28 de marzo de 2020

COVID-19: UN CISNE NEGRO



Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
     La idea: Todo marcha normal en la vida de las personas hasta que, de repente, surge un acontecimiento que lo altera todo. Eventos que parecen lejanos y ajenos a nosotros,  de pronto invaden nuestra vida cotidiana. Tal es el caso de la pandemia que ha llegado a México. ¿Se pudo haber previsto? Probablemente no. A no ser que nos acostumbremos a pensar que lo aparentemente imposible,  puede suceder. De esta crisis podemos aprender mucho y quizá prepararnos para la próxima pandemia.  

  En su famoso libro, “El Cisne Negro” ( https://octaviodiazgl.blogspot.com/2011/01/lo-improbable-sucede.html), Nassim Nicholas Taleb nos habla de acontecimientos a los que  llama “Cisnes Negros”. Les da ese nombre porque hasta antes de que los europeos llegaran a Australia, solo se conocían cisnes blancos. Se consideraba que era imposible que existieran los cisnes negros.

     Según el autor, estos acontecimientos tienen tres características: Primero, son sucesos totalmente raros e inesperados, ya que están fuera de cualquier expectativa racional de que puedan ocurrir; segundo, tienen un enorme impacto; y,  tercero, los seres humanos le encuentran una explicación retrospectiva.

    Sabemos que las pandemias pueden ocurrir y recordamos la “influenza española” de 1918 y 1919 o la “influenza porcina” de 2009. Lo que no podemos saber es cuando y porqué surgirán. Tal es el caso de la infección provocada por el virus Covid-19. Existe la hipótesis de que lo traían  murciélagos que se vendían en mercados de Wuhan, China,  para consumo humano y que infectaron a las primeras personas en ese lugar.

    Muy pocos países en el mundo serán capaces de  enfrentar con éxito  una pandemia de estas características. Los sistemas de salud se ven rebasados rápidamente por el crecimiento exponencial del contagio. En un artículo reciente (https://octaviodiazgl.blogspot.com/2020/02/la-pandemia-que-viene.html)  estimaba que de no hacerse absolutamente nada, en teoría,  el virus podía infectar a toda la población de México en tan solo 24 semanas. Así son los fenómenos exponenciales.

    Ante estos acontecimientos tipo “Cisne Negro”, lo que hace la diferencia entre el éxito y el fracaso para enfrentarlos, es la capacidad de respuesta.  China tardó en reaccionar pero cuando lo hizo de manera drástica, pudo contener el contagio; Corea del Sur, Taiwán y Singapur son otros casos de éxito.

    Donde la reacción fue lenta y tardía, las consecuencias tienen ya tintes de tragedia. Tal es el caso de España, Italia y Estados Unidos. En el caso de México es muy pronto para saberlo, pero existen indicios preocupantes.

    Desafortunadamente la crisis toma a nuestro país en un mal momento. Se estaban tratando de implementar nuevos sistemas de adquisiciones para reducir la corrupción y ahorrar dinero, pero estos nuevos procesos han hecho más lento el reforzamiento del sistema de salud,  lo cual se ha traducido en carencia de medicinas e insumos con instalaciones insuficientes y en mal estado.  

   Los “Cisnes Negros” también pueden alterar el destino de las personas. Desde la manera como se elige una pareja o una trayectoria profesional,  hasta un accidente que trastoca la vida de las personas. No hay mucho que se pueda hacer al respecto,  excepto aprender de dichos acontecimientos y de cómo se les puede sacar el mejor provecho.

    Una vez que pase la pandemia, el gobierno deberá darle prioridad a reforzar el sistema de salud. Para superar la crisis económica se deberán implementar medidas de emergencia en forma de estímulos y transferencias directas a las empresas y a la población que vive de negocios informales, por lo que será necesario redirigir el gasto público.

   A nivel personal sería bueno poner en práctica el Carpe Diem (Aprovechar el presente)  porque la vida es frágil y no la tenemos para siempre. No apostarle a una vida en donde nuestros planes se construyen en base a extrapolar lo que sucedió en el pasado,  sino más bien, pensar que lo inesperado, también ocurre y prepararnos para ello.

   Sobre todo, aprender a cuidar la salud. Se ha visto que las personas con mayor riesgo ante estas enfermedades son las que tienen obesidad, diabetes, hipertensión, cáncer y enfermedades cardiovasculares, respiratorias y autoinmunes, entre otras.

