27 de junio de 2015

DOMAR A LA CORRUPCIÓN


Por: Octavio Díaz García de León.
 @octaviodiazg

     El pasado martes 23 de junio  en la reunión de instalación del Consejo del Sistema Nacional de Transparencia, el presidente Peña dijo que “con el establecimiento de medidas a favor de la transparencia y anticorrupción lo que estamos haciendo (…) el Estado mexicano y su sociedad es domar auténticamente la condición humana, llevarla por nuevos caminos”. Dijo que  la corrupción no es privativa de México, sino que es un tema de orden global.

     El comentario causó polémica e incluso el Presidente dijo que iba a ser oportunidad de mofa para los caricaturistas y así fue. Calderón, quien publica en el periódico Reforma,  presentó una caricatura en donde se pinta a la corrupción domando al presidente Peña. 

       Recordemos que la corrupción es el aprovechar un puesto público para obtener un beneficio personal. Este comportamiento conlleva el traicionar la confianza que los ciudadanos han depositado en aquél al que le han encargado el buen uso de los bienes que son de todos y en lugar de destinarlos para beneficiar a la comunidad, los desvían para beneficiar al funcionario en lo personal.  En este proceso hay corruptores que obtienen ventajas ilícitas al corromper a funcionarios en detrimento tanto de los recursos públicos como de otros empresarios que actúan honradamente. 

    Como muchos aspectos negativos del ser humano, la corrupción también es parte de la condición humana, tal y como también lo son  la avaricia, la maldad, la crueldad y la agresividad. Pero en términos generales  creo que a los seres humanos no se nos da de manera permanente como forma de estar en el mundo el ser corruptos, como tampoco todos somos violentos siempre. 

     La condición humana, también con su gama de posibilidades positivas, nos permite enfrentar el lado oscuro de nuestra naturaleza a través de la libertad, el trabajo  y  la acción transformadora,  para evitar dejarnos llevar por nuestros impulsos más negativos. Ahora bien, si la corrupción es parte de la condición humana como una de las posibilidades de la acción de las personas, por otra parte no creo que la corrupción sea parte de la naturaleza humana. No creo que exista el gen de la corrupción. 

     Tampoco  creo que en el mundo prevalezca la maldad ni es la corrupción un comportamiento que predomine en el mundo. La civilización, las leyes, las religiones han ido moderando los impulsos más antisociales del ser humano, y aunque aún vemos dosis de salvajismo por doquier, la realidad es que como lo decía Steven Pinker en su libro “The Better Angels of Our Nature”, la violencia ha ido declinando. En el mismo sentido, otras conductas antisociales también lo han hecho, entre ellas la  corrupción.   

     Entendiendo a  la condición humana como  todos los rasgos buenos y malos del ser humano, lo que hay que ver es cuales prevalecen. No es lo mismo que potencialmente seamos capaces de todo tipo de conductas, a que la corrupción, como una de estas conductas, se encuentre de forma omnipresente en la actividad cotidiana de todos los seres humanos. 

     En ese sentido, decía Montaigne en sus "Ensayos" que la condición humana no es generalizable sino cada persona tiene la suya propia. Según este autor no hay una condición humana para todos sino una condición humana diferente para cada individuo. Mi condición humana es diferente a la del resto y por lo tanto al no tener todos los seres humanos los mismos rasgos tampoco quiere decir que todos sean corruptos.

     La discusión da para más pero no creo que el presidente Peña haya querido desatar una discusión filosófica sobre la condición humana y las posibilidades para domarla. Mi interpretación es que quiso decir que la corrupción es un rasgo que se encuentra en todos los seres humanos y por lo tanto todos somos susceptible a la corrupción lo cual puede ser cierto como posibilidad, pero esto no quiere decir que todos seamos corruptos y  no quedó claro si se refería a esto último, el pensar que todos somos corruptos.    

También si está pensando solo en domarla y no erradicarla, el mensaje no es alentador. Domarla no es someterla. Es enseñarle algunos trucos para que no devore al domador. Pero sabemos que el león en la jaula nunca dejará de ser león. Y no es así. Es como si quisiéramos domar a la delincuencia. Buscar un acomodo para tratar de "controlarla" pero no desaparecerla. Estaríamos condenados al fracaso y la delincuencia como la corrupción acabarían devorándonos.

     Sería interesante saber por qué el presidente Peña  hizo su comentario acerca de la corrupción como un rasgo de la condición humana. Si lo pensó por la dificultad para erradicarla, esta es una mala noticia y el panorama para combatirla sería desolador. Les ha tomado siglos a  las religiones y las iglesias el cambiar la condición humana. Luego lo han intentado  la razón y la ciencia y a pesar de ello el siglo XX fue testigo de las peores atrocidades de que sea capaz la humanidad. Si la corrupción fuera un aspecto prevaleciente de la condición humana, que se encontrara presente en todas partes donde haya interacciones humanas, su erradicación no sería posible en el transcurso de una vida. Por ello hay que aclarar a que se refiere con ese comentario, porque en el trasfondo hay un diagnóstico de lo que se puede hacer para combatir la corrupción.

    En México a pesar del grave problema que tenemos en esta materia, la gran mayoría de los mexicanos estaría de acuerdo  con lo que me decía un buen amigo: “…no solo no cometería actos de corrupción, sino ni siquiera sabría cómo”.  La corrupción tampoco es privativa de México y es correcto decir que la corrupción existe en todo el mundo,   pero esto no quiere decir que todos los seres humanos somos corruptos. Si bien es cierto  que en México la percepción de que existe corrupción es muy elevada y de acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional hay 102 países en que la corrupción es menor a la que existe en nuestro país, eso no quiere decir que todos los mexicanos seamos corruptos por naturaleza ni nuestra condición humana esté orientada siempre a ser corruptos.

     Ahora bien si no es la condición humana prevaleciente ni la naturaleza inherente del mexicano, sí existen varios factores que propician el que haya corrupción: una avidez desmedida por enriquecerse acumulando  bienes  y dinero alimentada por el consumismo exacerbado, el pensar que un puesto público es la manera de lograrlo y una absoluta impunidad que lo permite. El ejemplo permea entre los jóvenes que tienen como modelo a personas que han sido exitosas de esta forma perversa y el paradigma se perpetúa cuando tienen oportunidad de llegar a estos puestos.

     Creo que la mayoría de los mexicanos no somos corruptos aunque  parezca difícil creerlo.  De acuerdo con el INEGI, en el 2013  el 12% de la población tuvo una experiencia de corrupción al realizar un trámite personal. El número es alarmante pero la corrupción no es un fenómeno generalizado. En 88% de los casos no hubo un acto de corrupción.  Quiere decir que el fenómeno es combatible. Que no todos son corruptos ni están dispuestos a corromperse o a corromper a alguien más. Así que está al alcance de este gobierno el poder tener un impacto significativo en reducirla. Hace falta voluntad, movilizar todas las herramientas que se encuentran al alcance de las autoridades para empezar a tener un impacto perceptible ante la opinión pública.

