Por:
Octavio Díaz García de León
Para
Paty
La
razón triunfó en Francia en la segunda ronda de las elecciones para presidente de
ese país, el pasado 7 de mayo, cuando el electorado salió a votar en su mayoría
por un candidato sensato, Emmanuel Macron. Y es que el panorama electoral en el
mundo se ha llenado de candidatos populistas con una agenda desastrosa para sus
países, como la opositora a Macron, Marine Le Pen, quien afortunadamente
perdió.
En
la primera ronda electoral, Macron obtuvo el 23.8%, Marine Le Pen, la candidata
de la extrema derecha y émula de Trump, un 21.5%, François Fillon, candidato
del partido Republicano de tendencias conservadoras, obtuvo 19.9% y Jean-Luc
Melenchon un ex comunista que encabezó una coalición de izquierda logró un 19.6%.
Otros dos obtuvieron menos del 6% del voto entre los que se encontraba el
candidato del Partido Socialista. Los dos partidos que han gobernado Francia
por 60 años, el Socialista y el Republicano fueron derrotados ampliamente en
las urnas. Los electores franceses manifestaron así su descontento contra los
partidos tradicionales.
En
la segunda ronda electoral compitieron Macron y Le Pen. Esta última proponía
que Francia saliera de la Unión Europea, abandonar el euro, salir de la OTAN,
acercarse a Rusia y Putin (¿Por qué a los populistas les atrae tanto Putin?
Quizá porque en el fondo les gustaría ser dictadores), limitar la inmigración
al mínimo posible, tomar medidas contra los musulmanes en su país, cerrar fronteras
comerciales para defender su industria mediante el proteccionismo. Además,
comparte con Trump una ideología de extrema derecha nacionalista, racista y
xenófoba.
Macron
es un caso fresco para la política. Hijo de dos médicos ateos no tuvo formación
religiosa, pero a los 12 años pidió ser bautizado en la Iglesia Católica.
Estudió en una escuela de jesuitas donde se enamoró de una de sus maestras, 24
años mayor que él, y quien es su actual esposa. Sus padres lo enviaron a Paris
para romper la relación con su maestra, terminando en esta ciudad el
bachillerato, para luego estudiar filosofía en la Universidad de Paris. Posteriormente
realizó una maestría en políticas públicas y finalmente se graduó de la Escuela
Nacional de Administración de donde pasó al servicio público como inspector de
finanzas. En 1999 trabajó como asistente editorial de uno de los filósofos más
destacados de su país, Paul Ricoeur. Entre 2004 y 2008 estuvo en una comisión
dirigida por Jacques Attali. Entre 2008 y 2012 pasó a la iniciativa privada
trabajando para el Banco Rotschild donde pronto hizo una fortuna como experto
en fusiones y adquisiciones. En 2012 regresó como subsecretario general del
Palacio del Elíseo, un puesto muy cercano al entonces presidente Hollande. En agosto
de 2014 fue nombrado ministro de finanzas para luego en 2015 abandonar el
partido socialista al que pertenecía, e iniciar su carrera presidencial fundando
el partido independiente En Marcha! .
Se dice además que es un pianista consumado. (https://en.wikipedia.org/wiki/Emmanuel_Macron)
El
mérito de Macron, aparte de alejarse de los partidos tradicionales y presentar una
cara fresca, fue el aprovecharse del descontento de la población contra los
partidos y políticos tradicionales. Logró colocarse en el “centro del espectro
político con lo mejor de la izquierda, lo mejor de la derecha y lo mejor del
centro” como el diría. Entre sus propuestas se encuentran fortalecer la Unión
Europea, darle presupuesto propio y un ministro
de finanzas; extender la cobertura del seguro de desempleo a más personas;
reducir en 120,000 el número de trabajadores del gobierno para reducir gasto,
sin afectar servicios esenciales; mejorar la educación primaria limitando a 12
el número de alumnos por salón en los primeros años y dando un subsidio a los
jóvenes de 500 euros para gasto en cultura;
agilizar las solicitudes de asilo, a la vez que aumentar el número de policías
anti inmigración; reducir los impuestos
las empresas de un 32% al 25%; invertir
50 mil millones de euros en la modernización de la industria y 5 mil millones de euros al campo; y tomar medidas
anticorrupción para evitar nepotismo en el parlamento. (http://www.elmundo.es/internacional/2017/04/22/58f617aae5fdea22458b466d.html)
Su
triunfo electoral lo logró gracias a la movilización de centenas de miles de
jóvenes activistas que se sumaron a su proyecto y que se dedicaron a tocar casa
por casa y hacer una campaña fresca, un poco caótica, pero con mucho entusiasmo. Esto a pesar de que sufrió ataques
cibernéticos como los que sufrió Clinton, atribuidos a los rusos.
De
la elección francesa podríamos extraer algunas lecciones para México:
1.
Debería
haber segunda vuelta electoral en las elecciones presidenciales para garantizar
la gobernabilidad. Es probable que en 2018 el candidato ganador no tenga más
del 25% del voto.
2.
El
electorado deberá evitar que su voto de castigo se convierta en autocastigo al elegir
una opción radical y populista que acabe destruyendo al país como a Venezuela. Ojalá
elija a un candidato que tome lo mejor del espectro político con sensatez y
esté comprometido en mejorar la seguridad, abatir la corrupción y reducir la
pobreza.
3.
Impulsar
el surgimiento de caras frescas en la política, alejadas de los intereses que
agobian a los actores políticos tradicionales. Un buen ejemplo es Pedro
Kumamoto, el diputado local independiente de Jalisco.
Ojalá
que en 2018 triunfe un candidato o candidata sensato como en Francia, que sepa
unificar al país y sepa gobernar.
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Twitter @octaviodiazg http://heraldo.mx/tag/todo-terreno/ Correo: odiazgl@gmail.com
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