1 de febrero de 2014

MÁS RECURSOS PARA EL CONGRESO


 



@octaviodiazg

 
     Nuestra Constitución tomó aspectos del sistema de gobierno americano: la división del gobierno en tres poderes y el federalismo,  entre otros. No quiere decir que esas ideas hayan nacido solo en Estados Unidos pues ya se discutían en Europa, pero sí fueron de los primeros que la pusieron en práctica con bastante éxito.
     Pero a casi 200 años de distancia de la Constitución de 1824, nuestro Congreso no ha podido funcionar como es debido en nuestro país. Aún no tenemos un Congreso que produzca las mejores  leyes  y cuyos integrantes respondan verdaderamente al mandato de sus representados y no al de sus partidos políticos. Tuve la oportunidad de hacer un internado en el Congreso de Estados Unidos y esa estadía me mostró diferencias importantes entre los Congresos de los dos países. Algunas de ellas son:

1.    El Congreso de Estados Unidos cuenta con dos cámaras. La de senadores con 100 senadores –dos por estado-  y la de representantes  con 435 miembros,  uno por cada distrito en que está dividido aquél país. Todos son elegidos de manera directa y no como nuestros congresistas plurinominales que son nombrados por los partidos políticos.

2.    Allá el equivalente a nuestra Cámara de Diputados se llama Cámara de Representantes. Un buen nombre porque aunque defiendan líneas partidistas - Republicanos o Demócratas casi todos –, en caso de  no responder a los intereses de sus representados son rápidamente echados de sus curules ya sea por la vía interna en las elecciones primarias  o en las elecciones abiertas.

3.    Cada representante es elegido por un periodo de dos años y por ello la Cámara se renueva cada dos años. Por su parte cada senador es elegido por un periodo de seis años pero en este caso dicha Cámara renueva solo a un tercio de los senadores cada dos años.

4.     Los congresistas americanos tienen la posibilidad de hacer una  carrera larga mediante la reelección. El congresista con el que colaboré – John Conyers de Michigan-  es representante desde 1965. Es decir tiene  casi 50 años en el Congreso.

5.    Nunca pierden contacto con sus distritos. Esto lo logran porque cada voto de los representantes y senadores es ampliamente publicitado en sus distritos o estados y así los electores saben si ellos están realmente protegiendo los intereses, principios y valores de su comunidad.  Los ciudadanos escriben con frecuencia a sus representantes  para impulsar ciertas leyes o para que voten en cierto sentido por lo que los congresistas tienen un buen pulso de lo que desean sus comunidades.

6.    Cuentan con un número importante de asesores. Eso hace que cada congresista, dependiendo de su antigüedad e importancia, pueda llegar a tener decenas de asesores de muy alta calidad con presencia no solo en Washington sino también en sus distritos o estados.

7.     Cada comité y subcomité del Congreso cuenta también con un número importante de asesores de tal forma que la legislación que allí se discute recibe un muy buen análisis de técnica jurídica y de políticas públicas.

8.    Cuentan con  la Biblioteca del Congreso a la que los legisladores y su personal  tienen acceso ilimitado. Probablemente sea la más grande del mundo. Tiene un acervo de 158 millones de elementos entre los que se encuentran 36 millones de libros en 460 idiomas, 69 millones de manuscritos, la más grande colección de material legal, partituras, mapas, material de audio grabado y películas. Todo empezó cuando por ley se obligó a entregar a la biblioteca dos copias de cualquier material sobre el que se solicitara el registro de derechos de autor.

9.    También tienen al Servicio de Investigación del Congreso (Congressional Research Service), que es parte de la Biblioteca del Congreso y cuenta con  un cuerpo de investigadores que realizan trabajos en políticas públicas y aspectos legales sobre cualquier tema de interés para el Congreso. Su enfoque no es partidista y tiene 600 empleados de los cuales 400 son analistas, investigadores y abogados.

10.  El Congreso de Estados Unidos tiene la fuerza para someter a juicio político a cualquier presidente. Allí están los casos de Nixon y  de Clinton en donde el primero tuvo que dejar la presidencia antes de que se llevara el juicio y con el segundo no prosperó.

    El contraste con México no puede ser mayor. Allá el Congreso federal cuenta con recursos extraordinarios para hacer sus tareas, los congresistas tienen la posibilidad de hacer una carrera mediante la reelección, rinden cuentas a sus representados más que a sus partidos y no existen los  plurinominales que no son elegidos por los ciudadanos sino por los partidos políticos.
     Desafortunadamente en México se entiende poco lo que hace nuestro Congreso o para que sirve; el divorcio con sus representados es casi total y se trivializa y critica el que tengan recursos para trabajar. No basta con la reelección de diputados y senadores: hace falta una profesionalización a fondo del Congreso y eso cuesta. Pero invertir en el Poder Legislativo es  muy importante si queremos vivir en un país de buenas  leyes y en un estado de derecho. Ojalá se le asignen más recursos y tenga legisladores profesionales para que hagan mejor su trabajo.

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Blog: octaviodiazgl.blogspot.com                            Correo: odiazgl@gmail.com

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