    Existen remedios de corto plazo contra la corrupción. Empezando por tener  leyes adecuadas como las reformas recientes que se han ido impulsando  en la materia. Pero no bastan las leyes sino su aplicación y en México, donde el 98% de los delitos permanecen impunes, el gran reto no es promulgar más leyes sino hacerlas cumplir.

    Ojalá el Presidente hiciera un diagnóstico del fenómeno que fuera menos pesimista que el atribuir la corrupción a la condición humana, sobre todo si piensa que es un fenómeno generalizado en todos los seres humanos y que se manifiesta por ello  de manera cotidiana e inevitable. Si aceptara que no todos los mexicanos son corruptos ni desean serlo,  podría desarrollar un programa ambicioso para combatirla en un muy corto plazo. Porque los  corruptos y corruptores son una pequeña minoría que puede ser llevada ante la justicia. De otra forma, como también lo dijo, no debemos esperar resultados en el corto plazo.

   No se necesitan las grandes reformas legales ni otras medidas grandilocuentes. Hay muchas acciones eficaces menos vistosas que pueden ir acotando el fenómeno. También ayudaría  que el alto funcionariado del gobierno fuese ejemplo de probidad y no noticia de escándalo en los periódicos. Si ellos no son los primeros en rechazar la corrupción, no habrá leyes que valgan ni reformas que sirvan, porque a ellos les toca aplicarlas y difícilmente lo harán si los primeros perjudicados son ellos mismos.   





Nota:

Esta es la tercera versión de mi artículo. La discusión sobre la condición humana es compleja y es lo que mas trabajo me ha costado. Lo importante es que si bien la corrupción puede ser un rasgo de la condición humana, como es la agresividad o el egoísmo, esto no quiere decir que sea un rasgo que prevalece en la actuación cotidiana de todos los seres humanos o que incluso se manifieste en todos. 
El comentario sobre Montaigne es pertinente. según él, no hay UNA CONDICIÓN HUMANA, sino cada uno de los individuos tienen la propia. 

Para los corruptos, no hay mas que llevarlos a la justicia, como a cualquier otro tipo de delincuente. Si se mostraran las mismas ganas de combatir la corrupción como se ha hecho para combatir la delincuencia organizada, el fenómeno estaría mucho mas reducido. Todo es cuestión de voluntad política. 

No deja de ser interesante la discusión filosófica de porque algunos seres humanos optan por la corrupción como forma de vida.




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19 de junio de 2015

JUEGO DE NIÑOS



Por: Octavio Díaz García de León.
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Dos adolescentes y tres niños asesinaron a un pequeño de 6 años de nombre Christopher Raymundo cuando “jugaban al secuestro” a mediados de mayo de este año en la ciudad de  Chihuahua. El grupo,  formado por dos adolescentes de 15 años, dos niñas de 13 y un niño de 12  llevaron a cabo este brutal asesinato.  La noticia no solo conmocionó a Chihuahua sino dio la vuelta al mundo. Un noticiero de Malasia realizó un video con la reproducción del asesinato (Video).

De acuerdo con notas periodísticas (Nota 1,  Nota 2 y Nota 3) “Aquel día, los cinco muchachos de la misma colonia lo encontraron fuera de su domicilio, lo invitaron a recoger leña y, una vez alejados de la zona habitacional, decidieron jugar al secuestro amarrando a Christopher de manos y pies, lo golpearon en repetidas ocasiones en el rostro con un palo y piedras, para luego sofocarlo. Mientras ocurría la agresión en contra del pequeño, una de las adolescentes, cavó un hoyo donde metieron el cuerpo bocabajo; sin embargo, para asegurarse de que el niño muriera,  una niña de 13 años lo apuñaló por la espalda para garantizar que no serían delatados. Luego cavaron un poco, lo enterraron y cubrieron con maleza y los restos de un animal muerto para disimular el mal olor”. Otros testimonios indican que “al pequeño Christopher le quitaron los ojos, le partieron el labio, le rebanaron el cachete y le dieron hasta 27 puñaladas en la espalda.”

¿Qué originó que los niños se dedicaran a este juego asesino? En la novela clásica de William Golding,  “El Señor de las Moscas”   describe como unos niños ingleses preadolescentes, estudiantes,  quedan abandonados en una isla del Pacífico por un accidente de aviación. Los niños se convierten en salvajes y asesinos con rituales crueles. El libro describe la maldad humana, el ansia de poder, el abuso de los débiles por los más fuertes y de lo que son capaces unos niños aparentemente civilizados e inocentes cuando son dejados a su suerte: surgen los instintos más salvajes que la civilización se ha encargado de moderar. Algo similar ha ocurrido en  Chihuahua y en tantas otras ciudades del país, donde los niños abandonados a su suerte por sus padres y la sociedad, dejan aflorar sus peores instintos.

La violencia entre niños no es rara. El bullying o acoso escolar que ocurre en las escuelas es un fenómeno cotidiano que padecen un gran número de niños. En ocasiones ha llegado a extremos que han provocado el asesinato o inducido al suicidio a las víctimas. Pero esto no fue un caso de bullying sino un “juego” mortal.

Desconozco cuales sean las circunstancias de los niños asesinos de Chihuahua y qué los impulsó a cometer este asesinato con esos extremos de crueldad. Cabe aventurar algunas hipótesis. La violencia nos rodea por todas partes. El cine, la televisión, los video juegos, la internet con una amplia disponibilidad de videos snuff (Videos de crímenes reales). Pero por el nivel socio económico de los niños es posible que no hayan tenido acceso a la mayoría de estas modalidades de espectáculo violento para inspirarse.  (Vean una reflexión sobre el tema de la muerte como espectáculo en mi artículo).

Chihuahua fue víctima durante años de la violencia de los delincuentes hasta que las autoridades locales las enfrentaron con éxito.  Actividades delictivas como el secuestro,  eran  práctica común entre delincuentes quienes reclutaban a sus sicarios en colonias marginales como la que habitaban estos niños. El ejemplo estaba allí ya fuera a través de comentarios de los propios sicarios que suelen presumir sus fechorías o por las noticias que les llegaban por otros medios.

Otra fuente de violencia aún más frecuente pero de la que se  sabe menos es la que los padres ejercen sobre los hijos. Los niños, desorientados por la agresión de quienes se supone los deben proteger, solo pueden canalizar su resentimiento por las agresiones de que son víctimas cotidianas en el hogar, ejerciéndola  sobre compañeros más débiles. Quedará a la comunidad chihuahuense averiguar qué pasó con esos niños pero también debería ser objeto de reflexión para el resto del país.  

Por otra parte, la Justicia se ve impotente ante tamaño acontecimiento. Las leyes no prevén que los niños sean tratados como delincuentes. El fiscal del estado detalló que los menores de 12 y 13 años no pueden ser imputados debido a su minoría de edad, aunque explicó que quedarán a disposición del DIF estatal para que determine su situación. Los que tienen 15 años podrían pasar de 10 a 15 años en la cárcel.  

