.

10. Órganos internos de control (OIC) y contralorías. Si bien el propósito de los OIC no es específicamente el combarte a la corrupción, eran importantes auxiliares para combatirla. Con la desaparición de la Secretaría de la Función Pública se ha disminuido el foco en estos esfuerzos. Al depender los titulares de los OIC y contralores de los titulares de entidades y dependencias, cada uno persigue diferentes prioridades hacia adentro de sus instituciones. No necesariamente el combate a la corrupción es una de ellas. Se podría volver a orientarlos hacia el combate a la corrupción.

11. Organizaciones de la Sociedad Civil. Aún siguen siendo muy pocas las organizaciones de la sociedad civil que se encargan de darle seguimiento a los temas de corrupción y la mayoría están en la ciudad de México. Por ejemplo, no tengo noticia de una OSC con estos propósitos en Aguascalientes.

Hay más herramientas para combatir la corrupción sin necesidad de recurrir a grandes reformas. Es importante que se cree la Comisión Nacional Anticorrupción al haber desaparecido la Secretaría de la Función Pública, pero al final, para combatir la corrupción,  lo que hace falta es voluntad.

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20 de septiembre de 2014

LA MUERTE COMO ESPECTÁCULO


POR: OCTAVIO DÍAZ GARCÍA DE LEÓN

Twitter: @octaviodiazg

      En la impartición de la justicia más primitiva, la tortura y las ejecuciones daban un mensaje disuasorio para que los demás evitaran caer en las prácticas que habían condenado a los supliciados al cadalso. Infligir dolores extraordinarios a los condenados era una forma de venganza de la sociedad y a veces, de gozo sádico de quienes la ejecutaban. Pero también era un espectáculo para las masas, quienes simplemente por contemplar la muerte de alguien, acudían a las ejecuciones. Si bien antes ocurrían en vivo, hoy, a través de los vídeos que circulan ampliamente por internet se puede ser testigo de ejecuciones. Desde luego no me refiero a las que realizan los países en cumplimiento de sus leyes, ya que ellas se han vuelto más discretas, aunque no dejan de ser nota para periódicos y televisoras. Por lo menos  el momento de la muerte ya no se puede ver  en vivo,  salvo por un puñado de testigos.

     Pero la violencia de la muerte en las ejecuciones que hoy circulan libremente por internet se ha vuelto un espectáculo gracias a la tecnología que permite realizar vídeos, fotos y difundirlos indiscriminadamente. Estos vídeos y fotos los delincuentes los usan para enviar mensajes. Pero el efecto va más allá de estos recados sanguinarios, que las más de las veces van dirigidos a  una audiencia muy reducida; impactan de manera negativa a todos los demás que sin ser parte del juego, los ven por curiosidad o morbo.

     El efecto de este teatro macabro deja huella en los espectadores. Algunos  se horrorizan - los más - pero hay quienes gozan con el sufrimiento de otros y lo peor es que  habrá quienes luego intenten imitar ese ejemplo. En ese mundo antihumano de los delincuentes, los verdugos se vuelven estrellas de la muerte, antihéroes de un culto que crece entre  personas sin futuro alguno que buscan en la delincuencia y en sus prácticas la manera de tener éxito en la vida. Para ello anhelan ser las estrellas de estas pesadillas filmadas, sabiendo que quizá así puedan satisfacer sus sueños de grandeza. Nueva forma de vida en donde personas que no han encontrado otros caminos mas que los de la  delincuencia, buscan la riqueza, la exaltación de la fuerza, la voluntad de poder y la violencia. Pero no  como la raza de Señores que quería reivindicar Nietzsche sino como una raza de psicópatas dominada por el odio.

      La desensibilización ante la muerte violenta es un fenómeno que el negocio del espectáculo ha impulsado notablemente. Hollywood y los videojuegos nos han acostumbrado a mirar la violencia como un ingrediente más del entretenimiento. ¿Cuántos asesinatos se filman cada año en las películas que se exhiben en todo el mundo? Pero ahora podemos encontrar muertes reales filmadas por delincuentes y terroristas, no en películas de ficción sino en vídeos que circulan por la red. Con seres humanos asesinados ante cámaras de vídeo cuyas muertes se ofrecen como espectáculo para que espectadores desprevenidos o pervertidos, observen la muerte entre aterrados y entretenidos. 

