Por: Octavio Díaz García de León
El tráfico de drogas ilegales es un problema humanitario que causa decenas de miles de muertes al año, tanto por los efectos del consumo excesivo como por la violencia inherente a su comercio ilegal. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en 2022 murieron más de 100,000 personas en Estados Unidos por sobredosis, en su mayoría relacionadas con opioides como el fentanilo.
Recientemente, un reportaje del New York Times ha puesto de relieve la producción de fentanilo en nuestro país, mientras que el gobierno de México se empeñó en desmentirlo, intentando ocultar lo evidente. Por otra parte, el presidente Donald Trump propuso designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Ambas posiciones aportan poco a la solución del problema.
Para ser exitosos en combatir el tráfico de drogas todos los países involucrados tienen que cooperar entre sí y utilizar un enfoque integral atendiendo los diversos componentes del complejo problema. Algunos de estos elementos son:
Prohibición del consumo. El hecho de que sea ilícita la producción y consumo de drogas ha creado un mercado negro en manos de organizaciones delictivas. El legalizar algunas drogas desaparecería estos mercados ilícitos.
Alta demanda. Según el Observatorio Mundial de Drogas, en 2023 el consumo de drogas en Europa alcanzó los 30 millones de usuarios regulares, mientras que en Estados Unidos los opioides causaron el 75% de las muertes por sobredosis. Ayudaría a aliviar el problema que se instauraran programas eficaces de salud pública contra el consumo de estas drogas.
Producción multinacional. Los precursores químicos del fentanilo se producen principalmente en China y se transforman en laboratorios clandestinos en México. La cocaína, por otro lado, proviene de países como Colombia, Perú y Bolivia. México por su parte tiene una producción significativa de heroína y marihuana. Las autoridades de los países productores deben impedir la producción ilegal de estas sustancias dentro de su territorio.
Logística. El tráfico de drogas implica el transporte de precursores y productos terminados a través de múltiples fronteras y hacia el interior de los países, empleando rutas terrestres, marítimas y aéreas. Cortar esta logística requiere cooperación entre múltiples autoridades nacionales e internacionales y un uso intensivo de métodos de inteligencia.
Finanzas. El tráfico de drogas genera flujos financieros significativos. En 2022, se estimó que 292 millones de personas consumieron drogas a nivel mundial. Este consumo masivo implica transacciones financieras que van desde pagos al menudeo hasta grandes sumas destinadas a la producción y logística, incluyendo gastos en corrupción y mano de obra. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos estima que los cárteles mexicanos generan entre 19,000 y 29,000 millones de dólares anuales solo por ventas en ese país. Dado que el flujo de dinero viene de norte a sur se requiere que las autoridades de países consumidores intervengan para cortar estos flujos en el origen y los países de destino tengan mecanismos para detenerlos.
Lavado de dinero. Cada etapa del tráfico genera ganancias que deben integrarse a la economía formal. Para ello, los traficantes recurren a esquemas de lavado mediante redes sofisticadas que utilizan paraísos fiscales, empresas ficticias, bienes raíces y transacciones internacionales bancarias para ocultar el origen del dinero. Es importante evitar el lavado de ganancias creando mecanismos tales como evitar que los notarios sean cómplices e implementar controles más estrictos al sector financiero.
Red de protección. La operación ilegal requiere redes de protección a los cárteles. En México, esto incluye sicarios y halcones, así como funcionarios corruptos en todos los niveles de gobierno. Se requieren grandes operaciones de contrainteligencia para encarcelar a estos operadores.
Corrupción. Se estima que las organizaciones delictivas controlan una parte significativa del territorio mexicano a través de autoridades corruptas. En menor medida, también se observa corrupción en Estados Unidos y otros países afectados. El combate a la corrupción relacionada con el narcotráfico sigue siendo uno de los grandes pendientes en México y otros países.
Tráfico de armas. Los delincuentes necesitan armamento para proteger sus negocios y territorios. Según el Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra, entre el 70% y el 90% de las armas confiscadas en México provienen de Estados Unidos. Es urgente que Estados Unidos tome medidas de fondo para combatir este tráfico ilegal de armas y del lado mexicano se implementen mecanismos eficaces para interceptarlos.
Para enfrentar este problema complejo se requiere un enfoque multifactorial y multinacional con un alto grado de cooperación entre las autoridades de los países involucrados. Debería agruparse bajo un solo mando en cada país a todas las autoridades involucradas, para lograr una estrategia conjunta e integral contra el tráfico de drogas. En México, el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana podría ser dicha autoridad. Hoy solo tiene un mandato de coordinación que es insuficiente.