¿Servirá de algo encarcelar a los adolescentes de 15 años y dejarlos salir cuando tengan treinta? ¿Qué van a aprender en la cárcel en esos años? ¿Se readaptarán o saldrán como sicarios refinados? Está claro que nuestras cárceles lo menos que hacen es readaptar a las personas. ¿Y los otros menores que ni siquiera pueden pisar la cárcel? ¿Qué será de ellos? ¿Volverán a matar?

Creo que lo que hace falta es modificar la Ley para que los padres de estos niños sean quienes vayan  a la cárcel como si ellos hubieran sido cómplices del asesinato, porque de hecho lo son. Los padres de estos niños son tanto o más responsables que los verdaderos asesinos al haber descuidado a este extremo a sus hijos y deben ser procesados por la Justicia.   

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13 de junio de 2015

VOTO POR LA EVOLUCIÓN


Por: Octavio Díaz García de León.
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     En las elecciones del pasado 7 de junio México ha optado por la evolución política pacífica y no por la revolución como lo esperaban algunos y como lo hizo a lo largo del siglo XIX culminando con el movimiento armado de 1910.  Las elecciones de este domingo pasado confirman el lento avance de la democracia.  No hubo grandes cambios en la configuración política del país. Hay  pequeñas señales de que algo está modificándose, pero en general ha cambiado poco. El PRI y sus aliados PVEM y PANAL tendrán otra vez la mayoría en la Cámara de Diputados. En las gubernaturas seguirá prevaleciendo el PRI.

     Al vivir inmersos en el presente no falta quien se desespere por la lentitud en la mejora de la vida de los mexicanos; pero en un contexto más amplio de tiempo, hay avances claros en todos los aspectos de la vida en nuestro país. Los niveles de bienestar en general han aumentado y la democracia se ha fortalecido. Lo que nos impide verlo con claridad es que tendemos  a notar más lo que hace  falta que lo que ya se tiene o las carencias que tenemos cuando nos comparamos con otros países más avanzados. Eso está bien porque  nos aleja de nuestra zona de confort y nos impulsa a seguir luchando por mejorar. Pero como dice el Dr. Macario Schettino en su libro “El Fin de la Confusión” (Si no lo han leído se los recomiendo mucho): “Afirmar, como lo hago, que hoy vivimos mejor que en cualquier otra época no es igual a decir que vivimos en el mejor de los mundos posibles”

    El voto por la evolución se reflejó en estos comicios.  El candidato independiente Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” ganó la gubernatura de Nuevo León en una aplastante derrota a los candidatos del PRI y del PAN. En Guadalajara triunfa Enrique Alfaro el candidato de Movimiento Ciudadano y se dan dos contiendas muy cerradas en Colima y San Luis Potosí con el aparente triunfo de los candidatos del PRI.

    En este contexto evolutivo no es novedad el que, a pesar de que si uno leía los periódicos antes de la elección parecía que se iba a incendiar el país,  fueron unas elecciones pacíficas con prácticamente todas las casillas abiertas y solo algunos incidentes en Oaxaca. Funcionaron las instituciones electorales y los ciudadanos se sintieron con confianza para participar. Derrotar al partido en el poder en el caso de las contiendas por las gubernaturas ya no es novedad. La alternancia es un hecho.   Tal fue el caso de  Sonora donde pierde el PAN; en Michoacán,  Querétaro  y Nuevo León donde pierde el PRI; y en Guerrero donde pierde el PRD. 

    El darwinismo partidista también ha funcionado. De los diez partidos que participaron, dos pierden el registro: Partido Humanista y el Partido del Trabajo. 

     En el caso del PVEM a pesar de todas las violaciones a la Ley que cometieron antes y durante  la campaña no aumentaron de forma relevante su número de votos, es decir, no les sirvieron de mucho las trampas. Los partidos grandes pierden un número importante de votos especialmente el PAN y el PRI, quedand el PRD en los mismos niveles que hace 6 años. Pero en la configuración de la Cámara de diputados no hay grandes cambios. Algunos partidos pequeños han crecido su voto y alcanzan más del 5% de la votación con lo que empieza a vislumbrarse un multipartidismo cada vez más fuerte. El voto anulista no progresó tampoco ya que se quedó con los mismos 1.9 millones de votos anulados que hace 6 años, aunque no deja de ser significativo. El abstencionismo se mantuvo en los lamentables niveles de siempre cercano al 50%.

     Un aspecto interesante y que debería invitar a  democratizar las prácticas al interior de los partidos políticos es que los precandidatos derrotados o excluidos en las contiendas internas  encontraron otros caminos para competir. Tal es el caso del nuevo gobernador de Nuevo León que tuvo  militancia en el PRI por  más de 30 años, o del diputado independiente por Sinaloa, Manuel Clouthier quien estuvo cercano al PAN o de Alfonso Martínez nuevo alcalde independiente de Morelia y quien fue desplazado del PAN.

     López Obrador, a pesar del apoyo que tenía dentro del PRD, prefirió formar su propio partido – Morena – para evitar que lo siguieran marginando de ese partido y ha demostrado su fuerza para continuar con sus aspiraciones presidenciales logrando su partido 3.3 millones de votos en comparación con los 4.3 millones del PRD.  

       Otro caso que podría darse,  si al ex presidente Calderón y a sus seguidores les cierran los espacios de participación dentro del PAN,  es que formaran otro partido u optaran por las candidaturas independientes. Por lo pronto Margarita Zavala ya anunció que buscará la presidencia de México.

     Desde luego que el camino de los independientes no es fácil pues no cuentan con los recursos que tienen los partidos y carecen de una marca partidaria. Pero las opciones empiezan a abrirse y las autoridades electorales están emparejando el terreno a los independientes. Quizá esto lleve a algunas novedades interesantes en la próxima contienda federal de 2018 y en las elecciones locales que se darán antes de ese año.

     La gran lección quizá de estas elecciones  es que los partidos políticos tendrán que democratizarse en sus prácticas de selección de candidatos y así elegir a aquellos que tienen posibilidades de ganar y no aquellos que impongan sus dirigencias. Porque aquellos militante que  no encuentran juego parejo al interior de los partidos ahora tienen otras opciones y han demostrado que pueden ganar.
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6 de junio de 2015

DEMOCRACIA A PRUEBA



Por: Octavio Díaz García de León.
 @octaviodiazg

En cada elección nuestro sistema democrático se pone a prueba. En una de las campañas políticas con mayor violencia en la historia reciente de nuestro país y que ya lleva 23 ejecutados y más de 70 incidentes violentos, hoy culmina el proceso electoral. Algunos de los aspectos que han estado en la discusión pública reciente en torno a estos comicios son:

1.    Votar, anular el voto  o no votar.  Un intenso debate se ha dado en torno a si anular el voto o no.  Anular el voto no beneficia a algún partido en especial. El pastel de votos se hace más pequeño pero el porcentaje que le toca a cada partido no cambia. El argumento para anular el voto es que es una manera de protestar contra el sistema de partidos. Ya en años previos  los “anulistas” se hicieron sentir y lograron modificar la legislación electoral para introducir las candidaturas independientes lo cual es una forma muy interesante de optar contra la partidocracia. Nuevamente los “anulistas” han desarrollado una campaña para invitar a la anulación del voto. Para que la campaña  tenga impacto deberá haber un número muy significativo de votos nulos  para que los políticos tomen nota.  

