5 de julio de 2020

NO VOLVER AL PASADO



¨El futuro y lo lejano sean para ti la causa de tu hoy”

Friedrich Nietzsche

Por: Octavio Díaz García de León.

     La idea: Es bueno aprender de la historia. El avance de la humanidad se basa en la acumulación de experiencias y conocimientos de incontables generaciones de seres humanos. Pero no se debe construir al futuro queriendo regresar al pasado,  sino aprovechar las lecciones de la historia para,  partiendo del  presente y  entendiendo su dinámica,  alcanzar un futuro que supere lo anterior.

       El profesor Correa , de la Universidad de Las Américas en Chile,  dice que “…la Historia para Nietzsche no debe ser entendida como un conocimiento que determine el actuar humano – el historicismo -, pues de esa manera se constituiría en una enfermedad que paralizaría el actuar humano” y cita al filósofo: “El conocimiento del pasado en todos los tiempos no es el de desear sino cuando está al servicio del futuro y del presente y no cuando debilita al presente, cuando desarraiga los gérmenes vivos del porvenir…”. Correa concluye: “Según Nietzsche las verdades históricas son ficciones; a la vez, estas constituyen interpretaciones y toda interpretación es perspectiva” (http://intushistoria.uai.cl/index.php/intushistoria/article/view/98).

    Nietzsche,  entonces,  propone que la historia se ponga al servicio del futuro para construirlo, no pensando que la historia obedece a reglas o leyes sino como  narrativas basadas en interpretaciones que puedan aportar a la construcción del por venir deseado.

    Así, algunos líderes utilizan a  la historia como una herramienta para impulsar sus visiones de futuro. El riesgo puede ser que se privilegie una visión idílica de un pasado que no existió y se promueva un retorno a una Edad de Oro que es pura ficción.

    Steven Pinker nos hace ver que vivimos la mejor de las épocas posibles gracias a la vigencia de la Ilustración que se basa en la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso, por lo que cualquier época anterior tiene severas desventajas comparada con el presente.

    Por ejemplo, para enfrentar la pandemia de gripe “española” de hace un siglo, nuestros abuelos solo contaban con el cubrebocas. Nosotros,  para enfrentar la pandemia de COVID-19, además de cubrebocas,  tenemos la posibilidad de obtener una vacuna en un plazo corto, desarrollar antivirales  eficaces para combatirla y tecnología, para identificar los patrones de movilidad de cada persona que cuente con acceso a internet o a un teléfono celular, con lo cual sepamos con quienes y cuándo estuvo en contacto un enfermo, para que, en caso necesario, avisar al resto para que se hagan pruebas y se encierren. 

   Entonces, querer regresar al pasado no es lo conveniente ya que la evidencia muestra que  no fue mejor que el presente. Lo adecuado será  partir de lo ya avanzado, corrigiendo lo que no funciona.

    Hay que mirar al pasado para aprender de él pero no para repetir una historia que ya no es dable revivir. Construir el futuro a partir de lo ya logrado implica conocer muy bien lo que se ha hecho para no reinventar el hilo negro ni cometer los mismos errores. Hay que mirar a la historia para aprender, no para repetirla.

     La construcción del porvenir es una tarea sumamente compleja que requiere el entender la dinámica con la que se mueve una sociedad para poder dirigirla hacia la consecución de sus objetivos. Este proceso no es lineal ni determinista, ni obedece a las “leyes” de  la historia. Se trata de dirigir un sistema donde interactúan millones de personas  y donde influyen el azar y la incertidumbre.

    Para ilustrar esta complejidad y lo inesperado que suelen ser los resultados hay que recordar lo que dice la Teoría del Caos. Para ella, un pequeño cambio en los valores iniciales de las variables en las ecuaciones que intentan predecir algún comportamiento complejo puede dar un resultado radicalmente diferente e inesperado.

    Se suele simplificar esto con la imagen de que el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán al otro lado del mundo. O para ponerlo al día, una  persona en China que disfrutó los placeres culinarios de un murciélago, está ocasionando una pandemia mortífera y una enorme depresión económica mundial.

    Construir un futuro deseable para la sociedad no es un problema de objetivos. Todos coinciden en buscar una calidad de vida que propicie el bienestar y la felicidad mediante bienes materiales que satisfagan  las necesidades de cada quien y tener servicios de primera por parte del Estado  en salud, educación y seguridad pública.  

