Por:
Octavio Díaz García de León
Un
actor clave en el combate a la corrupción es el periodismo de investigación. Si
bien este no es nuevo en México, ahora se producen más y mejores reportajes. A
ello ha contribuido una mayor libertad de expresión y la proliferación de
medios de comunicación alternos vía internet como You Tube, las redes sociales
y otras formas de comunicación electrónica. También las leyes de transparencia
han contribuido a poner al alcance de los periodistas la información
gubernamental en la que apoyan sus trabajos. Lamentablemente, los criminales
han encontrado que la única forma de callar las voces valientes de los
periodistas es a través de la intimidación y el asesinato. Hoy en día, México
es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, especialmente
en temas relacionados con delincuencia organizada y seguridad pública,
La
investigación sobre la corrupción ha cobrado fuerza en los últimos años y
afortunadamente estos temas no resultan tan peligrosos de cubrir como los antes
mencionados, aunque los periodistas también corren riesgos importantes y son sujetos
a presiones y amenazas. Esto representa
un gran cambio, pues en el pasado, la prensa en general no cubría este tipo de
hechos o no los dejaban hacerlo.
Algunos
de estos trabajos periodísticos son investigaciones muy completas como las que
realizaron en el informativo vía internet, Animal Político, los periodistas
Arturo Ángel y Victor Hugo Arteaga para descubrir algunos de los malos manejos
del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte. Una muy reciente es la que puso
al descubierto posibles malos manejos realizados por funcionarios de CAPUFE,
investigación realizada por el equipo de Mexicanos Contra la Corrupción y la
Impunidad, Raúl Olmos, Daniel Lizárraga y Salvador Camarena, derivada de una aparente
filtración de correos electrónicos que intercambiaron los supuestos
responsables y que, de ser cierta,
pondría al descubierto una gran operación de tráfico de influencias y
corrupción (http://www.contralacorrupcion.mx/web/capufeleaks/). Otra investigación
muy sonada fue la que realizó el equipo de la periodista Carmen Aristegui,
asunto que ya he comentado en esta columna (https://octaviodiazgl.blogspot.mx/2015/03/el-caso-aristegui.html) en relación con la famosa “Casa Blanca de las
Lomas”, que estaba siendo adquirida por la primera dama, Angélica Rivera.
Desde
luego no en todas las notas o investigaciones periodísticas existen elementos
para poder imputar faltas administrativas o delitos a servidores públicos. Por
ejemplo, en el caso de la “Casa Blanca de las Lomas”, más allá de la
controversia que se desató, la autoridad competente determinó que no hubo
faltas administrativas ni delitos que perseguir. (https://octaviodiazgl.blogspot.mx/2015/02/quien-debe-investigar-los-conflictos-de.html).
Tampoco
todas las notas son de la misma calidad. Muchas de ellas parecen referirse a
actos de corrupción, pero no lo son. Por ejemplo, se ven con frecuencia notas dedicadas
al gasto que realiza el Poder Legislativo. Cualquier gasto, ya sea en asesores,
viajes, vehículos y otros, dan pie para una nota escandalosa, siendo que estos
gastos son apegados a la norma y no representan actos de corrupción, aunque se
quiera dar esa impresión. Cuando se observa la cantidad de recursos que tienen
los legisladores de Estados Unidos para hacer sus tareas, lo que se extraña es
que aquí no tengan más recursos para realizar un buen trabajo.
Esa
es una de las deficiencias de un buen número de notas periodísticas que pretenden
informar sobre casos de corrupción que no lo son, pudiéndose dañar la
reputación de funcionarios honestos. Este periodismo poco responsable o con otro
tipo de agenda, no ayuda al combate a la corrupción pues solo confunde a los
lectores.
Para
realizar investigaciones de calidad, una de las herramientas a la que cada vez más
recurren los periodistas, es al uso de las leyes de transparencia, lo que ha
permitido aumentar el número de investigaciones y documentarlas de una manera
más sólida. La transparencia es uno de los grandes avances en materia de
derechos humanos, rendición de cuentas y libertad de expresión que ha tenido
nuestro país a partir del 2002. Ojalá que crezca su uso, ahora aplicada al
combate a la corrupción.
Aunque
no cualquier medio de comunicación tiene la capacidad para realizar este tipo
de investigaciones, cuando se le dedica el tiempo y el esfuerzo necesario y es
realizado de una manera profesional, ha sido incluso capaz de destituir
presidentes. El caso más emblemático es el asunto llamado “Watergate” con el
cual los periodistas del Washington Post, Woodward y Bernstein, dieron a la luz
pública los manejos ilícitos del presidente Nixon lo cual llevó a que este renunciara.
En México la investigación de Animal Político quizá haya sido determinante para
encarcelar al ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte.
Es muy alentador que el periodismo profesional
se una al combate a la corrupción. La posibilidad de que incidan en la opinión
pública y destapen casos serios de corrupción, será un gran inhibidor de conducta
para los malos funcionarios públicos y obligará a las autoridades a investigar
los casos que contengan suficientes elementos para investigarse. El Sistema
Nacional Anticorrupción se vería fortalecido si contara entre sus asesores y
colaboradores externos, al gremio periodístico, intercambiando métodos de
investigación, complementando esfuerzos y cooperando entre ambos. Lo mejor sería que estas investigaciones no
solo se dieran en la ciudad de México, sino que aquí en Aguascalientes y en el
resto de las entidades federativas, los compañeros del gremio dedicaran más
tiempo al periodismo de investigación contra la corrupción. La sociedad lo
agradecerá.
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Correo: odiazgl@gmail.com
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