     Hoy en día,  cada vez más, se buscan espectáculos que tienen que ser aterradores para que entretengan. En los parques de diversiones muchos juegos son populares por el terror que generan. La capacidad de asombro se tiene que ver superada y por eso se busca y se procura cada vez más a la violencia y el alcanzar extremos en las diversiones. Deportes extremos, espectáculos extremos, juegos extremos.

En ésta búsqueda de lo extremo, la muerte como espectáculo adquiere carta de nacionalidad ante los espectadores ávidos de emociones fuertes. Ya no bastan las películas de Hollywood en donde todos saben que son actores y sus muertes fingidas porque así las muertes no cuentan;  o bien, en los vídeo juegos, en donde  los avatares que manipula el jugador, solo son entes virtuales que mueren y renacen para generar puntos en medio de la violencia. Pero entonces hace falta algo más impactante. Hay un mundo ávido de emociones cada vez más fuertes,  entretenimiento extremo en donde su mente se trastornará  sin saberlo.

      El espectáculo de la violencia se ha documentado desde la antigüedad. Un relato estremecedor es el de Michel Foucault que inicia su libro “Vigilar y Castigar.” describiendo el suplicio de Robert François Damiens condenado en 1757 por atentar contra la vida del monarca francés Luis XV. Durante tres páginas Foucault  da cuenta de los tormentos a los que fue sometido Damiens y que duró varias horas. Los tormentos incluyeron el que la mano asesina fuera quemada con azufre. Se le atenazaron pecho, brazos, muslos y pantorrillas. Sobre esas heridas se vertió plomo derretido, cera y aceite hirviendo. Luego se le descuartizó con cuatro caballos intentando arrancarle brazos y piernas que  no cedían hasta que el verdugo las cortó con un hacha. Finalmente aún vivo – según testigos – el tronco fue arrojado al fuego y quemado. Hasta que quedó totalmente reducido a cenizas. Giacomo Casanova, el famoso aventurero y escritor,  presenció horrorizado  el suplicio de Damiens y lo describe en sus Memorias.

     Pero nuestro  siglo XXI está lleno de testimonios de violencia extrema a través de crónicas periodísticas. Entre ellas tenemos, por ejemplo, la descripción con lujo de detalles de  lo que ocurrió una mañana de marzo de 2004 en Irak. Después de la derrota de Sadam Hussein por el ejército americano, lo que siguió fue la sangrienta ocupación de ese país que estuvo  marcada por actos de brutalidad. En su libro “Blackwater”, Jeremy Sachill describe en un par de páginas un incidente donde pierden la vida cuatro mercenarios americanos, empleados de la compañía de seguridad Blackwater. Vigilando a un convoy de transportes, los cuatro americanos son emboscados en la ciudad de Faluya. Dos de ellos iban al frente en un vehículo y dos en la retaguardia del convoy en otro vehículo. Estos automotores no llevaban blindaje y les faltaba una persona que pudiera operar un arma para defenderlos. Al detenerse el convoy en la ciudad, le arrojan una granada al todo terreno trasero y les lanzan ráfagas de ametralladora. Heridos de muerte un grupo llega por el frente de la camioneta y les rocían  de balas sus cuerpos. A uno de los americanos - todavía con vida y suplicando por ella - le arrojaron ladrillos y le saltaron encima hasta que lo mataron. Luego le cortaron un brazo, una pierna y la cabeza y la turba bailaba y gritaba entusiasmada. Los dos que iban al frente intentaron huir pero inmediatamente fueron alcanzados por las balas. A uno de ellos le volaron la cabeza y al otro le llenaron de balas el pecho. Luego trajeron gasolina, rociaron los cuerpos y les prendieron fuego. Los cadáveres carbonizados fueron extraídos para que hombres y niños empezaran a desmembrarlos. Unos golpeaban con las suelas de sus zapatos y otros con cañerías de metal y palas. Una persona se dedicó a patear una cabeza hasta desprenderla del cuerpo. Llevaron dos de los cuerpos arrastrando hasta el puente sobre el Éufrates y colgaron los cuerpos sobre el río. Alguien más ató un ladrillo a la pierna de uno de los muertos y la arrojó por encima de unos cables de electricidad. Horas después descolgaron los cuerpos del puente, les volvieron a prender fuego y lo que quedaba de los cuerpos fue arrastrados en un desfile macabro por Faluya hasta que los arrojaron en un edificio del gobierno.