   La dificultad estriba en cómo lograrlos. Con el enfoque y herramientas adecuadas, una sociedad puede construir un porvenir exitoso y en estos tiempos de crisis, sobrevivir y adaptarse. Para resolver nuestros problemas inmediatos  hace falta usar los elementos que nos entregó la Ilustración, no querer regresar a un pasado utópico e irrepetible. La humanidad puede seguir su camino de progreso, de la mano de la Ilustración. ____________________________________________________________

http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/                 @octaviodiazg


21 de junio de 2020

LA PANDEMIA ESTÁ EN NUESTRA CANCHA



¨No vayas dócilmente hacia esa noche eterna”
Dylan Thomas

Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
    La idea: Para el SARS-CoV-2 no hay vacuna y no existe remedio. Sin embargo,   se ha decidido abrir actividades económicas paulatinamente sin tomar medidas de precaución adicionales para la población. Con ello, probablemente la pandemia empeore. Quizá dentro de un año habrá vacuna y cura. Mientras, el número de muertes y enfermos seguirá creciendo, si no hay medidas para detener el contagio. No queda más que cuidarse cada quien y cuidar a los que nos rodean.

    Las enfermedades provocadas por virus han estado con la humanidad desde hace siglos, propiciadas por las aglomeraciones (La mayoría se contagian por contacto directo entre humanos) al crecer la población urbana. Han causado millones de muertes a lo largo de la historia, pero es hasta hace unas décadas que han podido ser atendidas con éxito aunque solo la viruela ha sido erradicada. Algunas aún no tienen cura ni vacuna, como el SARS-CoV-2.  

    A pesar de las circunstancias adversas que plantea este nuevo virus, algunos gobiernos tomaron medidas drásticas y oportunas y lograron contener la pandemia sin tener que cerrar las actividades productivas. Allí están los ejemplos: Corea del Sur, Taiwán, Vietnam, Nueva Zelanda, etc.

    La receta exitosa es conocida: aplicación masiva de pruebas, identificación y aislamiento de los enfermos, seguimiento a los sospechosos que estuvieron en contacto con ellos, aislar a todas las personas que ingresen al país, etc. Resultado: no hay hospitales saturados, hay pocos enfermos, muy pocas muertes y no sufre la economía.

   Otros países tomaron medidas inadecuadas, causando de paso grandes daños a sus economías. Hoy no les queda más remedio que abrir las actividades productivas sin haber logrado contener la pandemia.

   En el caso de México, la estafeta ha pasado a las autoridades locales. La Ciudad de México ha iniciado un programa de aplicación de pruebas para detectar enfermos. En el resto del país, los esfuerzos y prioridades dependerán de la voluntad y capacidad de las autoridades locales, las cuales además, será muy difícil coordinar.

   Por ejemplo, en Aguascalientes, con el retorno a la actividad de la industria automotriz y otras actividades esenciales, la movilidad de la población se ha incrementado y el riesgo de contagio es cada vez mayor. Habrá una saturación de hospitales y ante la carencia de atención médica, los decesos aumentarán.

   Pero era de esperarse la apertura. Después de una pérdida de alrededor de 12 millones de empleos y de una recesión sin precedentes, ahora la prioridad es reactivar la economía. Así que, independientemente de cómo evolucione la pandemia, es probable que para agosto ya se hayan reanudado todas las actividades económicas e incluso la asistencia a las escuelas, aun cuando el número de enfermos siga creciendo.  El precio en vidas humanas podría ser muy elevado.  

   Ante estas decisiones que privilegian a la economía, no queda más que tratar de cuidarse cada uno: primero, para evitar el contagio y luego, si se contrae la enfermedad, buscar la manera de maximizar las posibilidades de sobrevivir a la misma.

   Según las cifras de la Secretaría de Salud, el 12% de los contagiados, fallecen. Visto positivamente, se tiene un 88% de probabilidades de sobrevivir la enfermedad. Estas probabilidades de sobrevivir disminuyen con los factores de riesgo conocidos: edad, obesidad, hipertensión, diabetes, inmunodeficiencia, etc...

   Exponerse a contraer la enfermedad equivale a jugar ruleta rusa con una pistola que tenga una bala en un tambor con ocho recámaras. Nadie sensato querrá jugar a esa ruleta, aunque hay apostadores que les gusta el peligro.

   Por ello, los que puedan seguir confinados es mejor que lo hagan. El contagio se da básicamente a través del contacto con otro enfermo. Como se sabe, el infectado puede ser asintomático, por lo que es mejor pensar que cualquier persona con la que se interactúe físicamente, puede contagiar, especialmente si esa persona no trae el aislamiento necesario como son cubre bocas, caretas o googles.

