24 de mayo de 2021

INGRESO BÁSICO PARA TODOS

  

Por: Octavio Díaz García de León.

     La idea: El que haya un ingreso básico universal para todos es una vieja propuesta que ha tomado fuerza recientemente. Debido a los avances tecnológicos que están produciendo el desplazamiento de la fuerza de trabajo, se requiere analizar cómo se puede implementar esta iniciativa y que sea fiscalmente viable. También es importante atender a los impactos psicológicos que puede causar en las personas y los tabúes culturales que hay que romper.  

      Hace tres años escribí un artículo  sobre este tema derivado de una propuesta de campaña que hizo el entonces candidato a la presidencia, Ricardo Anaya. Como no ganó, ya no sabremos si se hubiera podido dar este beneficio a la población. Esta propuesta tenía muchas ventajas, pero una de las limitaciones que yo observaba era la viabilidad fiscal para sostener un programa así, con un ingreso que realmente permitiera a las personas subsistir.

     El presidente López Obrador mantiene un programa que inició en el sexenio del presidente Calderón, dirigido a los adultos de más de 68 años y a los de 65 o más que viven en municipios indígenas, con un monto que asciende a $15,300 pesos al año. Este es el único apoyo de carácter universal, aunque acotado por la edad, que otorga el gobierno.

    En las condiciones económicas que ahora vive nuestro país, es menos viable que en 2018 el poder otorgar un beneficio de este tipo a la población, a menos que sustituyera a todos los programas sociales. Sin embargo, el mundo se enfrenta a una revolución industrial que requiere considerar el otorgar un ingreso básico para todos.

    La Cuarta Revolución Industrial que estamos viviendo es producto de avances extraordinarios en la tecnología. Una de las transformaciones que se están dando es, por ejemplo, la robotización de la producción de bienes y servicios, lo cual inevitablemente desplazará de sus actuales trabajos a cientos de millones de personas por todo el mundo.

    Las empresas, al abaratarse y perfeccionarse los robots, la capacidad de procesamiento y almacenamiento de información, las telecomunicaciones, el transporte, y la inteligencia artificial, irán eliminando empleos, desplazando no solo a trabajadores que realizan trabajo manual repetitivo, sino también a los profesionistas.  

    En un ensayo de 1966, Erich Fromm proponía un “sueldo asegurado” para todos.  El veía una sociedad próspera con suficiente dinero para dar un ingreso mínimo garantizado a todos. Le impulsaba a proponerlo el que el hombre tuviera libertad de actuación, la cual era limitada por las condiciones sociales imperantes que obligaban a las personas a trabajar para subsistir. El sueldo asegurado daría esa anhelada libertad a todas las personas para poder dedicarse a desarrollar sus potencialidades como seres humanos.

     Pero eso requería transformaciones importantes. Tal como “pasar del consumo individual máximo el consumo óptimo; desplazar la producción de las necesidades individuales a la producción de bienes públicos”. La necesidad de superar ciertos tabúes psicológicos tal como “la abolición del principio “el que no trabaja no come””.

     El Estado tendría que transformarse también para convertirse en un eficiente proveedor de bienes públicos básicos y ser el articulador con el empresariado para orientar la producción de bienes y servicios hacia aspectos que permitan mejorar la calidad de vida y disminuir el consumo irracional. Debería también ser capaz de reciclar las utilidades generadas por empresas que ya no ocupen personal, para distribuirlas a través de este ingreso universal.

     Es oportuno considerar el otorgar este “sueldo asegurado” para todos, antes de que la tecnología desplace al ser humano de sus trabajos. También hay que reflexionar sobre los cambios que deben ocurrir en la sociedad para racionalizar el consumo, para ocupar de una manera productiva el tiempo liberado y superar el condicionamiento psicológico que asocie el derecho a subsistir con la obligación de trabajar, para con ello acceder a una sociedad que permita desarrollar todas las capacidades del ser humano.

     Si bien para México el escenario de la disrupción por la Cuarta Revolución Industrial aún se ve distante, el impacto vendrá tarde o temprano y es oportuno ir construyendo el andamiaje necesario para transitar hacia ella. 

    La Cuarta Revolución Industrial junto con el ingreso básico universal permitirán desarrollar todas las capacidades del ser humano, gracias al tiempo del que dispondrá al no tener que vivir para trabajar. Los satisfactores que hacen posible la vida humana serán en su mayoría producidos por robots y todos tendrán acceso a un ingreso básico que les permita vivir.  

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    Twitter: @octaviodiazg

 

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