    Todas ellas, en su mayoría,  está en nuestra manos prevenirlas evitando:   una mala alimentación, la falta de ejercicio, el fumar, el estrés excesivo, etc. Es decir, se pueden evitar adoptando un estilo de vida más sano para estar menos expuestos a estos “Cisnes Negros” que no sabemos cuándo surgirán.

   Un “Cisne Negro” debe alertarnos de que las cosas no necesariamente serán siempre parecidas a cómo fueron antes. Estos acontecimientos son grandes rupturas en la vida de países y personas. Ojalá que esta pandemia sirva para cambiar lo que no funciona en la vida de nuestro país y en lo  personal. Lo improbable sucede con mayor frecuencia de lo que pensamos y debemos aprender a sacar provecho de ello.
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14 de marzo de 2020

HACE FALTA UNA CIA MEXICANA



Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
     La idea: México no tiene un servicio de inteligencia dedicado a operar en el exterior. Los países con intereses geopolíticos y económicos globales, cuentan con uno que les permite recabar inteligencia acerca de lo que otras naciones amigas o adversarias piensan hacer y que pueden afectarle. Es tiempo de que México tenga un servicio de inteligencia externo que le permita favorecer sus intereses y proteger mejor a la nación.

    Entre  los servicios de inteligencia más famosos con que cuentan otros países se encuentra la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, el MI-6 de la Gran Bretaña y el Mossad de Israel. Pero muchos otros países también cuentan con servicios de inteligencia en el exterior muy activos y competentes. Por ejemplo, Cuba, Venezuela, Rusia, Alemania, Francia, China, Irán, etc.

   España tiene al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), gemelo del mexicano del mismo nombre, cuyas actividades están enfocadas a proteger al país de las amenazas a la seguridad nacional. Sin embargo, a semejanza del nuestro, opera principalmente dentro del país.

    México tiene diferentes servicios de inteligencia, además del CNI, que operan en el interior del país. Está la División de Inteligencia de la Policía Federal,  el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI) y las unidades de inteligencia militar (https://octaviodiazgl.blogspot.com/2013/01/agencias-de-inteligencia-en-mexico.html).

    Quizá la amenaza del crimen organizado, el cual ya se ha convertido en una fuerza narco guerrillera, ha obligado a plantear que la lucha contra ellos ya no es un asunto de seguridad pública sino de seguridad nacional y por ello se ha incorporado al CNI a esta lucha, desincorporándolo de la Secretaría de Gobernación y adscribiéndolo a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

   Las amenazas a la seguridad nacional, normalmente provienen del exterior, aunque también de movimientos anti sistémicos de carácter ideológico, por ejemplo, guerrillas comunistas, o de grupos delincuenciales que disputan el gobierno de territorios tales como las narco guerrillas que hemos visto operar en Culiacán o en Celaya recientemente, utilizando tácticas militares, con alto poder de fuego y que cuentan con pequeños ejércitos.

   Para defenderse de amenazas a la seguridad nacional provenientes del exterior, los países cuentan no solo con ejércitos, fuerza aérea y armadas, sino que también tienen servicios de inteligencia que les ayudan a mitigar esas amenazas. Incluso en el caso de la CIA, esta ha ido reemplazando actividades que antes solo hacían los militares americanos, utilizando una fuerza aérea de aviones no tripulados.       ( https://www.amazon.com/s?k=confront+and+conceal&i=stripbooks-intl-ship&__mk_es_US=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&ref=nb_sb_noss_1 )

   Una agencia de inteligencia enfocada a identificar amenazas del exterior se dedica a   recabar información, transformarla en inteligencia y difundirla entre los tomadores de decisiones del gobierno para estar en posibilidades de contrarrestar acciones de otros países que afecten a su país. (https://www.amazon.com/-/es/Craft-Intelligence-Allen-W- Dulles/dp/8170493293/ref=tmm_hrd_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=1584201191&sr=1-1 )

   En México hace falta una agencia de inteligencia enfocada hacia el exterior. La defensa de los intereses estratégicos del país requiere de información privilegiada, la cual sirva para la toma de decisiones de más alto nivel.