   En caso de contraer la enfermedad las personas deberán encerrarse, avisar a aquellos con los que se haya estado en contacto, hacerse la prueba para determinar si los síntomas derivan del COVID-19, monitorear el desarrollo de la enfermedad mediante termómetro y oxímetro y de ser posible buscar consejo médico que ayude a sobrellevar la enfermedad.

   Si los niveles de oxigenación bajan a niveles peligrosos (para eso es el oxímetro) acudir inmediatamente a un hospital con la esperanza de que haya lugar para que lo reciban y atiendan.

   Si la pandemia se expande, como es de esperarse, debido a la renovación del contacto social que es el que transmite la enfermedad, cualquier autoridad o infraestructura sanitaria se podrá ver rebasada.

   No queda más que cada quien se cuide, cuidar a la familia y estar atentos para ayudar al círculo de amigos y compañeros de trabajo. El protegerse contra la enfermedad ha quedado ahora en nuestra cancha, hasta en tanto no haya remedio y vacuna.   
______________________________________________________________
http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/                     Twitter: @octaviodiazg


7 de junio de 2020

MORIR EN MINNEAPOLIS



Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
     La idea: La violencia que se desató en muchas ciudades de Estados Unidos por la muerte de George Floyd a manos de la policía, es una manifestación de frustración y descontento de grupos de población tradicionalmente discriminados, en un momento en que la pandemia y el desempleo se ensaña con ellos y agravada por la acción polarizadora del Presidente Trump y sus seguidores.  

    Todo empezó en Minneapolis cuando cuatro policías acudieron a detener a una persona afroamericana, quien al resistirse al arresto, fue asfixiada hasta que falleció. Quizás el evento hubiera pasado desapercibido de no ser por el escalofriante video filmado por una transeúnte, en donde se aprecia la muerte lenta de George Floyd.

    Ahora los desórdenes se han extendido por toda la Unión Americana y varios estados han llamado a la Guardia Nacional para contenerlos; incluso el presidente Trump ha pedido que intervenga el ejército de ese país, a lo que se oponen los propios militares pues no se justifica que intervengan en asuntos de seguridad pública.
    Minnesota en sus orígenes acogió inmigrantes que venían de los países escandinavos, de Alemania y del centro de Europa.  Quizás allí encontraron un clima similar al de sus helados orígenes. Su índice de calidad de vida es el tercer mejor de Estados Unidos y su población está entre la más educada y rica de esa nación. 
   Entre las compañías más importantes del estado están Target, Cargill, Best Buy, 3M, la Clínica Mayo y Medtronic. Este estado es un importante centro de alta tecnología y financiero. Cuenta con excelentes escuelas. Por ejemplo, la Universidad de Minnesota, donde tuve la oportunidad de estudiar, es un centro educativo y de innovación, destacando en áreas como economía, medicina, tecnología y agricultura.  

   Su población es en su mayoría blanca (84.3%) y los afroamericanos representan un 5.7% de la misma. Las tensiones raciales son similares a otros lugares del vecino país debido a la desigualdad en ingresos y la falta de oportunidades que sufren los afroamericanos. Sin embargo, este fenómeno es relativamente reciente. Hace 42 años que viví allí, no se percibían problemas de discriminación racial.

  En un artículo (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52857912)  se describe lo que llaman “la paradoja de Minnesota” ya que este estado cuenta con una población educada, liberal, con altos ingresos y  que vota por los demócratas, vamos, no es territorio de Trump,  pero que sin embrago,  por políticas equivocadas,  los afroamericanos no han tenido las mismas oportunidades que los blancos. Esto se refleja en que la mayor parte de ellos no son dueños de sus casas y tienen empleos inferiores que los hacen tener ingresos más bajos, creando niveles de desigualdad importantes.

   Pero en el fondo de este lamentable incidente, hay otros factores: el clima de odio y discriminación que ha fomentado el presidente Trump desde que estaba en campaña; la pandemia que se ha ensañado con los afroamericanos (Incluso se acusa a Trump de impulsar el retorno a la normalidad al darse cuenta que esta enfermedad afecta más a las minorías) y la crisis económica derivada de las medidas contra la pandemia.

   En este espacio he mencionado que una pandemia mal manejada puede poner en riesgo la gobernabilidad del país. Esta ola de violencia en Estados Unidos no se explica solo por la violencia policial, sino por los factores antes mencionados. Con la apertura a actividades económicas que se está dando en ese país, el problema puede empeorar, si no se contiene con eficacia la pandemia.  