No hay que perder de vista que la democracia es muy reciente para nuestro país. Es un fenómeno del siglo XXI. En el siglo XX casi no existió. Hace 20 años la discusión no era qué partido iba a ganar las elecciones  sino a quien iba a favorecer el Presidente con un puesto de “elección popular” a través del famoso palomeo o dedazo. La elección se daba por descontada ya que solo ganaba un partido. Hoy que están 10 partidos en la disputa no debemos echar en saco roto ese enorme avance que hemos tenido.

Los “anulistas” son una expresión del hartazgo con los partidos políticos  que carecen de democracia interna, son dominadas por unos cuantos y constantemente realizan actos de corrupción. Hoy mediremos que tan grande es ese hartazgo pero ojalá no sea con la abstención. La abstención solo manifiesta apatía e indiferencia. Hay que salir a votar hoy por el candidato menos malo si no hay mucha opción o por anular el voto si se quiere mandar un mensaje fuerte a los partidos políticos. Pero hay que acudir a las urnas.   
  
2.    Candidatos independientes. Una de las novedades de esta elección son los candidatos independientes. Si bien en condiciones muy desventajosas en materia de financiamiento en relación a  los partidos políticos, estas candidaturas son una manera que los ciudadanos tienen de manifestar su descontento contra los partidos.  Si las encuestas resultan acertadas, por primera vez en la historia un candidato independiente podrá ser gobernador de uno de los estados más importantes del país: Nuevo León.  Y el candidato independiente a una diputación local en  Zapopan, entre otros,  podrían ser un signo favorable de lo que se puede hacer con un movimiento ciudadano deseoso de impulsar la opción no partidista en la política, basado no en el uso excesivo de recursos sino a través de una verdadera movilización ciudadana.
  
3.    La amenaza de la CNTE. Quizá no es noticia que la CNTE quiera desquiciar los comicios en varios estados de la república. Sus líderes y agremiados solo buscan su beneficio particular y parece que están dispuestos a llegar muy lejos. Las tomas de instalaciones del INE, quema de boletas, toma de gasolineras, bloqueos y manifestaciones han puesto en jaque a las autoridades de los estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y el DF. Que en primera plana de un periódico de la Cd. de México haya salido una foto de soldados siendo expulsados de las instalaciones que les habían encargado vigilar no da un mensaje positivo acerca de las capacidades del Estado para contener a estos grupos violentos. Con los pliegos petitorios absurdos, la presión constante sobre las autoridades y la molestia a los habitantes de estas entidades, la CNTE muestra que sigue dispuesta a desquiciar al país y pone en evidencia a las autoridades estatales que, como siempre, son incapaces de hacer algo al respecto. Falta ver si la federación puede poner orden.

4.    Evaluación de los maestros. En un anuncio sorpresivo y escueto, la Secretaría de Educación Pública federal  suspendió el proceso de evaluación de los maestros. La razón que se dio fue demasiado breve como para entender el porqué de una decisión de esta magnitud que contraviene las leyes, pasa por encima de un organismo constitucional autónomo recién creado, el Instituto Nacional para la  Evaluación de la Educación  (INEE) y sobre todo, congela una de los aspectos más importantes de la reforma educativa y clave para mejorar la calidad de la educación. Se puede suponer que esta medida fue para desactivar la movilización de los maestros de la CNTE – que no se ha logrado -  o para atraer la simpatía y el voto de los maestros de la SNTE. Se espera que pasadas las elecciones haya un pronunciamiento por parte de la SEP sobre este tema que tanta molestia ha  causado entre los ciudadanos preocupados por la educación.   

Hubo otros aspectos, como la intervención ilegal a una llamada telefónica del presidente del INE, que muestran un ambiente hostil a las instituciones electorales pero ya será en otra ocasión que lo comente. Por lo pronto salgan a votar y que gane la democracia.
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29 de mayo de 2015

CONTRIBUYENTES VOLUNTARIOS


Por: Octavio Díaz García de León.
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       Los impuestos deberían ser donaciones voluntarias. Tal es la propuesta que aventuró el filósofo alemán Peter Sloterdijk hace unos cinco años y fue víctima de la reacción virulenta de muchos comentadores. Algunas de las razones que le dieron  para desvirtuar su propuesta es que si no fueran obligatorios los impuestos nadie los pagaría; que las personas son por naturaleza egoístas y que si pueden evitar ayudar a otros lo harán; que es imposible pensar que las personas que tienen más dinero quieran  donar parte de sus ingresos de manera voluntaria para dedicarlos a apoyar  a quienes tienen menos.  

    Usted puede agregar una larga lista de razones por la cual  esto no funcionará. Después de todo la creencia generalizada es, como cita Sloterdijk a Benjamín Franklin, “En este mundo solo hay dos cosas seguras: la muerte y pagar impuestos”. Nadie pone en duda si debe o no haber impuestos,  como si fuera una verdad esculpida en piedra. Que se quieran o no pagar, es otra cosa. Se da por descontado que los impuestos son necesarios y que siempre existirán.

    Sloterdijk piensa que no debe ser así. El filósofo alemán propone una sociedad solidaria en donde las personas otorguen voluntariamente parte de sus ingresos para mejorar el bienestar de la sociedad. Esto no es utópico. De alguna manera  lo vivimos en México cotidianamente. No es el gobierno el que otorga la mejor red de protección social, sino  la familia, en donde sus miembros contribuyen al bienestar de sus parientes con dinero o con servicios no remunerados. También en el círculo de los amigos la solidaridad se manifiesta con generosidad. Y hemos visto como en casos de desastres,  la solidaridad de nuestra población es extraordinaria.

   Las cantidades de dinero que recauda el gobierno mexicano son estratosféricas desde el punto de vista de un mortal común. Para 2015, la Ley de Ingresos prevé ingresos por impuestos por 1.9 billones de pesos. En estas cifras enormes donde los errores de redondeo se dan en millones de pesos, se  pierde de vista el sacrificio y la contribución individual de las personas. En esa gran masa de contribuyentes el individuo es solo un RFC más y su aportación, insignificante.

    Pero la carga de los impuestos no se reparte uniformemente. La clase media es la que paga la mayor parte.  La mayor parte del pago de impuestos recae en el 30% de los hogares con más ingresos quienes pagan el 88.8 del impuesto sobre la renta, el 73.3% de las cuotas de seguridad social, el 53.1% del IVA, y el 95.4% del impuesto sobre automóviles nuevos. Estos hogares prácticamente mantienen al otro 70% de los hogares.

