4 de enero de 2011

EL CONFLICTO DE INTERÉS Y LAS PROFESIONES

El conflicto de interés es un problema  de carácter ético que debe ser evitado para no incurrir en decisiones que provoquen casos de corrupción o un beneficio indebido para un particular.  Esta problemática ha sido identificada con claridad en los casos de los funcionarios y empleados del gobierno que abusando de su posición pudieran tomar decisiones que los favorezcan personalmente o a sus familiares. Pero esto mismo ocurre en otras profesiones. Las personas que reciban servicios deben estar alerta sobre esta situación y quienes ofrecen servicios deberán evitar incurrir en estos casos que también constituyen corrupción.

El conflicto de interés en el gobierno surge cuando “un funcionario público tiene intereses de carácter privado que pudieran  influir impropiamente en el desempeño de sus deberes y responsabilidades oficiales”.  Es muy importante evitarlo. Incluso es importante evitar la apariencia de que pudiera haber conflicto de interés. En México, la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos tipifica como  falta grave estas situaciones y el funcionario se puede hacer acreedor a una sanción de destitución de su puesto  e inhabilitación para ocupar cargos públicos. 

Sin embargo erradicar la práctica de utilizar los puestos públicos para beneficio de los negocios propios o de familiares y amigos es muy difícil de erradicar y es uno de los grandes retos para abatir la  corrupción. Si bien en el gobierno federal se ha avanzado para prevenir este tipo de conductas, aún falta por hacer en el caso de estados y municipios.  Habrá que desarrollar mecanismos preventivos para evitar estas situaciones, cuando los funcionarios públicos o sus familiares tengan negocios privados, como por ejemplo, crear fideicomisos u otras figuras neutras para administrar los negocios familiares y con ello evitar un real o aparente conflicto de interés.

En el ejercicio privado, la profesión contable se ha visto afectada por casos muy sonados de conflicto de interés. La desaparición de Arthur Andersen, una de las firmas contables mas prestigiosas del mundo tuvo su origen precisamente en una situación de este tipo cuando esta compañía contable actuaba como asesora de  empresas tales como Enron y Worldcom y a la vez era su auditor externo. Como auditores, pasaban por alto irregularidades importantes con tal de conservar el negocio más lucrativo de consultoría.  Esto ha producido cambios importantes en las leyes de los Estados Unidos para evitarlo. En México se propuso una reforma  al Código Fiscal para prohibir  que las firmas contables que dictaminan para efectos fiscales, actúen como consultoras de sus empresas auditadas.

Otra profesión que pudiera ser susceptible a este problema es la profesión médica.  En su práctica privada, lo que les genera más ingresos a los médicos de las especialidades donde aplica, es en el caso de las intervenciones quirúrgicas, más que a través de la consulta. Cuando el médico propone una operación en la que pudiera tener un interés económico, ¿qué tan objetivo puede ser su diagnóstico? Esto pudiera plantear un conflicto de interés.

Un médico sin ética pudiera sugerir operaciones que no son necesarias. O pudiera no ofrecerle al paciente tratamientos diferentes que podrían ser tan efectivos pero en los cuales no tendría una ganancia económica.  Se dan casos también de ginecólogos poco escrupulosos que en lugar de darle curso a que ocurran  partos normales, proponen cesáreas que pudieran ser innecesarias, pero que económicamente son más lucrativas y que además son más cómodas para el médico ya que las puede programar el día y hora que prefiera.

Quizá la profesión  médica debería separar a quien hace los diagnósticos de quien realiza una operación o desarrollar algún otro mecanismo que evite estos posibles conflictos de interés que afectan la salud y la economía de las personas cuando se cae en manos de médicos sin  escrúpulos.

Otra profesión en el que se pudiera dar este problema son los mecánicos de autos,  en donde les resulta más rentable cambiar piezas enteras en lugar de repararlas y a veces se realizan cambios innecesarios. Aquí también sería útil separar el diagnóstico de quien realiza la compostura.

Con los diagnósticos se da otro problema. Suele suceder que se dan diagnósticos diferentes al mismo problema y ya hasta dudamos si se puede diagnosticar con precisión. En todo caso se deben perfeccionar las herramientas para realizar buenos diagnósticos por lo que tendría sentido concentrar en una entidad bien equipada y especializada la realización de los mismos y en otra, la corrección de los problemas.

Otro caso que ha tenido gran impacto en E. U. es el de los asesores financieros que  recomiendan  comprar o vender acciones de empresas  en las cuales ellos tienen interés. Este problema ocurrió de manera muy importante con  las grandes corredurías financieras de E. U. quienes a fines de los noventas impulsaron la compra  de acciones de empresas de alta tecnología, las cuales no representaban negocios sólidos sino puramente especulativos. Muchas personas perdieron todos sus ahorros en estas inversiones.

Es importante que las personas que reciben un servicio, una asesoría o consejo analicen si las personas que se los están dando pudieran tener conflicto de interés para que en ese caso dejen de tener relaciones de negocios con esas personas. Los profesionistas que pudieran estar en esa situación, deberán entender que una relación de largo plazo con un cliente o paciente no puede estar basada en engaños para obtener un beneficio. Pero por encima de todo éticamente no son aceptables las situaciones de conflicto de interés por lo que hay que evitarlas.


Aprovecho para desearles un muy feliz año 2006 en el que se cumplan sus metas y propósitos con creces.

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