   También la crisis económica ha afectado más a las minorías. Hay que recordar que otros países, al ser más exitosos en el manejo de la pandemia no han tenido necesidad de cerrar la economía y no han sufrido el daño que están sufriendo países como Estados Unidos que reaccionaron tarde y mal,  creando un doble problema de salud y económico que, además, continúa agravándose.

   No creo que haya riesgo de que Estados Unidos pierda la gobernabilidad dada la fortaleza de sus instituciones. Quizá países con menos fortalezas sí estén en riesgo de perderla. Pero lo que ya se puede detectar es que la popularidad de Trump ha caído y las encuestas en este momento favorecen por un amplio margen a Biden en la lucha por la presidencia.

   Quizás un segmento más amplio de la población de Estados Unidos ya se dio cuenta de lo que es tener un gobernante populista que se ha dedicado a dividir al país, a generar odio entre la población de unos contra otros, a ignorar la amenaza de la pandemia al no tomar medidas a tiempo y que ha mostrado su incompetencia para gobernar.

   Lo de Minneapolis fue solo la chispa, el incendio es la cosecha de quienes gobiernan a nuestro vecino del norte. Ojalá llegue pronto un cambio de fondo para salvar vidas ante la pandemia, recuperar empleos y reducir la discriminación.
_______________________________________________________________
http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/                     Twitter: @octaviodiazg


22 de mayo de 2020

¿QUÉ SIGUE EN TRANSPARENCIA?



“¿Dónde está la sabiduría que extraviamos en el conocimiento?
¿Dónde está el conocimiento que perdimos en la información?”
― 
T.S. Eliot

Para Blanca Lilia, Tania y Agustín con aprecio

Por: Octavio Díaz García de León

    La idea: El gobierno gasta recursos cuantiosos en darle transparencia a su gestión porque el acceso a la información pública es un derecho plasmado en la Constitución. Son ya casi 20 años de estar inmersos en este proceso de transparencia pero existen pendientes que atender. Los dos nuevos comisionados del INAI, que serán nombrados pronto, tendrán el reto, junto con sus colegas y nuevo presidente, de impulsar los avances que hacen falta.

    El Presidente de la República lleva a cabo conferencias de prensa diarias y con ello, satisface la necesidad de una buena parte de la población por conocer que es lo que hace su gobierno. La Secretaría de Salud proporciona información todos los días sobre la pandemia. Ambas conferencias son una muestra de transparencia de la actual administración y si bien generan polémica y debate, de eso se trata: de que haya información para que la sociedad conozca y opine.

    La transparencia en la actividad gubernamental se logró mediante un fuerte impulso de la sociedad civil y ha tenido dos hitos legislativos en nuestro país: uno en 2002 y otro que inicia en 2014. El primero sentó las bases del acceso a la información y la protección de datos personales con sencillez y el segundo hizo la tarea de transparencia más compleja. Esta última fortaleció al organismo garante federal, el INAI, pero quizá le dio más atribuciones de las que ha podido digerir.

   Posiblemente en la última reforma hubo excesos al multiplicar las obligaciones de transparencia, pero fue un gran logro que aumentara el número de sujetos obligados. Para el INAI acentuó una dicotomía: garantizar el acceso a la información pública y por otra parte proteger los datos personales, además de que le dio muchas responsabilidades adicionales.

   El Estado mexicano gasta mucho en transparencia y no me refiero al INAI, que es una institución austera y cuyos recursos, ante las tareas encomendadas, más bien son insuficientes.

   Me refiero al gasto que implica mantener actualizadas las obligaciones de trasparencia que pueden llegar a ser hasta 78 por institución. Al gasto por dar respuesta en plazos cortos a solicitudes de información cuyo alcance no tiene límite, lo cual en ocasiones implica un trabajo institucional extraordinario. Al gasto que implica la elaboración de libros blancos e informes que se realzan al finalizar cada sexenio y a una gran cantidad de informes que las instituciones producen cotidianamente.

  Quizá tenemos abundancia de oferta de información pública, pero no suficiente demanda de la misma. ¿Está la sociedad sacando provecho de toda esa información? ¿Le es realmente útil?

   Por ejemplo, sería interesante que el INAI publicara estadísticas de cuantos accesos tienen cada una de las obligaciones de transparencia por institución. O cuantas personas consultan los libros blancos o cuantos leen los informes que los órganos internos de control presentan cada semestre.

