12 de julio de 2013

TOUR POR EL INFIERNO



        A mitad del camino de la vida, me encontraba perdido en la oscura selva de asfalto con el GPS descompuesto. La agencia de viajes Dante, Al y Ghieri, expertos en viajes al más allá, al verme perdido, se ofreció llevarme por la tenebrosa ruta que conduce al Infierno. Aunque no iba para allá, me llamó la atención tan escabroso destino. Lleno de incertidumbre por las devaluaciones intempestivas y vertiginosas del peso y sin saber si aceptarían tarjeta de crédito en esos lugares, pedí  primero que me explicaran como son aquellos parajes antes de  comprar el boleto. Entonces  me presentaron a quien sería mi guía, de nombre  Dante, quien me convenció que no había nada que explicar y que era mejor  gozar de “… the real thing”. Además, que  era mejor  conocer el Infierno en  un viaje de placer y no luego ya que fuera visita obligada y destino final. Me advirtió mi guía que ningún ser humano vivo tiene permiso de ingresar allí y que las almas de los muertos que entran ya nunca podrán salir, pero conmigo harían una excepción. Temeroso, me cercioré de que mi boleto fuera de ida y vuelta antes de pagarlo.  El paquete del tour incluía el viaje que duraba una semana pero no se preveían ni hotel, ni alimentos, ni transporte. Quizá por eso resultaba tan barato.

     Aquello me convenció y por si las dudas me llevé mi American Express como aconsejan en todo viaje. Partí en compañía de Dante  al lugar  que sólo él sabe dónde está.  La entrada tiene un letrero muy vistoso con palabras ominosas cuya última frase dice:”...PERDED TODA ESPERANZA AL TRASPASARME.”  Como verán, no es un lugar muy acogedor. Antes de entrar a ese lugar  Dante  me explicó que el Infierno que íbamos a visitar era una versión muy antigua. Que fue construido allá por el año 1310 por lo que tenía sus peculiaridades. Los Infiernos modernos ya tienen otras incomodidades y tormentos que no hubieran previsto los antiguos. El Infierno de Dante,  tiene nueve círculos concéntricos  descendentes y la idea era bajar uno por uno. Saludar a los condenados. No a todos sino a los más connotados y de preferencia a los conocidos, que tenía ya tiempo de no ver por haberse muerto. Lo que no me quedó claro es quienes llegan al  Infierno de Dante y quienes a los más modernos. Me dijo que eso lo decidían en las alturas: “allí donde se puede todo lo que se quiere” según me explicó. Parece ser que los pecadores modernos habían cometido tales atrocidades que el Infierno de Dante no era suficiente para atormentarlos así que tuvieron que hacerlo más amplio y moverlo a lugares menos acogedores que la Tierra tales como Venus en donde llueve metal fundido y la atmósfera es de ácido sulfúrico. Esto es,  con condiciones más apropiadas para los monstruos modernos y que pudiera acoger a personajes como Hitler, Stalin, Pol Pot y sus secuaces.

      La iluminación en el Infierno proviene sólo de las llamas que abundan por todos lados. Además de los nueve círculos, tiene una ciudad amurallada llamada la ciudad de Dite, cuatro ríos que más bien son lagunas (Aqueronte, Estigia, Flegetonte y Cocito)  y es custodiado por personajes entre míticos y diabólicos. Los tormentos son muy variados e imaginativos, muy crueles todos y  basados en la ley  del contrapaso (sufren el contrario de su culpa). Los que cuidan el lugar allí son tipos interesantes provenientes de la mitología y diablos de la peor ralea, todos bastante desagradables. Sin embargo en la Bolsa 5 del Octavo Círculo también se encuentra  un grupo de diablos juguetones – malasgarras - con nombres graciosos.  Algunos sitios dignos de mención en mi recorrido son:

1.    El Vestíbulo. Pasando la puerta con el letrero ominoso, se encuentra el lugar de los tibios, los indiferentes, los que no toman partido. Son atormentados por abejas y vientos huracanados.  
2.    El Limbo o Primer Círculo. Este es un lugar ni bueno ni malo sino todo lo contrario. Hay un castillo agradable y verdes prados. Aquí se encuentran  todos los que vivieron antes de Cristo y los no bautizados. Dante me presentó a Homero, Horacio, Ovidio, Lucano y Virgilio con quienes estuvimos charlando.
3.    Cuarto Círculo. En este nivel se encuentran los avaros y los pródigos. Empujan  pesos y caminan cada quien en dirección contraria golpeándose al encontrarse. Allí nos recibió Pluto que nos dijo “¡Papé Satán, papé Satán, aleppe!” Nadie sabe que quiere decir pero suena aterrador.
4.    Octavo Círculo. Este círculo tiene diez bolsas. Aquí se encuentran rufianes, seductores, aduladores sumergidos en excremento, simoníacos, adivinos, magos, barateros, hipócritas, ladrones, malos consejeros, sembradores de discordia, falseadores y, me dicen, políticos corruptos.
5.    Noveno Círculo. Este Círculo ubicado en una laguna de hielo llamado Cocito está reservado a los traidores. En lo más profundo se encuentra Satanás. Un gigante  bastante desagradable con tres cuerpos, tres caras y un par de alas debajo de cada cara,  inmerso en el hielo hasta la cintura. En cada una de sus bocas mastica a  los máximos pecadores: Bruto, Casio y Judas.

      Es mucho más lo que vi en el tour del Infierno en  esa semana de terror pero si leen “La Divina Comedia” del maestro Dante Alighieri tendrán todos los detalles. Les recomiendo que lo hagan.
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