LA SILLA ROTA
Por: Octavio Díaz García de León.
La idea: El gobierno federal entrante ha determinado una serie de medidas de
austeridad. Entre ellas, el quitar la prestación del pago de seguro de gastos
médicos mayores a la burocracia. Como medida de austeridad, el ahorro no es
significativo, pero pone al descubierto dos problemas de fondo: la mala calidad
de los servicios públicos de salud y el crecimiento desmedido de los precios en
los hospitales privados.
Esta propuesta del próximo gobierno se encuentra entre las 50
medidas para “combatir la corrupción y aplicar una política de austeridad
republicana”. La lógica aparente es
que el gobierno y el trabajador ya pagan por servicios médicos del ISSSTE o del
IMSS y que por lo tanto no se justifica tener, además, un seguro de gastos
médicos mayores.
La realidad es que, como su nombre lo indica, este seguro es solo
para cubrir emergencias o enfermedades mayores que requieren
hospitalización o tratamientos complejos. Para enfermedades menores, las personas
acuden al ISSSTE, al IMSS, a las farmacias que ofrecen servicios de consulta
médica muy barata o a médicos privados.
¿Por qué si los trabajadores pagan una cuota por servicios de salud
bastante elevada al mes, prefieren acudir a otra instancia antes que al ISSSTE
o al IMSS, especialmente cuando son enfermedades o casos clínicos mayores? Porque
los servicios de estas instituciones están rebasados y no tienen capacidad
para atender a sus derechohabientes. No solo los consultorios están
saturados en las clínicas, sino que, tratándose de enfermedades más graves, los
tiempos de espera por un quirófano o tratamientos especiales, pueden condenar a
muerte a los pacientes.
Desafortunadamente por décadas, los gobiernos en turno han aumentado
el número de beneficiarios sin acompañarlos de crecimiento en ingresos,
infraestructura, médicos y enfermeras. Por ejemplo, recientemente se les
dio el derecho a los estudiantes de las instituciones públicas de los niveles
medio superior, superior y de postgrado de tener servicios del IMSS en forma gratuita.
Además, inciden en el mal servicio los malos manejos, la corrupción, un
contrato colectivo de trabajo oneroso y un gran pasivo laboral, con lo cual
estas instituciones tienen enormes carencias financieras.
Por ello, las personas que pueden hacerlo están dispuestas a pagar
por servicios privados antes de usar al IMSS o al ISSSTE. El seguro de gastos médicos mayores da la
posibilidad de recurrir a servicios privados de mejor calidad.
En este escenario, ¿tiene sentido otorgar a los trabajadores un seguro
de gastos médicos mayores? Por supuesto que sí. Es una manera de darles opciones
de acceso a servicios de salud de buena calidad en lugar de estar sujetas a un
servicio de calidad incierta y sobresaturado.
El seguro de gastos médicos mayores no inició como prestación para la
burocracia. Es una prestación que una gran parte de la iniciativa privada
otorga a sus empleados desde hace años y solo más recientemente, el gobierno
decidió otorgarla también.
Como cualquier directivo sabe, hay un mercado laboral donde empresas y
sector público buscan talentos que les permitan operar y ser competitivos y
para ello ofrecen paquetes de percepciones atractivos que no solo incluyen
sueldo sino otras prestaciones como lo es el seguro de gastos médicos mayores.
Recientemente se ha dado el fenómeno de que las primas de estos
seguros se han venido encareciendo a ritmos muy superiores a la inflación debido
a la poca oferta de hospitales privados; unas pocas cadenas de hospitales
tienen un oligopolio que les permite fijar precios muy elevados, además de
que algunas suelen hacer cargos abusivos. La Comisión Federal de Competencia Económica
haría bien en revisar al sector de hospitales privados para ver si existen
prácticas monopólicas.
Aun así, empresas y gobierno tienen la ventaja de contratar para
grandes grupos de empleados por lo que el costo se reduce con el volumen. Pero
si se deja que los trabajadores lo contraten de manera individual, resultará
muy caro.
Al quitar esta prestación a la burocracia, no se les está dando
alternativas adecuadas a los trabajadores. O bien se verán forzados a usar los
servicios del IMSS o ISSSTE con las deficiencias que ya comentamos o se les
obligará a pagar por su cuenta las primas del seguro de gastos médicos mayores incrementando
fuertemente sus gastos.
Existen posibles alternativas para ayudar a los trabajadores que
pierdan este beneficio:
·
Que el trabajador pueda optar, entre pagar su cuota del IMSS o del
ISSSTE, o pagar un seguro de gastos médicos.
· Mejorar los servicios del IMSS e ISSSTE para ponerlos en igualdad de
condiciones con lo que ofrecen los hospitales privados.
· Que el gobierno siga contratando la póliza del seguro por cuenta de los
trabajadores para conseguir descuento por volumen y que cada trabajador la
pague.
Si además del impacto que tendrá entre los trabajadores del gobierno la
pérdida de esta prestación, se suma, entre otras medidas, la disminución de salarios
a menos de la mitad, el desaparecer el seguro de separación individualizado y
el trasladarse a vivir a otra ciudad con los gastos que eso implica, el
panorama pinta negro para la gran mayoría de los 1.6 millones de trabajadores
del gobierno federal y sus familias.
El tema de las remuneraciones de los servidores públicos se debe
contemplar desde un punto de vista de administración de recursos humanos. Lo
malo es que las medidas de austeridad anunciadas, más que medidas de ahorro,
se perciben como medidas de castigo.
Habrá que ver como
espera la próxima administración dar resultados teniendo un aparato de gobierno
ya sea desmantelado, sumamente desmotivado o con personal de nuevo ingreso muy poco
capacitado. Aún faltan cuatro meses y medio para que el nuevo gobierno inicie, por
lo que hay que esperar.
___________________________________________________________ Twitter: @octaviodiazg
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