    El contribuyente individual se desvincula del bienestar que con su donación forzosa hace a la sociedad  como si el dinero nunca hubiera sido suyo y siempre del gobierno. Otro aspecto que desvincula a los contribuyentes de lo que aportan,  es el cómo y en qué se gasta, porque el común de las personas tampoco tiene ninguna influencia en decidir a donde se va ese dinero. Además, para empeorar las cosas, el desperdicio en el gasto es enorme, la corrupción se lleva una buena parte y casi no existe  rendición de cuentas.  Por si fuera poco, cuando el gasto es desmedido, se opta por endeudar al gobierno, que es una forma de que futuras generaciones paguen por un beneficio que nunca verán.

    Desafortunadamente el objetivo de todos los gobiernos es  recaudar más para gastar más;  muy rara vez  para gastar mejor o inclusive menos  y para obtener más rendimiento por el dinero que todos aportan.

    Rara vez las preocupaciones de la sociedad son escuchadas cuando se trata de los impuestos. Ante la premisa de que los impuestos son inevitables casi nadie protesta contra su pago o lo hacen débilmente. Los empresarios  tratan de defenderse y a veces lo logran, pero el asalariado que paga impuestos como contribuyente cautivo, no tiene opciones para manifestar su desacuerdo. La sociedad recurre entonces a dos formas de protesta ilegales: la informalidad y la evasión.

    Los impuestos en México representan el 19.6% del PIB según un estudio de la OCDE (Artículo) y estamos en el último lugar como si fuera algo deshonroso porque existe la creencia que solo el gobierno puede proporcionar bienestar a la población y por ello requiere siempre más dinero.  En la lógica de gastar más y de que el gobierno sea quien  provea más y mejores servicios, la única forma de alimentar al ogro filantrópico es dándole cada vez más recursos. Sin embargo, el gobierno ha demostrado históricamente que no es un buen administrador. Por lo menos en nuestro país. Habrá otros países en donde si luzcan más los impuestos que se pagan y entonces quizá tendrá sentido el pagar más.

   Sloterdijk propone que en lugar de una confiscación de parte de los ingresos de las personas y las empresas, por parte del Estado, se les dé más voz y  opciones de como ceder su dinero. Decidir, por ejemplo, a que destinar una parte de los impuestos que cada quien paga. En todo caso, el pago de impuestos no debe ser visto como dogma y se podría, tal y como lo propone Sloterdijk,  aspirar a una sociedad solidaria en donde todos aporten voluntariamente al bienestar de los demás.


Bibliografía:

1. "Fiscalidad Voluntaria y Responsabilidad Ciudadana". Peter Sloterdijk. Biblioteca de Ensayo Siruela. Madrid, 2014.



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23 de mayo de 2015

REFORMAS Y PENDIENTES



Por: Octavio Díaz García de León.
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     Después de la reforma en materia de transparencia al artículo 6 Constitucional el 7 de  febrero de 2014, se suponía que la Ley General respectiva debía estar lista antes de un año. Transcurrieron un año y 3 meses hasta que  el pasado 5 de mayo entró en vigor la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información. Bueno, es un decir que entró en vigor. Los artículos transitorios prevén que podrá pasar hasta un año más para que estén plenamente vigentes las disposiciones de la Ley.

     Uno de los grandes pendientes es el diseño, discusión, aprobación y promulgación de la nueva Ley Federal de Transparencia y las correspondientes en cada una de las entidades federativas. Otros aspectos como las obligaciones de transparencia (todo aquello que debe estar publicado en los portales de internet de las instituciones obligadas por la Ley) tendrán que esperar meses a que se definan los  criterios respectivos. Quedan también pendientes la ley de protección de datos personales en posesión del gobierno y la reforma a la ley de archivos.

     Por lo pronto el nuevo Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI, antes IFAI) ya le informó a los Poderes Judicial y Legislativo, partidos políticos y organismos autónomos, entre otros,  que no aplicarán esta nueva Ley hasta que estén listas las leyes secundarias pendientes.    

      Las reformas en materia de transparencia son un buen avance, pero estas ventajas están todavía a un par de años de dar frutos. Pero hay un fenómeno preocupante. La sociedad organizada y la academia le dieron un gran impulso a las reformas de 2003 cuando fue promulgada la primera Ley en la materia y ese impulso duró varios años. Ese interés inicial se ha perdido. Aunque recientemente revivió el activismo  a raíz de  las reformas constitucionales y la nueva Ley General,   pareciera que es un tema que empieza a pasar de moda. Se espera ahora que el activismo venga ya no de la sociedad sino del INAI y sus organismos equivalentes en las entidades federativas, lo que equivale a burocratizar la promoción y ejercicio de este derecho.

     Tampoco se aprecia que las ventajas del acceso a la información gubernamental hayan permeado a estratos más amplios de la población. Y es que no basta con tener más transparencia y más sujetos obligados si no tenemos una sociedad que demande esa información que deben proporcionar  las instituciones y personas que manejan recursos públicos.

     El  acceso a la información pública tampoco se ha traducido en una mayor rendición de cuentas. Si bien la información podrá estar disponible, la capacidad de analizarla  sigue siendo muy limitada. Solo los especialistas la entienden y hace falta que se involucren segmentos más amplios de la población en su uso para reclamar mejores acciones de gobierno y aprovechamiento de los recursos públicos. En este sentido las escuelas de educación superior deberían introducir cursos para que sus alumnos aprendan a usar esta información y a exigir  una mayor  rendición de cuentas.

     Uno de las promesas incumplidas de la transparencia es pensar que a mayor transparencia habrá menos corrupción. Incluso los expertos confunden términos al implicar que transparencia y lucha anticorrupción son sinónimos.  Los indicios con que contamos es que a pesar de las leyes en la materia, no se ha reflejado  en reducir la corrupción y menos ahora que se observa un repunte muy importante de la misma.

     Si bien es cierto que algunos de los casos de corrupción han podido ser descubiertos gracias a las leyes de transparencia, las redes sociales han sido mucho más eficaces para darlos a conocer.  

     El acceso a la información pública gubernamental solo es una herramienta más para el combate a la corrupción pero no da resultados en automático. Se tiene que usar la información con ese propósito y exponer ante la sociedad y  las autoridades los hallazgos para  que se castigue a los corruptos.

     Por otra parte,  después de mucho activismo reciente por parte de la sociedad organizada y la academia, las reformas constitucionales en materia anticorrupción fueron  ya  aprobadas por el Congreso Federal y en la mayoría de los congresos estatales por lo que próximamente serán promulgadas por el Presidente.  Pero así como en el caso de las reformas en materia de transparencia,  estas reformas anticorrupción tardarán unos tres años en estar  vigentes. Luego habrá que darles capacidades operativas a las instituciones que se pretende fortalecer con estas reformas, tarea que probablemente quede para la próxima administración federal en 2019.  Si había alguna expectativa de que con ellas se atacaría el fenómeno desatado de la corrupción en un corto plazo, no va a ocurrir así. Esto no quiere decir que no se pueda hacer algo con las instituciones que ya existen. Solo basta voluntad política para empezar a trabajar contra la corrupción de inmediato y que la sociedad participe en este esfuerzo.

