Para Gabriel, una
víctima más del virus
Por: Octavio Díaz García de León.
La idea: Vivimos en un mundo expuesto
a los virus. No solo nos destruyen virus biológicos que a veces se diseminan
como pandemias, sino una serie de fenómenos que se han vuelto virales afectan al
cuerpo social. Si somos capaces de detener la infección de algunos virus
biológicos, deberíamos también tener remedios para detener otro tipo de virus destructivos.
De acuerdo con la Dra. Phoebe Lostroh ( https://www.barnesandnoble.com/w/molecular-and-cellular-biology-of-viruses-phoebe-lostroh/1133676975
) el origen de la palabra virus viene
del latín y su significado es veneno. Los virus biológicos son entes
infecciosos mucho más sencillos que las células que infectan y por sí mismos no
están vivos, pero son el mayor número de entes biológicos en la Tierra. Se
estima que existen diez veces más virus que células en el planeta.
Los virus se distinguen por cuatro factores 1. Son
parásitos intracelulares que tienen una etapa infecciosa extracelular; en esta
última etapa se les llama viriones. 2. Producen una proteína capsómero que
cubre y protege el núcleo del virión. 3. Se reproducen, no por crecer más
grandes y dividiéndose como lo hacen las células, sino ensamblando nuevos viriones.
4. Tienen la capacidad de evolucionar.
El aumento de población, las condiciones de vida en
donde cada vez hay más aglomeraciones humanas y el cambio climático, han acelerado
la aparición de nuevos virus que infectan a la población y se pueden esparcir
rápidamente.
Paradójicamente el mecanismo de sobrevivencia del
virus está basado en que son parásitos malignos que destruyen a las células que
invaden. Por eso necesitan encontrar más
cuerpos y más células para seguirse reproduciendo porque van destruyendo las
que invaden. A diferencia de otros parásitos que pueden ser benignos e incluso
ayudar al cuerpo humano, los virus son simplemente destructivos.
Adicionalmente a los virus biológicos tenemos
también los virus sociales e informáticos, entendidos como parásitos que crecen
exponencialmente y se diseminan con eficacia gracias a la interacción entre
personas y mediante la interconectividad de dispositivos informáticos de todo
tipo.
Estas infecciones pueden causar daños al patrimonio
de las personas, propiciar actos delictivos o incitar a actuar contra el orden
establecido. En cuanto a la
infraestructura de telecomunicaciones e informática, los daños causados por
este tipo de virus también pueden ser cuantiosos e incluso afectar a la
seguridad nacional. Algunos ejemplos de fenómenos virales destructivos pueden
ser:
1. Delincuencia. Los
delincuentes son parásitos que viven del trabajo honesto de los demás y que, al
emplear la violencia, asesinan a decenas de miles de personas cada año. Se
reproducen ante la falta de un Estado fuerte e invaden diferentes aspectos de
la vida social descomponiéndola y destruyéndola.
2. Corrupción. Los
corruptos son otro tipo de parásitos que se aprovechan de sus puestos para
beneficiarse personalmente; proliferan en todas partes y estratos sociales, ante
la falta de medidas anticorrupción eficaces, destruyendo las funciones de
gobierno.
3. Desinformación.
Las redes sociales facilitan la diseminación de desinformación
mediante noticias falsas, memes, insultos e imágenes manipuladas lo cual permite
la expansión de información falsa con gran capacidad de destrucción,
manipulación y engaño. Utilizan teléfonos inteligentes y otros dispositivos de
alta conectividad.
4. Virus cibernéticos. Son
parásitos informáticos capaces de robar información, alterarla o destruirla. Mediante
ataques cibernéticos basados en virus, han sido capaces de destruir en Irán
centrales nucleares y en otros casos inutilizar instalaciones estratégicas en
otros países. En las computadoras son capaces de robar información bancaria,
identidades, extraer información sensible y destruir por completo bases de
datos.
5. Negocios virales. En
el mundo empresarial se usan a veces esquemas virales del tipo multinivel para
vender productos. Si bien no siempre son dañinos, estos esquemas en ocasiones
se prestan a fraudes mediante esquemas piramidales de estafa, en donde se
atraen incautos y al multiplicarse el número de víctimas es cuando se colapsan,
a similitud de los virus biológicos que cuando agotan las células que pueden
destruir, matan a las personas.
6. Contaminación. El
crecimiento exponencial de la población y con ello, del consumo de productos y
energía con recursos no renovables, generan desperdicios y gases venenosos que han
contribuido a la destrucción del medio ambiente y al calentamiento global.
En esta época en que los virus de diversos tipos amenazan
a nuestra sociedad, debemos desarrollar vacunas y antivirales, pero primero
debemos tomar conciencia de su capacidad destructiva para actuar en
consecuencia. Aquellos fenómenos virales que dejemos crecer sin control pueden
destruir a la sociedad.
Por lo pronto hay que aplaudir la capacidad de desarrollo
de vacunas para el virus del COVID-19 en tan corto tiempo. Eso podrá salvar a millones
de personas. También la cibernética ha sido muy exitosa en contener ataques
virales a los sistemas informáticos, aunque todos los días hay personas
trabajando en generar destrucción en este ámbito. Ojalá encontremos la forma de
combatir a los virus sociales que también destruyen a la sociedad.
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@octaviodiazg
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