¨El futuro y lo lejano sean para ti la causa de
tu hoy”
Friedrich Nietzsche
Por: Octavio Díaz García de León.
La idea: Es bueno
aprender de la historia. El avance de la humanidad se basa en la acumulación de
experiencias y conocimientos de incontables generaciones de seres humanos. Pero
no se debe construir al futuro queriendo regresar al pasado, sino aprovechar las lecciones de la historia
para, partiendo del presente y entendiendo su dinámica, alcanzar un futuro que supere lo anterior.
El profesor Correa , de la Universidad de Las Américas en Chile, dice que “…la Historia para Nietzsche no debe
ser entendida como un conocimiento que determine el actuar humano – el
historicismo -, pues de esa manera se constituiría en una enfermedad que
paralizaría el actuar humano” y cita al filósofo: “El conocimiento del
pasado en todos los tiempos no es el de desear sino cuando está al servicio del
futuro y del presente y no cuando debilita al presente, cuando desarraiga los
gérmenes vivos del porvenir…”. Correa concluye: “Según Nietzsche las
verdades históricas son ficciones; a la vez, estas constituyen interpretaciones
y toda interpretación es perspectiva” (http://intushistoria.uai.cl/index.php/intushistoria/article/view/98).
Nietzsche, entonces, propone que la historia se ponga al servicio
del futuro para construirlo, no pensando que la historia obedece a reglas o
leyes sino como narrativas basadas en
interpretaciones que puedan aportar a la construcción del por venir deseado.
Así, algunos líderes utilizan a la historia como una herramienta para impulsar
sus visiones de futuro. El riesgo puede ser que se privilegie una visión
idílica de un pasado que no existió y se promueva un retorno a una Edad de Oro
que es pura ficción.
Steven Pinker nos hace ver que vivimos la mejor de las épocas posibles gracias
a la vigencia de la Ilustración que se basa en la razón, la ciencia, el
humanismo y el progreso, por lo que cualquier época anterior tiene severas
desventajas comparada con el presente.
Por ejemplo, para enfrentar la pandemia de gripe “española” de hace un
siglo, nuestros abuelos solo contaban con el cubrebocas. Nosotros, para enfrentar la pandemia de COVID-19, además
de cubrebocas, tenemos la posibilidad de
obtener una vacuna en un plazo corto, desarrollar antivirales eficaces para combatirla y tecnología, para
identificar los patrones de movilidad de cada persona que cuente con acceso a
internet o a un teléfono celular, con lo cual sepamos con quienes y cuándo estuvo
en contacto un enfermo, para que, en caso necesario, avisar al resto para que
se hagan pruebas y se encierren.
Entonces, querer regresar al pasado no es lo conveniente ya que la
evidencia muestra que no fue mejor que
el presente. Lo adecuado será partir de
lo ya avanzado, corrigiendo lo que no funciona.
Hay que mirar al pasado para aprender de él pero no para repetir una
historia que ya no es dable revivir. Construir el futuro a partir de lo ya
logrado implica conocer muy bien lo que se ha hecho para no reinventar el hilo
negro ni cometer los mismos errores. Hay que mirar a la historia para aprender,
no para repetirla.
La construcción del porvenir es una tarea sumamente compleja que
requiere el entender la dinámica con la que se mueve una sociedad para poder
dirigirla hacia la consecución de sus objetivos. Este proceso no es lineal ni
determinista, ni obedece a las “leyes” de
la historia. Se trata de dirigir un sistema donde interactúan millones
de personas y donde influyen el azar y
la incertidumbre.
Para ilustrar esta complejidad y lo inesperado que suelen ser los resultados
hay que recordar lo que dice la Teoría del Caos. Para ella, un pequeño cambio
en los valores iniciales de las variables en las ecuaciones que intentan
predecir algún comportamiento complejo puede dar un resultado radicalmente
diferente e inesperado.
Se suele simplificar esto con la imagen de que el aleteo de una
mariposa puede provocar un huracán al otro lado del mundo. O para ponerlo al
día, una persona en China que disfrutó
los placeres culinarios de un murciélago, está ocasionando una pandemia
mortífera y una enorme depresión económica mundial.
Construir un futuro deseable para la sociedad no es un problema de objetivos.
Todos coinciden en buscar una calidad de
vida que propicie el bienestar y la felicidad mediante bienes materiales que
satisfagan las necesidades de cada quien
y tener servicios de primera por parte del Estado en salud, educación y seguridad pública.
La dificultad estriba en cómo lograrlos. Con el enfoque y herramientas
adecuadas, una sociedad puede construir un porvenir exitoso y en estos tiempos
de crisis, sobrevivir y adaptarse. Para resolver nuestros problemas
inmediatos hace falta usar los elementos
que nos entregó la Ilustración, no querer regresar a un pasado utópico e
irrepetible. La humanidad puede seguir su camino de progreso, de la mano de la
Ilustración. ____________________________________________________________
http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/ @octaviodiazg
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