8 de noviembre de 2013

LOS USOS DUALES DE LA CIENCIA

POR: OCTAVIO DÍAZ GARCÍA DE LEÓN
@octaviodiazg


      Los avances científicos han traído innumerables beneficios pero también  riesgos para la humanidad  ya que pueden ser utilizados como armas. A esto se le llama uso dual de la investigación. Un ejemplo es el de la energía nuclear. Los beneficios derivados de su uso como fuente  de energía para generar electricidad  han sido inmensos, pero  las bombas atómicas, desde su creación, constituyen la mayor amenaza a la vida sobre la Tierra. Otro ejemplo, en el campo de la química, fue el poder fabricar en forma masiva el amoníaco para hacer fertilizantes pero también dio la posibilidad de producir explosivos para elaborar bombas. Un ejemplo reciente de uso de fertilizantes para fines terroristas fue el ataque de Timothy McVeigh a un edificio del gobierno federal americano en la ciudad de Oklahoma utilizando 1.8 toneladas de nitrato de amonio – fertilizante-  y otros explosivos, que causó más de 160 muertes.  

      Por ello se han elaborado tratados internacionales para evitar que productos químicos y la energía atómica sean utilizados como armas. Tal es el caso de la  “Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción”  y el Tratado de Tlaltelolco (“Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe”)  que le valió el Premio Nobel de la Paz al embajador Alfonso García Robles. Sin embargo el campo de los desarrollos en materia de biología sintética  va a la zaga, aun cuando ya existe una Convención de la ONU sobre Armas Biológicas, pero que no alcanza a prevenir todos los riesgos.

     En el número de noviembre de este año de la revista Foreign Affairs se ha destacado los riesgos que representan los avances en la biología sintética. Si bien esta ciencia puede desarrollar medicinas para curar enfermedades, vacunas, organismos que eliminen la contaminación ambiental y otras aplicaciones benéficas,   si no se controlan los procesos de investigación pueden desarrollarse bacterias y virus como armas. Desde la creación de la primera bacteria sintética se dieron advertencias sobre ello.  En 2011 se realizaron experimentos para que el virus H5N1 que actualmente solo se transmite de animales a humanos  se pudiera transmitir entre humanos. La controversia llegó incluso a impedir que se publicara el artículo que describía el procedimiento. Y es que este virus de influenza provoca una mortalidad del 59%. En comparación, el virus que causó la pandemia de influenza “española” en 1918 provocó una mortalidad de 50 millones de personas, tenía solo una mortalidad de 2.5%. Hoy en día los virus de la influenza son los que representan la mayor amenaza a la humanidad por su capacidad de transmitirse por el aire y por la elevada mortalidad que provocan algunas variedades de estos virus. El problema se agrava ya que han caído las barreras para crear virus y bacterias sintéticas, su costo de producción se ha abaratado mucho y ya no solo biólogos son capaces de desarrollar estos materiales.  Además la información está disponible en  internet y ya existen muchos laboratorios que surten precursores de estos materiales lo que la hace accesible a posibles terroristas o países que deseen usarlos con fines bélicos.

     En México ya existen medidas para vigilar a las sustancias químicas con uso dual. Para ello se promulgó la “Ley Federal para el Control de Sustancias Químicas Susceptibles de Desvío para la Fabricación de Armas Químicas” en julio de 2009. Dicha Ley faculta para revisiones y supervisiones de la industria
 química a la Secretaría de Gobernación a través del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y a su  departamento llamado Autoridad Nacional. Por cierto,  el haberlo ubicado  en esta institución es un error, ya que es muy inusual que una agencia de inteligencia tenga tratos con el público para atender trámites, dar permisos, etc. Más bien debió haber quedado a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional. Pero con estos instrumentos México ya vigila el uso de sustancias con funciones químicas duales. Sustancias que pueden usarse para producir productos industriales y de consumo  o bien  como armas de destrucción masiva tales como el gas sarín, recientemente utilizado en Siria y que mató a centenares de civiles. La lista de las sustancias controladas se encuentra en un anexo de la Ley y todo ello puede consultarse en el portal www.autoridadnacional.gob.mx.

     De la misma forma como se han desarrollado estos instrumentos para controlar sustancias químicas de uso dual, es muy importante que el gobierno federal desarrolle otros similares para prevenir  las amenazas que se han identificado con los usos duales de productos biológicos. Para ello es necesario una Ley que regule la fabricación, comercialización y almacenamiento de materiales biológicos de uso dual y que  esta Ley contemple una Autoridad Nacional en esta materia que pueda revisar e inspeccionar laboratorios, vigilar las importaciones y exportaciones de estos materiales e incluso prohibirlas, entre otras actividades. Asimismo ante el impacto de una pandemia natural como la del virus de la influenza H1N1 que tanto nos afectó en el 2009 hace falta reforzar los mecanismos de seguridad, inteligencia y protección civil que permita reaccionar mejor ante estas amenazas ya que son muy grandes los riesgos a la seguridad nacional ante el posible brote de uno de estas pandemias de influenza o ante organismos biológicos creados con fines terroristas.


Nota: 

Como bien me hizo notar Octavio Díaz Jr. El dato de mortalidad de la influenza española que en el articulo de Foreign Affairs indica que es de 2.5% no es lógico. Si se estima en 50 millones de muertes los infectados hubieran tenido que ser 2000 millones de personas. casi toda la humanidad.  Voy a buscar otra fuente. 

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