     La paradoja está en  que la sociedad espera que el gobierno sea quien combata la corrupción al interior de sus propias instituciones, pero si los ciudadanos no usan las leyes de transparencia y las reformas anticorrupción,  será muy difícil que  desde adentro se erradiquen los vicios que aquejan a la burocracia. Estas reformas no darán fruto  si no se da  una participación activa de la sociedad.

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16 de mayo de 2015

EL MUNDO SEGÚN KISSINGER



Por: Octavio Díaz García de León.
 @octaviodiazg

     Decía un comentarista que solo una persona como Henry Kissinger puede titular a su más reciente libro “Orden Mundial”, por lo arrogante que puede sonar. El Dr. Kissinger nació y creció en Alemania hasta que su familia de raíces judías fue víctima de la persecución nazi y tuvo que emigrar a Estados Unidos de donde se hizo ciudadano. Participó en la Segunda Guerra Mundial en labores de inteligencia y de allí pasó a la academia en Harvard donde estudió hasta su doctorado y luego impartió clases. Ingresó a la política vía Nelson Rockefeller y a partir de 1969 se convirtió en Consejero de Seguridad Nacional y luego en Secretario de Estado para los presidentes Nixon y Ford entre 1969 y 1977.  Alcanzó dimensiones de Rock Star cuando en esa época hacía y deshacía en la política exterior de su país.  

     Sus ideas acerca de cómo debe establecerse el orden internacional parten de la forma en que se organizaron las naciones europeas en 1648 después de la Guerra de 30 Años y que se llamó la Paz de Westfalia. Estos tratados instituyeron la igualdad entre los estados por encima de otros poderes como la iglesia y las dinastías e introdujeron un equilibrio entre naciones. Dice Kissinger que “cualquier orden internacional tarde o temprano tiene que alcanzar un equilibrio o de otra forma estará en un estado de guerra constante”. Desde este punto de vista la única manera de prevenir que una potencia depredadora conquiste a sus vecinos y si puede, al mundo, es a base de equilibrios de fuerza entre naciones.

     Si Napoleón rompió los equilibrios europeos e introdujo el pensamiento revolucionario por todo el continente, a su derrota, reunidos en el Congreso de Viena,  los países europeos  construyeron un nuevo equilibrio entre naciones que duró un siglo y durante el cual Europa gozó  en términos generales, de paz. A partir de la Primera Guerra Mundial esos equilibrios han sido  difíciles de lograr.

    ¿Cuáles son ahora las amenazas al orden internacional según Kissinger? El surgimiento del islamismo militante, la disputa por Palestina y los conflictos en Siria e Irak. Dedica un capítulo completo al caso de Irán. Luego analiza Asia y a las naciones dominantes en esa región: Japón, India y China.

     La gran preocupación de Kissinger es China a quien ya dedicó un libro recientemente. Hay que recordar que el presidente Nixon y él  realizaron una de las jugadas más espectaculares  de la Guerra Fría al tener un acercamiento con ese país con el cual  los separaba la ideología pero los unía su interés por contrarrestar a la Unión Soviética. A raíz de las reformas de Deng Xiaoping en China se dio un crecimiento que ha convertido a este país  en la segunda economía del mundo, en un rival  geoestratégico de Estados Unidos y  un factor muy importante en el nuevo orden mundial.

    Kissinger reflexiona sobre el papel de Estados Unidos en el concierto entre naciones  y la ambivalencia de esa gran nación entre promotor de valores como la democracia y la libertad y el ser un imperio. Este país ha combatido cinco guerras desde la Segunda Guerra Mundial,  en tres de las cuales ha decidido retirarse porque el consenso interno se ha roto y en cuatro de ellas no ha logrado sus objetivos. Dice Kissinger que  “los historiadores quizá concluyan que esto derivó de la incapacidad para resolver la ambivalencia entre  la fuerza y la diplomacia, el realismo y el idealismo, el poder y la legitimidad, que cruza por toda la sociedad”. Quizá Kissinger, creyente y  practicante de la Realpolitik, hubiera preferido que el pueblo americano dejara de lado las consideraciones morales.
 
    Finalmente describe las amenazas más recientes al orden mundial: la proliferación de las armas nucleares en Corea del Norte o el intento de Irán por tenerlas. Los riesgos de la cibertecnología y el papel del internet y las redes sociales como alteradoras del orden mundial.  

    México solo merece un par de menciones en el libro: cuando describe la Doctrina Monroe y cuando explica la expansión territorial de ese país a costa del nuestro. En la visión de Kissinger,  los países al sur de la frontera son  territorio de influencia de los Estados Unidos  por “Destino Manifiesto” y porque tiene el poderío militar para evitar que algún otro país intente apoderarse de esta región. La Doctrina Monroe que data de 1823, tenía como propósito que Estados Unidos interviniera  militarmente contra potencias europeas que quisieran invadir nuestro continente pero  luego fue usada como pretexto para la intervención de Estados Unidos en diversos conflictos en América Latina.

    Para Estados Unidos, en todo caso, México representa solo la amenaza de la desestabilización interna, la inseguridad y el tráfico de drogas pero no como país que quiera disputarle territorios o competir por influencia en el mundo.
  
    México no puede rivalizar con nuestro vecino  por falta de vocación para ser una potencia siquiera regional,  por falta de una fuerza militar que sea relevante y por falta de visión geoestratégica o interés por ser una potencia. No me imagino a alguno de nuestros intelectuales escribiendo un libro como el de Kissinger presentando el papel que nuestra nación  deba tener en el diseño del orden mundial. Si ni siquiera podemos poner orden adentro de nuestras fronteras. Por ello es natural que para Kissinger,  México no esté en el concierto de naciones capaz de influir en el mundo para bien o para mal.  

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9 de mayo de 2015

EL PAÍS DE LAS FORMAS


Por: Octavio Díaz García de León.
 @octaviodiazg

     En México, sobre todo en la capital del país, los usos y costumbres  se encuentran llenos de rituales que hacen énfasis en las formas y no en el fondo. En contraste con los europeos y los americanos que son más directos, francos y mas transparentes en sus sentimientos. Sobre todo, orientados a lograr lo que se proponen lo que les ha permitido tener países exitosos.

      La historia de los rituales corteses es amplia. Un buen ejemplo se dio en la corte del rey Luis XIV de Francia donde existía un complejo entramado de reglas de etiqueta que todos los cortesanos tenían que cumplir. Las horas de estos desocupados se llenaban de rituales y los favores del Rey se obtenían a partir de una obediencia meticulosa a la etiqueta y un sometimiento absoluto al  llamado Rey Sol.

      La alta burocracia federal que reside en su mayor parte en el D.F., también está llena de estos rituales y gestos. Desde las insufribles e indescifrables comunicaciones oficiales llenas de fórmulas jurídicas escritas en “burocratés”, hasta los rituales de comportamiento en las mesas de reuniones, en las comunicaciones con los superiores, entre pares y con los subordinados donde reinan formas de autoritarismo y culto a la personalidad que parecen de la época de Luis XIV.

