En una isla
lejana se encuentra la fábrica “Rossum´s Universal Robots”. El fundador intentó construir un hombre por medios
sintéticos. Había encontrado una fórmula que permitía replicar lo que hacía la
naturaleza por sí misma. Sus intentos no fueron muy exitosos por lo que su
hijo, un ingeniero, decide simplificar a los seres humanos y construir androides
de carne y hueso muy similares a los humanos, pero que son máquinas sin alma. Les
llama robots, los cuales están diseñados para realizar todas las labores
pesadas y fastidiosas que realizan los seres humanos. Estas máquinas logran gran
aceptación pero con el tiempo los trabajadores desplazados atacan a los robots;
otros humanos que se benefician de los robots les dan armas para que se
defiendan; los gobiernos también les dan armas porque usan a los robots en sus
guerras; los robots toman conciencia y se rebelan contra la dominación humana.
Debido
a un diseño introducido a propósito en unos cuantos robots, estos toman la parte
negativa de la naturaleza humana: desean el poder por el gusto de dominar y son
capaces de matar sin ningún remordimiento. En su rebelión destruyen a todos los
humanos. Sin embargo, los robots caen en
la cuenta de que van a dejar de funcionar a la vuelta de 20
años y por ello necesitan que los sigan fabricando y requieren saber cómo fabricarse a sí
mismos; por ello .el ataque a los últimos humanos vivos, se da en la isla donde fabrican robots. Pero en su afán matan a los que tenían
el secreto de su fabricación; uno de ellos se salva y lo obligan a redescubrir el
secreto de su fabricación pero no lo logra. Los hombres y los robots
desaparecerán de la tierra. Así el sueño de liberar al Hombre del trabajo indeseable
se convierte en el fin de la Humanidad.
Todo esto
ocurre en la obra de teatro publicada en 1920, “R.U.R.”,
del autor Checo Karel Čapek, quien es el que usa por primera vez la palabra
“Robot”. Esta obra analiza con humor la
relación de los seres humanos con la tecnología y sus paradojas. Como dice Čapek: “en esta obra todos los personajes tienen razón: el que cree
que la tecnología libera al hombre del trabajo físico; el que piensa que la
tecnología degrada al hombre; el que dice que sólo la industrialización es
capaz de atender las necesidades del hombre moderno; la protagonista que le
teme a todos estos inventos y finalmente los robots que se rebelan contra estos
idealistas.”
En los años
cincuentas, Isaac Asimov escribió una
serie de relatos de ciencia ficción acerca de robots en los que propone las
tres Leyes Fundamentales de la Robótica para la coexistencia pacífica entre
robots y humanos: ”1. Un robot no debe dañar a un ser humano o a través de su
inacción permitir que se lesione. 2. Los
robots deben obedecer las órdenes de los seres humanos excepto cuando violen la
primera Ley. 3. Los robots deben proteger su propia existencia, siempre y
cuando no se violen las dos primeras leyes.” En estos relatos Asimov describe
como los robots funcionan mal cuando obedecen estas leyes en ciertas
situaciones paradójicas. La pregunta es si podremos descubrir aquellas que
eviten los problemas de convivencia entre humanos y robots inteligentes.
Pero lo que era
ciencia ficción ya está con nosotros. Desde el inicio de la era industrial la
automatización ha permitido sustituir a los trabajadores humanos. Según Kevin
Kelly (Wired, enero de 2013), en Estados Unidos en el año 1800, el 70% de los trabajadores se dedicaba a
labores del campo; hoy sólo el 1% y produce mucho más que entonces. Este autor
estima que el 70% de los trabajos
actuales serán automatizados para fines del siglo XXI. Los avances de la
informática y la mecatrónica han permitido automatizar actividades humanas y
desplazar trabajadores. Por ejemplo, existen plantas de Toyota en Japón
operadas casi exclusivamente por robots y para no ir muy lejos basta visitar la planta de Nissan para ver robots trabajando en una línea de
producción. También se ha anunciado que los fabricantes de autos están por
sacar al mercado coches que se manejan
solos y los aviones Boeing 787 ya se pueden
pilotear solos.
Raymond
Kurzweil ha pronosticado que en unas cuantas décadas las máquinas serán más
inteligentes que los hombres y habrá seres humanos híbridos, parte máquina y parte
orgánica. ¿Cómo será la convivencia con ellos? En nuestro antropocentrismo,
pensamos que extraterrestres o inteligencias mecánicas que se vuelven autónomas
tenderán a actuar con la misma irracionalidad que hoy lo hacen los seres
humanos. Pero si logramos producir una
inteligencia artificial lo suficientemente racional no tendría por qué reproducir los patrones de conducta nefastos
de la humanidad. ¿Será entonces peligrosa una máquina puramente racional sin
sentimientos o es más peligroso que tenga sentimientos de todo tipo?
El bienestar de
la humanidad siempre ha ido en ascenso. Ninguna época ha sido peor que la que
se había vivido anteriormente, aunque los nostálgicos tengan otra percepción. El
futuro de robots y hombres que conviven será mucho mejor que el presente pero habrá
que tener cuidado como lo construimos para que no se convierta en una pesadilla
lo que ahora es un sueño promisorio.
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Referencias:
<1.“The Robot Series”
Isaac Asimov. Bantam Books, June 2004, New York, N.Y.
<2.“Toward the Radical Center. A Karel Čapek Reader.”A Garrigue Book Catbird Press, 1990, North Haven, CT.
<3.“The Great Robot Takeover. Better than Human.” Kevin
Kelly. Wired, January 2013.
<4.“The Singularity is Near: When Humans Transcend
Biology”. Ray Kurzweil. Viking 2005.
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