Uno
de los retos más importantes que tiene nuestro país es lograr un desarrollo
económico acelerado y sostenido. Por años hemos tenido un crecimiento bajo del
PIB, sin crecimiento en la productividad, con generación insuficiente de
empleo formal, con un alto número de empresas informales y un elevado índice de
desigualdad social, entre otros factores. Como en todo problema complejo cuyas
variables están altamente interrelacionadas,
es necesario tener cuidado a donde debe dirigirse la acción del Estado para que
los empresarios de nuestro país puedan desarrollarse exitosamente y con ello impulsar
la economía. A continuación presento una panorámica breve de la problemática:
1. Creación
de empleo. Cada año ingresan al mercado de
trabajo alrededor de un millón de personas. A eso hay que sumarle el desempleo
abierto que asciende a 2.6 millones de personas.
2. Productividad. La productividad de la fuerza laboral
no ha crecido en los últimos veinte años. De acuerdo con el Centro de Investigación
para el Desarrollo, A.C., este
crecimiento fue de 2.1% entre 1991 y 2009; en contraste, la productividad en Corea del Sur en el mismo
periodo creció un 82.85% y en Irlanda un 64.2%. Una baja productividad se
traduce en sueldos bajos, fragilidad del empleo y poco crecimiento de la
economía.
3. Informalidad.
El número de personas
ocupadas en la informalidad asciende a 14.4 millones o el 28% del total de la
población económicamente activa según el INEGI. Entre las causas que provocan
la informalidad, se encuentran excesivas regulaciones, cargas fiscales, cargas
de seguridad social, exceso de trámites para establecer una empresa, entre otras.
4. Fragmentación. La mayor parte de las empresas son medianas,
pequeñas y micro las cuales generan empleo de manera muy precaria y con pocas
posibilidades de competencia. Las MYPYMES representan el 99.6% de las unidades económicas (96% son micro
empresas), generan el 52% del PIB y el
72% del empleo. Tienen una muy baja productividad: las grandes empresas son 6.3
veces más productivas que las microempresas, 2.9 veces más productivas que las
pequeñas y 1.7 veces mejor que las medianas. Sólo 41% de las MYPYMES son
formales.
5. Migración. Hoy en día ingresan más personas al
país de las que salen. El Consejo Nacional de Población estima este flujo de entrada en alrededor de
250,000 personas por año lo que implica una presión adicional sobre la demanda
de empleo.
6. Creación
de empresas. Hace
falta crear empresas formales, con mayor generación de valor agregado, con una
sustentabilidad más larga y competitividad internacional.
7. Falta
de crédito. La mayor
parte de las MYPYMES no son sujetas de crédito por lo que su capacidad de
equipamiento, sustentabilidad y crecimiento son muy limitadas.
8. Falta
de capital. No
existen mercados de capitales para MYPYMES. Hace falta más capital de riesgo para
apoyar proyectos empresariales viables.
9. Falta
de capacidades empresariales.
La mayoría de los empresarios no tienen oportunidad de ir a escuelas de
negocios como el IPADE o la EGADE y hay
pocas opciones de capacitación.
10. Falta
de gobernanza en las empresas.
Aunado a la falta de capacidades empresariales se da una falta de gobernanza
adecuada en las empresas lo que impide su éxito.
11. Faltan
condiciones para una mayor competencia en determinados sectores como: energía,
cemento, telecomunicaciones, radiodifusión, entre otros.
Los
recursos de que disponen los tres órdenes de gobierno para apoyar el desarrollo
empresarial son limitados. El gobierno federal destina básicamente subsidios y
garantías para apoyar a los empresarios pero sólo alcanzan para cubrir a un
pequeño porcentaje de las empresas y no están bien repartidos. Por ello hace
falta definir a qué objetivos se deben canalizar los recursos públicos. La
dificultad estriba en que algunos de estos objetivos podrían contraponerse. Por
ejemplo:
1. Empleo vs. productividad. Incrementar
la productividad implica producir más con menos empleos por lo que no ayudaría
a generar empleo.
2. Más empresas vs. menos informalidad. La
lucha contra la informalidad podría desincentivar la creación de empresas si no
se quitan las barreras que impiden que las empresas se establezcan formalmente.
3. Mayores cargas impositivas vs. nuevos negocios.
El aumento de impuestos o cargas de seguridad social al sector productivo
desalienta la creación de nuevas empresas y empleos.
¿Cuáles
deberán ser los objetivos de las políticas públicas ante esta problemática? ¿Aumentar
la productividad? ¿Generar empleo? ¿Crear
empresas? ¿Mejorar la sustentabilidad de las empresas? ¿Disminuir la
informalidad? ¿Formar empresas más grandes? Todo a la vez no es posible. Se requiere primero definir las prioridades,
establecer una estrategia para atenderlas y estar consciente de que lograr efectos positivos en
unos aspectos podría traer consecuencias negativas en otros. Por lo pronto ya
hay anuncios importantes de lo que está impulsando el gobierno del Presidente Peña: mejorar la
productividad para generar empleos más remunerados; combatir la
informalidad; impulsar a las MYPYMES;
otorgar más créditos a empresarios; entre otras. Falta quizá explicar mejor
porque se han establecido esas prioridades y cuál va a ser su impacto en el
desarrollo económico del país, medido por ejemplo en crecimiento del PIB, o
algún otro indicador, que refleje el éxito de la estrategia elegida.
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