       En México no solo la crónica cotidiana de los periodistas que arriesgan su vida da cuenta de la violencia extrema que se vive derivada de los enfrentamientos entre bandas de delincuentes y de estos con fuerzas del Estado Mexicano,  sino que además ésta se manifiesta de manera singular en los narco vídeos que se pueden encontrar en internet sin  censura alguna. Decapitaciones, ejecuciones, interrogatorios y torturas entre otros. Cientos de vídeos que se pueden acceder libremente y que gracias a la tecnología se ofrecen para consumo de todo el mundo. ¿Cuantos miles o millones de espectadores habrán visto la violencia que las bandas de delincuentes mexicanos exhiben unos contra otros? Para muestra un botón: un vídeo donde ejecutan a una mujer mediante su decapitación con cuchillo. El criminal  que ejecuta a la mujer despliega una destreza asombrosa y en menos de un minuto desprende la cabeza del tronco. Es todo tan rápido que los ojos de la mujer en la cabeza desprendida intentan ver su cuerpo separado.

      La violencia legítima que ejerce el Estado Mexicano se ha visto gradualmente suavizada gracias al efecto civilizador de nuestros legisladores que, por ejemplo,  hace muchos años abolieron la pena de muerte y crearon leyes e instituciones para defender los derechos humanos. Pero habiendo entre quince y veinte mil muertes violentas al año, el ejercicio ilegal de la violencia a manos de los delincuentes está desbordado. Y no solo su ejercicio sino su exhibición. Si antes las naciones hacían públicas las ejecuciones como efecto disuasorio o como castigo, ahora para los mismos propósitos los delincuentes hacen públicas las ejecuciones gracias a los vídeos y al internet. Inclusive, y a pesar del pacto que se dio entre los medios de comunicación para censurar los mensajes de los criminales, no deja de ser noticia macabra el que aparezcan colgando de puentes,   cadáveres de ejecutados.  El Estado Mexicano ha cedido grandes espacios a la delincuencia, entre ellos el permitir  que estos vídeos sanguinarios  se exhiban sin recato en redes sociales e internet. No hay el pretexto de invocar a la libertad de prensa ya que en su exhibición no hay periodismo legítimo.  Al permitir exhibirse estos vídeos grotescos no solo se premia la impunidad del hecho mismo sino la osadía de mostrarlo abiertamente.

      Lo que ha sido noticia recientemente han sido otras decapitaciones filmadas a todo color y lanzadas para consumo de todo el mundo. Dos periodistas americanos y un ciudadano  británico fueron decapitados también frente a una cámara por miembros del “Estado Islámico de Irak y Siria” (ISIS por sus siglas en inglés).

     Mientras que las decenas de vídeos de decapitaciones de mexicanos no son noticia, por ser comunes, por indiferencia,  por ser nuestro país "violento por naturaleza"  (Es cultural, podría decir alguien) o por ser simplemente personajes anónimos que florecen en el oscuro mundo del narcotráfico y la delincuencia. En el caso de las decapitaciones en algún lugar de Siria, sí han acaparado la atención de todo el mundo. Se trata de conocidos periodistas y además ejecutados por un ciudadano británico con acento londinense. Y es que se puede esperar todo de cualquier delincuente mexicano - y entonces no es noticia - , pero que ocurra una decapitación realizada por un londinense convertido al terrorismo islámico y que se atreva a matar a tres ciudadanos del primer mundo a la vista de todo el planeta, eso sí es de llamar la atención.

     Por lo pronto la muerte de los periodistas ante los ojos azorados del mundo han servido para expandir la guerra contra ISIS y evitar que imponga un califato en esas tierras. Se ha desplegado una  nueva cruzada encabezada por los Estados Unidos pero con participación de países árabes y los americanos encabezan la ofensiva usando aviones no tripulados, proyectiles lanzados a cientos de kilómetros de distancia  para asépticamente destruir a sus enemigos. También el Congreso de ese país ha autorizado el entregarles armas a los enemigos de sus enemigos para reforzar la lucha contra estos extremistas.  Los seres humanos que mueran solo serán "daños colaterales" y los nuevos vídeos que aparezcan levantarán los "ratings" del entretenimiento. Las decapitaciones seguirán y las muertes anónimas víctimas de los bombardeos “dirigidos” a terroristas,  crecerán.

