Por: Octavio Díaz García de León.
La idea: Millones de mexicanos han
emigrado principalmente a Estados Unidos en las últimas décadas en busca de
mejores oportunidades de vida. La mayor parte de ellos se fueron en pos de trabajos
de subsistencia que los nativos de aquél país no tomaban. Pero otros se fueron
en busca de oportunidades de negocios y profesionales muy superiores a las que
tenían en México. Lo importante es no perderles de vista y aprovechar sus
talentos en nuestro país.
La lista de mexicanos que
han triunfado en el exterior es muy larga. Entre ellos se encuentran
empresarios como Carlos Slim, directores de cine como Cuarón, Del Toro y
González Iñárritu, científicos como el recientemente fallecido Mario Molina,
Premio Nobel de Química y un largo etcétera.
Pero también están los que
no son famosos, desde el humilde jornalero que se ha labrado una buena calidad
de vida a base de esfuerzo, hasta profesionistas y pequeños empresarios que han
elegido desarrollarse en el país vecino.
Tal es el caso del protagonista
de un episodio de la serie de documentales de la BBC, “Ases del Bisturí”, disponible
en Netflix (https://newsnetwork.mayoclinic.org/discussion/netflix-presenta-a-neurocirujano-de-mayo-clinic-en-nueva-serie-de-documentales/ ). Allí
presentan la historia de uno de los más destacados neurocirujanos de los
Estados Unidos, el Dr. Alfredo Quiñones Hinojosa, conocido como Dr. Q.
Originario de un pequeño
poblado cerca de Mexicali, el Dr. Q emigró muy joven sin documentos a los
Estados Unidos. Parecía una historia más como la de millones de compatriotas
que se fueron por cualquier trabajo, en busca del sueño americano.
Lo extraordinario es que
en un lapso de 7 años, sin saber inglés cuando llegó, pasó de dedicarse a
trabajar como jornalero a estudiar medicina en Harvard para graduarse con
honores. En ese tiempo aprendió inglés, entró a la universidad primero en
Stockton, California, luego se graduó de la Universidad de California en Berkeley
y de allí pasó a la Universidad de Harvard.
El Dr. Q relata parte de
su vida (https://www.lideditorial.com/libros/dr-q) en el documental de la BBC y las difíciles condiciones
por las que pasó, entre ellas, humillaciones. En Berkeley le preguntaron que de donde era originario
y al contestar que era de México le dijeron que no parecía pues era demasiado
listo. A partir de ese comentario se avergonzó de decir que es mexicano y prefirió
no hablar de sus orígenes, hasta tiempo después.
En Estados Unidos se
tiene mala imagen de los mexicanos. De nada sirve evidenciar que millones de
mexicanos viviendo en ese país contribuyen en todos los aspectos de la vida de
aquella nación; desde las tareas más humildes como jardineros, jornaleros,
meseros, auxiliares en limpieza, hasta científicos como el Nobel Mario Molina o
como el propio Dr. Q.
A partir de la Revolución,
la emigración de mexicanos a Estados Unidos ha sido constante y se acentuó en la
época de las grandes crisis económicas en las décadas de los setenta a los noventa
del siglo pasado. Este siglo, la tendencia se ha ido revirtiendo. Con el mejoramiento
de la economía, la apertura comercial y las inversiones extranjeras, más
mexicanos encontraron oportunidades en nuestro país incorporándose a una
creciente clase media. También influyó el endurecimiento de las medidas anti
inmigrantes a partir de la administración del presidente Obama.
Pero ahora crece el
fenómeno de la emigración de profesionistas y pequeños empresarios, dado que los
mexicanos con otros niveles de educación se han abierto al mundo. Influye en
ello el que las instituciones de educación superior ofrezcan a sus alumnos
programas de intercambio en otras partes del planeta. Así está surgiendo una
generación de personas dispuestas a triunfar fuera de su país.
Este fenómeno se
intensificó a partir de la creación del CONACYT y las becas que esta
institución otorga, lo que ha permitido a gran número de estudiantes realizar
estudios de posgrado. Las nuevas generaciones de universitarios tienen ahora una
perspectiva y una actitud hacia el mundo que hace que las barreras nacionales
se vayan difuminando y los lazos entre naciones se hagan más estrechas a través
de todas esas personas que se desarrollan fuera de nuestro país.
Conozco de dos jóvenes
talentos que están teniendo impacto en Estados Unidos. Me refiero al aguascalentense Dr. Ulises Ruiz-Esparza
quien desarrolla tecnologías médicas en
la Escuela de Medicina de Harvard y el Instituto Tecnológico de
Massachussets (MIT)(https://es.wikipedia.org/wiki/Guillermo_Ulises_Ruiz-Esparza) y de la
Ciudad de México, Andrés Campero, quien
es autor de un libro sobre genética y estudia el doctorado en el MIT ( http://andrescampero.mit.edu/ ). Ambos no solo realizan proyectos interesantes allá, sino que también
lo hacen en México.
Ya no se trata de retener
a estos ingenios para que se queden a triunfar en nuestro país, donde existen
condiciones menos propicias, sino de no perder el contacto con todos ellos y buscar
la manera que desde sus trincheras apoyen al país que los vio nacer.
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@octaviodiazg
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