24 de diciembre de 2010

ESTADOS UNIDOS Y SUS GUERRAS


Desde su independencia, los Estados Unidos se han manifestado como un país guerrero con ambiciones de dominio global. Por su cercanía, nuestro país fue una de las primeras víctimas de ese afán de expansión y conquista a mediados del siglo XIX. Luego le tocó a España perder lo que quedaba de su imperio. La primera guerra mundial llevó Estados Unidos a luchar en Europa  contra Alemania y sus aliados. La segunda guerra mundial también los hizo luchar contra japoneses, alemanes e italianos en Asia y Europa.  Durante  la guerra fría se enfrentó por todo el mundo al imperio Soviético.  Inició con la guerra de Corea, siguió con la guerra de Vietnam y terminó con el apoyo a la contrainsurgencia en América Central, entre muchos otros conflictos. Con el derrumbe del imperio soviético parecía que por fin los norteamericanos podrían reorientar su economía de guerra hacia una orientada hacia la paz. Pero no fue así.  Pronto los conflictos en Medio Oriente se convirtieron en prioridad de los Estados Unidos, siempre del lado de Israel. Pero esta intervención de Estados Unidos en Medio Oriente  incubó nuevas amenazas que se manifestaron a través de diversos  ataques terroristas de los fundamentalistas musulmanes, que culminaron el 11 de septiembre de 2001en el primer gran ataque sobre territorio norteamericano desde el ataque a Pearl Harbor por los japoneses en 1941. El Presidente Bush se lanzó en una gran guerra contra Irak y  contra el terrorismo fundamentalista de los talibanes  en Afganistán, guerra esta última  a la cual no se le ve fin pues no se ve como se pueda alcanzar la victoria militar contra un enemigo que ataca por sorpresa y que se esconde entre la población. En las guerras en las que ha participado Estados Unidos  han muerto decenas de miles de jóvenes soldados americanos y millones han quedado lisiados.  ¿Por qué lo hace Estados Unidos a un costo humano y económico tan grande?  En el discurso se dice que es contra los terroristas, por la libertad,  para extender la democracia, para propiciar el sistema capitalista, para proteger el abasto de petróleo y otras materias primas. Pero hay otra razón de la que no se habla: la  guerra es un gran negocio. El presupuesto de  defensa de los E.U. para 2010 fue de 661 miles de millones de dólares que equivale al 67% del  Producto Interno Bruto de México. De las 10 empresas proveedoras militares más grandes del mundo 6 son americanas. En conjunto 44 empresas americanas vendieron armas por un valor de 230 mil millones de dólares en 2008. En los últimos diez años la economía militar es la que le ha generado mayores empleos a aquél país. Se estima que le da empleo a 3.8 millones de  personas entre militares y trabajadores de las industrias proveedoras del  complejo militar. Ya en 1961, el Presidente de Estados Unidos, General Eisenhower,  lo había advertido en su discurso de despedida cuando dijo que Estados Unidos no debía poner en riesgo sus libertades y su democracia a manos de la influencia no deseada del complejo militar industrial de ese país. Aunque lo dijo hace 50 años, su preocupación sigue vigente como se ha demostrado recientemente en las guerras de  Irak y Afganistán.

Bajo esta lógica es de esperarse que las guerras sigan.  A falta de guerra fría siempre hay otros enemigos contra quienes pelear para mantener viva la economía de guerra. Una ya añeja pero que va creciendo,  es la guerra contra los traficantes de drogas ilícitas. Existe un interés por mantener prohibido el tráfico de drogas. No sólo por las razones ampliamente esgrimidas sino que pareciera ser  que el escalamiento en el  combate a los traficantes también se está convirtiendo  en un gran negocio para la industria militar. Tenemos por ejemplo,  el enorme crecimiento en la exportación ilegal de  armas y sistemas militares de los Estados Unidos  que alimentan a los delincuentes. También los gobiernos que combaten a la delincuencia organizada se han visto obligados a armarse y luchar contra los criminales, gastando enormes sumas en equiparse para esta guerra. No cabe duda que existe un negocio de grandes dimensiones en donde los proveedores de armas y tecnología militar se benefician grandemente. Todo ello a pesar de que cuesta muchas vidas, no sólo americanas sino  sobre todo en los países donde se combaten esas  guerras. No se sabe que tan grande sea el negocio del armamento en esta lucha contra la delincuencia, pero entre más significativo sea, menor interés habrá por parte de los Estados Unidos en terminarla pronto.

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