10 de noviembre de 2025

REZAGADOS EN INNOVACIÓN GUBERNAMENTAL

 

Por: Octavio Díaz García de León

 

    México enfrenta un serio rezago en materia de innovación gubernamental, de acuerdo con diversos indicadores nacionales e internacionales. Según datos del INEGI, en 2023 solo el 16.2 % de los trámites gubernamentales se realizaron por internet, lo que evidencia un bajo nivel de digitalización. Este atraso resulta especialmente grave si se considera que el gobierno es el principal proveedor de servicios del país. Su eficiencia, o la falta de ella, incide directamente en el bienestar nacional: desde facilitar el cumplimiento de obligaciones ciudadanas hasta ofrecer servicios de calidad en salud, educación, seguridad e infraestructura.

     Además, la innovación administrativa representa una herramienta fundamental para combatir la corrupción. De acuerdo con el INEGI, el 25.3 % de los trámites con el gobierno en 2023, implicaron algún acto de corrupción, con un costo promedio de 3,368 pesos anuales por persona afectada.

 Austeridad mal entendida y deterioro institucional

     En los últimos siete años, México ha experimentado retrocesos importantes derivados de una visión que no valora adecuadamente el papel del Estado en el bienestar social. Una austeridad mal entendida ha debilitado la capacidad del gobierno para prestar servicios de calidad, al preferir repartir dinero directamente al ciudadano para que este se las arregle solo, en lugar de fortalecer la infraestructura y la gestión pública.

     El caso del sector salud es ilustrativo. Los consultorios privados adyacentes a farmacias aumentaron su participación en la atención médica de 17.4 % en 2018 a 24.3 % en 2024, según datos de El Economista, lo que refleja una creciente privatización de la atención médica. Tras la desaparición del Seguro Popular, el número de personas sin acceso a servicios médicos pasó de 20.1 a 44.5 millones; en paralelo, el gasto de las familias en salud creció 7.9 % anual en términos reales entre 2022 y 2024.

     A esto se suma el colapso del sistema público de adquisición y distribución de medicamentos. Una operación que antes de 2019 requería por su extrema complejidad alrededor de 500 expertos,  fue concentrada a inicios de 2019, en un grupo de menos de 10 personas, lo que derivó en un desabasto crónico de medicinas y vacunas que dura hasta la fecha, afectando gravemente la salud pública e incrementando los riesgos epidemiológicos por los 6 millones de niños que se dejaron de vacunar el sexenio pasado. Si se usara la tecnología logística de empresas como Amazon, tendríamos un surtido óptimo de medicinas e insumos médicos.

 Impunidad e ineficiencia judicial

     La falta de innovación también afecta al sistema de justicia. En México, solo el 1 % de los delitos concluye con una sentencia condenatoria, reflejo de la saturación e ineficiencia que caracteriza a ministerios públicos y juzgados. En este contexto, la justicia mexicana podría beneficiarse de la incorporación de especialistas en procesos —como ingenieros industriales— quienes podrían  usar herramientas como la teoría de colas para  determinar el personal requerido para atender  los casos  en tiempo; utilizar modelos de localización para ubicar juzgados y ministerios públicos donde se requieren; usar técnicas de programación lineal para distribuir recursos de manera óptima;  o bien,  utilizar simulación de procesos, modelos de control de inventarios, tiempos y movimientos, etc. Incluso nuevas tecnologías como la inteligencia artificial ya permiten generar automáticamente documentos procesales y sentencias, acelerando el trabajo judicial sin sacrificar su rigor.

 Blockchain y la transparencia pública

     Una de las herramientas tecnológicas más prometedoras para combatir la corrupción y aumentar la confianza en las instituciones es la cadena de bloques o blockchain, tecnología empleada por las criptomonedas. Su mayor virtud es la transparencia: todas las transacciones quedan registradas de manera verificable y no pueden alterarse sin consenso. Además, ofrece un nivel muy alto de seguridad gracias a su cifrado, elimina intermediarios y mantiene la información descentralizada. Cada operación conserva un historial rastreable, lo que garantiza trazabilidad y control.

     Aplicada al ámbito gubernamental, esta tecnología permitiría transparentar las contrataciones públicas, asegurar registros confiables de propiedad y tierras —al punto de que podrían sustituir la función notarial— y ofrecer una trazabilidad completa del gasto público desde su origen hasta el beneficiario final. También facilitaría la creación de identidades digitales seguras, auditorías automáticas e inalterables, y un seguimiento preciso de los recursos destinados a programas sociales.

 Hacia una administración pública moderna

     Los ciudadanos que pagan impuestos, cuotas de seguridad social o aportaciones a la vivienda tienen derecho a servicios públicos eficientes, dignos, confiables y sin corrupción. La innovación en el sector público no es un lujo, sino una necesidad. Con ella se puede mejorar la calidad de los servicios, reducir la corrupción, optimizar los recursos y reconstruir la confianza ciudadana en las instituciones. Para lograrlo, México necesita una administración pública moderna, profesional y tecnológicamente avanzada que incorpore herramientas como las mencionadas y adopte una cultura de gestión basada en evidencia, eficacia, eficiencia y rendición de cuentas.

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