   Por ejemplo, serviría para prever y evitar la toma de una de nuestras embajadas; para negociar en condiciones más ventajosas un tratado comercial; para evitar la llegada de inmigración no deseada y detener el tráfico ilegal de personas; para evitar la explotación ilícita de recursos nacionales por extranjeros; para evitar ciberataques provenientes del exterior y en general, prevenir y evitar medidas agresivas realizadas por otros países que pretendan dañar o sacar ventaja del nuestro.

   También se requieren funciones de contrainteligencia para evitar que agentes extranjeros actúen en México con el propósito de dañar nuestras instituciones, favorecer movimientos políticos que benefician a dichos países o acciones que sirvan para beneficiar a otro país en detrimento del nuestro.

   Una agencia de inteligencia requiere tener medidas de seguridad muy estrictas tales como comunicaciones encriptadas que sean muy difíciles de violar, controles de confianza para evitar infiltrados y asegurar la confiabilidad de sus integrantes; seguridad física de sus instalaciones; controles técnicos para evitar dispositivos de intervención de comunicaciones, etc.

   De no contarse con recursos para crear una agencia nueva, quizá se podría aprovechar la infraestructura de nuestro servicio exterior, transformando una parte de él, incorporándole todas las técnicas del ciclo de inteligencia; sistematizando la información en bases de datos y explotándolas mediante inteligencia artificial y minería de datos; creando una área de contrainteligencia y reforzando las medidas de seguridad para evitar la fuga de información.

   Quizás es tiempo de tener nuestro propio equivalente a la CIA o al MI-6 para que nuestra presencia en el concierto del mundo sea de carácter más estratégico, para defender los intereses nacionales y para poder influir en el entorno de nuestro país de una manera más efectiva.
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29 de febrero de 2020

EL ENEMIGO EN CASA




Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
     La idea: Diversos feminicidios han sacudido a la sociedad mexicana en estos días. Una parte de la responsabilidad para evitarlos está desde luego en las autoridades. Sin embrago, viendo los casos recientes que nos han indignado a todos, podemos observar que, en la mayoría de ellos, el enemigo de las mujeres está en casa. Es importante que como sociedad estemos alertas ante casos de violencia familiar y que haya los conductos para alertar a las autoridades.

    Tres casos recientes de feminicidio rebasan la comprensión de todos. Un esposo que desuella a su mujer; una mujer que secuestra a una niña para que su pareja la torture, abuse sexualmente de ella y la mate; un padre que abusa sexualmente de su hija menor de un año y la asesina.

   Estos sucesos nos hacen ver que los criminales son personas absolutamente enfermas que merecían estar confinados a un manicomio con anterioridad a sus crímenes.

   La sociedad ha respondido con una enorme indignación. Se ha convocado a una manifestación el 8 de marzo y un paro general de mujeres al día siguiente  porque estos casos emblemáticos se han convertido en gotas que derraman un vaso de hartazgo generalizado.

    El Estado desde luego tiene la obligación de investigar y castigar a los culpables de estos crímenes con todo el rigor de la Ley. Desafortunadamente, lo que impera es la impunidad casi absoluta en la mayoría de los feminicidios.

     Tampoco es que sea algo nuevo. Desde las “muertas de Juárez” que causaron horror en todo el mundo y las cuales iniciaron en 1993, hasta los 10 feminicidios que ocurren en promedio cada día en nuestro país actualmente.

Existe un enorme pendiente por parte de las autoridades, no solo para castigar a los feminicidas, sino para castigar todo tipo de violencia infligida hacia las mujeres.

     Urge que se tomen medidas de carácter preventivo mediante mayor vigilancia en las calles, despliegue de cámaras y bocinas de alarma y otras medidas para protegerlas en la vía pública.

     Pero no todo está en manos de las autoridades. Es muy importante que la sociedad  tome conciencia del problema y adopte  medidas  para proteger a las mujeres. Especialmente contra aquella violencia más invisible: la que ocurre al interior de los hogares.

    La violencia más insidiosa es la que se da en ambientes en que se supone deberían ser seguros y las mujeres estar protegidas.

    Esa violencia que se da adentro de los hogares por parte de padres, hermanos, parejas, parientes y amigos. Violencia en donde incluso, algunas mujeres se prestan a ser cómplices, ayudando o tolerando a los acosadores.

