28 de abril de 2017

INVESTIGAR LA CORRUPCIÓN


Por: Octavio Díaz García de León


     El Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) tiene tres brazos operativos: la Fiscalía Anticorrupción, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y la Secretaría de la Función Pública (SFP). A través de ellas es como se van a investigar los casos de corrupción a nivel federal. En los estados, las instituciones equivalentes desempeñarán una función similar.

   Salvo la Fiscalía Anticorrupción, las otras dos instituciones deberán transformarse para enfocarse al combate a la corrupción. La Fiscalía, más que una transformación, requerirá partir casi de cero y fortalecerse, ya que hoy en día tiene recursos muy limitados.  La ASF y SFP requieren una reorientación para darle prioridad a las tareas de combate a la corrupción ya que actualmente ambas tienen otras responsabilidades. Aunque la SFP cuenta con una unidad investigadora que se utiliza en casos de corrupción, casi todas las demás unidades administrativas de la Secretaría solo inciden preventivamente en el combate a la corrupción.   

    Es posible que con el nuevo SNA esto cambie, dependiendo de lo que su Comité Coordinador decida, y con ello la SFP y la ASF, le presten más atención al combate a la corrupción.  Aunque a través de los años la opinión pública se ha confundido respecto a que aspectos inciden en combatir la corrupción o cuales instituciones se dedican a ello, la realidad es que ninguno de estos tres integrantes del SNA está diseñada con ese propósito específico. Por ejemplo, durante años, se equiparó el tener una mayor transparencia en el acceso a la información pública con una menor corrupción, lo cual los indicadores que miden corrupción han demostrado que no es así. De la misma forma se pensó que la ASF o la SFP combatían a la corrupción, cuando en realidad es un producto secundario de sus actividades. La Fiscalía Anticorrupción es de muy reciente creación, aunque su antecesora se dedicaba a perseguir delitos cometidos por funcionarios públicos, no necesariamente por actos de corrupción.

    Por lo pronto la nueva Ley General de Responsabilidades prevé un cambio importante al crear las autoridades investigadoras. Tendrán sus autoridades investigadoras la ASF, las entidades de fiscalización superior en los estados, la SFP, sus equivalentes en las entidades federativas y los órganos internos de control (OIC) que dependen de la SFP. Estas nuevas áreas se encargarán de investigar las faltas administrativas en que incurran los servidores públicos y, si así lo decide el Comité Coordinador, podrían darle prioridad a investigar casos de corrupción, como los define la Ley.  

    A la SFP se le ha responsabilizado en el pasado de la lucha contra la corrupción y también se le ha culpado de su poca eficacia. Quizá parte del problema es que se le asignó una tarea para la cual no está diseñada.  Ninguna de las funciones que la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal otorga a la SFP, dice expresamente que combatirá a la corrupción, sino que, a través de algunas de sus facultades, lo hará de manera indirecta, ya que la función principal de esta Secretaría es organizar y coordinar el sistema de control interno del gobierno federal y evaluar la gestión gubernamental. En el mismo sentido, el principal instrumento de actuación de la SFP que son los 211 órganos internos de control y las unidades de responsabilidades de PEMEX y CFE, no están diseñados expresamente para combatir la corrupción sino para fortalecer el control interno de las instituciones. Está claro que con un buen control interno se mitiga el riesgo de corrupción, pero no es suficiente para combatirla.  

   En el caso de los OIC, para reenfocar sus tareas hacia el combate a la corrupción, requerirán una reingeniería en sus procesos. Actualmente existe un área dentro de los OIC dedicada a recibir quejas y denuncias e investigarlas, lo que han hecho de manera pasiva, esperando a que lleguen. Con las nuevas facultades que le dará la Ley, estas áreas tendrán más herramientas para convertirse en áreas de investigación proactivas. Por ejemplo, podrán revisar las declaraciones de situación patrimonial de los servidores públicos con capacidad para solicitar información de cuentas bancarias, información cuyo acceso antes estaba muy restringido.

    Las autoridades investigadoras de los OIC funcionarán como una especie de ministerio público y deberán tener al personal capacitado en técnicas de investigación policial, en técnicas de inteligencia y contrainteligencia y contar con herramientas tecnológicas que les permitan investigar a sus objetivos. Deberán también contar con capacidad para investigar fuentes abiertas, explotar bases de datos, investigar redes de vínculos y más adelante quizá, se les pueda dar facultades para intervenir comunicaciones, todo ello para que puedan actuar como pequeñas fiscalías en el ámbito de sus instituciones.

    Este proceso de cambio, como lo he mencionado con anterioridad, tomará años en concretarse. El primer paso ya está dado, pero la tarea pendiente será larga. Con estas nuevas facultades que la Ley otorga a las autoridades investigadoras se podrán convertir en importantes auxiliares en el combate a la corrupción, pero como siempre, el reto estará en la implementación.  Será necesario seguir fortaleciendo a la Auditoría Superior de la Federación, a la Secretaría de la Función Pública y a sus Órganos Internos de Control para que puedan incidir en reducir la corrupción. Estas instituciones seguirán cumpliendo sus otras funciones en el gobierno, pero, por lo menos ahora, ahora tendrán más herramientas para combatir la corrupción.     
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20 de abril de 2017

ALTERNANCIA CONTRA LA CORRUPCIÓN


Por: Octavio Díaz García de León

     En días pasados fueron capturados dos ex gobernadores por las autoridades de los países donde residían, disminuyendo así la larga lista de ex gobernadores pendientes de atrapar y juzgar, ya que por lo menos trece ex gobernadores están en la cárcel, o prófugos, o han sido señalados por actos de corrupción y otros delitos. Aquí en Aguascalientes tenemos el caso contra el ex gobernador Luis Armando Reynoso, quien recibió un amparo.

     En Italia fue detenido el ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, quien será extraditado a Estados Unidos acusado de estar ligado con la delincuencia organizada y tráfico de drogas no solo cuando fue gobernador sino hasta épocas muy recientes. En Guatemala fue capturado Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz y cabeza de uno de los gobiernos estatales más corruptos y dañinos en la historia reciente de nuestro país.

