Por: Octavio Díaz García de León
Por: Octavio Díaz García de León
Por: Octavio Díaz García de León
Sería bueno que se usaran los discursos para convencer, mediante el uso de la razón. Pero no ha ocurrido así. Apelar al buen juicio se vuelve un ejercicio inútil, cuando la audiencia a la que van dirigidos acepta sin pensar aquello que les dicen políticos, sacerdotes, mercadólogos e informadores.
Por: Octavio Díaz García de León
Por: Octavio Díaz García de León
Por: Octavio Díaz García de León
Por: Octavio Díaz García de León
Desde el 2002 la lucha por abrir la información ha sido incesante. Las motivaciones para negar información pública son múltiples. Por ejemplo, ocultar la información cuando se trata de periodistas que la solicitan, por miedo a que los funcionarios reciban críticas en medios de comunicación o se revelen actos de corrupción.
Por: Octavio Díaz García de León
· Detectar y destruir los laboratorios que producen la droga.
· Identificar y destruir los almacenes donde se oculta y concentra la droga.
· Encontrar, interceptar y/o destruir los medios de transporte.
· Mover la frontera “virtualmente” para interceptar cargamentos ilegales más al sur de la frontera formal.
· Desarticular los flujos de dinero ilícito y su lavado.
· Atacar por la vía legal la corrupción de las autoridades involucradas en el tráfico de drogas en México
Para desplegar esta estrategia, se podrían llevar a cabo operativos como los siguientes:
· Aumentar sustancialmente el despliegue de inteligencia en nuestro territorio, aumentando el personal encubierto, los informantes, la intercepción y disrupción de comunicaciones electrónicas y usando inteligencia técnica proveída por satélites y vehículos no tripulados (drones). Con ello se podrían detectar las cadenas de producción y corrupción.
· Llevar a cabo bombardeos dirigidos por medio de drones a laboratorios, casas de seguridad, almacenes, transportes, y otra infraestructura ilegal.
· Realizar ataques con proyectiles lanzados desde drones para eliminar a cabecillas de las organizaciones y atacar sus arsenales y equipo paramilitar.
· Interceptar los flujos de dinero y combatir su lavado mediante inteligencia financiera.
· Establecer operativos para detectar armas, mediante el uso de inteligencia y acciones legales contra los productores y vendedores.
· Llevar a juicio a las cortes americanas a las autoridades mexicanas que sean cómplices de los narcotraficantes.
Esto lo pueden hacer los americanos con o sin ayuda del gobierno de México, en el momento que cuenten con las autorizaciones necesarias de su Congreso y así lo dispongan sus autoridades.
Pero no es de esperarse, de darse el caso, una gran movilización de tropas y equipo militar dentro de nuestro país, sino operaciones quirúrgicas que no pongan en riesgo la vida de los militares americanos y quizá tratando de evitar daños colaterales entre la población inocente.
Por: Octavio Díaz García de León
El anuncio reciente de la instalación en Monterrey
de una enorme planta del fabricante de automóviles eléctricos Tesla, la cual
representa una inversión de cinco mil millones de dólares y generará seis
mil empleos, es una pequeña muestra de las enormes oportunidades que se le
presentan a nuestro país ante una coyuntura mundial muy favorable.
En un artículo anterior decía que Estados Unidos no vendrá a salvarnos de lo que hagamos mal. Si escogemos convertirnos en un país sin democracia, el gobierno de nuestros vecinos quizá lo lamentará, pero no hará nada para evitarlo. También mencioné que para Kissinger, Estados Unidos no tiene amigos sino intereses. En ese sentido, decía que “Un gobierno más eficaz, fuerte y estable en México y que fuera aliado de los Estados Unidos, podría ayudar a resolver problemas comunes de los dos países.”