     Aquél dicho de Jesús Reyes Heroles de que “En política, la forma es fondo” era importante en un país en donde lo que prevalecían eran los silencios, los gestos, las insinuaciones y  rara vez la palabra directa y clara. Juego de sombras, la política y la burocracia se manejaban por una serie de rituales y mensajes no verbales que había que ser conocedor para interpretar. Era un código para iniciados.

     Los tiempos ya cambiaron pero las costumbres tardan en morir. Lo peor es que aquellas palabras de Reyes Heroles quizá se hayan mal interpretado y algunos  piensen que lo importante es la forma y no el fondo. Esta confusión hace que algunos políticos y funcionarios públicos  vivan de las apariencias. Se equivocan y la realidad no tardará en alcanzarlos.

     El presidente Fox lo primero que hizo cuando tomó posesión fue romper ese rígido ritual de solemnidad que prevalecía antes de que él llegara; que el resultado haya sido jocoso quizá fue una consecuencia involuntaria, pero ese rompimiento de las formas le dio un poco de aire  al ambiente enrarecido a que estábamos acostumbrados. Había que romper con el culto a la personalidad y otros vicios de la cultura burocrática. Tenía razón también en que lo importante era dar resultados. Pero o no quiso o no pudo mover a la pesada burocracia heredada para hacer que abandonaran sus formas y se enfocaran a dar lo que esperaba el país después de la transición.

     Hoy en día podemos observar el regreso de aquellos usos y costumbres.  Muchos gestos grandilocuentes y pocos logros. Grandes reformas que tardarán muchos años en madurar, si es que lo hacen; creación de organismos autónomos que realizan las mismas tareas que sus antecesores pero son más burocráticos y no dan resultados; grandes obras que no redundan en beneficio del país y han disparado la corrupción;  el enojo ante las críticas y la falta de sensibilidad.   Queda pendiente mejorar el  bienestar de la población.

     También existe una nueva generación de líderes que han llegado a sus puestos sin ninguna experiencia en dirección de instituciones y a veces sin tener los conocimientos técnicos necesarios. A estas personas les gana el activismo, el exceso de proyectos, los planes,  las ocurrencias y la falta de poder concentrarse en aterrizar y hacer que las instituciones a su cargo cumplan con sus mandatos legales. Esto sin abundar en  la arrogancia y prepotencia de que hacen gala algunos  y del confundir los bienes públicos con su patrimonio personal como hemos visto recientemente.   

    Esta nueva generación de líderes enfrasca a sus burocracias en febriles actividades internas para dar la ilusión de que se trabaja mucho pero que no trasciende en beneficios para la sociedad. Los subordinados por su parte se ven obligados a un servilismo cortesano por agradar a los jefes y conservar su trabajo. Tienen que soportar las largas horas improductivas en la oficina o llenas de actividades que no son importantes y el estar sujetos a  malos tratos y arbitrariedades. El sacrificio de su vida familiar y personal los hace parte de una generación perdida en la falta de trascendencia. Pero en la simulación solo se engañan ellos. Afuera todos ven que no hay resultados.  

     Gran parte de la burocracia está enferma. Encerrada en sí misma se escuda en que nadie exige una rendición de cuentas. Por eso hay tantos programas que no dan resultados y el país no avanza. La idea de un presupuesto base cero es muy buena pero impracticable en un tiempo corto y casi imposible de llevar a cabo por las inercias. De llevarse hasta sus últimas consecuencias, podría transformar al gobierno federal.

     En Estados Unidos, el Reino Unido y otros países hace décadas que se dieron cuenta que lo importante no es ganar elecciones sino dar resultados al gobernar,  aspecto del que da cuenta Sir Michael Barber  en su reciente libro  “Como Gestionar un Gobierno de tal Forma que los Ciudadanos se Beneficien y los Causantes no Enloquezcan”. Ojalá nuestra alta burocracia lea el libro y sobre todo,  lo ponga en práctica.
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2 de mayo de 2015

DE LAPSUS Y COSAS PEORES



Por: Octavio Díaz García de León.
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     Recientemente el presidente Peña Nieto sufrió lo que Freud llamaría un “acto fallido”,  una mezcla de  lapsus linguae y olvido,  en donde confundió ciudades con estados. El video de su discurso se hizo viral en las redes sociales. No es la primera vez que el Presidente comete errores de carácter geográfico cuando hace capitales de estados a ciudades que no lo son o a una ciudad fronteriza del estado de Chihuahua,  la convierte en isla japonesa. También se recuerda el caso de la confusión con el nombre del presidente Chino. El presidente Peña tiene razón cuando él mismo, con humor,  se burla de sus errores y dice que es de humanos cometerlos.  

      Seguramente sus errores pueden ser materia de estudio para psicólogos a quienes interese el fenómeno de los actos fallidos. Freud  los estudió y propuso que había una relación con el inconsciente en  situaciones que según los psicoanalistas,  se dan en condiciones de estrés, angustia, déficits de atención o ansiedad. Seguramente estos acontecimientos darán a los expertos materia para dilucidar por qué le ocurren  estos errores. Todas las personas cometemos estos actos fallidos  pero desde luego son más visibles en las figuras públicas y por ello despierten mayor atención en el caso del Presidente.

     Estos errores pueden tener orígenes psicológicos pero quizá pudieran tener  causas físicas o neurológicas.  Hay que recordar que el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan que sufría de Alzheimer y que murió con esa enfermedad, ya tenía síntomas cuando era presidente de su país y en esas condiciones tomaba decisiones de importancia; o bien las migrañas que sufría el presidente López Mateos y que se dice,  lo incapacitaban.

    ¿Inconsciente o enfermedad? En su ciudad de origen, lugar más bien pequeño,  supuestos allegados al presidente Peña dicen que el nódulo tiroideo del que fue operado el 31 de julio de 2013  no es un cáncer controlado sino que ha seguido su evolución y que no se trata de un problema de tiroides sino de un problema de garganta. Quizá la imaginación popular confunda ambos aspectos por su cercanía anatómica. Los problemas de tiroides son mucho más manejables. También circulan videos en You Tube  sobre un posible cáncer donde se especula con  su aspecto demacrado, su aparente pérdida de peso y posiblemente también  los actos fallidos.   

     Caer en la especulación sin más elementos que una sospecha es irresponsable. Pero no lo es el contemplar que pudiese ocurrir algo así. Desde el punto de vista del derecho al acceso a la información pública gubernamental, ¿el estado de salud del Presidente de la República podría clasificarse como confidencial por tratarse de datos personales que solo le incumben a él  o de carácter reservado por tratarse de un asunto que podría afectar a la seguridad nacional? O bien,  dada su trascendencia para el país y  que de ser el caso, el presidente tuviera que abandonar su cargo, ¿debería informarse a los ciudadanos para arreglar una transición pacífica? La respuesta no es fácil. Pero si lo que estuviera en juego fuera el futuro del país, esa información debería abrirse al público para prepararlo a lo que sigue.