    Así que la primera línea de defensa tiene que darse  en los hogares. Con ayuda de autoridades y organizaciones de la sociedad civil, se podrían realizar algunas acciones de carácter preventivo tales como:

    1.    Aplicar exámenes psicológicos obligatorios de manera selectiva a aquellos hombres que se sospeche tengan comportamientos psicópatas o sociópatas. Al identificarlos, hacer obligatoria la separación de estos de las personas a quienes agreden, sin quitarle sus obligaciones de mantener a sus parejas, madres, esposas e hijos.

   2.    Propiciar que haya vecinos alertas y vigilantes capaces de identificar y denunciar abusos contra mujeres al percatarse de ellos.
   
   3.    Capacitar a los maestros en las escuelas para identificar casos de posible violencia intrafamiliar, en especial contra niñas para denunciarlos ante las autoridades.

   4.    Capacitar y concientizar a las mujeres para que no toleren las agresiones, para que tengan los medios para denunciarla y proporcionar lugares a donde puedan acudir para ser protegidas.

   5.    Crear grupos de terapia de autoayuda, del tipo de Alcohólicos Anónimos, tanto para los agresores quienes a veces no pueden dominar sus impulsos y no saben que los lleva a actuar así, como para las mujeres que no saben cómo manejar estas situaciones de victimización.

   6.    Establecer en los lugares de trabajo comités de defensa de las mujeres tanto contra el acoso sexual como el acoso laboral.

    7.    Modificar las leyes para evitar la impunidad que a veces generan las leyes garantistas, las cuales suelen favorecer al acusado, e identificar y tipificar con claridad aquellos actos de violencia contra mujeres en las mismas.

    Si por un lado las autoridades brindan protección en las calles, investigan  y castigan eficazmente los delitos contra las mujeres y por otra parte se refuerzan las redes familiares, vecinales y de barrio para estar alertas y denunciar la violencia intrafamiliar, se podría incidir, sociedad y gobierno, en disminuir un fenómeno que alcanza ya grandes magnitudes y  llena de indignación por casos que van contra la dignidad humana y están más allá de toda comprensión.

    Ojalá que la muerte de todas estas mujeres y niñas no sea en vano y que la protesta del próximo 8 de marzo y el paro del día siguiente, sea el inicio de la transformación de la sociedad hacia un ambiente que erradique la violencia contra las mujeres, empezando por la que se da en casa.
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16 de febrero de 2020

CORRUPCIÓN DE ALTA ESCUELA



Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
      La idea: La captura de Emilio Lozoya Austin en España es un logro muy importante para el combate a la corrupción. Esperemos que la gran madeja de corrupción que se dio el sexenio pasado se vaya desenredando para encontrar a los principales actores de este ejercicio de corrupción sistémica, de alta escuela. Por lo pronto Emilio  Lozoya y Rosario Robles están ya en la cárcel para ser juzgados. Esperemos que pronto caiga el resto.

      La lista de escándalos de corrupción del sexenio pasado es extensa. Solo para recordar algunos, estuvo el de la “Casa Blanca de la Lomas”, residencia que se supone le fue financiada (¿O regalada?)  a la entonces primera dama por parte de Grupo HIGA, importante contratista del gobierno federal y del Estado de México, que se había beneficiado del contrato del tren México - Querétaro entre otras obras importantes. (Ver https://octaviodiazgl.blogspot.com/2014/11/la-casa-blanca-de-las-lomas-y-su.html?_sm_au_=i6V2nlq2LBBnSRtQMqfLjK3V7p36F)

     Estuvo la “Estafa Maestra” donde se adjudicaron contratos para proyectos fantasmas, con la complicidad de universidades públicas y donde los desvíos superaron los 7 mil millones de pesos.

     También las supuestas ventajas otorgadas por el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes federal a la empresa española OHL, a cambio de apoyos para campañas políticas. OHL también es investigada en España por corrupción.    

     En el terreno de la anécdota, se cuenta de oficiales mayores de importantes dependencias y del mismo Lozoya, quienes tan solo para sentarse a “platicar” con posibles proveedores, pedían dádivas millonarias y luego, cuando les asignaban los contratos, se llevaban sobornos de hasta 30% o 40% del valor de los contratos otorgados. O el caso de un director general de una institución que exigía que del organismo se extrajera un pago en efectivo para sus “gastos”, de 50 mil pesos diarios.

     Respecto a Lozoya, se le acusa de recibir sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, tanto para la campaña del presidente Peña como para obtener contratos con Pemex. Además, que a Lozoya también se le imputa la compra fraudulenta de una planta de fertilizantes a AHMSA y la compra de astilleros en quiebra, en España.

