No
se necesita ir a una escuela para ser exitoso o para ser experto en algún tema.
Seguramente usted conoce personas cercanas que han destacado y que no hicieron
una carrera profesional. Les doy un par de ejemplos: Octavio Paz, Premio Nobel
de Literatura, uno de los intelectuales más importantes del siglo XX, y
Guillermo Tovar y de Teresa – recientemente fallecido – el mayor experto en
arte novohispano. Pero difícilmente encontrará usted un trabajo bien remunerado
o le permitirán ejercer la abogacía, la medicina o la ingeniería si no cuenta
con un título profesional aunque pueda saber más de estos temas que cualquier persona
que haya ido a la universidad.
La
escuela nunca ha sido garantía de que las personas que acudan a ella, aprendan
y dominen los temas que van a estudiar. ¿Por qué entonces se insiste en que el
modelo de escolarización que ya tiene varios siglos de existencia y que es cada
vez más obsoleto, continúe prevaleciendo como método para la educación? ¿Por qué
se pone como requisito para ejercer una profesión el tener un título profesional
sin importar la calidad de los conocimientos?
Los
esquemas de enseñanza no han cambiado mucho en los últimos siglos. Se confina a los alumnos en escuelas y
se les pone un maestro al frente para enseñarles. Una larga cadena de exámenes
va acreditando los avances de los alumnos y quienes aprueben todos los
necesarios se les va dando pase de año y al final de cada ciclo educativo un
certificado. Este proceso se va encadenando de tal forma que no se puede
avanzar si no se van cubriendo cada uno de los requisitos previos. Hay personas
que acuden a la escuela durante más de
treinta años.
De esta forma el sistema educativo en México y otros países se ha masificado y
en el proceso se ha burocratizado enormemente. Además, los títulos universitarios se convirtieron en
una forma de movilidad social y por eso la demanda de estudios universitarios rebasó
a la oferta e hizo que instituciones como la UNAM, en su momento, demeritaran calidad de la educación debido a la
masificación. El culto al título profesional, especialmente propalado por los
que sí tienen título, ha llevado a querer que todo mundo acuda a una escuela. Pero
esto ha hecho que se confundan los medios (ir a la escuela) con los fines
(aprender) ya que pareciera que lo importante es obtener los certificados
necesarios y no lo que se aprenda.
El
modelo de educación tradicional está en vías de agotarse desde que las
tecnologías de información han dado la posibilidad de acceder al conocimiento
de otra manera. Si bien ya hay modelos educativos que han dado a los niños esquemas de aprendizaje con mucha libertad
para aprender, estos modelos o no han sido comprendidos, o son intentos
aislados, ya que los intereses de la escuela tradicional están muy arraigados.
Para no ir muy lejos, en México alrededor de 1.8 millones de personas viven de
las escuelas. Ante los cambios que ha producido la tecnología en la educación y
el agotamiento del modelo tradicional, sugiero algunas ideas para ir rompiendo
los viejos esquemas educativos:
1. El aprendizaje se puede dar en aulas o
en cualquier otra parte. Habría que acabar con la idea de tener confinados a
los niños y jóvenes en espacios cerrados de tipo carcelario.
2. Los horarios pueden ser libres. Cada
persona es diferente en cuanto a cuales horas aprende más.
3. El maestro no solo debe enseñar. Debe
guiar, orientar, discutir, aprender junto con sus alumnos y compartir su
experiencia de vida, que puede ser valiosa.
4. No deben existir libros de texto
únicos. En un mundo con infinidad de conocimientos disponibles es absurdo
confinar el conocimiento a un
limitadísimo y único libro de texto.
5. Las personas deben poder aprender cada
quien a su ritmo, de acuerdo a sus capacidades auditivas, visuales,
intelectuales, etc. y no en calendarios escolares rígidos, ni en secuencia
estricta.
6. Sería bueno reducir la burocracia y la
certificacionitis. Los títulos y certificados expedidos por escuelas no son las
mejores formas de probar que alguien tiene los conocimientos o habilidades para
hacer un trabajo.
7. Se podrían enfatizar aspectos como
aprender otro idioma; aprender a tocar un instrumento musical; desarrollar otra
habilidad artística (Literatura, artes plásticas, teatro, etc.); practicar un
deporte; aprender un oficio (Plomero, electricista, carpintero, mecánico, etc.);
todo ello como parte importante del
proceso educativo.
8. Se podría fomentar el autoconocimiento
para que los estudiantes conozcan sus potencialidades
y tengan una mejor orientación vocacional.
9. Se debe dar acceso a toda la
tecnología disponible para que quienes quieran aprender dispongan de la
vastedad de conocimientos e información que existe en el internet.
10. Habría que ofrecer medios de
comunicación modernos para que quienes quieran aprender tengan acceso vía voz, correo o video a los
personajes y organizaciones que desarrollan los grandes avances de las ciencias
y del campo social.
Los
desarrollos tecnológicos plantean la necesidad de liberar a la educación de su cárcel, la
escuela, ya que la manera de aprender está cambiando con la explosión de
tecnologías de información y comunicaciones. Seguir impulsando un esquema
educativo ya obsoleto por no afectar a una burocracia, pone en riesgo el avance
de nuestro país.
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