Por: Octavio Díaz García de León.
La idea: Estados Unidos tuvo una de sus peores derrotas militares en la guerra
de Vietnam. Sucedió a pesar de que ese país era dirigido por una élite intelectual
formada por las personas más brillantes de su época. Fallaron rotundamente y
sus errores costaron la vida a casi 60 mil de sus soldados y otros 75 mil
quedaron severamente lisiados. ¿Por qué fallaron tan estrepitosamente personas
tan preparadas para gobernar?
En mi
adolescencia leía semanalmente las revistas Time y Newsweek que llegaban a la
empresa donde trabajaba mi papá. Me tocó ver en ellas el desarrollo de la
guerra de Vietnam, el tremendo sufrimiento que esa guerra absurda provocó a una
generación de jóvenes de Estados Unidos y la destrucción del país asiático con
un costo de millones de vietnamitas muertos.
Los ecos
de dicha guerra no solo llegaron a nuestro país, sino que tocaron a todos los
rincones del mundo. El año de 1968 inició con la llamada ofensiva del Tet
realizada por el Vietcong y el ejército de Vietnam del Norte, contra el ejército
americano y sus aliados de Vietnam del Sur, la cual reveló que Estados Unidos
estaba inmerso en una guerra que no podría ganar.
En ese
mismo año surgieron movimientos estudiantiles en todo el mundo, derivado de un
malestar generalizado de los jóvenes contra estructuras autoritarias de
gobierno (Tanto en el hogar como en los países) que eran capaces de enviar a la
muerte a millones de jóvenes en guerras sin sentido, como parte de una guerra
fría en que dos imperios se disputaban al mundo: el americano y el soviético.
El común
denominador para los que crecimos en esa época fue la música. En ella se
expresaba el descontento y las ganas de transformar al mundo en algo mejor.
México no
fue la excepción y el movimiento estudiantil del verano de ese año acabó en una
de las más grandes masacres llevadas a cabo por un gobierno en funciones,
utilizando a las fuerzas armadas contra estudiantes desarmados.
Recientemente
leí el libro de David Halberstam “Los Mejores y más Brillantes” (https://www.amazon.es/Best-Brightest-David-Halberstam/dp/0449908704) en donde
analiza a profundidad a los dirigentes de Estados Unidos que llevaron a su país a una de
sus más estrepitosas derrotas militares. En ese proceso, casi desestabilizan a su
país provocando un enorme descontento y rebeldía, dividiendo profundamente a
sus ciudadanos y provocando una gran crisis económica.
Una de
las paradojas que establece el autor es que este grupo de dirigentes eran en
apariencia las personas más capaces para gobernar. Personas que habían
estudiado en las mejores escuelas, eran ricos y de las familias más destacadas
del país, habían tenido enormes responsabilidades tanto en la iniciativa
privada como en el gobierno, publicaban libros y eran intelectuales respetados.
Varios
factores se combinaron para llevarlos al fracaso:
1. La arrogancia. Creían que, con su poderío militar tan
superior, podían acabar con sus enemigos en unos pocos meses y a un costo muy
bajo. Despreciaban con tintes racistas a los vietnamitas a quienes veían como
inferiores.
2.
La ignorancia. Estaban preparados para luchar guerras convencionales
y hasta nucleares, pero no supieron como derrotar a uno de los mejores
ejércitos del mundo que los derrotó mediante una guerra de guerrillas apoyada
por la población.
3. La incapacidad política. No supieron cómo ganarse al pueblo vietnamita al que supuestamente querían ayudar. No entendieron que lo que los vietnamitas deseaban era la independencia de su país y el tipo de régimen era algo secundario. Los americanos apoyaron a un gobierno de Vietnam del Sur corrupto y autoritario, odiado por la gente.
3. La incapacidad política. No supieron cómo ganarse al pueblo vietnamita al que supuestamente querían ayudar. No entendieron que lo que los vietnamitas deseaban era la independencia de su país y el tipo de régimen era algo secundario. Los americanos apoyaron a un gobierno de Vietnam del Sur corrupto y autoritario, odiado por la gente.
4.
Se auto engañaron. Ocultaron la realidad de la guerra al pueblo
americano mientras pudieron, pero lo peor es que ellos mismos se creyeron sus
mentiras. No estaban dispuestos a escuchar malas noticias ni a hacer caso de
personas razonables que no pensaran como ellos.
5.
Tenían miedo. Después de la persecución macartista a supuestos comunistas,
los dirigentes americanos temían aparecer ante la opinión pública, como “blandos”
en el trato con la Unión Soviética y sus aliados.
Fracasaron
los mejores y más brillantes hombres de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.
Y no es que esté de acuerdo con lo que dijo el próximo gobernador de Morelos,
Cuauhtémoc Blanco, que no es necesario ni estudiar ni estar preparado para
asumir un cargo público. Es necesario, pero no es suficiente.
En México
también han fracasado sus élites como lo demuestra el voto de castigo que llevó
al triunfo a AMLO. Generaciones de gobernantes, en su mayoría bien educados,
han sido incapaces de resolver los problemas básicos del país: pobreza,
inseguridad, empleo, crecimiento económico, salud y educación para todos.
Una de
las lecciones de estas elecciones es que los ciudadanos están esperando, más
que personas preparadas como en el caso de Morelos, gobernantes con cercanía y
sensibilidad para ayudarles a resolver sus problemas más inmediatos, a la vez
que se va construyendo un país sólido hacia el futuro.
Eso es lo que descubrió
López Obrador a lo largo de toda una vida de estar en campaña y que le hizo finalmente
ganar las elecciones presidenciales. Ojalá su gobierno cumpla con ambas
características: capacidad para dar resultados y cercanía con los gobernados.
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