Por: Octavio Díaz García de León
Hace unas semanas publicaba en esta columna que le damos más valor a
las noticias negativas que a las positivas, por lo que caemos en círculos
viciosos de auto flagelamiento y depresión. En nuestro país siempre habrá cosas
que mejorar y no hay que perderlas de vista. Pero es innegable que hay muchas
otras que se hacen bien y que nos permiten tener un cierto grado de progreso
económico, social y cultural.
Tengo la oportunidad de asistir al programa de Continuidad
(Actualización) que ofrece el Instituto Panamericano de Alta Dirección de
Empresa (IPADE) a los egresados de sus programas y me llama la atención la
calidad y cantidad de empresas mexicanas de excelencia, cuyos casos hemos
estudiado.
No solo aprendemos de sus experiencias de éxito, sino me permite ser
optimista sobre el futuro del país. Después de todo, son los empresarios los
que hacen crecer la economía, contribuyen con sus impuestos al bienestar del
país, generan empleo y propician ambientes de superación que benefician a
todos.
Allí me enteré de SOHIN (http://sohin.mx/), una empresa con
enfoque social dedicada al sector salud que atiende a pacientes con
enfermedades crónico-degenerativas catastróficas. Fundada por Juana Ramírez, una
empresaria muy joven y entusiasta, inició operaciones en 2009 y para 2020
esperan atender a 100,000 pacientes.
Más conocida de todos porque seguramente han ido a alguno de sus
restaurantes, es ALSEA (https://www.alsea.net/alsea). Una empresa
iniciada por los hermanos Torrado quienes empezaron con unos pocos
establecimientos de la franquicia de Domino´s Pizza en 1990. Hoy en día esta
empresa cuenta con más de 3,200 establecimientos con 14 marcas y tiene
operaciones en América Latina y España generando más de 67,000 empleos. El 60%
de las operaciones están en México y en 2016 tuvo ventas por 37.7 mil millones
de pesos.
SALAUNO (https://www.salauno.com.mx) es una empresa fundada en 2011 por Javier
Okhuysen y Carlos Orellana, para “eliminar la ceguera innecesaria en México”,
dedicada a cirugías de cataratas y refractivas para personas de bajos ingresos.
Con más de 100 empleados, a la fecha ya había atendido a 250,000 pacientes y realizado
24,000 cirugías, con ingresos superiores a los 110 millones de pesos al año.
Otro caso interesante es el de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA)
(https://biva.mx/es/web/portal-biva/home), la nueva bolsa
de valores que está por entrar en operación el mes que viene y cuyo fundador,
Santiago Urquiza, toma la idea a partir
de la reforma financiera del presidente Peña en 2013. Su operación es de muy
alta tecnología y tomó 5 años en ponerla en marcha. Esta empresa ha levantado
ya capital por más de 3 mil millones de pesos para arrancar operaciones. Con su
entrada al mercado esperan que crezca el número de empresas que cotizan en las
bolsas de valores y con ello estimular la economía al tener empresas capaces de
atraer capitales entre el público inversionista.
Finalmente, el caso de Grupo Industrial Saltillo (http://www.gis.com.mx/), empresa con más de 90 años de existencia
pero que ha sido revolucionada por su actual director general, José Manuel
Arana. Han entrado a un proceso de expansión internacional, para convertirse en
una empresa global. En 2016 tuvo ingresos por 14.5 mil millones de pesos y da
empleo a más de 8,000 personas en 7 países.
No quisiera cansarlos con más ejemplos, porque hay muchos más. Tan solo
en Aguascalientes tenemos empresas mexicanas muy exitosas como La Huerta, Valle
Redondo, J.M. Romo o la empresa de transporte Frío Express, entre otras, por lo
que estoy seguro de que hay mucho que aprenderles a sus dueños y directivos.
Me quedan muchas lecciones del estudio de estos casos de empresas mexicanas
triunfadoras y algunas conclusiones son:
1. Existen en México empresarios
muy capaces que pueden poner en marcha empresas de alcance mundial.
2. A pesar de los
vaivenes políticos y económicos, son empresas mexicanas que han podido
sobrevivir y crecer exitosamente.
3. Existe talento
gerencial mexicano muy importante, capaz de conducir empresas de gran tamaño y
reorientarlas para convertirlas en empresas globales.
4. Si bien el gobierno
propicia condiciones para favorecer el crecimiento y creación de empresas,
también se puede convertir en un gran obstáculo al sobre regular, al no proveer
niveles mínimos de seguridad pública, al tener casos de corrupción que
distorsionan mercados y favorecen injustamente a empresas corruptas y al no
ofrecer estabilidad macroeconómica.
Diversas universidades de prestigio han reorientado sus programas para
que en lugar de formar jóvenes para que se conviertan en empleados, creen empresas,
porque ese debe ser el futuro del país: desarrollar empresarios.
Es un error pensar que el
gobierno es quien crea riqueza para el país. Son los empresarios. Entre más y mejores
tengamos, habrá más y mejores empresas que ayuden a mejorar el nivel de vida de
la población.
Ojalá la nueva administración del gobierno federal sea propicia con los
empresarios ya que existen más de 5 millones de empresas en el país, en su gran
mayoría microempresas de una o dos personas.
Ya sufrimos un estatismo
desastroso desde la expropiación petrolera en los años 30 hasta que se empezó a
dar marcha atrás con las privatizaciones en tiempos de Salinas de Gortari y
ahora con la reforma energética. Ojalá
no volvamos a caer en ese estatismo que hemos superado con tanto trabajo y el
próximo gobierno apoye, no estorbe, a la iniciativa privada.
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