POR: OCTAVIO DÍAZ GARCÍA DE LEÓN
@octaviodiazg
Los
avances científicos han traído innumerables beneficios pero también riesgos para la humanidad ya que pueden ser utilizados como armas. A
esto se le llama uso dual de la investigación. Un ejemplo es el de la energía
nuclear. Los beneficios derivados de su uso como fuente de energía para generar electricidad han sido inmensos, pero las bombas atómicas, desde su creación,
constituyen la mayor amenaza a la vida sobre la Tierra. Otro ejemplo, en el
campo de la química, fue el poder fabricar en forma masiva el amoníaco para hacer
fertilizantes pero también dio la posibilidad de producir explosivos para elaborar
bombas. Un ejemplo reciente de uso de fertilizantes para fines terroristas fue el
ataque de Timothy McVeigh a un edificio del gobierno federal americano en la
ciudad de Oklahoma utilizando 1.8 toneladas de nitrato de amonio –
fertilizante- y otros explosivos, que
causó más de 160 muertes.
Por
ello se han elaborado tratados internacionales para evitar que productos
químicos y la energía atómica sean utilizados como armas. Tal es el caso de
la “Convención sobre la Prohibición del
Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y
sobre su Destrucción” y el Tratado de
Tlaltelolco (“Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares en América Latina
y el Caribe”) que le valió el Premio
Nobel de la Paz al embajador Alfonso García Robles. Sin embargo el campo de los
desarrollos en materia de biología sintética
va a la zaga, aun cuando ya existe una Convención de la ONU sobre Armas
Biológicas, pero que no alcanza a prevenir todos los riesgos.
En
el número de noviembre de este año de la revista Foreign Affairs se ha
destacado los riesgos que representan los avances en la biología sintética. Si
bien esta ciencia puede desarrollar medicinas para curar enfermedades, vacunas,
organismos que eliminen la contaminación ambiental y otras aplicaciones
benéficas, si no se controlan los procesos de
investigación pueden desarrollarse bacterias y virus como armas. Desde la
creación de la primera bacteria sintética se dieron advertencias sobre ello. En 2011 se realizaron experimentos para que el
virus H5N1 que actualmente solo se transmite de animales a humanos se pudiera transmitir entre humanos. La
controversia llegó incluso a impedir que se publicara el artículo que describía
el procedimiento. Y es que este virus de influenza provoca una mortalidad del
59%. En comparación, el virus que causó la pandemia de influenza “española” en
1918 provocó una mortalidad de 50 millones de personas, tenía solo una
mortalidad de 2.5%. Hoy en día los virus de la influenza son los que
representan la mayor amenaza a la humanidad por su capacidad de transmitirse
por el aire y por la elevada mortalidad que provocan algunas variedades de
estos virus. El problema se agrava ya que han caído las barreras para crear
virus y bacterias sintéticas, su costo de producción se ha abaratado mucho y ya
no solo biólogos son capaces de desarrollar estos materiales. Además la información está disponible en internet y ya existen muchos laboratorios que
surten precursores de estos materiales lo que la hace accesible a posibles
terroristas o países que deseen usarlos con fines bélicos.
En
México ya existen medidas para vigilar a las sustancias químicas con uso dual.
Para ello se promulgó la “Ley Federal para el Control de Sustancias Químicas Susceptibles
de Desvío para la Fabricación de Armas Químicas” en julio de 2009. Dicha Ley faculta
para revisiones y supervisiones de la industria
química a la Secretaría de Gobernación a través del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y a su departamento llamado Autoridad Nacional. Por cierto, el haberlo ubicado en esta institución es un error, ya que es muy inusual que una agencia de inteligencia tenga tratos con el público para atender trámites, dar permisos, etc. Más bien debió haber quedado a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional. Pero con estos instrumentos México ya vigila el uso de sustancias con funciones químicas duales. Sustancias que pueden usarse para producir productos industriales y de consumo o bien como armas de destrucción masiva tales como el gas sarín, recientemente utilizado en Siria y que mató a centenares de civiles. La lista de las sustancias controladas se encuentra en un anexo de la Ley y todo ello puede consultarse en el portal www.autoridadnacional.gob.mx.
química a la Secretaría de Gobernación a través del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y a su departamento llamado Autoridad Nacional. Por cierto, el haberlo ubicado en esta institución es un error, ya que es muy inusual que una agencia de inteligencia tenga tratos con el público para atender trámites, dar permisos, etc. Más bien debió haber quedado a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional. Pero con estos instrumentos México ya vigila el uso de sustancias con funciones químicas duales. Sustancias que pueden usarse para producir productos industriales y de consumo o bien como armas de destrucción masiva tales como el gas sarín, recientemente utilizado en Siria y que mató a centenares de civiles. La lista de las sustancias controladas se encuentra en un anexo de la Ley y todo ello puede consultarse en el portal www.autoridadnacional.gob.mx.
De
la misma forma como se han desarrollado estos instrumentos para controlar
sustancias químicas de uso dual, es muy importante que el gobierno federal
desarrolle otros similares para prevenir las amenazas que se han identificado con los
usos duales de productos biológicos. Para ello es necesario una Ley que regule la
fabricación, comercialización y almacenamiento de materiales biológicos de uso
dual y que esta Ley contemple una
Autoridad Nacional en esta materia que pueda revisar e inspeccionar
laboratorios, vigilar las importaciones y exportaciones de estos materiales e
incluso prohibirlas, entre otras actividades. Asimismo ante el impacto de una
pandemia natural como la del virus de la influenza H1N1 que tanto nos afectó en
el 2009 hace falta reforzar los mecanismos de seguridad, inteligencia y
protección civil que permita reaccionar mejor ante estas amenazas ya que son
muy grandes los riesgos a la seguridad nacional ante el posible brote de uno de
estas pandemias de influenza o ante organismos biológicos creados con fines
terroristas.
Nota:
Como bien me hizo notar Octavio Díaz Jr. El dato de mortalidad de la influenza española que en el articulo de Foreign Affairs indica que es de 2.5% no es lógico. Si se estima en 50 millones de muertes los infectados hubieran tenido que ser 2000 millones de personas. casi toda la humanidad. Voy a buscar otra fuente.
Nota:
Como bien me hizo notar Octavio Díaz Jr. El dato de mortalidad de la influenza española que en el articulo de Foreign Affairs indica que es de 2.5% no es lógico. Si se estima en 50 millones de muertes los infectados hubieran tenido que ser 2000 millones de personas. casi toda la humanidad. Voy a buscar otra fuente.
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