    Si bien teníamos indicios de que en algunos gobiernos estatales existían problemas de corrupción, malos manejos de las finanzas públicas, endeudamiento excesivo y otras tropelías, es hasta ahora que ha llegado a nivel de escándalo tanta fechoría. ¿Qué fue lo que hizo que se dieran a conocer los malos manejos? Ciertamente no fueron las auditorías que realizó la Auditoría Superior de la Federación (ASF), pues a pesar de que han revelado malos manejos desde hace años, han sido ignorados en su mayor parte por las autoridades. Por ejemplo, la ASF presentó 59 denuncias ante la PGR desde 2012 en relación a desvíos realizados por el gobierno de Javier Duarte y no han sido procesadas. Tampoco fue gracias a los poderes legislativos y judicial de esos estados los cuales más bien estuvieron al servicio de los gobernadores en turno y se convirtieron en sus cómplices.

    Lo que podría explicar el que ahora sí se hayan tomado acciones contra esos gobernadores corruptos es la alternancia de los partidos en el poder. No imagino que se hubiesen descubierto tantas tropelías si no hubiesen ganado el PRI en Sonora, el PRD en Michoacán, un independiente en Nuevo León y el PAN en Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo y Tamaulipas, entre otros. Si hubiese continuado el mismo partido en el poder, seguramente no correrían peligro los ex gobernadores y muchas de sus abusos permanecerían ocultos. Hasta ahora, aunque no en todos los casos, la alternancia ha sido el mecanismo más eficaz para combatir la corrupción. No es de extrañarse que en los estados donde hay elecciones se dé una lucha tan reñida por mantener en el poder al partido político en turno.

    La corrupción no es un fenómeno reciente en nuestro país, pero la podríamos asociar a la falta de democracia y alternancia.  Si alguien escribiese la historia de la corrupción en México, quizá debería remontarse a la llegada de Hernán Cortés y su banda de codiciosos en busca de oro y luego a los gobiernos virreinales, cúspide del absolutismo y campo fértil de la corrupción.

     El siglo XX dio continuidad a una larga tradición de corrupción en el país gracias también a la ausencia de instituciones, democracia y contrapesos al poder de los gobernantes. Las figuras emblemáticas de políticos enriquecidos al amparo del poder abundan. Por ejemplo, habría que ver como el presidente Miguel Alemán, de quien no se tenía noticias que tuviera dinero antes de dedicarse a la política, pudo hacer una fortuna que lo convirtió en socio de Televisa, (¿O fue un pago de favores?) por lo cual, al vender sus descendientes su participación en esa empresa en 2006, obtuvieron 200 millones de dólares. Hoy su hijo y su nieto son prósperos empresarios dueños de la línea aérea Interjet, entre otros negocios. 

    De igual forma, el  profesor Carlos Hank González quien llegó a Atlacomulco como profesor rural cuando salió de la escuela Normal de Toluca y quien no tenía el capital ni siquiera para poner una pequeña fábrica de dulces en sus inicios como empresario, al grado que uno de los  comerciantes prósperos del pueblo le negó un préstamo por no confiar en su solvencia, llegó a acumular, al amparo de sus puestos en el gobierno,  una fortuna que hoy asciende  a miles de millones de pesos, ahora  en manos de sus descendientes. Casos como estos surgieron por la falta de alternancia de los partidos en el poder propiciando la impunidad.

    Llama la atención la codicia, avaricia y corrupción de tantos personajes de la vida pública de nuestro país. ¿Qué patología psicológica tendrán y que desviados valores les inculcaron para que usaran el poder público para enriquecerse y causar tanto daño a la sociedad?  ¿Qué puede motivar a una persona a acumular fortunas tan enormes de manera ilícita y para qué, si solo disfrutarán una pequeña parte? La respuesta seguramente la tendrán los psicólogos.

    A la sociedad no le queda más que seguir reforzando sus instituciones para que estos personajes, primero, no lleguen al poder, y segundo, si llegan, causen el menor daño posible. El Sistema Nacional Anticorrupción es un paso en la dirección correcta, pero hay dos antídotos más eficaces en el corto plazo contra estas personas: que haya democracia verdadera para que se dé la alternancia en el poder y que haya una independencia efectiva de los poderes legislativo y judicial para contrarrestar las tropelías de los poderes ejecutivos, sirviendo como contrapeso y evitando los malos manejos.  

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7 de abril de 2017

TRANSPARENCIA Y SEGURIDAD NACIONAL  


Por: Octavio Díaz García de León

     En materia de acceso a la información pública gubernamental existen fuerzas a favor y en contra de la apertura de la información.  Por una parte, la Constitución en su artículo sexto garantiza como uno de los derechos humanos de los mexicanos el acceso a la información que genera el gobierno en su actividad cotidiana, para favorecer la rendición de cuentas de los funcionarios y transparentar la actuación gubernamental. Por otra parte, la misma Constitución protege la información privada de las personas para evitar su divulgación sin autorización. La Ley General de Transparencia también contempla los casos en que se debe reservar la información gubernamental por periodos limitados. Uno de ellos es aquella cuya revelación, comprometa la seguridad nacional.

     Desafortunadamente ni en las leyes de transparencia ni en la Ley de Seguridad Nacional (LSN) existe mucha claridad para determinar cuál información, de hacerse pública, podría afectar a la seguridad nacional.

     Por una parte, existe el riesgo de que se invoquen razones de seguridad nacional para ocultar información que no se quiere revelar por otras razones, tales como ocultar malos manejos o evitar una rendición de cuentas adecuada. (Ver https://octaviodiazgl.blogspot.mx/2015/12/seguridad-nacional-la-confusion.html). Por ejemplo, la CONAGUA adujo razones de seguridad nacional para no entregar información sobre bitácoras y planes de vuelo del helicóptero que usaba su ex director general, David Korenfeld, quien luego fue sancionado por la Secretaría de la Función Pública por haber usado esas aeronaves para cuestiones personales (https://octaviodiazgl.blogspot.mx/2015/08/golpe-la-transparencia.html).

