Por: Octavio Díaz García de León
Tuve la oportunidad de asistir a la Feria Internacional del Libro (FIL)
de Guadalajara, un acontecimiento que cada año resulta una referencia
imprescindible en el mundo de la cultura. Este año alcanzó cifras
impresionantes: más de 950 mil visitantes, 450 mil títulos exhibidos, 2790
editoriales de 64 países, 973 autores y 648 presentaciones de libros. Se trata
de la feria del libro más importante del mundo hispanohablante y una de las
mayores del planeta.
Resulta alentador constatar que el libro sigue vivo pese a la presión
creciente de los medios audiovisuales, las redes sociales y las numerosas
alternativas de entretenimiento que compiten con la lectura. Al mismo tiempo,
la expansión del libro electrónico y del audiolibro demuestra que ha encontrado
nuevas formas de circulación sin perder su fuerza original.
Asistir a la FIL como profesional permite recorrerla sin el tumulto de
las horas pico y observar de cerca los acuerdos, las negociaciones y las
conversaciones que definen el futuro de autores y catálogos. Por la tarde,
cuando el público general entra en escena, los pasillos se llenan hasta
desbordarse, y da gusto ver a miles de estudiantes de todas las edades recorrer
los stands.
La oferta cultural de la FIL es tan vasta que resulta imposible
abarcarla. Presentaciones de libros, mesas de diálogo, música, conferencias,
debates, hacen que la competencia sea feroz y que uno deba elegir
cuidadosamente a cuáles asistir. Es también un lugar privilegiado para conocer
a los autores, conversar con ellos y obtener sus autógrafos.
Como cada año, la FIL ofreció sorpresas memorables y una notable
diversidad de obras recién publicadas. Me permito destacar algunos títulos que
merecen ser leídos.
Tamara Trottner presenta una nueva edición de Nadie nos vio
partir (Alfaguara/Penguin), una historia basada en hechos reales vividos por
la autora y llevada con gran éxito a la pantalla en Netflix. Es una novela
poderosa cuya trama revela que aquello que consideramos excepcional ocurre, en
realidad, con más frecuencia de lo que imaginamos.
Ana Lilia Cepeda, ganadora del Premio de Novela Histórica
Grijalbo–Claustro de Sor Juana 2025, publica A donde te lleve el tiempo, donde entrelaza
su experiencia al encabezar el rescate del Centro Histórico de la Ciudad de
México (2001-2006) con una trama que revisita, con imaginación y rigor
documental, las vidas que habitaron sus edificios más emblemáticos. Una lectura
absorbente que transforma la manera en que vemos la ciudad.
Ligia Urroz ofrece Por mi gran culpa (Hachette), una novela inspirada en hechos
reales del siglo XIX ocurridos en su propia familia. La historia recuerda en
ciertos momentos a El
crimen del padre Amaro de Eça de Queirós, aunque aquí la mirada se
desplaza hacia la mujer violentada, convertida en protagonista y en símbolo de
una lucha que lamentablemente sigue vigente.
Beatriz Rivas, con una extensa trayectoria literaria, publica Voces en la sombra
(Alfaguara/Penguin). La novela retrata a dos mujeres excepcionales —Anne Pingeot, amante de François Mitterrand, y
Juliette Drouet, compañera por cincuenta años de Víctor Hugo— cuya influencia
perdura a pesar de haber vivido en la sombra de hombres poderosos, quienes nunca
se divorciaron de sus esposas, pero también fueron incapaces de prescindir de
estas mujeres extraordinarias.
Macario Schettino presenta Conspiraciones. México a través de seis siglos (Ariel), una
reflexión sobre cómo la historia nacional ha sido moldeada por conspiraciones.
También nos habla de la creación de un pasado “oficial”, narrativa manipulada del
pasado —a semejanza de 1984 de Orwell— para servir al partido hegemónico.
Finalmente está La razón pendular de Emilio Uranga. Una historia del existencialismo mexicano, de José
Manuel Cuéllar (Herder), un estudio profundo sobre la vida y pensamiento de Emilio
Uranga, figura central del existencialismo mexicano del siglo XX y polémico
personaje de la política.
La FIL deja, como siempre, una lista inmensa de títulos por explorar:
desde El loco de
Dios en el fin del mundo (Random House) de Javier Cercas hasta las obras de Roger
Bartra o Juan Miguel Zunzunegui. Un libro es
siempre un regalo perfecto para Navidad; por ello comparto estas
recomendaciones con el deseo de que encuentren en ellas nuevas perspectivas e
ideas.
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