   Quizá sería conveniente, también, el separar en otra institución la tarea de protección de datos personales y crear una Ley de Secretos de Estado por razones de Seguridad Nacional.

   En cuanto a la información pública gubernamental quizá sea conveniente mejorar la oferta, no en cantidad, que eso solo juega a favor de la opacidad, sino en  calidad, confiabilidad  y veracidad de la misma; impulsando el uso de lenguaje ciudadano.

 En este sentido, en un artículo reciente, Diego Valadés (https://www.reforma.com/libre/acceso/accesofb.htm?urlredirect=/derecho-a-la-verdad-2020-05-20/op180424?pc=102 ) propugnaba por un “derecho a la verdad” en el cual todo funcionario público estuviese obligado a decir la verdad. No basta el derecho al acceso a la información, es necesario que ésta sea veraz.  

   En cuanto al uso de la información púbica se requiere despertar el interés de la sociedad por la misma, no solo para mostrar donde se encuentra y como conseguirla, sino como usarla y entender materias como el presupuesto, las adquisiciones y la obra pública.

    Ya existen académicos y periodistas que han sabido utilizar la información pública para desenmascarar actos de corrupción como en el caso de la ”Estafa Maestra”, pero una sociedad vigilante sobre el quehacer gubernamental requiere saber que significa la información que se está generando.

   Por otra parte, a pesar de los avances en transparencia, se sigue practicando la opacidad, intentando ocultar información. Se debe seguir combatiendo estas prácticas con sanciones ejemplares.

   Al INAI se le presenta una gran oportunidad ahora que ingresan dos nuevos comisionados y que renovará su presidencia, para hacer un alto en el camino, repensar lo que se ha hecho, analizar el costo/beneficio de la transparencia para la sociedad y plantear iniciativas que mejoren esa relación.  

   Una nueva etapa de renovación podría suceder si los nuevos comisionados tienen el perfil adecuado y la nueva presidencia aporta una visión renovadora para encabezar la transformación del INAI. Ojalá el Senado incorpore a los mejores candidatos para este propósito.
_______________________________________________________________
http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/                     Twitter: @octaviodiazg





10 de mayo de 2020

PRIVILEGIAR A LAS PERSONAS ANTE LA PANDEMIA




“Un muerto es una tragedia, un millón de muertos es una estadística”
Atribuido a Iósif Stalin

Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
     La idea: El gran ausente en la estrategia de atención a la pandemia en México es la realización de pruebas masivas. En otros países ha sido parte fundamental  para contener el contagio y,  cuando se han aplicado a tiempo,  han dado resultados exitosos. Quizás es tiempo de aplicarlas aquí.

    Alguna de las explicaciones que se han planteado para no aplicar pruebas masivas  es porque se está  usando el modelo Centinela de detección de casos, un método estadístico para estimar el total de contagiados,  el cual no da cifras precisas de infectados. 

    Esta estrategia pone la mira sólo en una parte del problema. Si el objetivo es tener un estimado grueso del crecimiento del contagio para tomar decisiones en materia de capacidades de hospitales y medidas masivas de aislamiento, podría ser adecuada.   

   Pero si de lo que se trata es cuidar a las personas con nombre y apellido, entonces las pruebas se vuelven un factor muy relevante.  

   La clave está en la perspectiva desde la que se mire al problema: centrada en la masa o centrada en la persona. La madre Teresa decía que si ella se fijara solo en las masas, no actuaría (https://www.psychologytoday.com/us/blog/life-autopilot/201003/why-is-the-death-one-million-statistic). Por ello, el enfoque debe ser centrado en la persona para dirigir la acción preventiva a ese nivel.

    En el actuar del gobierno se puede tender a mirar a los grandes números. Bajo una estrategia de inmunización de rebaño, a lo mejor al país no le pasa gran cosa si murieran entre 3.5 y 3.8 millones de personas (@lximenezfyvie) en un país de 127 millones de habitantes (https://twitter.com/lximenezfyvie/status/1258647348269457408).

    Pero a nivel personal, ese número  de defunciones se convierten en una tragedia de enormes proporciones. Además, implicaría que alrededor de 14 millones requerirían hospitalización, para lo cual no hay capacidad de atención, por lo que el número de muertos sería mucho mayor.  El costo emocional e incluso económico, sería incalculable.