    En México nuestra cosecha de vídeos grotescos seguirá dando cuenta de la violencia que no se abate en nuestro país. Los cuerpos de los torturados y ejecutados por lo pronto serán la materia prima de la que se alimente el morbo, el espectáculo y el odio. Los cuerpos de los desconocidos que ni siquiera alcanzaron foto o vídeo permanecerán en la lista interminable de los desaparecidos.  No cabe duda, nuestra sociedad está enferma.

Bibliografía:

1.   “Blackwater. El auge del ejército mercenario más poderoso del mundo.” Autor: Jeremy Scahill. Ed. Paidós. Barcelona, 2008.
2.   “Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión.” Autor: Michel Foucault. Ed. Siglo Veintiuno Editores. 35ª edición. México 2008.



17 de septiembre de 2014

AVIONES NO TRIPULADOS Y OTROS RECURSOS PARA INTELIGENCIA


POR: OCTAVIO DÍAZ G. L.
Twitter: @octaviodiazg

     Durante el desfile del pasado 16 de septiembre en la Cd. de México, llamó la atención que se exhibieran aviones no tripulados para labores de inteligencia, lo que los americanos llaman “drones” y cuyo número ha crecido espectacularmente   en el país vecino. En México se empezaron a usar en la administración del presidente Calderón y diversas dependencias del gobierno federal compraron este tipo de aparatos. De acuerdo con un reportaje de Contralínea, nueve de estos aviones fueron adquiridos en el sexenio anterior: dos por la Policía Federal, dos por la SEDENA, dos por el CISEN y tres por la SEMAR, estos últimos de fabricación propia y los demás de fabricación israelí, aunque no se especifican los del CISEN.

      Existen diversos tipos de aviones no tripulados que van desde los muy pequeños que casi parecen juguetes; los aviones del tipo “Predator” que son aviones militares para operaciones de bombardeo, alcanzan altitudes de casi 10,000 metros y pueden durar 30 horas o más en el aire; otros que se desplazan a velocidades superiores a las del sonido;  hasta  aquellos que alcanzan alturas de  20,000 metros que se desplazan a menor velocidad. El catálogo de aviones de este tipo es bastante amplio y ya son usados por los ejércitos más importantes del mundo.

      Se han identificado numerosos usos para este tipo de aviones: para labores de inteligencia para la seguridad nacional tales como  ubicar grupos de terroristas y guerrilleros; en seguridad pública para vigilar ductos que transportan hidrocarburos, vigilar otras instalaciones estratégicas o localizar grupos de delincuentes;  aplicaciones civiles para localizar incendios forestales, sitios arqueológicos, derrama de contaminantes, para auxiliar en desastres naturales, identificar tipos de cultivo y uso de suelo e identificar yacimientos de hidrocarburos,  entre otros.

      Para los  Estados Unidos estos aviones no tripulados se han convertido en el arma favorita para atacar a terroristas en  Pakistán, Afganistán, Somalia, Yemen, Irak y Siria entre  otros lugares. Con estos aviones, los americanos han podido bombardear  campamentos y escondites de guerrilleros islámicos y las muertes producidas por estos ataques ya pasan de las tres mil. También se sabe que “drones” americanos  incursionan en territorio mexicano para actividades contra el tráfico de drogas.

      La ventaja de los aviones no tripulados vs. los tripulados son: pueden durar muchas horas en vuelo; transportan explosivos más pequeños que los bombarderos tradicionales o los misiles, por lo que los daños colaterales son menores; son más baratos;  y no hay riesgo para los  pilotos. En Estados Unidos la tendencia es a usar este tipo de aviones en lugar de los tripulados y ya se entrena a mas pilotos de no tripulados que de los otros.