    El común denominador de varios de estos casos de corrupción es la sofisticación con que actuaron oficiales mayores, sus equivalentes en paraestatales, sus subordinados y otros funcionarios de alto nivel.

    También se trasluce el cinismo, impunidad y arrogancia con que actuaron, lo cual en algunos casos ha permitido llevar a la luz pública estos asuntos. Desde un reportaje en la revista Hola que descubrió un posible acto de corrupción, hasta poner a nombre de familiares y cónyuges el producto de manejos ilícitos.

    ¿Qué permitió que el sexenio pasado se diera un fenómeno de corrupción casi generalizada?  

    Por una parte, parece que hubo un programa deliberado de corrupción que se extendió transversalmente a buena parte del gobierno federal y a algunos gobiernos estatales.

    Por otra parte, hubo una red institucional de protección a dichos actos. Por ejemplo, nunca se supo que la Unidad de Inteligencia Financiera hubiera denunciado alguno de estos movimientos de dinero ilícitos, o que la Procuraduría General de la República persiguiera con éxito esos casos.

    La llamada “Reforma Anticorrupción” que creó el Sistema Nacional Anticorrupción y la Ley General de Responsabilidades Administrativas, fue más bien un buen deseo que no tuvo ni ha tenido, consecuencias prácticas en el combate a la corrupción.

    Falló también el control interno. La Secretaría de la Función Pública estuvo en manos de un encargado del despacho durante más de dos años. Él y su sucesor ya como secretario, permitieron que secretarios de estado y directores de paraestatales, nombraran a sus propios contralores. Esto cambió al final del sexenio, pero, o no le dio tiempo o no pudo la entonces secretaria, realizar todos los cambios de contralores que se requerían.

     Esto propició que gran parte de las auditorías e investigaciones realizadas nunca llegaran al fondo de la problemática de corrupción y en los casos en que se llegó a descubrir algo, algunos se encubrieran y archivaran.

    Fallaron los consejos de administración de las empresas paraestatales que aprobaron operaciones de calidad dudosa o que francamente dañaban el patrimonio de las empresas, como en el caso de PEMEX.

    Finalmente, fallaron los partidos políticos que escogieron a un equipo de cleptócratas como sus candidatos y que gracias a dinero proveniente de la corrupción fueron capaces de comprar el voto de millones, para ser elegidos. Fallaron quienes votaron por ellos.

    Vale la pena estudiar cómo se dio el fenómeno tan extendido de la corrupción el sexenio pasado, en especial los actos de corrupción de alta escuela con administradores de dependencias y paraestatales expertos en corrupción. Habría que revisar todo lo que falló para contenerlos y, en lo posible, evitar que se repita en el futuro.

    La captura de Robles y Lozoya son buenas noticias. Esperamos que solo sea el inicio de una larga cadena de  detenciones que vayan castigando a los responsables de corrupción en uno de los sexenios más corruptos de que se tenga memoria.
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1 de febrero de 2020

LA PANDEMIA QUE VIENE




Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
    La idea: Las noticias provenientes de China sobre el coronavirus 2019nCoV que inició en la ciudad de Wuhan no son alentadoras. Lo que sí es alentador, es la reacción del gobierno chino que ha actuado con rapidez y tomado decisiones de muy alto impacto para contener la diseminación del virus. Las pandemias ponen a prueba a los gobiernos de una manera especial y a la comunidad internacional. Debemos estar preparados en México para atender esta emergencia y las que puedan venir en el futuro.

    La pandemia más mortífera que ha habido en la historia reciente fue la de la “Influenza Española” que se estima mató a entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo en las años de 1918 y 1919. Se estima afectó a un tercio de la humanidad y su letalidad fue entre un 10% y un 20% de los infectados, esto es, fallecieron entre el 3% y el 6% de la población mundial. (https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia_de_gripe_de_1918).

    Desde principios de este siglo ha habido diversas alertas por enfermedades para las que no había vacuna o cura y que podían ser de diseminación muy rápida. Tal es el caso de otros coronavirus como los que provocaron las enfermedades  SARS-CoV: (Síndrome respiratorio agudo y grave)  surgido en China en 2002 con una letalidad del 10%; y el MERS-CoV (Síndrome respiratorio de Oriente Medio) en 2012 en Arabia Saudita con una letalidad del 35%.(https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/infecciosas/coronavirus.html).

