12 de diciembre de 2012

EL CONTROL DE CONFIANZA



      Una de las vertientes en que se han invertido muchos recursos del gobierno federal para apoyar a los estados y municipios es para que sus policías cumplan con los controles de confianza. Dados los altos niveles de corrupción existentes y que las policías locales han sido el blanco preferido de los delincuentes para cooptarlos y obtener  protección de ellos, el gobierno federal impulsó una serie de medidas para asegurar la confiabilidad de las policías y limpiar de malos elementos a esas corporaciones locales.


        ¿De dónde nace la idea del control de confianza? Hay que recordar que el control de confianza es una herramienta que se aplica en la mayor parte de las corporaciones de seguridad en el mundo. En México se ha caricaturizado al control de confianza al hacerlo equivalente a la aplicación del polígrafo o detector de mentiras. Sin embargo va mucho más allá que la aplicación de esta herramienta y es algo que aún  no se ha comprendido bien.

 
        En México se aplica el control de confianza desde hace muchos años  en las instancias de seguridad nacional y más recientemente en las de seguridad pública federal. En este sentido hay instituciones que gracias a un control de confianza bien realizado han evitado que sean penetradas por el crimen organizado, por grupos subversivos o por agencias de inteligencia extranjeras, entre otras amenazas. Dados los buenos resultados obtenidos con estas herramientas en las instancias federales de seguridad y ante la amenaza de la delincuencia organizada, en el Acuerdo Nacional por la Seguridad, Justicia y la Legalidad firmado en agosto de 2008, uno de los Acuerdos fue que a las instancias de seguridad pública locales se les aplicara el control de confianza y para ello en cada uno de los estados se fue creando un Centro de Control de Confianza cuya certificación está a cargo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

 

       El control de confianza tal y como se ha venido implementando a nivel nacional en las corporaciones de seguridad pública  abarca cinco pruebas: la toxicológica para detectar posibles adicciones, la psicológica para detectar comportamientos antisociales y otras patologías, el examen médico, el examen socioeconómico para determinar la congruencia entre el nivel de vida de las personas y sus ingresos y el examen con el polígrafo. Las cuatro primeras pruebas son de uso común en los procesos de reclutamiento y selección de cualquier organización. Para efectos de selección del personal se aplican también  otras pruebas para ver si cumplen las personas con los requisitos del puesto.

 

        Sin embargo en materia de control de confianza la prueba que más destaca y la  más controvertida es la del polígrafo. Este aparato se inventó en 1921 con el propósito de detectar mentiras en un interrogatorio. Consiste en la colocación de una serie de sensores en diferentes partes del cuerpo que detectan alteraciones físicas de manera muy sensible. Una vez puestos los sensores se aplican una serie de preguntas en donde se intenta identificar  posibles riesgos en la conducta de las personas. La teoría dice que cuando las personas mienten se generan alteraciones físicas que son detectadas por estos aparatos. Aunque existe un alto grado de rechazo en la comunidad científica y ha sido controvertida la herramienta porque podría atentar contra los derechos humanos de las personas, esta herramienta es usada por ejemplo, por instancias de seguridad nacional americanas como la CIA, el FBI, Homeland Security y  otras agencias estadounidenses.

 

        En las corporaciones de seguridad, como en toda organización, debe existir un proceso de administración de recursos humanos y no se debe ver al control de confianza de manera aislada sino dentro del contexto del manejo de los recursos humanos de la institución que incluya los siguientes procesos: reclutamiento y selección, desarrollo de carrera para ir formando a las personas dentro de la institución, capacitación constante; evaluación del desempeño; y el de  separación  ya sea por jubilación,  por pérdida de confianza o por dejar de cumplir con los requerimientos del puesto. Debe contar además con los siguientes  sistemas: remuneraciones y compensación que cubran adecuadamente los aspectos económicos;  protección social al empleado y su familia que le cubra no solo emergencias médicas, seguro de vida y otros aspectos tradicionales sino que le de apoyo a su familia en caso de que sufra alguna agresión que lo lesione o pierda la vida y para atender emergencias familiares cuando el servidor público está en activo alejado de su familia. La evaluación de control de confianza  es sólo un elemento de una política de recursos humanos integral. Esta evaluación juega un papel muy importante en las etapas de ingreso y separación: la falta de confianza debe ser uno de los elementos para no permitir la entrada y para separar a las personas del puesto y otorga la posibilidad  de reducir los riesgos que representan las personas no confiables por estar asociadas con la delincuencia o por tener comportamientos que las hacen susceptibles de causarle un daño a la corporación. Su aplicación debe fortalecerse en los estados y afortunadamente Aguascalientes ha estado siempre a la vanguardia en este aspecto.

 

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