     Por otra parte, es indudable que las naciones requieren secrecía para aquella información que les permite proteger su seguridad nacional. Por ello los actos de espionaje que realizan unas naciones contra otras son combatidas con fuerza y se crean instituciones de contrainteligencia para prevenir el robo de información. Por ejemplo, recordemos que Estados Unidos espió al equipo de campaña del ahora presidente Peña (http://www.elfinanciero.com.mx/politica/eu-espio-a-pena-cuando-era-candidato-tv-brasilena.html ) y seguramente ese país continúa sus labores de inteligencia en nuestro país, para proteger sus intereses. También existe el precedente de una fuga de información que reveló la estructura de mando y los funcionarios responsables del CISEN y la cual fue publicada de manera irresponsable por un diario. Por todo ello, he propuesto que debería haber una Ley de Secretos de Estado. (https://octaviodiazgl.blogspot.mx/2013/05/secretos-de-estado.html ).

     En días pasados la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió un recurso de revisión que presentó el Consejero Jurídico de la Presidencia de la República contra una resolución del INAI. El Consejero se oponía a una resolución emitida por el INAI que obligaba a entregar información acerca de las rutas, planes de vuelo, horas de salida y llegada, lugares de aterrizaje y despegue, nombres de tripulación y pasajeros para todas las aeronaves que utilizó la Presidencia de la República en el periodo de julio a octubre de 2014.

     Hay que recordar que la nueva Ley General de Transparencia designa como última instancia al INAI para resolver recursos de revisión, excepto en solicitudes de información que afecten a la seguridad nacional, en cuyo caso a quien le toca resolver es a la SCJN y el único que la puede interponer es el Consejero Jurídico de la Presidencia.

     Seis ministros votaron por negar la entrega de toda la información solicitada, otros tres ministros se pronunciaron por publicar sólo los nombres de los lugares de partida y de arribo de las aeronaves sin revelar el punto preciso de despegue y donde aterrizaron. El único que estuvo en favor de que se entregara la información conforme lo había resuelto el INAI fue el ministro José Ramón Cossío Díaz.  Es la segunda vez que la Corte se pronuncia sobre el tema de trasparencia por motivos de seguridad nacional y es la primera vez que revoca una resolución del INAI. (Sesiones del 28, 30 de marzo y 3 de abril https://www.scjn.gob.mx/pleno/secretaria-general-de-acuerdos/versiones-taquigraficas).

    Los argumentos de los ministros en contra de entregar esta información iban en el sentido de que, entre otras cosas, si se entregaba, podría poner en riesgo la vida del Presidente de la República y por tanto afectar la seguridad nacional. El ministro Cossío en sus argumentos a favor de entregarla decía que es muy difícil que a partir de hechos que ocurrieron hace casi tres años se pueda poner en peligro la vida del presidente y sus acompañantes en los vuelos que realizará en el futuro. Tampoco está claro el por qué hacer pública la lista de pasajeros pueda afectar a la seguridad nacional.

     Desafortunadamente, ni las leyes de transparencia ni la LSN consideran explícitamente las amenazas a la vida del Presidente como una amenaza a la seguridad nacional. Lo más cerca de ese supuesto serían de la LSN, el artículo 3 fracción III, suponiendo que ello afectara el orden constitucional o bien encuadrarlo en el artículo 5 fracciones I y VI que hablan de actos de terrorismo o contra la seguridad de la aviación.
 
    Es muy importante esta resolución de la Corte porque va sentando precedentes. Sin embargo, me parece que aún hace falta tener más claridad acerca de cuándo debería reservarse la información por razones de seguridad nacional y cuándo se debe entregar. Al respecto, hace falta un debate amplio que proteja tanto el derecho al acceso a la información como los secretos de estado.

Nota: Las opiniones vertidas en esta columna son exclusivamente a título personal y no representan puntos de vista de ninguna institución pública o privada.

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1 de abril de 2017

¿IDEAS INTERESANTES DE TRUMP?



Por: Octavio Díaz García de León

     El discurso y las acciones del presidente Trump son muy negativas para México y los mexicanos y dignas de repudio, pero desde el punto de vista de los Estados Unidos, hay cosas que les son atractivas a los empresarios y a otros segmentos de la población de aquél país. Por eso la bolsa de valores de E.U. reaccionó muy positivamente ante el triunfo de Trump. ¿Por qué el entusiasmo de algunos sectores de la población en E.U. con Trump? Más allá de que haya despertado los peores sentimientos homofóbicos, racistas y xenofóbicos entre los segmentos más retrógradas de su población, tiene iniciativas que podrían ser benéficas para su país.  
  
      Me refiero a algunas de las propuestas económicas del presidente Trump, las cuales reseña John Paulson en un artículo reciente  (Trump  y la Economía) de la revista Foreign Affairs (https://www.foreignaffairs.com/articles/united-states/2017-02-13/trump-and-economy). Desde luego no a todos los americanos les parecen adecuadas las propuestas y existen serios obstáculos para implementarlas, pero vistas desde la óptica de los intereses americanos suenan razonables ya que forman un paquete que intenta hacer crecer la economía y defender los intereses de Estados Unidos frente al resto del mundo.  De acuerdo con Paulson, entre las propuestas están:

1. Una reducción de la tasa de impuestos a empresas de un 35% a un 15%. Actualmente Estados Unidos tiene una de las tasas más altas de impuestos para empresas entre los países desarrollados. Al reducirlas, el invertir en Estados Unidos se volvería sumamente atractivo.

2. Reducir la tasa de impuestos para repatriar utilidades a Estados Unidos. Actualmente las compañías multinacionales americanas evitan repatriar sus utilidades porque tendrían que pagar elevados impuestos. Facilitando la repatriación permitiría invertir ese dinero en E.U. y generar empleos.

