Por: Octavio Díaz García de León.
La idea: El nombramiento de super delegados federales en los estados, podría ser
un primer paso para restar fuerza a los poderes locales. Además, importantes
funcionarios federales (secretarios y directores de paraestatales) vendrían
también a ejercer su influencia política en los estados donde serán reubicados.
Los gobernadores tendrán un reto muy importante en su relación con el gobierno
central.
El
presidente electo va a nombrar Delegados
de Programas Integrales de Desarrollo, o super delegados federales, quienes
concentrarán la representación del gobierno federal en las entidades
federativas en una sola persona y quienes tendrán una interlocución
privilegiada con el presidente.
Este
esquema podría ir en detrimento de los
ciudadanos de Aguascalientes, ya que ellos
eligieron a sus autoridades locales, mientras
que a los super delegados o
funcionarios federales de alto nivel que radicarán aquí, los nombra el Presidente de la República y por lo tanto no tienen
un mandato local que legitime sus decisiones.
Esta propuesta
la justifica el nuevo gobierno con la idea de
que los recursos lleguen a los beneficiarios sin intermediarios, aunque en
la realidad el super delegado será un
intermediario único y muy poderoso. Las autoridades locales: alcaldes,
diputados, senadores y el gobernador, todos elegidos por los aguascalentenses, no
podrán opinar si la aplicación de esos recursos es la más adecuada para el
interés de sus representados.
Pareciera
que este esquema operativo pretende que los recursos federales son ajenos al
estado por venir de la CDMX, siendo que los impuestos federales se pagan y
recaudan de los habitantes de Aguascalientes. Así que no es que sea dinero “del gobierno
federal”, sino de los hidrocálidos que los pagaron con sus impuestos y por eso
es justo que ellos decidan el destino de los mismos a través de sus
representantes.
No hay
que olvidar Aguascalientes genera el
1.2% del PIB nacional y recibe solo el 0.3% del presupuesto federal, por lo
que habrá que buscar formas de que se queden en el estado los recursos en
proporción a la generación de riqueza local.
Por otra
parte, la dependencia de Aguascalientes de los
recursos federales es muy elevada ya que asciende al 83% de los ingresos estatales.
(http://eservicios.aguascalientes.gob.mx/servicios/sicaf2/Uploads/osyPresupuestodeEgresosAno2018DecretoNo180LeydeIngresosdelEstadodeAguascalientesparaelejerciciofiscal2018.pdf.pdf) y de allí vendrá el poder que ejercerá el
super delegado.
El
presidente Peña Nieto estableció un esquema de vinculación política con las
autoridades locales, a través de secretarios de estado. Sin embargo, fue en Michoacán donde el presidente Peña llevó a
cabo un experimento centralista que
se asemeja más a lo que pretende hacer el presidente electo, López Obrador,
en todo el país.
Recordemos
que ante la ingobernabilidad que sufría Michoacán, el presidente Peña nombró
como Comisionado del gobierno federal a Alfredo Castillo, desplazando del poder
al gobernador en turno, Fausto Vallejo, quien finalmente renunció derivado de
la presión por sus vínculos con la delincuencia organizada.
A dicho Comisionado se le dio la autoridad
sobre todos los delegados federales, incluyendo las fuerzas de seguridad, creó un gabinete paralelo y nombró
funcionarios claves de la administración estatal. Incluso influyó en el
nombramiento del gobernador sustituto, Salvador Jara. (https://octaviodiazgl.blogspot.com/2014/03/michoacan-un-experimento-centralista.html)
Si bien
el presidente electo ha pedido que los super delegados sean humildes y mesurados,
el hecho de haber nombrado a personajes importantes de MORENA, 7 de ellos ex candidatos
a gobernador derrotados, pareciera que
sus intenciones son más bien de control político que de eficiencia en la
aplicación de recursos.
Al
intervenir directamente con los beneficiarios de los programas sociales, los
super delegados podrán cultivar sus propias clientelas con los recursos
federales y tendrán con ello el sustento político para tratar de llegar al
poder estatal.
Se quiere
justificar la existencia de estos super delegados con la idea de evitar
corrupción y malos manejos por parte de las autoridades estatales, pero así no
se logra el objetivo, ya que nada
garantiza que el super delegado no realizará actos de corrupción y desvío
de recursos con propósitos electorales.
Si lo que
preocupa es la corrupción y el uso de los recursos con fines clientelares, la
responsabilidad de esa vigilancia debe recaer en la Contraloría del Estado, el
Órgano de Fiscalización Superior de Aguascalientes, la Auditoría Superior de la
Federación y la Secretaría de la Función Pública.
Para eso
está también el Sistema Anticorrupción estatal. De cualquier forma, habrá que
vigilar con mucho cuidado precisamente que esos super delegados y sus colaboradores
no caigan en actos de corrupción.
Si, además,
habrá la presencia de un funcionario de alto nivel en los estados, por ejemplo,
el secretario de Educación en Puebla, el director del IMSS en Michoacán o la
titular de la CONADE en Aguascalientes, estos funcionarios también tendrán
influencia política local porque manejan presupuestos importantes y
oportunidades de trabajo.
Los gobernadores se verán ante una gran presión
por parte del gobierno central con estos personajes, quienes estarán disputándoles el poder político.
Deberán desarrollar una estrategia para contrarrestar esa influencia que
contemple
reducir
la dependencia de los recursos federales y otras medidas. El gobernador Martín
Orozco y sus colegas, tendrán un gran reto cuando se formalicen estos cambios.
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http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/ Twitter:
@octaviodiazg
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