      En México las aplicaciones de este tipo de aviones aparentemente se están enfocando a tareas de inteligencia y vigilancia y no para bombardeo de objetivos. Sin embargo esta flota aérea es demasiado pequeña si solo existían nueve aviones a finales del sexenio pasado. Aunque se hayan comprado algunos más en este año y medio, seguramente son insuficientes  dada la extensión del territorio nacional y los riesgos que hay que atender en materia de seguridad. Estos aviones son buenas herramientas de inteligencia, por ejemplo, para descubrir movimientos de  convoyes en los que se desplaza la delincuencia organizada, pero requieren gran coordinación con fuerzas operativas terrestres para poder interceptar estos convoyes. Su uso en el campo puede ser útil también para descubrir plantíos de droga o ubicar escondites de los delincuentes, especialmente en lugares de muy difícil acceso. En las ciudades también tienen importantes aplicaciones para labores de vigilancia. Por ejemplo, los pequeños “drones” que se  exhibieron en los patios de la Secretaría de Gobernación hace unos días, se estaban proponiendo para el monitoreo de marchas y plantones.

     El presidente Peña ha indicado que una de sus grandes prioridades en el combate a la delincuencia es el invertir en inteligencia. Prueba de ello es el crecimiento exponencial que ha tenido el presupuesto del CISEN. El sexenio pasado creció su presupuesto de forma importante al pasar de $1,114 millones de pesos (MDP) en 2007 para terminar en 2012 con  $2,786 MDP (2.5 veces más). Sin embargo, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda, para 2014 el presupuesto asciende a 7,537 MDP (2.7 veces el de 2012 y casi siete veces  el de 2007) de los cuales 4,600 MDP - dentro del rubro de “inversión física” -  son para “Centros Estratégicos de Inteligencia”. En 2015 no se especifica para que propósitos, pero el CISEN está pidiendo para “inversión física” $4,687,021,901 pesos, exactamente hasta el último peso, la misma cantidad que se le otorgó en 2014 para este rubro.  

     Aquí la pregunta es, ¿en que vale la pena invertir más, si en equipo y personal  de recolección  y análisis de inteligencia o en los centros de fusión? (¿Qué es primero, tener  la inteligencia y analizarla  o el compartirla?). De cualquier forma, es una inversión muy considerable en  “Centros Estratégicos de Inteligencia” que se realizará este año y de seguir la misma lógica, si se invierte una cantidad igual en 2015 en estos Centros,  llegará a más de 9 mil MDP en dos años, por lo que esperamos pronto ver resultados espectaculares contra la delincuencia, derivados de toda esta inversión sin precedentes en la historia del CISEN. 
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11 de septiembre de 2014

TRANSPARENCIA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO AEROPUERTO DE LA CIUDAD DE MÉXICO



POR: OCTAVIO DÍAZ G. L.
Twitter: @octaviodiazg

     No cabe duda que el aeropuerto de la Ciudad de México hace muchos años que es insuficiente, poco funcional y peligroso.  Basta viajar a esa Ciudad cualquier domingo por la noche y lo más probable es que haya demoras por exceso de tráfico. Además existe el riesgo de los aviones que pasan por zonas muy pobladas de la capital ya que el aeropuerto está prácticamente en medio de la ciudad.  A principios de la administración del presidente Fox se intentó construir un nuevo aeropuerto, mismo que no se  pudo llevar a cabo y se optó por desarrollar aeropuertos cercanos a la Ciudad de México y construir la Terminal 2,  lo cual solo mitigó un poco el problema. El gran cuello de botella del actual aeropuerto son sus dos pistas,  que no se pueden usar para despegues o aterrizajes simultáneos.

     Por ello, el anuncio más importante del Segundo Informe del presidente Peña Nieto, fue el de la construcción del nuevo  aeropuerto de la Cd. de México. Es una obra que costará alrededor de 169,000 millones de pesos (MDP) y tardará de diez a doce años. Eso sin considerar que estas obras suelen  resultar significativamente más caras y tardar más, ya sea por malas estimaciones o por características de la obra que solo se van descubriendo conforme avanza la construcción. El proyecto arquitectónico costará 1,800 MDP, mismo que ya se adjudicó, y ya se están convocando las primeras licitaciones para las obras hidráulicas indispensables para la construcción del aeropuerto ya que es una zona lacustre y con alto riesgo de inundaciones, las cuales  costarán alrededor de 17,000 MDP.

     Una obra de esta magnitud presenta innumerables retos: de diseño, técnicos,  de construcción, de transparencia y de corrupción. En cuanto a los dos últimos aspectos existe preocupación por que no se vayan a desviar fondos para beneficiar a funcionarios públicos o vayan a financiar campañas políticas.  También está el riesgo de inestabilidad social derivado de las protestas de los habitantes de Atenco, Texcoco y otros municipios aledaños a los terrenos donde se va a construir este nuevo aeropuerto.