3. Desregular y quitar trabas a las empresas para favorecer el desarrollo de negocios. Ya asignó la tarea a su yerno para aplicar ideas de la iniciativa privada para un mejor funcionamiento del gobierno. Además, según Paulson, a raíz de la crisis financiera del 2008, se sobre reguló el sector financiero y ahora resulta demasiado caro cumplir con toda la regulación restrictiva, lo cual también ha impedido que los mercados financieros vuelvan a funcionar adecuadamente. 

 4. Revisar los tratados de comercio que tiene ese país con otros países, especialmente el TLCAN, para promover las exportaciones de Estados Unidos. Paulson menciona el caso del comercio con China con quien Estados Unidos tuvo un déficit comercial de 366 mil millones de dólares en 2015. Con esta revisión se busca llevar al superávit la balanza comercial de E.U.

 Suponiendo que estas propuestas las realizara el gobierno de México para aplicarlas en nuestro país, también podrían sonar razonables:

1.    Reducir la tasa de impuestos a empresas volvería a México muy atractivo para la inversión extranjera, tal como sucede con Irlanda donde la tasa impositiva para empresas es de 13%. Esta medida incluso sería buena para contrarrestar la propuesta de Trump.

2.    Nuestro gobierno ya emitió un paquete muy atractivo de estímulos fiscales para repatriar capitales.

3.    La desregulación es urgente para poder hacer negocios con mayor facilidad en nuestro país. Retomar ideas provenientes de la iniciativa privada para aplicarlas al gobierno y acabar con el exceso de regulación y trámites que impiden el establecimiento de nuevos negocios y generan corrupción.

4.    Sería bueno revisar, no necesariamente renegociar, los 45 Tratados de Libre Comercio que México tiene para ver si están beneficiando a nuestra economía y a los productores nacionales para fomentar la exportación.  Incluso revisar el TLCAN, que sin duda nos ha beneficiado, podría ser provechoso si se hace de una manera inteligente.

     Claro, tanto en Estados Unidos como aquí, habría que superar la adicción al gasto público para que funcionara la reducción de impuestos (https://octaviodiazgl.blogspot.mx/2017/01/gasto-sin-control.html).  Mientras no seamos capaces de recortar el gasto y acabar con la corrupción que también lo eleva, difícilmente se podrían implementar estas ideas. Reducirlo no como propone Trump, recortando en salud y aumentándolo en defensa, sino evitando realizar obra pública de relumbrón e inútil. Además, si hiciéramos un esfuerzo serio por reducir la corrupción, nos podríamos ahorrar hasta el 10% del PIB.  

     Incluso las acciones de los últimos presidentes americanos para controlar la frontera sur de E.U. tienen sentido, como tiene sentido para México hacer lo mismo con su frontera sur. Desde luego no construyendo muros, sino atacando las causas de la inmigración desordenada junto con nuestros vecinos del sur. Pero no solo controlar el ingreso ilegal de personas por el sur sino evitar el cruce de drogas, contrabando, armas y delincuentes y acabar con la corrupción que lo permite.

     Ya nos acostumbramos a denostar al presidente Trump, con fundadas razones, pero es conveniente ponernos en los zapatos de los ciudadanos de aquél país para entender por qué sus propuestas económicas les parecen razonables. Como comenté arriba, si estas medidas las aplicáramos a nuestro país quizá no nos parecerían malas.  Podemos seguir caricaturizando al presidente Trump, pero no ayuda al análisis de lo que está ocurriendo con nuestro vecino del norte.  A Trump hay que verle todos los ángulos para defendernos mejor. No todas sus ideas son malas para los americanos, por eso es presidente de aquél país.
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25 de marzo de 2017

BEETHOVEN, GENIO ATORMENTADO



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Por: Octavio Díaz García de León

     Existen hombres paradigmáticos en la historia de la humanidad y sin duda uno de ellos fue Ludwig van Beethoven, muerto un 26 de marzo de hace 190 años (1827). Músico alemán nacido en la ciudad de Bonn en diciembre de 1770 murió en Viena, donde desarrolló la mayor parte de su carrera musical. Aún para las personas que desconocen de música clásica, seguramente no les será desconocido el tema de la quinta sinfonía, aquellas cuatro notas a las cuales se les conoce como la “Llamada del destino”; o bien la sexta sinfonía, popularizada en las escenas campestres de la película “Fantasía” de Disney. Quizá su obra más conocida sea la “Oda a la Alegría” del cuarto movimiento de la novena sinfonía, la cual se ha convertido en uno de los himnos de la humanidad y es el himno oficial de la Unión Europea; también Stanley Kubrick usó la novena sinfonía en su magistral película “Naranja Mecánica”. El grupo español Mocedades, popularizó el segundo movimiento de la séptima sinfonía con la canción “Cuando tu Nazcas”; otras obras muy escuchadas son el hipnotizante primer movimiento de la sonata para piano “Claro de Luna” popular entre pianistas que inician, por la relativa facilidad para tocarlo; o la pequeña pieza “Para Elisa”. La obra de Beethoven no solo es para conocedores o amantes de la música clásica sino para cualquiera con sensibilidad y gusto por la música y no es difícil que nos topemos con ella, aún sin saber que es de Beethoven.

     De las 138 obras del catálogo de composiciones de Beethoven o las 205 fuera de catálogo, recomiendo los cinco conciertos para piano, especialmente el último; las sonatas “Claro de Luna”, la “Patética”, la “Appassionata”, y especialmente la número 32; todas las sinfonías, particularmente las impares. Para más conocedores, recomiendo adentrarse en sus últimas composiciones, cuando estaba completamente sordo, pero en la cumbre de sus poderes creativos y con el mayor dominio del arte de la composición.

     Beethoven fue un niño prodigio en una época en que se daban con abundancia los talentos musicales. Desde muy pequeño destacó como uno de los mejores pianistas de su época. Venía de una familia de músicos, pero su padre, alcohólico, abusaba de él queriendo que fuera otro Mozart niño, forzándolo a estudiar a base de malos tratos. Fue un milagro que no acabara odiando al piano y a la música. A pesar de todo, recibió una educación musical esmerada en su natal Bonn y luego en Viena a donde se trasladó a los 22 años de edad.