    En el caso de la epidemia de “Influenza Porcina” en 2009, que surgió en nuestro país y se extendió a otras partes del mundo, se debió al virus AH1N1, lejano descendiente de aquel virus que ocasionó la influenza española.

    Los primeros casos tuvieron que ser rastreados echando mano al aparato de inteligencia del Estado mexicano porque se carecía de un sistema de inteligencia para efectos sanitarios. Gracias a ello, se pudo obtener la primera información que permitió identificar el origen del brote, la rápida diseminación del virus y su alta letalidad ya que las primeras cifras indicaban alrededor de un 10%.

     En el caso del coronavirus 2019nCov actualmente no se tiene vacuna ni existe tratamiento para la enfermedad. Se estima que tiene una letalidad de entre 2% y 3%, la cual resulta inferior a algunas de las enfermedades antes mencionadas.

    Sin embargo, lo que resulta alarmante es su velocidad de propagación ya que se estima que cada persona enferma, infecta a 2.2 personas. Dado que se trata de un fenómeno de crecimiento exponencial, suponiendo que el enfermo tarde una semana en infectar a esas personas, a la vuelta de 24 semanas toda la población de nuestro país estaría infectada. Lo que es peor es que, aparentemente, en la etapa de incubación no hay síntomas, pero sí es contagioso.    

     Se ha hablado de que en 2009 el gobierno sobre reaccionó a la epidemia de influenza porcina, causando un grave daño a la economía. Recordemos que ese año decreció el PIB alrededor de un 5%, aunque la influenza no fue la única razón, sino también la crisis financiera que afectó a todo el mundo.  En Aguascalientes recordarán que tuvo que suspenderse la Feria de San Marcos, con el consecuente impacto a la economía local.

     La información con la que contaban las autoridades en ese entonces requería que se tomaran medidas drásticas tal y como hoy lo están haciendo en China. La respuesta de la población y autoridades federales y locales fue extraordinaria. Ante una rápida propagación del virus para el que no existía en ese momento vacuna, aunque sí tratamiento, y una letalidad inicial estimada en 10% que luego resultó menor, se requería tomar medidas extraordinarias que probaron exitosas en contener la epidemia.

    Las pandemias representan una amenaza a la seguridad nacional porque al afectar la enfermedad a una gran parte de la población, se podrían rebasar rápidamente las capacidades del Estado.

    La pandemia origina una cadena de acontecimientos muy grave: se saturan hospitales, no hay suficiente personal médico y enfermeras, surge escasez de medicinas, se suspenden actividades económicas, no hay alimentos, etc... En un caso extremo, puede provocar pánico y salirse de control, desestabilizando a las instituciones del país y generando una gran mortandad.

      Por ello, no se deben tomar a la ligera estos brotes epidémicos. Si bien el coronavirus chino no ha llegado a México y las autoridades de ese país están tomando medidas extremas para controlarla, es muy probable que sí llegue y debemos estar preparados.

    Para el coronavirus 2019nCov no se deben escatimar recursos ni preparación para atacar un posible brote de esta enfermedad ya que aún no se cuenta con vacuna ni tratamiento, aunque su nivel de letalidad no sea tan elevado.

     No hay que tomar a la ligera las recomendaciones de nuestras autoridades al respecto y estar todos atentos por si se sospecha de algún enfermo de este virus para informar inmediatamente y atender y aislar al enfermo. No es la primera ni será la última amenaza de una pandemia letal. Habrá que aprender a estar preparados para combatir estas enfermedades. 
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18 de enero de 2020

UN MUNDO INFELIZ




Por: Octavio Díaz García de León.

     La idea: Para una buena parte de la humanidad, una meta en la vida es ser feliz. Sin embargo, cada persona tiene una idea diferente de cómo ser feliz. Lo que sí puede ser común a todos es la dificultad para lograr la felicidad. ¿Y si consideramos que podemos vivir mejor aceptando las cosas como son, en lugar de buscar una felicidad, la más de las veces, inalcanzable?

     La felicidad es un estado de ánimo.  Estar feliz es diferente a ser feliz. Estar feliz es algo inmediato que se experimenta en el presente. Implica sentirse bien, contento, alegre, optimista. Por otra parte, ser feliz es un estado ideal al que se aspira a lo largo de la vida.

