Por: Octavio Díaz García de León
Leer a los autores clásicos compite con muchas otras lecturas y
actividades cotidianas. Por ello, es de pensarse el dedicarle tiempo a la
lectura de una obra de alrededor de 1,500 páginas en una traducción de la cual
no se tiene certeza de su fidelidad. Pero la novela Guerra y Paz de Leon Tolstoi sin duda vale el tiempo
invertido porque, además, es un libro
muy ameno que no se puede dejar de leer.
El libro se mueve entre episodios intercalados de paz y guerra. En los
primeros, Tolstoi nos relata la historia de cuatro familias rusas nobles, entrelazadas
entre sí, en la época de las guerras napoleónicas. Admirablemente descritos,
los personajes ficticios parecen de carne y hueso y se funden con las decenas de
personajes históricos que participan en la novela.
En los episodios dedicados a la guerra, me pareció excepcional la
descripción de las batallas de Austerlitz y Borodinó, el retroceso continuo de
las tropas rusas que se negaban a dar batalla a los franceses, el abandono de
Moscú sin pelear y el subsecuente saqueo e incendio de esa ciudad rusa. Tolstoi
describe estos eventos militares desde el punto de vista del soldado y del
oficial que estaban en campaña y de los ciudadanos comunes que vivieron los
horrores de la huida o la experiencia de recibir en su territorio a los
invasores.
Relata la confusión que percibían sus personajes en las acciones de
guerra, el desorden, las luchas anónimas, los muertos, los heridos, la miseria
humana de las campañas militares, las vivencias de los individuos inmersos en
esas acciones, sus pensamientos, sus temores, sus actos de inconsciencia, de valentía,
de salvajismo. Tolstoi nos presenta la guerra desde el punto de vista de los
actores inmediatos, no desde el punto de vista de un observador omnipresente
como lo hacen los libros de historia (Recomiendo dos libros de historia: Las Campañas de Napoleón y Rusia contra Napoleón).
El autor dice que nada de lo que planearon los generales se llevó a
cabo como lo habían pensado. Critica a Napoleón y sus generales, pero también al
emperador ruso y sus altos mandos militares. Si bien reconoce el genio de
Napoleón y la incompetencia de los dos emperadores que se le enfrentaron en
Austerlitz, en la campaña de 1812 y en la batalla de Borodinó dice que nada le salió
como estaba planeado, ni a él ni a los rusos.
La invasión de Rusia a Ucrania en pleno siglo XXI, cuando pensamos que
ya había superado la humanidad estas desgracias, es un buen momento para
reflexionar nuevamente sobre la guerra y lo absurdo de la misma y qué mejor hacerlo
de la mano de un autor ruso cumbre de la literatura universal.
La tragedia que hoy vive Ucrania se puede entender desde la perspectiva
de esta extraordinaria novela. Putin no logró que cayera Ucrania en unos pocos
días, como no bastó la voluntad de Napoleón para conquistar Rusia en unas
cuantas semanas.
Hemos visto en Ucrania enormes columnas de tanques y tropas rusas detenidas
por falta de provisiones, debido a la incompetencia y la imprevisión de los
operadores militares rusos, lo cual que ha impedido que se cumplan los
designios de Putin. También ha influido de manera decisiva la resistencia del
pueblo ucraniano que no está dispuesto a rendirse ante los invasores, aun cuando parecía que era una guerra perdida
para ellos.
Tolstoi intenta descifrar la esencia del poder, de si realmente los
jefes tenían poder sobre sus subalternos, o solo creían tenerlo. Sugiere que la Historia no la construyen los
grandes hombres ni los líderes de las naciones. Dice que se construye en base a
la suma de las voluntades de millones de personas. Los líderes se engañan cuando piensan que se
debe a su voluntad lo que sucede. Ellos solo obedecen a los designios de los
pueblos, que es la que provoca que
sucedan las cosas. Los supuestos protagonistas se vuelven esclavos de múltiples
acontecimientos que ocurren contra su voluntad.
La historia de la invasión de Ucrania será escrita no por los designios
del autócrata ruso, sino por las voluntades de los propios rusos, quienes
muchos de ellos ven en esta invasión una guerra fratricida. Tampoco por la
voluntad de los líderes de las grandes potencias occidentales o del presidente
de Ucrania sino por las voluntades sumadas de millones de individuos, el azar y
otras circunstancias, lo cual hace imposible
prever el desenlace.
Guerra y Paz transcurre casi en
los mismos territorios en que se dio la invasión rusa a Ucrania. Ojalá que un contemporáneo nuestro escriba la
historia o la novela acerca de esta invasión siguiendo el ejemplo de Tolstoi, en
donde describa la guerra desde la perspectiva de los combatientes y los civiles
que la sufren y no desde el punto de vista de los políticos y los generales,
normalmente ajenos al sufrimiento de los pueblos.
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