    Ante un fenómeno como el que enfrentamos donde no existe ni vacuna ni cura contra la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2,  es inevitable que haya muertes. Pero si basamos la estrategia en un enfoque tipo tiro de escopeta, es más probable que el número de defunciones sea muy superior que con un enfoque de tiro de precisión basado en pruebas.

   La experiencia internacional y la opinión de muchos expertos señalan que es el camino que México debería seguir. Actualmente nuestro país tiene  la menor aplicación de pruebas en la OECD y uno de los más bajos en el mundo.

   ¿Por qué son importantes las pruebas? El virus SARS-Cov-2 es muy contagioso y lo hace sin que los que lo portan se den cuenta, sobre todo durante el período asintomático. En ese espacio de tiempo, si los portadores no son personas cuidadosas y cumplen con el aislamiento o tienen necesidad de salir a trabajar, estarán inadvertidamente desparramando el virus. 

   Lo que interesa es saber quién porta el virus y donde se encuentra de manera geolocalizable en todo momento, para aislarlo de inmediato, para identificar a quien posiblemente contagió y para aplicar estrictas medidas de confinamiento a esas personas. Sirve para individualizar la estrategia y dar atención personalizada a todos.  Existe la tecnología mediante Apps utilizables en celulares y las pruebas para lograrlo.

    El costo de las pruebas se ha abaratado y existen algunas que pueden llegar a costar entre 7 y 10 dólares. Digamos que aplicar pruebas al 10% de la población podría ser suficiente para aislar a los infectados y podría costar 130 millones de dólares. Cantidades manejables para el gobierno y que generarían un ahorro en vidas humanas y el poder regresar más rápido y de manera segura a trabajar.

    Sin ellas, mucha gente no se sentirá segura para reincorporarse a sus labores y preferirán seguir confinadas. Las pruebas ofrecen la seguridad de que con quien interactuemos no nos contagiarán inadvertidamente y regresará la confianza para realizar actividades normales.

   En cuanto a la confiabilidad de las mismas es variable. Preocupan más aquellas que dieran un falso negativo porque dejaríamos sin confinar a infectados.  Los falsos positivos solo serían  incómodos para las personas así diagnosticadas,  pero nada más.  

  Países como Islandia, Taiwán, Corea del Sur y algunos otros han demostrado que el aplicar pruebas es una estrategia sumamente exitosa que ha permitido contener los contagios y abrir sus economías de una manera segura.

   El salvarse o morir de este virus es una lotería que depende de la reacción de cada cuerpo y de la atención médica que, de crecer el  contagio, ante el número de enfermos, será muy difícil conseguir.

    Aplicando pruebas y tecnología para geolocalizar a los enfermos permitirá salir del problema en el corto plazo y evitar la tragedia que significa cada muerte y no tratarlas como si solo fueran una estadística. Es tiempo de aplicar la geolocalización y las pruebas en forma masiva.
_______________________________________________________________
http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/                     Twitter: @octaviodiazg


25 de abril de 2020

BANXICO AL RESCATE DE LA ECONOMÍA



Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
    La idea: Una vez superada la crisis de salud derivada de la pandemia por el COVID-19,  lo que sigue será atender la crisis económica de manera urgente.  Por lo pronto,  el Banco de México tomó diez medidas que no tienen precedente, para apoyar a la economía. Podría también Banxico explorar otros mecanismos novedosos de apoyo.

    Aún es muy pronto para saber de qué tamaño será el saldo de la tragedia humana en nuestro país por el número de enfermos y la pérdida de vidas derivada de la pandemia del SARS-CoV-2 o COVID-19.

    Pero  en lo que se refiere a la dimensión del impacto económico, ya existen proyecciones de diversas instituciones que estiman que el decrecimiento del producto interno bruto (PIB)  para el 2020 podría ser alrededor de un 7%.

    Esta disminución del PIB podría representar un impacto brutal a la economía, sin precedentes desde 1932, (https://www.americaeconomia.com/analisis-opinion/breviario-de-las-recesiones-en-mexico) lo cual podría generar millones de desempleados y acrecentar significativamente la pobreza de la población.  

   Durante la crisis financiera que inició en 2008 y cuyas secuelas perduraban hasta hace poco, los bancos centrales entraron al rescate de las economías de muchos países.

   Para ello usaron, entre otras herramientas, la llamada “Flexibilización Cuantitativa  (Quantitative Easing) que  consiste en comprar valores gubernamentales para aumentar el precio de los mismos, disminuir los rendimientos y abaratar el costo de la deuda a los gobiernos y a la vez, hacer más atractiva la adquisición de acciones y deuda privada. Todo ello para estimular la economía. Incluso algunos bancos centrales también llegaron a adquirir deuda privada.