     No es la primera vez que se hacen este tipo de reflexiones. El presidente Fox fue intervenido quirúrgicamente cuando estaba en ejercicio de sus funciones y por algunas horas no hubo quien estuviera formalmente a cargo de sus atribuciones y en caso de que algo hubiese salido mal, no había nada previsto en la Constitución en caso de su ausencia absoluta. Afortunadamente las reformas a la Constitución realizadas en agosto de 2012 han venido a cubrir este vacío legal.

       La Constitución,  en su artículo 84,   dice que en caso de falta absoluta del Presidente,  el Secretario de Gobernación asumirá la Presidencia por un periodo de hasta 60 días  en tanto el Congreso nombre al presidente interino o substituto y no podrá remover a secretarios o Procurador sin autorización del Senado. Pasando  los dos primeros años de gobierno, procede el nombramiento de un presidente substituto, designado por el Congreso de la Unión para terminar el periodo presidencial correspondiente.

     El hecho de que al nuevo Presidente lo tenga que elegir el Congreso de la Unión no es sencillo por la división que existe entre partidos e incluso al interior de los grupos parlamentarios más grandes. No me queda claro cuál sería el procedimiento, si en una sesión de ambas Cámaras en donde cada voto de senadores o diputados tuviese el mismo valor o en votaciones separadas; en este último caso sería complicado si hubiese votaciones encontradas.  Así que no es trivial el que pudiera quedar acéfala la Presidencia. El esquema constitucional, desafortunadamente no garantiza una transición suave.

     Por lo pronto esperamos que el presidente Peña Nieto goce de cabal salud y que sus lapsus solo sean asuntos sin importancia derivados de la cantidad de temas y problemas que debe resolver todos los días. Pero nunca está demás estar preparado para lo inesperado. Nadie esperaba que en los últimos diez años murieran dos secretarios de gobernación y un secretario de seguridad pública en accidentes de aviación. Afortunadamente en esos casos todo se mantuvo en paz y bajo control porque había un Presidente que podía nombrar de inmediato al reemplazo de funcionarios de esa relevancia. Pero si llegase a faltar el Presidente de la República, los demonios podrían desatarse.




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25 de abril de 2015

INGENIEROS PARA LA IMPARTICIÓN DE JUSTICIA


Por: Octavio Díaz García de León.

      México ocupa el lugar 58 de 59 países en los que se calculó el Índice Global de Impunidad recientemente publicado por la Universidad de las Américas de Puebla y el 98% de los delitos permanecen impunes de acuerdo con cifras del INEGI. Según el Índice, el 46% de su población detenida no tiene  sentencia y existen pocos encarcelados por homicidios respecto a los casos denunciados.
Esto no es de extrañarse. 

       Basta darse una vuelta a las procuradurías, tanto federal como estatales, para ver las pilas de expedientes que acumula cada ministerio público. Lo mismo sucede con los juzgados. Los expedientes se acumulan y los procesos duran años. Numerosos analistas han señalado que la impunidad es un gran aliciente para que la inseguridad continúe porque no hay consecuencias ante la comisión de delitos. El rezago es un componente relevante de la impunidad.
      De acuerdo con el informe del Índice, “México tiene dos dimensiones prioritarias que debe atender: la funcionalidad de su sistema de seguridad y la estructura de su sistema de justicia…En México no se necesita invertir cada vez más recursos para aumentar el número de policías, sino en los procesos que garanticen la efectividad de sus acciones.” Y lo mismo puede decirse de los jueces, aunque en este indicador la proporción de 4 jueces por cada 100 mil habitantes está muy por debajo del promedio de 17 por cada 100 mil entre los países del Índice.

      La reforma que ha hecho posible los juicios orales es un avance en la dirección correcta. Se supone que estos juicios toman menos tiempo y hay oportunidad para conciliar a las partes lo que evita procesos inútiles.  También hay tribunales de vanguardia que han entrado al mundo de la tecnología como el Tribunal Federal de Justicia Administrativa que tiene un sistema de juicios en línea.

     Tanto las procuradurías como los juzgados y tribunales de todo tipo se quejan del volumen de casos que tienen  que manejar. Pero la solución no es tan difícil  de encontrar.

     Los procesos judiciales son eso: procesos. Los expertos en procesos no son los abogados sino los ingenieros industriales y no me refiero a los aspectos jurisdiccionales sino a los aspectos de optimización. El desarrollo de un proceso judicial tiene reglas y procedimientos muy claros con tareas repetitivas y otras características similares a cualquier proceso de servicio o de fabricación en serie.

     Así que para atender los problemas de funcionalidad y estructurales se requieren  herramientas de la ingeniería industrial  y la aplicación de nuevas tecnologías de información y comunicaciones. 

Se podría por ejemplo:

·         Hacer pronósticos de demanda de los casos a resolver para poder planear la capacidad necesaria para atenderlos.  

·         Hacer estudios de tiempos y movimientos en las tareas que involucran la  investigación de los delitos y la substanciación de los  juicios, para optimizarlos.

·         Hacer cálculos de Teoría de Colas u otras herramientas de Investigación de Operaciones para que en base a ellas se puedan determinar cuántos ministerios públicos y jueces se requieren, en base a la demanda y a los niveles de servicio (Tiempos de atención deseados). Con ello se podría estimar cuantos jueces y ministerios públicos se van a requerir para atender la demanda.

·         Utilizar métodos de optimización para la localización de instalaciones a fin de  saber dónde ubicar nuevos juzgados o agencias del ministerio público y quitar a los que no se requieran.

·         Desarrollar estándares de tiempo de atención para los casos más comunes y monitorear el desempeño de ministerios públicos y jueces en términos de productividad y cumplimiento de objetivos.

·         Incentivar a quienes cumplan los estándares o los superen con bonos de productividad y prescindir de aquellos que consistentemente no cumplan.

·         Automatizar todo aquello que es factible de automatizarse en los procesos de impartición de justicia. Por ejemplo, las sentencias en muchos casos contienen partes que son repetitivas y que un sistema  automatizado puede construir incorporando  los fundamentos jurídicos, los antecedentes y  hasta algunos elementos de los casos que se pueden extraer de los documentos del proceso.

·         Utilizar de manera intensiva herramientas informáticas que permiten la gestión de documentos electrónicos, crear  bases de datos y realizar el análisis  automatizado de la información para la elaboración de sentencias.

·          Permitir el trabajo remoto tipo “oficina en casa” para aprovechar mejor el tiempo de los abogados y evitar por ejemplo, en la ciudad de México, los largos tiempos de transporte. Actualmente la videoconferencia casera, los teléfonos, los sistemas en la “nube” y otras facilidades de bajo costo están disponibles en los hogares y permiten realizar el trabajo.

·         Usar tecnologías de comunicación para evitar que los actores en los juicios tengan que acudir a los juzgados. El caso exitoso  del juicio en línea se podría replicar en todo el poder judicial y demás tribunales administrativos.


     Es posible que los ingenieros industriales no logren abatir el rezago en la impartición de justicia, pero no dudo que puedan tener un impacto en la mejora de la funcionalidad y la estructura de dichos procesos. Ojalá que los abogados responsables de los mismos permitan que los ingenieros les ayuden a mejorar sus tareas y con ello abatir el rezago y la impunidad.

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