22 de noviembre de 2013

CAMBIAR EL MODELO EDUCATIVO



      No se necesita ir a una escuela para ser exitoso o para ser experto en algún tema. Seguramente usted conoce personas cercanas que han destacado y que no hicieron una carrera profesional. Les doy un par de ejemplos: Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, uno de los intelectuales más importantes del siglo XX, y Guillermo Tovar y de Teresa – recientemente fallecido – el mayor experto en arte novohispano. Pero difícilmente encontrará usted un trabajo bien remunerado o le permitirán ejercer la abogacía, la medicina o la ingeniería si no cuenta con un título profesional aunque pueda  saber más de estos temas que cualquier persona que haya ido a la universidad.

     La escuela nunca ha sido garantía de que las personas que acudan a ella, aprendan y dominen los temas que van a estudiar. ¿Por qué entonces se insiste en que el modelo de escolarización que ya tiene varios siglos de existencia y que es cada vez más obsoleto, continúe prevaleciendo como método para la educación? ¿Por qué se pone como requisito para ejercer una profesión el tener un título profesional sin importar la calidad de los conocimientos?  

     Los esquemas de enseñanza no han cambiado mucho en los últimos  siglos. Se confina a los alumnos en escuelas y se les pone un maestro al frente para enseñarles. Una larga cadena de exámenes va acreditando los avances de los alumnos y quienes aprueben todos los necesarios se les va dando pase de año y al final de cada ciclo educativo un certificado.  Este proceso se va  encadenando de tal forma que no se puede avanzar si no se van cubriendo cada uno de los requisitos previos. Hay personas que acuden a la escuela  durante más de treinta años.

      De  esta forma el sistema educativo  en México y otros países se ha masificado y en el proceso se ha burocratizado enormemente. Además,  los títulos universitarios se convirtieron en una forma de movilidad social y por eso la demanda de estudios universitarios rebasó a la oferta e hizo que instituciones como la UNAM, en su momento, demeritaran  calidad de la educación debido a la masificación. El culto al título profesional, especialmente propalado por los que sí tienen título, ha llevado a querer que todo mundo acuda a una escuela. Pero esto ha hecho que se confundan los medios (ir a la escuela) con los fines (aprender) ya que pareciera que lo importante es obtener los certificados necesarios y no lo que se aprenda.

     El modelo de educación tradicional está en vías de agotarse desde que las tecnologías de información han dado la posibilidad de acceder al conocimiento de otra manera. Si bien ya hay modelos educativos que han dado  a los niños esquemas de aprendizaje con mucha libertad para aprender, estos modelos o no han sido comprendidos, o son intentos aislados, ya que los intereses de la escuela tradicional están muy arraigados. Para no ir muy lejos, en México alrededor de 1.8 millones de personas viven de las escuelas. Ante los cambios que ha producido la tecnología en la educación y el agotamiento del modelo tradicional, sugiero algunas ideas para ir rompiendo los viejos esquemas educativos:

1.    El aprendizaje se puede dar en aulas o en cualquier otra parte. Habría que acabar con la idea de tener confinados a los niños y jóvenes en espacios cerrados  de tipo carcelario.

2.    Los horarios pueden ser libres. Cada persona es diferente en cuanto a cuales  horas aprende más.

3.    El maestro no solo debe enseñar. Debe guiar, orientar, discutir, aprender junto con sus alumnos y compartir su experiencia de vida, que puede ser valiosa.

4.    No deben existir libros de texto únicos. En un mundo con infinidad de conocimientos disponibles es absurdo confinar el conocimiento  a un limitadísimo y único libro de texto.

5.    Las personas deben poder aprender cada quien a su ritmo, de acuerdo a sus capacidades auditivas, visuales, intelectuales, etc. y no en calendarios escolares rígidos, ni en secuencia estricta.

6.    Sería bueno reducir la burocracia y la certificacionitis. Los títulos y certificados expedidos por escuelas no son las mejores formas de probar que alguien tiene los conocimientos o habilidades para hacer un trabajo.

7.    Se podrían enfatizar aspectos como aprender otro idioma; aprender a tocar un instrumento musical; desarrollar otra habilidad artística (Literatura, artes plásticas, teatro, etc.); practicar un deporte; aprender un oficio (Plomero, electricista, carpintero, mecánico, etc.); todo ello  como parte importante del proceso educativo.

8.    Se podría fomentar el autoconocimiento para que los estudiantes conozcan    sus potencialidades y tengan una mejor orientación vocacional.

9.    Se debe dar acceso a toda la tecnología disponible para que quienes quieran aprender dispongan de la vastedad de conocimientos e información que existe en el internet.

10. Habría que ofrecer medios de comunicación modernos para que quienes quieran aprender  tengan acceso vía voz, correo o video a los personajes y organizaciones que desarrollan los grandes avances de las ciencias y del campo social.

      Los desarrollos tecnológicos plantean la necesidad de  liberar a la educación de su cárcel, la escuela, ya que la manera de aprender está cambiando con la explosión de tecnologías de información y comunicaciones. Seguir impulsando un esquema educativo ya obsoleto por no afectar a una burocracia, pone en riesgo el avance de nuestro país.  
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