4 de enero de 2011

LA BATALLA DE AUSTERLITZ

Hace 203 años Napoleón Bonaparte culminaba exitosamente su campaña contra los ejércitos aliados de Rusia y Austria en la batalla de Austerlitz a 10 Km. al sureste de lo que hoy es Brno en la República Checa. Napoleón ya había  derrotado pocos días antes a los austríacos en Ulm. Había tomado Viena y perseguía al ejército ruso que se replegaba hacia Polonia junto con lo que quedaba del ejército austríaco. Pero el ejército francés estaba ya peligrosamente extendido y el enemigo le superaba en número. Precisamente  aparentando mayor debilidad de la que tenía,  es como engaña Napoleón a los emperadores austríaco y ruso  llevándolos a pelear una batalla decisiva. La batalla se despliega en un frente de 12 kilómetros en la cercanía del  pueblo de Austerlitz. El ejército de Napoleón cuenta con 73,400 hombres y el aliado con 85,400. El General  Weyrother de los aliados es quien diseña la estrategia y cae en la trampa.   Decide atacar el flanco derecho  de los franceses,  enviando hacia el sur del campo de batalla una masa de 59,300 soldados para cortarles su línea de retirada hacia Viena y envolverlos. El centro,  dominado por las alturas de Pratzen, lo había cedido Napoleón a los aliados como aparente muestra de debilidad y quienes se habían hecho fuertes allí y dominaban el centro del campo de batalla. Un poco mas hacia el oeste debajo de la colina de Pratzen, Napoleón había logrado ocultar el grueso de su ejército. Hacia el norte en el flanco izquierdo francés el mariscal Lannes estaba encargado de detener la ofensiva de los generales aliados Bragation y Lichtenstein. El flanco derecho francés que recibiría el grueso del ataque aliado estaba defendido por el mariscal Davout.  

La batalla inicia con el ataque de los aliados a dos pequeños poblados en el sur del campo de batalla. La masa del ejército aliado desciende de las alturas de Pratzen para atacar por el sur. Cincuenta y nueve mil soldados aliados al mando del general Buxhowden se mueven amontonadas y con dificultades. Una niebla espesa ayuda a los franceses a ocultar sus posiciones y dificulta  el movimiento de los aliados. El Mariscal Davout con una fuerza muy reducida los detiene heroicamente. Los aliados habían pensado que iba a ser un avance arrollador por el número de tropas que tenían. Sin embargo la resistencia de los franceses en el sur detiene su marcha y cada vez hay mas tropas  amontonándose tratando de pasar  en un espacio reducido, pues se encuentran flanqueados por lagos congelados y arroyos.  Cuando más de 40,000 hombres aliados estaban ya  amasados en el sur, y dos columnas más moviéndose hacia allá, Napoleón da la orden al Mariscal Soult de atacar las alturas de Pratzen. Con el centro debilitado, los aliados ceden rápidamente estas posiciones estratégicas y les entra el pánico. El mariscal ruso Kutuzov  intenta regresar a algunas tropas hacia el centro, pero sin poder impedir la toma de Pratzen. La guardia rusa, tropas de reserva de élite, intervienen también sin éxito. Al norte los mariscales franceses Lannes y Bernadotte se enfrentan con Bragation en una pelea de desgaste, pero Napoleón entonces ordena a Bernadotte y su cuerpo de ejército que se mueva hacia el sur para ocupar el centro hacia Pratzen. La suerte está echada  y la derrota de los aliados a la vista. Al romper el frente de batalla en el centro,  el ejército aliado queda dividido.  La gran masa del ejército aliado se ve rodeada hacia el sur, atacada por el norte desde las alturas de Pratzen y por el sur con refuerzos que manda Napoleón a auxiliar las diezmadas fuerzas de Davout. Se rinden los aliados en el sur al verse rodeados. Los emperadores ruso y austríaco ubicados al este en el pueblo de Austerlitz emprenden la huída. Hacia el norte las divisiones aliadas de Bragation, aisladas del resto emprenden la huída. Cuando cae la noche la caballería francesa emprende la persecución de los derrotados. Napoleón y su ejército han triunfado. La batalla queda como ejemplo de la mejor de las estrategias militares de la época y su nombre está inscrito en oro en la tumba de Napoleón en Los Inválidos en París.

Hoy ya casi no hay guerras entre naciones en donde se enfrenten grandes ejércitos. Ahora los enemigos de las naciones son pequeños en número, ágiles, ocultos entre la población civil. Las estrategias de estos enemigos no son ganar las guerras derrotando a los ejércitos nacionales sino ganar por medios indirectos, obligando a los gobiernos a no combatirlos. Esto lo logran haciendo que la sociedad aterrorizada exija que se detenga la lucha  o corrompiendo a los funcionarios.  Es una lucha por las conciencias y el apoyo de la población. Si la sociedad cae en la trampa, sociedad y gobierno  caen en manos de sus enemigos pues los terroristas y delincuentes que luchan contra el estado son también enemigos de la sociedad de quién se nutren con sus crímenes y abusos. Aún hay muchas personas que no se han dado cuenta de ello pues piensan que sólo son enemigos de los gobiernos, como si las actividades criminales de estos delincuentes en algo beneficiaran a la sociedad. Ojalá todos nos uniéramos para ganar las nuevas batallas que se libran contra los enemigos de nuestra nación y que nadie se confunda.  Seguramente tendremos nuestro Austerlitz si se cuenta con la ayuda de todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario