9 de agosto de 2013

EL RETO DEL DESARROLLO ECONÓMICO


      Uno de los retos más importantes que tiene nuestro país es lograr un desarrollo económico acelerado y sostenido. Por años hemos tenido un crecimiento bajo del PIB, sin crecimiento en la  productividad, con generación insuficiente de empleo formal, con un alto número de empresas informales y un elevado índice de desigualdad social, entre otros factores. Como en todo problema complejo cuyas variables están altamente  interrelacionadas, es necesario tener cuidado a donde debe dirigirse la acción del Estado para que los empresarios de nuestro país puedan desarrollarse exitosamente y con ello impulsar la economía. A continuación presento una panorámica breve de la problemática:

1.    Creación  de empleo. Cada año ingresan al mercado de trabajo alrededor de un millón de personas. A eso hay que sumarle el desempleo abierto que asciende a 2.6 millones de personas.  

2.    Productividad. La productividad de la fuerza laboral no ha crecido en los últimos veinte años. De acuerdo con el Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C.,  este crecimiento fue de 2.1% entre 1991 y 2009; en contraste,  la productividad en Corea del Sur en el mismo periodo creció un 82.85% y en Irlanda un 64.2%. Una baja productividad se traduce en sueldos bajos, fragilidad del empleo y poco crecimiento de la economía.  
3.    Informalidad. El número de personas ocupadas en la informalidad asciende a 14.4 millones o el 28% del total de la población económicamente activa según el INEGI. Entre las causas que provocan la informalidad, se encuentran excesivas regulaciones, cargas fiscales, cargas de seguridad social, exceso de trámites para establecer una empresa,  entre otras.

4.    Fragmentación. La mayor parte de las empresas son medianas, pequeñas y micro las cuales generan empleo de manera muy precaria y con pocas posibilidades de competencia. Las MYPYMES representan el 99.6%  de las unidades económicas (96% son micro empresas),  generan el 52% del PIB y el 72% del empleo. Tienen una muy baja productividad: las grandes empresas son 6.3 veces más productivas que las microempresas, 2.9 veces más productivas que las pequeñas y 1.7 veces mejor que las medianas. Sólo 41% de las MYPYMES son formales.

5.    Migración. Hoy en día ingresan más personas al país de las que salen. El Consejo Nacional de Población  estima este flujo de entrada en alrededor de 250,000 personas por año lo que implica una presión adicional sobre la demanda de empleo.

6.    Creación de empresas. Hace falta crear empresas formales, con mayor generación de valor agregado, con una sustentabilidad más larga y competitividad internacional.

7.    Falta de crédito. La mayor parte de las MYPYMES no son sujetas de crédito por lo que su capacidad de equipamiento, sustentabilidad y crecimiento son muy limitadas.

8.    Falta de capital. No existen mercados de capitales para  MYPYMES. Hace falta más capital de riesgo para apoyar proyectos empresariales viables.  

9.    Falta de capacidades empresariales. La mayoría de los empresarios no tienen oportunidad de ir a escuelas de negocios como el IPADE o la EGADE y hay  pocas  opciones de capacitación.

10. Falta de gobernanza en las empresas. Aunado a la falta de capacidades empresariales se da una falta de gobernanza adecuada en las empresas lo que impide su éxito.

11. Faltan condiciones para una  mayor competencia en determinados sectores como: energía, cemento, telecomunicaciones,  radiodifusión, entre otros.  

      Los recursos de que disponen los tres órdenes de gobierno para apoyar el desarrollo empresarial son limitados. El gobierno federal destina básicamente subsidios y garantías para apoyar a los empresarios pero sólo alcanzan para cubrir a un pequeño porcentaje de las empresas y no están bien repartidos. Por ello hace falta definir a qué objetivos se deben canalizar los recursos públicos. La dificultad estriba en que algunos de estos objetivos podrían contraponerse. Por ejemplo:      
 
1.    Empleo vs. productividad. Incrementar la productividad implica producir más con menos empleos por lo que no ayudaría a generar empleo.

2.    Más empresas vs. menos informalidad. La lucha contra la informalidad podría desincentivar la creación de empresas si no se quitan las barreras que impiden que las empresas se establezcan  formalmente.

3.    Mayores cargas impositivas vs. nuevos negocios. El aumento de impuestos o cargas de seguridad social al sector productivo desalienta la creación de nuevas empresas y empleos.

       ¿Cuáles deberán ser los objetivos de las políticas públicas ante esta problemática? ¿Aumentar la productividad? ¿Generar empleo? ¿Crear  empresas? ¿Mejorar la sustentabilidad de las empresas? ¿Disminuir la informalidad? ¿Formar empresas más grandes? Todo a la vez no es posible.  Se requiere primero definir las prioridades, establecer una estrategia para atenderlas y estar  consciente de que lograr efectos positivos en unos aspectos podría traer consecuencias negativas en otros. Por lo pronto ya hay anuncios importantes de lo que está impulsando  el gobierno del Presidente Peña: mejorar la productividad para generar empleos más remunerados; combatir la informalidad;  impulsar a las MYPYMES; otorgar más créditos a empresarios; entre otras. Falta quizá explicar mejor porque se han establecido esas prioridades y cuál va a ser su impacto en el desarrollo económico del país, medido por ejemplo en crecimiento del PIB, o algún otro indicador, que refleje el éxito de la estrategia elegida.


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