     Para empezar, al proceso de selección de la firma de arquitectos ganadora del proyecto arquitectónico, le faltó transparencia. En lugar de convocar a una licitación pública internacional, se hizo mediante el proceso de invitación a por lo menos tres personas que en este caso fueron ocho despachos de arquitectos. Si bien la Ley de Obras Públicas lo  permite, es importante que se conozca  cuales fueron las razones que se invocaron para no licitar,  de acuerdo con el Art. 42 de dicha  Ley. Según declaración de uno de los participantes - el Arq. Francisco López Guerra en “La Silla Rota” y publicado en “elgolfo.info” – dijo que su proyecto costaría tan solo una cuarta parte (31 mil MDP) de lo que costará la del ganador por lo que es importante explicar los criterios por los que se  asignó a un proyecto cuatro veces más caro.

     El presidente Peña ofreció que habrá total transparencia en la construcción del aeropuerto y para ello se creó la página www.aeropuerto.gob.mx. Allí podemos encontrar, entre otras cosas,  a los 8 despachos invitados y a los 16 miembros del Comité Honorario de Expertos  que seleccionaron al ganador. Este Comité estuvo integrado por 6 funcionarios de la SCT, dos ex jefes del actual secretario Ruiz Esparza en la Comisión Federal de Electricidad - uno de ellos aún en dicha empresa -,  un subsecretario de SEMARNAT,  un ex subsecretario de la SCT, cuatro presidentes y ex presidentes de colegios de profesionistas, el director de un despacho de consultoría  y un testigo social. Por cierto, el Ing. Alfredo Elías Ayub - miembro de este Comité -  se excusó de intervenir en la opinión final, seguramente por tener una relación familiar con el arquitecto Fernando Romero, ganador del proyecto.

     En dicha página se habla que se evaluaron 10 factores y se utilizaron 6 criterios pero no dice como se llegó a la decisión final. Solo se indica que fue una decisión unánime del Comité. El proyecto se asignó  al despacho encabezado por el Arq. Fernando Romero, yerno del Ing. Carlos Slim y el más joven de los participantes, asociado con el arquitecto británico Norman Foster de gran prestigio internacional en materia de aeropuertos.

     Quizá hubiera sido mejor que en el Comité hubieran participado menos subordinados y ex jefes del Secretario Ruiz Esparza y que el proceso de selección del ganador se hubiera dado a conocer con todo detalle. También será importante conocer el informe del testigo social que participó y esperemos que se haga público pronto. Para lo que resta, va a ser vital el papel que jueguen los testigos sociales en todos los procesos de licitación (La Ley obliga a que haya testigos sociales en toda obra de más de 672.9 millones de pesos) y que las autoridades respeten su intervención y no intenten descalificarlos como el caso de la licitación de las tarjetas IAVE en CAPUFE – que depende de la SCT -  en donde CAPUFE interpuso una queja contra la testigo social para en su caso,  proceder legalmente contra ella,  lo cual sienta un muy mal precedente ya que por hacer su trabajo los testigos sociales se puedan ver expuestos a represalias.

     Así que aún falta mucho para darle más transparencia al proyecto más grande de infraestructura de esta Administración pero esperamos que mejore  y sobre todo, se evite la corrupción.


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6 de septiembre de 2014

PENDIENTES EN TRANSPARENCIA



POR: OCTAVIO DÍAZ GARCÍA DE LEÓN
Twitter: @octaviodiazg

     Tuve la oportunidad de asistir al “Seminario Internacional de Transparencia Judicial 2014, Perspectiva y Desafío de la Reforma Constitucional” organizado por el Poder Judicial de la Federación. La organización y las presentaciones fueron reflejo del excelente trabajo de los organizadores, en especial del Coordinador de Información, Documentación y Transparencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Lic. Agustín Millán. En el seminario se plantearon los retos que enfrenta el Poder Judicial en materia de transparencia y se discutieron las recientes reformas a la Constitución en este ámbito.

      El  acceso a la información  es uno de los derechos humanos garantizados por nuestra Constitución.  Si bien se consagró este derecho en ella desde 1977, no fue hasta que se promulga la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental en 2002 y se crea el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI),  que  los mexicanos pueden tener acceso a la  información que genera el  gobierno. Con la reforma constitucional del 7 de febrero de 2014  se dan los avances más recientes en la materia. El derecho de  acceso a la información no solo es importante por garantizarse como derecho fundamental sino también es una gran herramienta para el combate a la corrupción. 