   Los bancos centrales generan estos apoyos creando dinero. Uno de los problemas que tiene esta herramienta es que beneficia a los mercados financieros y a las grandes corporaciones pero sus beneficios no necesariamente llegan a las personas.

    Por ejemplo, las corporaciones aprovechan que la deuda se abarata con esta herramienta, no para invertir en activos productivos e impulsar la economía,  sino para recomprar sus propias acciones  con  grandes beneficios para los accionistas.

    En el libro “El caso a favor de la Flexibilización Cuantitativa para la Gente” de Frances Coppola (https://www.amazon.co.uk/Case-Peoples-Quantitative-Easing/dp/1509531300), la autora presenta una herramienta al alcance de los bancos centrales que puede ayudar de una forma más directa a todas las personas.

   Menciona dos tipos de apoyos: 1) Darle directamente el dinero a las personas para estimular el gasto, algo similar a un Ingreso Universal Básico temporal y 2) Apoyo para inversiones de largo plazo.

    Para el primer caso,  la idea es entregar una cantidad de dinero a las personas mediante depósitos en cuentas bancarias o con una tarjeta con saldo. Como el dinero iría directamente a la gente y no al gobierno, no habría posibles restricciones legales para el banco central.

    Otra forma es otorgar reducciones en impuestos a través del gobierno. En este caso el dinero sí iría al gobierno,  quien lo distribuiría mediante reducciones de impuestos. Una tercera forma sería que el banco central aporte una cantidad de dinero a las personas para reducir su deuda y así liberar recursos para que puedan aumentar el consumo.

     La autora menciona diversas objeciones a esta medida, tales como que puede provocar inflación, la posible pérdida de independencia del banco central, el que la gente no gaste el dinero, o que quién debería poner en práctica estos estímulos es el gobierno y no los bancos centrales.

    Sin embargo, al  otorgar este estímulo directo a las personas se puede estimular el consumo y   es una forma más eficaz de ayudar a quien verdaderamente lo necesita.

     Recientemente el Banco de México, además de reducir la tasa de interés en un 0.5%, anunció nueve medidas cuyo valor asciende a 3.3% del PIB para apoyar a la economía del país. Con ellas se destinarán hasta $350,000 millones de pesos para apoyar con créditos a pequeñas y mediana empresas y $400,000 millones de pesos  para inyectar liquidez al sistema financiero.  

El Banco de México, quizá por primera vez en su historia,  apoya  con estas medidas a la economía de nuestro país  y las cuales se parecen a la flexibilización cuantitativa que aplican  otros bancos centrales.

   La propuesta de la autora Frances Coppola,  es que en lugar de hacer estos programas que favorecen al sistema financiero, el dinero creado por los bancos centrales se vaya directamente a los consumidores y que sean estos quienes estimulen la economía. El programa no sería permanente sino solo durante el tiempo suficiente para estimular a la economía y sacarlo de la recesión.

    Es de destacar el papel tan relevante  que ha tomado el Banco de México para estimular la economía y para darle liquidez al sistema financiero con estas medidas sin precedente. Quizá faltaría probar si ese estímulo lo puede dar directamente a los consumidores, como propone Frances Coppola, para tener un programa de reactivación económica que llegue directamente a los consumidores.

_______________________________________________________________
http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/                     Twitter: @octaviodiazg




10 de abril de 2020

UN EXTRAÑO ENEMIGO




Por: Octavio Díaz García de León.
                                   
    La idea: Nuestro país, como el resto del mundo, enfrenta una dura batalla contra un enemigo físicamente pequeño, invisible al ojo humano, pero potencialmente letal. Como nos enseña la historia de nuestro país, si queremos ganar esta batalla,  el ejército que habrá de defendernos necesita estar muy bien equipado y deberá tener, por lo tanto,  todos los recursos posibles.

     Según Peter Guardino en su libro “La Marcha Fúnebre. Una historia de la guerra,  entre México y Estados Unidos” (https://www.amazon.com.mx/marcha-f%C3%BAnebre-Guardino-Peter/dp/6079824914),  lo que derrotó a los mexicanos ante los estadounidenses no fueron sus divisiones políticas,  sino otro factor más importante: la diferencia de recursos.