      En esa época los músicos no eran más que sirvientes de la nobleza y del alto clero. Aspiraban a tener un buen puesto en los quehaceres musicales de las cortes y contar con un ingreso seguro como empleados de alguno de ellos. Beethoven fue quizá el primero en emanciparse de ese yugo. A lo largo de su vida logró la independencia económica apoyado por donativos de nobles que lo admiraban pero que no lo consideraban su empleado y mediante la venta de sus composiciones y la organización de conciertos y recitales. Era uno de los mejores pianistas de su época y su capacidad para improvisar al piano era legendaria pues podía hacerlo durante horas. Pronto también adquirió fama como compositor a la altura de los mejores de su tiempo.

      Pero era una persona de muy difícil trato. Sus contemporáneos de quejaban de lo rudo que solía ser, del desprecio que mostraba por la nobleza, por los vieneses y, en general, por quienes le rodeaban. Constantemente se peleaba con amigos y parientes. Tenía comportamientos muy excéntricos pues cuando caminaba por la calle iba cantando o hablando solo e insultando a quienes pasaban cerca de él. Se vestía mal y andaba sucio y a veces lo confundían con un loco o un vagabundo.  Estuvo enamorado de varias mujeres, pero eran casadas o no lo soportaban y nunca pudo casarse. Hizo infeliz a uno de sus sobrinos, de quien se hizo cargo al morir su hermano, acosándolo de tal forma que intentó suicidarse. Padeció muchas enfermedades a lo largo de su vida y especialmente trágico resultó que se volviera sordo en plenitud de vida. A pesar de todo, Beethoven era una especie de rock star de su época, muy admirado por sus composiciones y sus capacidades como pianista y tenía sus groupies, un séquito de seguidores fieles.

     Fue uno de los precursores del romanticismo, aunque según la monumental biografía de Jan Swafford, “Beethoven. Angustia y Triunfo” era mucho más cercano al pensamiento de la Ilustración. Pero fue precisamente el movimiento romántico quien lo enalteció con su culto al héroe y al genio, creando una leyenda heroica en torno a su vida, como ejemplo de lucha por la libertad y la emancipación del artista de las cadenas económicas y sociales.

      Vale la pena recordar a Beethoven hoy, a 190 años de su muerte, escuchando su música, la cual es fácil de conseguir por internet.  Ante la avalancha de distracciones, ruido, música comercial degradada de que somos víctimas y la mercantilización de las artes, hay que recuperar a la música clásica, a la poesía, a la buena literatura, a la pintura como arte. Rescatarlas del embate de la ignorancia, los intereses mercantiles y la mediocridad. Beethoven bien puede ser un antídoto a los excesos de nuestra época.

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17 de marzo de 2017

PLATAFORMA INFORMÁTICA ANTICORRUPCIÓN



Por: Octavio Díaz García de León


      Uno de los grandes retos que tendrá el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) es el contar con una Plataforma Digital Nacional (PDN). Esta plataforma deberá ser multifuncional para atender diversos aspectos que inciden en el combate a la corrupción. Es importante que, más que una mala amalgama de sistemas y bases de datos, exista un diseño integral y estratégico que la convierta en una herramienta clave para el SNA. En ese sentido habrá que estudiar las experiencias de sistemas similares como los que existen para seguridad pública con el fin de evitar caer en sus limitaciones y tomar nota de sus fortalezas.

      Inicialmente la Plataforma utilizará los sistemas con que ya cuenta la Secretaría de la Función Pública (SFP), tales como el sistema de evolución patrimonial, CompraNet, el sistema de servidores públicos que intervienen en contrataciones públicas, DeclaraNet, el RUSP, etc. Hacia adelante será necesario identificar las necesidades que la PDN deberá atender y cuyo diseño deberá tomar en cuenta. 

     Vislumbro que la PDN podría tener por lo menos cuatro vertientes de utilización:

1             Operativa. Por ejemplo, en materia de contrataciones públicas, facilitar a compradores gubernamentales y proveedores privados la contratación de bienes, servicios y obra pública; o bien, facilitar a los servidores públicos el cumplimiento de sus obligaciones de declaración de situación patrimonial como lo han venido haciendo a través de los sistemas de la SFP.

2    Transparencia. Por ejemplo, darle transparencia a los procesos gubernamentales que sean susceptibles de tener riesgos de corrupción. Entre ellos, los procesos de contrataciones públicas de bienes, servicios y obra pública; o bien, dar a conocer aquella información de los servidores públicos que por Ley deba publicarse o que el propio servidor público decida revelar.  

3       Medición de la corrupción. La PDN también deberá poder ser utilizada para medir a la corrupción en base a la información de que disponga, utilizándola como insumo para calcular los indicadores de medición de la corrupción que determine el Comité Coordinador del SNA y de esta forma registrar los avances en materia de combate a la corrupción.

4        Inteligencia contra la corrupción. Las bases de datos que se integren a la PDN deberán permitir la obtención de información relevante para realizar tareas de inteligencia. No solo disponer de bases de datos que contengan información confiable y que sean accesibles, sino utilizar herramientas de análisis avanzado que permitan explotar esta información.

    Sobre esta última vertiente, es de destacar que tanto el combate a la corrupción, como la persecución de otro tipo de delitos, requiere avanzados sistemas de inteligencia y la PDN deberá de contemplar esta funcionalidad.

     Una de las lecciones a tomar en cuenta para la Plataforma Digital Nacional es la experiencia en el ámbito de seguridad pública. Por ejemplo, Plataforma México es un sistema informático y de comunicaciones que ha permitido compartir información entre las diferentes corporaciones de seguridad a nivel nacional. Desafortunadamente, hoy está en peligro de desaparecer por falta de presupuesto pues el mismo se redujo de más de 1000 millones de pesos que requiere para operar, a cerca de 150 millones este año. Sería conveniente que la plataforma digital del SNA no esté expuesta a estos vaivenes presupuestales y esté blindada para operar en el largo plazo. 