      Como lo he escrito anteriormente en esta columna, varios conceptos se entrelazan: se requiere que haya acceso a la información para que haya transparencia; se requiere que haya transparencia para poder acceder a una buena rendición de cuentas y todos estos elementos coadyuvan en el combate a la corrupción.

      Para la sociedad mexicana existen tres grandes preocupaciones hoy en día: el crecimiento económico para que genere empleos y bienestar; la seguridad pública y la impartición de justicia que proteja el patrimonio y la integridad física de las personas; y el combate a la corrupción que es un cáncer que carcome a la sociedad mexicana. Por ello, la reforma al Artículo Sexto Constitucional del pasado 7 de febrero de 2014 y la reforma que cree a la Comisión Nacional Anticorrupción  serán elementos que permitan combatir la corrupción de manera más eficaz. 
     
      La reforma de febrero  le dio autonomía al IFAI y fueron nombrados 7 comisionados para encabezar este nuevo organismo, el cual incluso podrá cambiar de  nombre. Aunque los comisionados ya fueron nombrados por el Presidente y ratificados por el Senado en mayo de este año,  se dio un plazo de un año para redactar y aprobar la Ley secundaria respectiva.

     Existen cuatro vertientes que deberán ser consideradas en las  leyes secundarias:

Acceso a la información pública gubernamental. Lo fundamental de las reformas constitucionales de febrero de este año es: el número de sujetos obligados se amplia para incluir a los tres poderes, órganos autónomos, partidos políticos, fideicomisos y fondos públicos y cualquier persona física, moral o sindicato  que reciba y ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad en los tres órdenes de gobierno, con excepción de asuntos jurisdiccionales que correspondan a la Suprema Corte de Justicia de la Nación; las resoluciones del IFAI son ya vinculatorias, definitivas e inatacables; se crean organismos garantes de este derecho en las entidades federativas que tendrán plena autonomía; también habrá la posibilidad de que el IFAI pueda atraer casos que lo ameriten por su interés y trascendencia y además se convierte en órgano de apelación para los ciudadanos ante la decisión de los organismos de las entidades federativas. La ley secundaria deberá especificar claramente como se ejercerán estas nuevas atribuciones y un aspecto que deberá ser contemplado en dicha ley es la posibilidad de que los órganos garantes puedan imponer sanciones por el incumplimiento a sus resoluciones.

Archivos. Los archivos son un elemento clave para la transparencia. El acceso al quehacer gubernamental debe quedar plasmado en documentos. Hoy en día las nuevas tecnologías como el correo electrónico y los teléfonos “inteligentes” plantean un reto porque muchas instrucciones se cursan por estos medios y no hay una buena regulación que permita que se registre esta información y que quede documentada. Otros temas ya propiamente del manejo de los archivos de  papel son como están organizados, clasificados y como se puede acceder a ellos de manera mas eficiente. Por ello hacen falta modificaciones a la actual Ley Federal de Archivos.

Protección de Datos Personales. El artículo 16 de la Constitución garantiza la protección de datos personales, el acceso, la rectificación y cancelación de los mismos así como manifestar su oposición (Derechos ARCO). La transparencia tiene límites en cuanto que no se pueden afectar el derecho a la intimidad y la privacidad y por lo tanto la ley secundaria en la materia debe establecer con claridad estos límites y cómo manejar esta información.

Secretos de Estado.  Si bien los expertos no han considerado esta vertiente, considero que  hace falta una Ley de Secretos de Estado  que limite el acceso a la información en materia de Seguridad Nacional. La actual Ley de Seguridad Nacional, si bien habla del tema,  lo hace de manera muy general. Esta nueva Ley deberá incluir también regulaciones acerca de qué personas pueden acceder a dichos secretos, que verificación se debe hacer de esas personas, establecer niveles de secretos y niveles de acceso a dicha información e incluir temas de ciberseguridad de la información entre otros.

Estos son los pendientes que antes de febrero deberán quedar plasmados en la legislación respectiva. Lo que sigue será lo más difícil: que la Ley se cumpla y las instituciones funcionen bien para garantizar estos derechos.

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