Por: Octavio Díaz García de León.
La idea: Pareciera
que las encuestas están decidiendo las elecciones antes del primero de julio. Esta
es una trampa que se ha incrustado en la opinión pública. Puede haber una gran sorpresa,
porque lo único que contará es el voto. Lo demás son especulaciones.
De
acuerdo con diversas encuestas hay un candidato presidencial a la cabeza que lleva
una gran delantera. El mensaje que mandan pareciera ser de inevitabilidad y que
no hay nada que hacer, que ya ganó ese candidato. Como si las encuestas fueran
a sustituir el voto de 87 millones de mexicanos. Esto es falso.
Especialmente
cuando existen muchos sondeos interesados o patrocinados para favorecer a algún
candidato. Vivimos en una época de gran
manipulación de la opinión pública. A través de millones de cuentas
ficticias en redes sociales en todo el mundo, se diseminan noticias falsas que
confunden a todos; se lanzan ataques contra personas que no piensan como los
manipuladores quieren; se aparenta que hay unanimidades y mayorías que son pura
ficción. Es una gran campaña de desinformación que busca engañar a los votantes
y manipularlos para que actúen a favor de tal o cual candidato.
Viene una
elección complicada. Un segmento importante de los votantes, la mayoría, sabe por cual candidato no votar, pero aún
no saben por cuál de las otras dos opciones hacerlo. Lo peor es que si se
divide el voto, podrían hacer ganar al que no quieren.
Un factor
que incide en la elección es el voto de castigo que se manifiesta contra el actual
gobierno. En ese sentido, el candidato oficial se encuentra en desventaja y habrá
un voto de castigo en su contra que se va a distribuir entre los otros dos
candidatos. ¿En qué proporción? Dependerá si el votante actúa en base a la
razón o se deja llevar por el enojo. En este último caso, será un voto de
autocastigo.
Nadie
sabe lo que va a pasar el 1 de julio. Las encuestas bien hechas son como fotos
del momento tomadas sobre pequeñas muestras de población. Y de estas encuestas
imparciales y bien hechas, hay muy pocas.
Querer que las encuestas sean predictoras de
lo que va a pasar es no entender su naturaleza. Son solo como fotos de lo que
piensan pequeños grupos de la población en determinado momento, que pueden o no
ser representativas de segmentos más grandes de población.
Predecir lo
que va a suceder el próximo 1 de julio es mucho más complejo porque influyen
muchos factores. Desde el estado de ánimo por el desempeño de la selección
mexicana de fútbol, hasta el clima de ese día.
También
será importante cómo los grandes grupos corporativos votarán. Si bien muchos de
estos son afines al oficialismo, es posible que no logren movilizar a sus agremiados
a favor de su candidato. Un factor adicional será la influencia de las bandas
de delincuentes que seguramente aportarán recursos, miedo y otras tácticas para
favorecer a su candidato.
Hay otro
factor que siempre influye mucho en las elecciones. Este factor es la
maquinaria partidista, que puede ayudar a inclinar la elección a favor de un
candidato. Usando desde las viejas prácticas de acarrear votantes, usar
programas sociales para influir el voto, alterar casillas y otros métodos
ilegales, hasta una campaña en tierra que movilice a las personas.
En este
sentido hay que recordar que el PRI cuenta con 13 gobernadores y su aliado el
PVEM con 1. El PAN gobierna 11 estados y el PRD 5, aunque el de Michoacán ya
decidió apoyar a Meade y el independiente cuenta más o menos con Nuevo León.
Otro
factor en los cálculos políticos será si una de las coaliciones ve que no tiene
posibilidades de ganar, si apoyarán a uno de los candidatos para evitar que
triunfe el otro.
Una de
las paradojas de esta elección es que la coalición que vaya en tercer lugar
puede actuar como bisagra y con su apoyo puede decidir la elección. O bien, si
deciden ir hasta el final apoyando a su candidato, pueden dividir el voto haciendo
que triunfe el candidato que lleve la delantera.
No hay
que olvidar que las elecciones aún no han ocurrido y todo puede suceder. Los
arreglos cupulares y los cálculos políticos se podrían venir abajo si una
población informada sale a votar con la razón y no con la emoción. Un
electorado maduro que esté por encima de las consideraciones de las cúpulas del
poder podría cambiar el destino de esta elección. Lo importante es que estas personas
salgan a votar ese día y entonces las encuestas que hoy vemos, pueden quedar
solo para la anécdota.
________________________________________________________________ Twitter:
@octaviodiazg
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