    Se promueve la búsqueda de la felicidad como meta vital, lo cual se ha convertido en un gran negocio porque se hace creer que la felicidad se logra acumulando bienes, consumiendo experiencias, realizando viajes y otros satisfactores que mueven a la economía.

    Por otra parte, una manera de ser infeliz es estar deprimido. Este estado de ánimo se caracteriza por el desaliento, la tristeza, el pesimismo, por estar a disgusto, angustiado, etc.  Suele ser incapacitante y en su versión extrema, llevar al suicidio.

    Aldous Huxley en su gran novela “Un Mundo Feliz” propone una sociedad que marcha a la perfección dentro de un orden perfectamente preestablecido. En ella, la felicidad es parte del diseño social para mantener a todos dóciles en ese mundo perfecto. Sin embargo, no habían podido impedir genéticamente que las personas estuvieran tristes o deprimidas y para ello inventan el Soma, la píldora de la felicidad.

     En la actualidad se puede decir que ya existe un equivalente al Soma en la figura de los antidepresivos que se volvieron populares con el legendario Prozac y de los cuales ahora existen una gran variedad.  Sus funciones son parecidas al Soma: tener a la gente feliz y productiva sin cuestionar el estatus quo.

     En un artículo reciente de la filósofa y psicoanalista Julie Reshe,  “Realismo Depresivo” (https://aeon.co/essays/the-voice-of-sadness-is-censored-as-sick-what-if-its-sane), cita a Heidegger quien dice que “debemos de vivir de una forma inauténtica en nuestras vidas cotidianas,  inmersos en nuestras tareas rutinarias, problemas y preocupaciones,  de tal forma que la conciencia de nuestra futilidad y falta de sentido de la existencia sea silenciada por el ruido cotidiano. La vida auténtica solo puede ser descubierta mediante la ansiedad. Entonces podemos ser autoconscientes y empezar a pensar libremente, rechazando la ilusión que la sociedad trata de imponer en nosotros”.

     Peter Wessel Zapffe, citado en dicho artículo, dice que la conciencia humana está sobre desarrollada lo cual resulta en angustia existencial. Para sobrevivir, la humanidad debe suprimir ese exceso de conciencia para tener una vida “saludable y normal”.

    Reshe menciona estudios recientes que han demostrado que la tristeza refuerza el pensamiento crítico; ayuda a reducir el sesgo para juzgar, mejora la atención, incrementa la perseverancia y en general promueve un estilo de pensamiento más escéptico, detallado y con mayor atención. En contraste,  los estados de ánimo positivos, desalientan el pensamiento sistemático y la gente es más susceptible a seguir la corriente y a cometer más errores por sus sesgos de pensamiento.

     Dice la autora que la incesante búsqueda de felicidad  y la imposibilidad de lograrla  nos daña cada vez más. Sugiere explorar una realidad sin ilusiones para liberarse de una falsa positividad.  

     La sociedad requiere individuos que funcionen bien dentro del mecanismo social. Todo aquello que lo impida se ve como una enfermedad o una anormalidad. Para lograrlo, la industria farmacéutica se ha vuelto una pieza clave produciendo drogas que ayudan a modificar el comportamiento de las personas para volverlas “normales” e incluso, más productivas.

     Si bien, en casos de enfermedad mental grave salvan vidas, aplicados a personas relativamente normales, las hacen alcanzar estados de felicidad y productividad artificiales. Así, las personas logran rendimientos más elevados en el trabajo o en el desempeño físico.

     Como se desprende del libro de Huxley, el mundo feliz no es tal. A cambio de la uniformidad y la felicidad artificial se pierden cualidades únicas de los seres humanos. En ese sentido, la tristeza es una emoción que, si bien para la vida productiva puede no ser útil, es necesaria para una vida interior más completa y, como indica Reshe, para apreciar mejor la realidad.  

     En lugar de evitar la angustia y la tristeza, estas se pueden convertir en una fuerza positiva que ayude a liberar al individuo de las cadenas que impone una sociedad que busca individuos “normales”, adaptados a un orden preestablecido, centrado en el dominio de las élites y la economía y no centrado en la persona, tal y como sucede en la novela de Huxley.

     Quizá reconocer que vivimos en un mundo infeliz, como lo sugiere Reshe, nos haga vivir mejor o por lo menos, no vivir engañados buscando una felicidad inalcanzable.  

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