24 de mayo de 2013

LOS DILEMAS DE LA OPOSICIÓN



     En una negociación histórica, el Presidente Enrique Peña Nieto y su equipo de colaboradores lograron unir en el Pacto por México a los tres partidos políticos más importantes con el objeto de  sacar adelante las reformas legislativas que le urgen al país y que estaban trabadas por  la oposición  en turno  de  los  gobiernos del PRI y PAN en los últimos quince  años.

     La forma en que se han desahogado en el Congreso las iniciativas de ley provenientes del Pacto  han causado tensión entre los legisladores de los partidos de oposición y las dirigencias de sus partidos, especialmente en el PAN como se manifestó recientemente en la  confrontación entre el Senador Ernesto Cordero y el presidente del PAN, Gustavo Madero, y que derivó en que Cordero fuera destituido como coordinador del PAN en el Senado. Por un lado el presidente Madero impulsa que se pasen las iniciativas sin cambios,  de acuerdo a lo pactado con los demás partidos, y los senadores del PAN han insistido en hacerles modificaciones lo que probablemente esté causando malestar en la mesa del Pacto. Probablemente ambos tengan razón y tendrán que encontrar la mejor forma de atender estas inquietudes para no poner en riesgo las reformas.

Pero más allá de las diferencias en las cúpulas de los partidos de oposición, especialmente en el PAN, - sorprendentemente en el PRD no ha habido disenso abierto y López Obrador ha estado ausente de la discusión -  algunos  sectores   cuestionan la participación de su partido en el Pacto por México. Para el militante común y corriente esta participación podría  interpretarse como una actitud entreguista, incongruente con su papel de opositor.  

Seguramente los panistas se preguntarán si deben  apoyar las reformas que ahora impulsa el Presidente Peña Nieto dado que en su momento el PRI  bloqueó cualquier intento del PAN por hacer reformas de relevancia, con la intención de demostrar al electorado la incapacidad del PAN para gobernar. O bien si deben mostrar ser un partido responsable al favorecer reformas que beneficien al país aunque el electorado no se los reconozca.  La disyuntiva está entonces entre ser un partido con visión de estado y aprobar las reformas o bien  tomar revancha y  bloquear todo lo que el PRI y su Presidente propongan con la esperanza de que ahora el electorado reconozca que es el PRI el  incapaz de “gobernar”.

Pero el  presidente Madero, su comité ejecutivo nacional y los legisladores de su fracción parlamentaria le han apostado a impulsar las reformas del Pacto por México. En su cálculo político  seguramente influye el que los argumentos en contra de su participación no se sostienen como se puede apreciar a continuación:

  1.   El PRI ganó la elección presidencial de 2012 porque al bloquear las iniciativas del PAN demostraron que el PAN no sabe gobernar.” Sería simplista decir que por eso perdió el PAN. Factores importantes fueron la impopularidad de los esfuerzos del Presidente Calderón contra la delincuencia, la división interna del PAN al elegir su candidato (Cordero vs. Vázquez Mota), una mala campaña y una candidata poco carismática, un resurgimiento muy fuerte de López Obrador con el PRD y una muy buena campaña del PRI y su candidato fueron factores de más peso para que ganara el PRI.
  2. El PAN debe ser oposición sin importar el resultado.” Sería contradictorio que el PAN no apoye reformas que por años estuvo impulsando sólo porque ahora es oposición. Cuando el Presidente Salinas de Gortari impulsó grandes reformas por las que el PAN estuvo peleando por décadas,  el PAN apoyó las reformas. Lo congruente ahora es apoyar las reformas si se está de acuerdo con ellas.
  3. El electorado sólo va a reconocer que el PRI es el que sabe gobernar porque sabe sacar adelante las reformas.”  El electorado  responde más a otros aspectos tales como campañas presidenciales con buenos candidatos, una buena mercadotecnia y otros factores menos sofisticados,  y no  necesariamente basan su voto en reconocer que tal o cual partido sacó adelante reformas legislativas.
  4. Las reformas legislativas garantizan que el Presidente Peña y su gobierno tendrán  una gran administración y un gobierno exitoso.”  Es ingenuo pensar que nada más por  aprobar las reformas legislativas cualquier gobierno tiene la capacidad de aterrizarlas y dar resultados positivos.


Las reformas son una condición necesaria para el avance del país pero no suficiente. El gobierno del Presidente Peña Nieto tendrá sobre sus hombros la difícil tarea de demostrar que, en caso de aprobarse las reformas,  supo aprovecharlas para dar buenos resultados. Si al final el Presidente y su partido demuestran que sacaron provecho de ellas  para mejorar al país, enhorabuena. ¿Será suficiente para que ganen las elecciones de 2018? No lo creo.  Ya se ha vio que en el 2000 el PRI perdió la elección  por tener un  candidato con poco  carisma y una mala campaña, aunado a  un buen trabajo de la oposición. Eso ocurrió a pesar de que la administración del Presidente Zedillo fue razonablemente buena después de la crisis de 1995. Por ello la estrategia correcta para la oposición  es  apoyar el Pacto por México y sacar adelante  todas las reformas que requiere el país  porque falta aún mucho para 2018 y   quien gana con el Pacto es México y no un partido en especial.

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