Por:
Octavio Díaz García de León
El
enfrentamiento entre la CNTE y el gobierno continúa. En los cuatro estados donde
tiene presencia la Coordinadora, Michoacán, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, genera
problemas con bloqueos, marchas, cierre de escuelas y otras medidas de presión
que también han agobiado a la capital del país. Con la llegada del Secretario
Nuño se empezó a aplicar mano dura mediante descuentos a maestros faltistas,
encarcelamiento de líderes, despidos y finalmente un desafortunado encuentro
con las fuerzas de seguridad pública en Nochixtlán donde hubo 8 muertos. Luego apareció
la mano blanda del Secretario de Gobernación Osorio Chong (Después de que se le
pasó la mano en el uso de la fuerza pública en Nochixtlán) y ante esta
oscilación en la estrategia, los maestros de la CNTE se han fortalecido y cada
vez obtienen mayores concesiones, sin cesar las movilizaciones.
El
conflicto con los maestros de la CNTE es quizá un indicio de que el gobierno ha
sido un mal patrón. No porque no atienda todos los reclamos de los maestros
sino porque quizá no ha tocado el fondo de esos reclamos. No todo se arregla a base de prestaciones
económicas pues no hay dinero que alcance. Hay otras cosas que ayudan a tener
una relación laboral productiva - como
lo sabe cualquier experto en recursos humanos - para incrementar el bienestar y
la satisfacción de los trabajadores. Empezando porque se les ponga atención a
ellos en lo individual y a sus condiciones de trabajo.
Este
problema afecta no solo a los maestros sino a todos los empleados del gobierno.
Existen programas incumplidos y prácticas laborales abusivas. Por ejemplo, el servicio profesional de
carrera no está funcionando; no solo no se han aumentado salarios en el
gobierno federal desde el 2001 sino que recientemente la Secretaría de
Hacienda, modificó el tabulador para disminuirlos aún más. En el gobierno
federal regresaron las costumbres de sexenios pasados donde los mandos no se
pueden ir a sus casas hasta que se vaya el jefe, lo cual suele ser incluso en
la madrugada, para iniciar la jornada a la hora normal al día siguiente; también
se ha extendido la obligación de trabajar fines de semana y todo esto sin
compensación alguna. Hay mala calidad de los servicios del ISSSTE y las pensiones
son bajas después de muchos años de servicio.
¿Por
qué el gobierno no es buen patrón?
·
Es
tan grande la cantidad de burócratas, alrededor de 4 millones (http://eleconomista.com.mx/sistema-financiero/2012/06/24/hay-16-millones-burocratas-gobierno-federal), que para el gobierno resulta muy
importante tener el apoyo político de esta enorme masa de trabajadores lo cual
ha evitado el tener relaciones laborales
sanas.
·
Se
ha propiciado el surgimiento de líderes sindicales poderosos como Romero
Deschamps y Elba Esther Gordillo que se dan el lujo de tener aviones
particulares, mansiones en Estados Unidos y otros privilegios que contrastan
con la pobreza de sus agremiados, a cambio de apoyos políticos.
·
Las
autoridades cambian con frecuencia por lo cual se da una desconexión entre los
jefes y la masa trabajadora.
·
Los
mandos no se preocupan por los trabajadores. En general, tratan de quedar bien
con sus superiores y no con sus colaboradores. Esto se puede observar por las
malas condiciones en que trabajan miles de burócratas: oficinas desvencijadas,
edificios en mal estado, escritorios amontonados sin ninguna privacidad con distracciones
y desorden.
·
No
hay capacidad gerencial. La alta burocracia en general no sabe dirigir grandes
organizaciones. Delegan la tarea de atender a los trabajadores siendo que ellos
deberían involucrarse personalmente.
·
No
hay objetivos claros a nivel individual ni evaluación del desempeño con
consecuencias. El burócrata no se preocupa de hacer su trabajo sino de quedar bien
con su jefe.
·
No
hay buenos sistemas de remuneración con incrementos de sueldo y prestaciones, acordes
a la inflación, a las capacidades presupuestales y a los resultados que
produzcan, como en cualquier organización privada.
·
Se
contrata cada vez más gente en lugar de asegurarse que quienes ya están den resultados. Hay muchos burócratas sin
nada que hacer o haciendo trabajos inútiles.
Existen
desde luego excepciones. En el Instituto Federal de Telecomunicaciones se ha
puesto en marcha un esquema laboral de vanguardia impulsado por su titular de administración,
Mario Fócil y su director de recursos humanos, Juan José Sosa. Los trabajadores
ya no tienen que acudir a una oficina a trabajar, con el consecuente ahorro en
rentas y la disminución de tráfico y contaminación en la Ciudad de México. Para
ello se les proporcionan escritorio, computadora y el enlace de internet en sus
casas, es decir, lo mismo que tienen en sus oficinas. También está el caso del INEGI
con un horario corrido que permite salir a las 4:30 p.m. otorgando a sus
empleados una vida familiar más digna.
La
raíz del problema de la CNTE y demás trabajadores gubernamentales con su patrón,
es la mala administración de los recursos humanos y la falta de cercanía entre
jefes y trabajadores. El querer manejar las relaciones laborales de manera
cupular con los líderes sindicales no funciona. Con una verdadera cercanía de
autoridades con la base trabajadora, como lo han demostrado muchos casos en el
sector privado, se podrían ahorrar a los sindicatos y a sus líderes, tener una
relación productiva, orientada a resultados y más armónica, lo cual redundaría
en beneficios para quienes trabajan en el gobierno y para quienes reciben sus
servicios.
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