     Asimismo, Plataforma México es una gran herramienta de consulta, pero no se le ha explotado en todo su potencial.  Su uso se limita más al ámbito táctico-operativo y no tanto a funciones de inteligencia estratégica; opera más bien como un sistema de carga de información y consulta de la misma. La PDN deberá utilizarse no solo para consultar información, sino utilizar programas de análisis de escenarios y minería de datos para generar inteligencia de carácter estratégico.  

      También se ha invertido muchos recursos en la construcción de centros de fusión de inteligencia que de igual forma resultan muy útiles para propósitos táctico-operativos. En este caso, sería conveniente que la PDN utilice la información allí disponible, así como comparta la que disponga y el personal del SNA participe en estos centros.  

     Además de las lecciones que se puedan extraer de lo que ha sucedido con las plataformas informáticas que se usan en seguridad pública, resulta indispensable que esos sistemas se conecten con la PDN y exista interoperabilidad entre ellos. Adicionalmente, la PDN deberá interconectarse con otras bases de datos y sistemas relevantes al combate a la corrupción como los de la Unidad de Inteligencia Financiera, el INEGI, los registros civiles, los registros públicos de la propiedad y el comercio, bases de datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, etc.  También deberá explotar información de las redes sociales y otras fuentes de información abierta que hoy en día son muy abundantes.

     Los retos que enfrenta el SNA son inmensos y toman tiempo. Pero las instituciones de excelencia se deben construir con cuidado. Una de las columnas del SNA será sin duda el sistema de inteligencia que permita detectar actos de corrupción. Para ello, la Plataforma Digital Nacional jugará una parte relevante en el ciclo de inteligencia de las instituciones que combatan a la corrupción. 

    Convendría que la construcción de la Plataforma no tenga ambiciones faraónicas para no caer en la tentación de crear un elefante blanco. Para ello se va a requerir un gran estratega informático, sin aspiraciones de fama y grandeza, dentro del Secretariado Ejecutivo del SNA.   

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11 de marzo de 2017

MORIR EN DALLAS


Por: Octavio Díaz García de León


     Todo parece indicar que el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, fue víctima de una conspiración que le quitó la vida un 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas. Aunque desde entonces el gobierno de aquel país lo ha negado consistentemente, la evidencia disponible indica que no se trató de un asesino solitario y tampoco existe la certeza de que haya sido Lee Harvey Oswald, a quien se culpó del asesinato sin haberlo juzgado.  Y no se le pudo juzgar porque el propio Oswald fue asesinado un par de días después de Kennedy, ante los ojos de la prensa, las cámaras de televisión y decenas de policías, por Jack Ruby, un personaje cercano a la mafia. Les recomiendo el libro “Fuego Cruzado. La conspiración que mató a Kennedy” de Jim Marrs (https://www.amazon.com/Crossfire-Plot-That-Killed-Kennedy/dp/0465031803) o la película de Oliver Stone “JFK” (http://www.imdb.com/title/tt0102138/) que presentan la teoría de la conspiración.

     ¿Por qué la insistencia en negar que hubo una conspiración donde intervinieron varios tiradores y no un asesino solitario? Quizá porque en ella estuvieron involucrados instituciones del gobierno de ese país tales como el FBI; su entonces director, J. Edgar Hoover, era enemigo de los Kennedy; la CIA, debido a que Kennedy no los apoyó con fuerzas militares en la invasión de Cuba y, según el autor David Talbot, Allen Dulles quien fuera director de la CIA hasta que lo destituyó el presidente Kennedy a raíz de la fracasada invasión de Cuba, pensaba que el presidente Kennedy era una amenaza a la seguridad nacional y el ex director aún tenía mucho poder dentro de la CIA. Recientemente el cineasta Oliver Stone dijo que el propio servicio secreto, encargado de la protección del presidente, fue quien lo asesinó.(http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-08-30/jfk-oliver-stone-muerte-secreto-gobierno-conspiracion_1252536/). Difícilmente se sabrá quién o quiénes fueron los asesinos materiales y los autores intelectuales del crimen.

     Pero Kennedy no fue la única víctima. En la década de los sesenta los Estados Unidos se convirtieron en un país violentamente dividido por la guerra de Vietnam, por el impulso al militarismo desquiciado de la guerra fría (incluso el presidente Eisenhower advirtió del peligro que representaba para su país el complejo industrial militar) y por la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos.

      Cincuenta y ocho mil soldados americanos murieron en Vietnam en una guerra mal conducida y 75 mil lisiados truncaron su vida por esa guerra (http://www.uswings.com/about-us-wings/vietnam-war-facts/). Ante ello, la sociedad americana se rebeló contra el establishment y respondió con violencia. También los afroamericanos se rebelaron contra las condiciones de discriminación que sufrían, dignas de un país esclavista. 

    Además del presidente Kennedy, fueron asesinadas personalidades incómodas al establishment americano tales como Robert F. Kennedy hermano del presidente muerto y Martin Luther King, activista por los derechos de los afroamericanos, entre otros. También murieron estudiantes de la Universidad Estatal de Kent en Ohio que se oponían a la guerra de Vietnam a manos de la guardia nacional. Fue una época de tensiones que dividieron a la sociedad americana. ¿Estaremos regresando a la época de división y enfrentamiento que tanto polarizó la vida en Estados Unidos ahora con la llegada de Trump al poder? ¿Será posible que nuevamente se piense en remover al presidente en turno de ese país? Así parece.

    El presidente Trump ha ofendido a muchas instituciones de su propio gobierno: a los militares, a la CIA, al FBI, al Congreso, al Poder Judicial y a un largo etc.  Si bien, como hemos visto, a veces las élites americanas recurren a medidas extremas para deshacerse de un presidente incómodo o de otros liderazgos que les son adversos, en tiempos más recientes han recurrido a métodos más institucionales. Al presidente Nixon lo iban a someter a un proceso equivalente al de juicio político para destituirlo y prefirió renunciar antes de que lo hicieran y al presidente Clinton lo sometieron a este procedimiento, pero finalmente lo exoneraron. El atentado al presidente Reagan parece que no se trató de una conspiración sino fue víctima de un desquiciado mental, aunque todo es posible, pues Reagan también llegó con una agenda revolucionaria al poder.

