Por: Octavio Díaz García de León
@octaviodiazg
El PRI cambia de dirigencia después de unas elecciones
intermedias que le fueron favorables. El
presidente Peña primero dio señales de que iba a nombrar como presidente de ese
partido a su Jefe de la Oficina de la
Presidencia, Aurelio Nuño, quizá su más cercano operador político, pero con poca militancia. Al final se decidió
por Manlio Fabio Beltrones. Se supone que hay un proceso de elección interno pero es
puro formalismo derivado de la costumbre
del PRI de no reconocer que en ese
partido quien toma esas decisiones es el
Presidente de la República y más ahora que ya se acabó la “sana distancia”.
En la decisión del presidente Peña para designar al presidente
del PRI, pudieron pesar estas consideraciones a favor de Beltrones:
- Logró descarrilar todas las reformas políticas de importancia que impulsaron los gobiernos panistas, con lo que logró fijar en el imaginario público que el PAN no sabía gobernar.
- Su oposición y continuo ataque a los gobiernos del PAN posicionaron a su partido como una alternativa viable para el regreso del PRI al poder.
- A pesar de haber manifestado su interés por ser candidato del PRI a la presidencia en 2012, prefirió dejar el camino abierto al presidente Peña. De haberse dividido el PRI como en 2006, quizá hubieran perdido. Es posible que el presidente Peña le deba en parte la presidencia a Beltrones.
- Fue un factor muy importante para impulsar las reformas del presidente Peña a través del Pacto por México con el que tanto el PAN como el PRD dejaron de ser percibidos como una oposición real. Estos partidos quisieron apostar, responsable pero ingenuamente, al proyecto reformista del presidente Peña.
- Logró hacer del PVEM un partido satélite del PRI, (¿Quizá más bien un satélite suyo pero al servicio del PRI?) pudiendo colocar allí como figura destacada de ese partido, por ejemplo, a su yerno el Senador Escudero y en Chiapas usar a ambos partidos para impulsar a sus allegados.
¿Qué hizo finalmente que el fiel de la balanza favoreciera a Beltrones? Si el presidente lo pensó como un mecanismo
para evitar que Beltrones fuera el próximo candidato del PRI, le dejó abierta
la puerta para que este impulse a su propio candidato para las próximas
elecciones presidenciales. ¿Prefirió apostarle a la experiencia más que a la
lealtad?
Si el presidente Peña no pudo o no quiso nombrar a una
persona cercana en el primer puesto del PRI, donde sí lo hizo de manera muy
transparente fue en el caso de la próxima secretaria general, la Lic. Carolina
Monroy del Mazo. Hay quienes dicen que es prima del presidente pero no es así. Quizá
sean parientes lejanos. Pero la cercanía es innegable. Oriunda de Atlacomulco,
la Lic. Monroy es un poco mayor que el presidente. Es posible que hayan sido amigos
en la infancia y hayan ido a las mismas escuelas; después de todo Atlacomulco
era y sigue siendo pequeño. La Lic. Monroy es sobrina del finado C.P. Juan
Monroy Pérez secretario general de gobierno del Estado de México (EDOMEX) en
el sexenio del Dr. Jorge Jiménez Cantú y quien luego se hizo próspero
empresario inmobiliario en Metepec y Toluca. También es sobrina del Lic. Mayolo
del Mazo, político y empresario de
Atlacomulco quien es primo político del Lic. Del Mazo González.
Diversos analistas han dicho que la Lic. Monroy fue impulsada por el Lic. del Mazo. Creo que
Carolina Monroy siempre ha sido de las personas de confianza del presidente. En
todo caso la sugerencia pudo venir del ex gobernador atlacomulquense Arturo
Montiel quien probablemente tenga el
vínculo político más cercano con el presidente Peña, pues a Montiel le debe Peña su carrera
política. En sus inicios profesionales como contador, Montiel trabajó en las empresas de Juan
Monroy, el tío de Carolina, y uno de los
primeros trabajos del presidente Peña fue precisamente en esas empresas bajo el
mando de Montiel. Si a eso le agregamos la gran amistad del presidente Peña con el esposo
de la Lic. Monroy, Ernesto Nemer quien es subsecretario en la SEDESOL, están claros los fuertes vínculos de amistad entre
Carolina Monroy y el presidente Peña.
El presidente Peña ha repetido ésta fórmula en su gabinete: la
experiencia a la cabeza y los afectos en segundo término. Por ejemplo en la Secretaría de Gobernación, con Miguel Ángel Osorio como secretario y Luis Miranda como subsecretario, en la Secretaría de Economía con Ildefonso Guajardo como secretario y Enrique Jacob como presidente del INADEM, en la Secretaría de Desarrollo Social con Rosario Robles de secretaria y Ernesto Nemer de subsecretario, en la Secretaría de Salud con Mercedes Juan como secretaria y Marcela Velasco como subsecretaria, etc.
La fórmula para
el PRI está completa. Falta ver si tiene
éxito de cara al 2018.
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