Por: Octavio Díaz García de León.
La idea: Todo marcha
normal en la vida de las personas hasta que, de repente, surge un
acontecimiento que lo altera todo. Eventos que parecen lejanos y ajenos a
nosotros, de pronto invaden nuestra vida
cotidiana. Tal es el caso de la pandemia que ha llegado a México. ¿Se pudo
haber previsto? Probablemente no. A no ser que nos acostumbremos a pensar que
lo aparentemente imposible, puede
suceder. De esta crisis podemos aprender mucho y quizá prepararnos para la
próxima pandemia.
En su famoso libro, “El Cisne Negro” ( https://octaviodiazgl.blogspot.com/2011/01/lo-improbable-sucede.html), Nassim Nicholas
Taleb nos habla de acontecimientos a los que
llama “Cisnes Negros”. Les da ese nombre porque hasta antes de
que los europeos llegaran a Australia, solo se conocían cisnes blancos.
Se consideraba que era imposible que existieran los cisnes negros.
Según el autor, estos acontecimientos tienen tres características: Primero,
son sucesos totalmente raros e inesperados, ya que están fuera de
cualquier expectativa racional de que puedan ocurrir; segundo, tienen un enorme
impacto; y, tercero, los seres
humanos le encuentran una explicación retrospectiva.
Sabemos que las pandemias pueden ocurrir y recordamos la “influenza
española” de 1918 y 1919 o la “influenza porcina” de 2009. Lo que no
podemos saber es cuando y porqué surgirán. Tal es el caso de la
infección provocada por el virus Covid-19. Existe la hipótesis de que lo
traían murciélagos que se vendían
en mercados de Wuhan, China, para
consumo humano y que infectaron a las primeras personas en ese lugar.
Muy pocos países en el mundo serán capaces de enfrentar con éxito una pandemia de estas características.
Los sistemas de salud se ven rebasados rápidamente por el crecimiento
exponencial del contagio. En un artículo reciente (https://octaviodiazgl.blogspot.com/2020/02/la-pandemia-que-viene.html)
estimaba que de no hacerse absolutamente nada,
en teoría, el virus podía infectar
a toda la población de México en tan solo 24 semanas. Así son los fenómenos exponenciales.
Ante estos acontecimientos tipo “Cisne Negro”, lo que hace la
diferencia entre el éxito y el fracaso para enfrentarlos, es la capacidad de
respuesta. China tardó en reaccionar
pero cuando lo hizo de manera drástica, pudo contener el contagio; Corea del
Sur, Taiwán y Singapur son otros casos de éxito.
Donde la reacción fue lenta y tardía, las consecuencias tienen ya
tintes de tragedia. Tal es el caso de España, Italia y Estados Unidos.
En el caso de México es muy pronto para saberlo, pero existen indicios
preocupantes.
Desafortunadamente la crisis toma a nuestro país en un mal momento.
Se estaban tratando de implementar nuevos sistemas de adquisiciones para
reducir la corrupción y ahorrar dinero, pero estos nuevos procesos
han hecho más lento el reforzamiento del sistema de salud, lo cual se ha traducido en carencia de
medicinas e insumos con instalaciones insuficientes y en mal estado.
Los “Cisnes Negros” también pueden alterar el destino de las
personas. Desde la manera como se elige una pareja o una trayectoria
profesional, hasta un accidente que
trastoca la vida de las personas. No hay mucho que se pueda hacer al respecto, excepto aprender de dichos acontecimientos
y de cómo se les puede sacar el mejor provecho.
Una vez que pase la pandemia, el gobierno deberá darle prioridad
a reforzar el sistema de salud. Para superar la crisis económica
se deberán implementar medidas de emergencia en forma de estímulos y
transferencias directas a las empresas y a la población que vive de negocios
informales, por lo que será necesario redirigir el gasto público.
A nivel personal sería bueno poner en práctica el Carpe Diem
(Aprovechar el presente) porque la vida
es frágil y no la tenemos para siempre. No apostarle a una vida en donde nuestros
planes se construyen en base a extrapolar lo que sucedió en el pasado, sino más bien, pensar que lo inesperado,
también ocurre y prepararnos para ello.
Sobre todo, aprender a cuidar la salud. Se ha visto que las
personas con mayor riesgo ante estas enfermedades son las que tienen obesidad,
diabetes, hipertensión, cáncer y enfermedades cardiovasculares, respiratorias y
autoinmunes, entre otras.
Todas ellas, en su mayoría, está
en nuestra manos prevenirlas evitando: una mala alimentación, la falta de ejercicio, el
fumar, el estrés excesivo, etc. Es decir, se pueden evitar adoptando un estilo
de vida más sano para estar menos expuestos a estos “Cisnes Negros”
que no sabemos cuándo surgirán.
Un “Cisne Negro” debe alertarnos de que las cosas no
necesariamente serán siempre parecidas a cómo fueron antes. Estos
acontecimientos son grandes rupturas en la vida de países y personas.
Ojalá que esta pandemia sirva para cambiar lo que no funciona en la vida
de nuestro país y en lo personal. Lo improbable
sucede con mayor frecuencia de lo que pensamos y debemos aprender a sacar
provecho de ello.
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