     Si el establishment americano no logra controlar al presidente Trump por la vía institucional, siempre podrán recurrir a otros métodos y echarle la culpa a un loco o a un terrorista. Ya vimos durante la campaña por la presidencia que un tipo logró cruzar barreras de seguridad para acerarse de forma violenta a Trump.

     Para los mexicanos, la salida de Trump sería una buena noticia, pero no hay que apostarle a eso porque es improbable.  Además, la llegada del vicepresidente Pence a la presidencia de Estados Unidos tampoco sería una buena noticia. Debemos hacer todo lo posible para seguir trabajando y superar nuestros problemas internos y evitar estar a merced de lo que decida hacer otro país, por poderoso que sea.

     No sería extraño que, si Trump continúa en su camino de ofender a las élites de su país y al establishment de línea dura, pudiera dejar la presidencia antes de terminar su periodo. Esperemos que si esto ocurre no sea por la vía que escogieron para deshacerse de los Kennedy; que sea por la vía institucional que en Estados Unidos sí funciona, aunque Trump no crea en ella. Por lo pronto no hay indicios de que esto vaya a ocurrir, pero si continúa Trump dividiendo y radicalizando a los americanos al grado de que estalle la violencia o bien si daña seriamente los intereses de la élite que maneja aquél país, entonces podría suceder.


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4 de marzo de 2017

EL MALESTAR EN LAS LEYES



Por: Octavio Díaz García de León

     Entre las élites políticas e intelectuales hay una obsesión por hacer leyes, como si estas fueran la panacea para resolver los problemas del país. Esto ha llevado a que nos llenemos de ellas y todas las grandes soluciones que se proponen pasen por crear nuevas disposiciones legales o reformar las existentes. Basta ver el número de reformas realizadas en los últimos sexenios y como se han presentado como grandes avances, a veces sin analizar sus resultados o sin saber si las más recientes darán buenas cuentas.

     El número de normas que tenemos que cumplir cotidianamente es abrumador. Para un aguascalentense promedio, existen más de 1000 ordenamientos estatales que cumplir y a eso hay que agregarle los casi 300 federales, más los municipales (http://octaviodiazgl.blogspot.mx/2016/02/pais-de-leyes.html). Por ello, en un país sobre regulado, a veces lo sensato es ignorar la ley para no caer en la parálisis. Esto no quiere decir que no sean necesarias las leyes, pero es imposible normar cada aspecto de la vida privada. Tampoco es conveniente. Peor aún cuando se piensa que esa es la solución a los problemas del país.

   Lo mismo pasa hacia adentro de las instituciones de gobierno. La normatividad que hay que cumplir es abrumadora, a pesar de los esfuerzos que se han hecho por racionalizarla. Eso hace que el funcionario suela buscar cómo evitar cumplir esas reglas que le impiden trabajar, o bien, en el caso de los corruptos, para realizar sus fechorías.  Desafortunadamente es muy difícil distinguir, entre los que violan las normas, si se trata de un funcionario corrupto o de un funcionario honesto que solo trata de hacer su trabajo.

     Existe un malestar extendido entre los funcionarios de gobierno, sin importar sus niveles de responsabilidad, preparación académica o experiencia, hacia la normatividad que los regula. Por eso ya hubo dos intentos de desaparecer a la Secretaría de la Función Pública (SFP), encargada, entre otras cosas de vigilar que los funcionarios se apeguen a la Ley.

    Hace algunos años platicaba con quien luego sería alto funcionario del gobierno federal. Quería desaparecer a la SFP porque “no los dejaba trabajar”. Recientemente, en una charla con otro funcionario de alto nivel, equiparaba la función del auditor con ser el policía en la institución, dándole una connotación negativa. Ambos reflejaban ese malestar mal dirigido hacia el encargado de vigilar el cumplimiento de la ley sin ver que el problema está en la ley misma.

    Ahora que a principios de este sexenio despareció la SFP y se les permitió a los titulares de las instituciones federales nombrar a sus propios titulares de órganos internos de control (TOIC), hubo regocijo entre ellos, ya fuera porque ahora no les iban a “obstaculizar” la operación de sus instituciones o bien porque tampoco les iban a impedir el realizar actos de corrupción.  El cambio reciente de 42 TOIC, es un paso para recuperar la independencia de esa función de vigilancia.

    Muchas disposiciones que regulan la actuación de los funcionarios derivan de la gran desconfianza que se tiene hacia su actuación. La gran corrupción y abusos de algunos de ellos ha provocado que se emitan reglas para intentar ponerles un dique.  Desafortunadamente estas reglas se emiten a veces sin medir el impacto que tendrán en la operación de las instituciones. Atacar el problema de fondo sería crear un servicio profesional de carrera con una adecuada selección de funcionarios y un proceso de rendición de cuentas que no deje dudas.

    La solución tampoco pasa por tratar de que el encargado de vigilar el cumplimiento de las normas aplique la ley con “criterio” y “flexibilidad”. Pedir que así sea es pervertir su función. ¿Qué “criterio” puede tener el policía de crucero encargado de hacer cumplir un reglamento de tránsito absurdo? El “criterio” es el tamaño de la mordida y el camino es la corrupción. Pareciera que es más fácil corromper a los encargados de hacer cumplir la ley a pedir que se hagan leyes sensatas.

     Para juzgar por qué se incumplen las normas es muy difícil distinguir entre las razones que pudieran ser válidas de las que no lo son. Pero no hay que confundirse. Los encargados de vigilar la aplicación de la ley ni pueden ni deben juzgar las intenciones de quienes efectúan una acción ilegal. Darles ese poder los convertiría en una autoridad arbitraria.  