    Dice el autor que “… las diferencias económicas entre los dos países contribuyeron mucho más a la victoria estadounidense que las diferencias políticas”. Los ejércitos mexicanos “… estaban mal equipados y aprovisionados;… carecían de uniformes  adecuados y casi siempre enfrentaron a los estadounidenses con armas gastadas y frágiles.” En contraste,  los estadounidenses tenían mejores uniformes, mucho mejores armas y suficiente dinero para comprar los alimentos que necesitaban.

    La lucha contra la pandemia que hoy enfrentamos tiene analogías con una guerra. Excepto que se trata de un extraño enemigo y contra el cual no hay armas de ataque eficaces en forma de antivirales, ni defensas apropiadas,  en forma de vacunas.

    Como bien dice Michael B.A. Oldstone en su libro “Virus, plagas e historia” (https://www.amazon.com.mx/Viruses-Plagues-History-Present-Future/dp/0195327314/ref=sr_1_1?__mk_es_MX=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&keywords=viruses%2C+plagues+and+history&qid=1586531268&s=books&sr=1-1) lo que derrotó a los aztecas ante los españoles no fue que creyeran que los blancos eran dioses o que tuvieran mejor tecnología, caballos  y armas, sino la viruela que trajeron consigo y que mató a millones de indígenas.

    Esa derrota de los aztecas a manos de un enemigo letal e invisible, es quizá la enfermedad fundacional de nuestra nación. Y no va a ser el COVID-19 quien acabe con ella, pero sí causará estragos si no la combatimos adecuadamente.

     Los virus, cuyo nombre en latín significa veneno, no son seres vivos, pero lo único que hacen,  lo hacen muy bien: reproducirse. Al multiplicarse destruyen las células que invaden pues de allí toman el material para crear más ejemplares.

   El virus SARS-Cov-2 (COVID-19) es esférico, mide 120 nm (120 x 10-9 metros), cuenta con alrededor de 30 mil bases nucleicas y está cubierto de una envoltura y membrana con protuberancias como clavos que son proteínas que permiten penetrar las células para infectarlas. Son pequeños y frágiles, pero una vez que logran penetrar las defensas de un ser vivo, encuentran el medio idóneo para reproducirse y pueden ser letales al ir destruyendo células.

   Nuestro país lleva a cabo una guerra contra esta plaga y la inicia en circunstancias poco favorables. No se tiene bien identificado el número de afectados ni tampoco están georreferenciados para aislarlos eficazmente.  El enemigo invisible anda suelto por las calles porque al infectar a las personas, estas permanecen asintomáticas varios días y se convierten en transmisoras del virus.

   La segunda y más importante línea de defensa (la primera puede ser el aislamiento) que tenemos,  son hospitales, médicos, enfermeros y demás personal sanitario. Si los enfermos llegan a los hospitales sin ser identificados como portadores del COVID-19,  se corre el riesgo de que ese personal se contagie y al enfermarse ya no puedan seguir atendiendo a los enfermos.

   La lucha contra la pandemia requiere muchos recursos y quizá estemos llegando tarde a los mercados que venden insumos médicos pues muchos otros países se encuentran tratando de conseguirlos.

   Tampoco habrá camas ni unidades de cuidados intensivos suficientes si mediante el aislamiento no se logra contener la dispersión del virus. Hasta ahora, la medida  ha sido tímida y no sabemos si logrará evitar una explosión en contagios.

   Será necesario montar nuevos hospitales rápidamente, poner camas, comprar unidades de cuidados intensivos, ventiladores,  etc...  Pero si los primeros en caer por no tener las condiciones adecuadas de protección es el personal médico, no habrá quienes atiendan a los enfermos,  aunque haya insumos y equipos.

    Debemos empezar por proteger al personal de los hospitales con trajes, guantes y cubre bocas, con pruebas suficientes para identificar a los pacientes contagiosos, para aislarlos y tratarlos con el cuidado que se requiere para evitar infectarse.

    Si en esta guerra contra este extraño enemigo nos quedamos  sin nuestro ejército de personal médico, la conquista del virus será brutal y el costo en vidas,  enorme.

Apoyemos con todo a nuestros médicos, enfermeros, y personal que trabaja en los hospitales. Hay que pagarles extraordinariamente bien, darles toda clase de apoyos y reconocimientos, y sobre todo, proveerles todas las herramientas que requieran  para atender a los enfermos. En nuestras manos está no repetir las derrotas de nuestra historia, en esta ocasión, contra este extraño enemigo invisible.
______________________________________________________________
http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/                     Twitter: @octaviodiazg