Por: Octavio Díaz
García de León
La idea: Ya que se aprobó la Ley de
Revocación de Mandato es tiempo de ver algunas posibles implicaciones, tal como
quien asumiría la presidencia en caso de que se le revocara el mandato al
presidente López Obrador, para estar preparados ante esa posibilidad.
La administración del presidente López Obrador está
impulsando una práctica inédita en nuestro país: la consulta popular. Los primeros dos
ejercicios significativos son la consulta para enjuiciar a expresidentes y la
revocación de mandato.
Estas consultas que algunos califican como
inútiles, especialmente en el primer caso pues cumplir la Ley no debe someterse
a consulta, plantean retos a considerar.
La consulta para enjuiciar a expresidentes, que en
realidad tenía una pregunta más vaga que no mencionaba a exmandatarios, pero
cuya intención era juzgarlos por quien sabe que delitos, llegó, pasó y no
ocurrió nada. Aún si se hubiera alcanzado el mínimo requerido para ser
vinculante y se hubiera votado por el sí, no quedaba claro que seguía.
Los partidos de oposición quizás erraron la
estrategia. Hubiera sido más efectivo sumarse a la exigencia de que cualquier
funcionario público que no cumpla con la Ley sea enjuiciado y sancionado. Hubiera
sido mejor apoyar la consulta y una vez lograda su validez, formar una comisión
anticorrupción multipartidista para juzgar a cualquier funcionario de esta o de
pasadas administraciones que hubiese violado la ley, siempre y cuando no
estuvieran prescritos los delitos y las faltas administrativas.
Quizá perdieron una oportunidad importante para
unirse a las grandes mayorías que desean acabar con la impunidad y juzgar a los
delincuentes, sin importar a que adiminstración pertenezcan.
La siguiente consulta es la de revocación de
mandato. Al aprobarse la Ley respectiva, una vez que se cumplan los requisitos
que allí se señalan, el siguiente paso será que el Instituto Nacional Electoral
organice las votaciones. Seguramente el INE lo hará con la eficiencia que lo ha
caracterizado como lo demostró recientemente en las elecciones de junio y con
la consulta para enjuiciar a expresidentes. La consulta sobre revocación de mandato será tentativamente
el 27 de marzo de 2022.
Lo que sigue ahora es prever uno de los posibles
escenarios, esto es, quien va a sustituir al presidente López Obrador si la
votación resuelve que se le revoque su mandato.
No es mi intención aquí señalar si esto tiene
posibilidades de ocurrir. Lo que es importante es prever todos los escenarios y
estar listos por si ocurre. Si la votación decide que continúe el presidente en
funciones, pues no hay mucho más que hacer. Pero en el otro escenario, en caso
de que se le revocara el mandato, habrá que decidir quién lo sustituya.
¿Qué dice la Constitución al respecto? Dice que, en
caso de revocación de mandato, será presidente de la República provisionalmente
quien sea presidente del Congreso, en este caso, el presidente de la Cámara de
Diputados. Actualmente dicho cargo lo tiene el diputado de MORENA Sergio Carlos
Gutiérrez Luna.
Dentro de los 30 días siguientes deberá nombrarse
presidente sustituto para concluir el periodo del presidente López Obrador.
Para ello el Congreso deberá constituirse en Colegio Electoral con las dos terceras
partes de quórum de ambas Cámaras y elegirlo por mayoría absoluta (50% más un
voto).
Para ser elegido por el Congreso presidente, se debe
cumplir con los requisitos del Art. 82 de la Constitución. Los candados más
relevantes para cualquier aspirante son: no puede estar en el servicio activo
del Ejército seis meses antes de la elección y no ser secretario,
subsecretario, Fiscal General de la República, gobernador o Jefe de Gobierno de
la CDMX también seis meses antes de la elección. De mantenerse las fechas
previstas, nadie que ostente esos puestos a partir de noviembre de 2021 podrá
ser elegido presidente sustituto.
Hoy en día ningún partido político tiene mayoría,
así que la elección de presidente la deberán determinar dos partidos por lo
menos. Lo interesante será entonces a
quien elegirán presidente sustituto y allí se abre la baraja a muchas
posibilidades. Por ejemplo, cualquier legislador podría serlo y allí entrarían
personajes como Ricardo Monreal, Mario Delgado y Olga Sánchez Cordero, sin
descontar a otros morenistas destacados. Sería interesante saber a quién tiene
preparado para ese cargo MORENA, como partido mayoritario, y si será capaz de
convencer a otros partidos de votar por su candidato para lograr la elección en
el Congreso.
Esta revocación de mandato, en caso de que se
apruebe, será un reto desde el punto de vista legal pues está por determinarse
la validez de la aplicación retroactiva de esta disposición al presidente en
funciones. También desde un punto de vista político, pues habrá un presidente
provisional y luego un presidente sustituto, situación que no ocurre desde los
años treinta del siglo pasado.
Estamos transitando terrenos desconocidos, para lo
cual habrá que estar preparados y los partidos políticos tener previsto quien
sería presidente sustituto en caso de ser necesario.
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