     La solución pasa por un diseño adecuado y racional de normas y allí está lo delicado del asunto porque no hay leyes perfectas. Quizá debería haber un ombudsman de los sujetos a las normas o algún mecanismo de solución de controversias que ayude a resolver de manera casuística las imperfecciones normativas, pero no dejar esa tarea en quien tiene el mandato de vigilar su cumplimiento.

     Tampoco hemos prestado atención hacia lo importante. Que las normas sirvan para que las instituciones funcionen. Ayudaría que dicha normatividad no fuera excesiva, que fuera razonable, de fácil cumplimiento, que no se contradijera y que fuera eficaz en lo que intenta lograr.  

    Podríamos reducir el malestar en las leyes si estuvieran bien hechas y sirvieran para que las instituciones y la sociedad funcionen bien y den resultados. Ayudaría también el no culpar de sus defectos a quienes vigilan que se cumplan.  
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24 de febrero de 2017

TRUMP COMO DISTRACCIÓN


Por: Octavio Díaz García de León


      Estamos saturados de distracciones que provienen del embate noticioso de todo lo que hace y dice Trump. No recuerdo un caso de algún personaje que acapare las noticias en todo el mundo como este presidente de Estados Unidos. Lo que hizo durante las elecciones en su país lo sigue haciendo de una manera pasmosa y hemos caído en su trampa. Al Sr. Trump solo le gusta que se hable de él, bien o mal y allí estamos todos atentos a sus barbaridades.

      En ese proceso noticioso que nos llena de Trump y sus andanzas, nos hemos distraído de lo importante: cómo superar los problemas que enfrenta México y los cuales nos hacen presa fácil del nuevo presidente de Estados Unidos. Es tiempo más bien de pasar a la acción resolviendo nuestras carencias y debilidades para fortalecernos como país.

         Sin duda las amenazas de Trump, que se vienen anunciando desde julio de 2015 y las cuales finalmente ya se están tomando en serio, merecen una atención especial para articular una estrategia de defensa de nuestro país. En este sentido, llama la atención que nuestro Canciller, el Dr. Luis Videgaray, ha retomado su papel como líder informal del gabinete. Así lo vemos incursionar en los terrenos de otros secretarios tales como los de Economía, Gobernación, Defensa, Marina y Hacienda además de los suyos propios. Por si fuera poco, también lleva a la distancia la conducción del PRI, donde despacha una persona cercana al Canciller y seguramente se encargará de las elecciones que se avecinan, principalmente las del Estado de México para asegurase que gane su partido. No cabe duda que para el presidente Peña es quizá su colaborador más indispensable y de mayor confianza hecho que sin duda lo coloca de nuevo como uno de los posibles candidatos del PRI a la presidencia. El Dr. Videgaray se ha cargado de responsabilidades, pero esperamos que él no se distraiga con tantos asuntos y resuelva lo que le toca resolver que es hacerse cargo de Trump y sus secuaces. Si todo le sale bien, seguramente será el candidato a la presidencia en 2018 del presidente Peña y, por lo tanto, de su partido.

        Es un hecho que Trump es una distracción para todo el mundo. Basta ver la cantidad de espacio que le dedican los medios noticiosos no solo americanos sino de todo el mundo. Los canales de noticias de televisión restringida tales como Fox News y CNN han aumentado de manera muy importante sus ratings debido a la cobertura que le han dado a Trump. De la misma forma, el programa Saturday Night Live que se ha dedicado a burlarse del presidente Trump como de ningún otro en su historia, ha visto elevarse sus ratings.  Los medios de comunicación en México no son la excepción y quizá con razones más válidas, por la amenaza que representan las locuras del multicitado contra nuestros connacionales indocumentados y contra el comercio entre los dos países. El tono en las noticias ha sido de miedo hacia el personaje, pero a veces se le sobreestima en sus bravatas. Sin embargo, si ya sabemos desde hace meses lo que va a decir, lo que quiere hacer y sabemos qué hará todo lo posible para cumplir sus amenazas, es tiempo de pasar a la acción, aunque sea un poco tarde, y ya no distraernos.

       Más que seguir observando lo que hará Trump, que como dije, ya lo sabemos de todas formas, debemos poner nuestra atención en nuestros problemas urgentes. La lista es larga y no todos tienen que ver con Trump: una economía a punto de la recesión con un gasto público excesivo que no ha servido para estimular la economía y que está llegando a los límites razonables de endeudamiento, mismo que no se había visto en décadas; pobreza extrema que sigue sin mitigarse a pesar de décadas  de programas de subsidios; inflación creciente y en riesgo de salirse de control; una devaluación del peso que tampoco se veía desde 1995;  una explosión en los niveles de violencia, medida en el número de asesinatos que alcanza ya niveles de récord histórico; la casi quiebra de PEMEX, junto con la caída en la producción de hidrocarburos;  la dependencia excesiva de importaciones de gas natural y gasolina de Estados Unidos,  que en caso de un enfrentamiento con ese país y de cortarse el suministro de los mismos, afectarían seriamente  al país al reducirse el suministro de buena parte de la energía eléctrica y limitar seriamente el transporte; una corrupción desatada que afecta al  país y un largo etcétera.

        El abatimiento de la corrupción tiene especial importancia dado que es un mal que afecta a todos los ámbitos de actuación del gobierno.  Urge que el Sistema Nacional Anticorrupción inicie ya sus actividades, se nombre a la brevedad al fiscal anticorrupción, se nombren contralores en los organismos autónomos y se persiga de manera eficaz la corrupción. Sobre todo, es urgente atacar aquellos casos que lastiman a la opinión pública, tal como el caso del uso abusivo de helicópteros de Pemex que el ex director de esa empresa, Lozoya Austin, utilizó para realizar más de 900 viajes durante 2015, la mayoría de los cuales quizá no se justifiquen. (El caso de Korenfeld palidece en comparación).

     Sería conveniente dejar de distraernos con Trump para atender con urgencia las carencias de nuestro país.


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